Josafat, un héroe con pies de barro (13ª parte)

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Autor: Eduardo Cartea Millos

En 2 Crónicas 18 están descritos los peldaños descendentes en la vida del rey Josafat, el rey que había vivido victoria y dirigido al pueblo de Dios al avivamiento. Ahora lo encontramos con identificación equivocada, con independencia de la voluntad de Dios, con insensibilidad y una actitud insensata.


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PE2553 – Estudio Bíblico
Josafat, un héroe con pies de barro (13ª parte)



Peldaños descendentes

Estimado oyente, la impopularidad de los fieles es una realidad. Pero quiero repetir lo que he dicho en el programa pasado: Que Dios siga levantando Micaías en medio de su pueblo. Hombres que cumplan aquello que dice 1 Corintios 4:2: “Se requiere – y debemos notar el énfasis – de los administradores – del mensaje de la Palabra – que cada uno sea hallado fiel”.

Seguimos con la lectura bíblica de 2 Crónicas 18 del versículo 17 al 27:

Y el rey de Israel dijo a Josafat: ¿no te había yo dicho que no me profetizaría bien, sino mal? Entonces él dijo: Oíd, pues, palabra de Jehová: Yo he visto a Jehová sentado en su trono, y todo el ejército de los cielos estaba a su mano derecha y a su izquierda. Y Jehová preguntó: ¿Quién inducirá a Acab rey de Israel, para que suba y caiga en Ramot de Galaad? Y uno decía así, y otro decía de otra manera. Entonces salió un espíritu que se puso delante de Jehová y dijo: yo le induciré.

Y Jehová le dijo: ¿de qué modo? Y él dijo: saldré y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas. Y Jehová dijo: tú le inducirás, y lo lograrás; anda y hazlo así. Y ahora, he aquí Jehová ha puesto espíritu de mentira en la boca de estos tus profetas; pues Jehová ha hablado el mal contra ti. Entonces Sedequías hijo de Quenaana se le acercó y golpeó a Micaías en la mejilla, y dijo: ¿por qué camino se fue de mí el Espíritu de Jehová para hablarte a ti? Y Micaías respondió: he aquí tú lo verás aquel día, cuando entres de cámara en cámara para esconderte.

Entonces el rey de Israel dijo: Tomad a Micaías, y llevadlo a Amón gobernador de la ciudad, y a Joás hijo del rey, y decidles: El rey ha dicho así: Poned a éste en la cárcel, y sustentadle con pan de aflicción y agua de angustia, hasta que yo vuelva en paz. Y Micaías dijo: si tú volvieres en paz, Jehová no ha hablado por mí. Dijo además: oíd, pueblos todos«.

El texto bíblico nos muestra como Micaías relató una visión que había tenido, que nos corre el velo de lo invisible y nos hace conocer cómo se deciden muchas veces las circunstancias de los hombres en el ámbito celestial, entre aquellos seres invisibles, pero reales, que son los ángeles de Dios y los ángeles caídos, es decir, los demonios. Leímos que parte de la visión de Micaías constaba del Señor preguntando:

¿Quién inducirá a Acab a que suba y sea derrotado en Ramot de Galaad? Entonces salió un espíritu –un ángel caído, o tal vez el mismo Satanás– que se puso delante de Jehová y dijo: Yo le induciré. Y Jehová dijo: ¿De qué modo? Y él dijo: saldrá y seré espíritu de mentira en la boca de todos sus profetas”. El Señor le dio permiso. Es importante aclarar que nunca Satanás hará algo que afecte a su pueblo sin permiso de Dios, como podemos ver en Job 1:12 y Mateo 8:31.

¿Qué le costó este comentario al fiel Micaías, que no dudó en decir la verdad, aun a costa de lo que podría sucederle? Una bofetada, y luego la cárcel en las peores condiciones: a pan y agua, pero en su mínima ración. Podemos tomarlo como una muestra. ¿Y Josafat no dijo nada? No. Fue indiferente e insensible al castigo que dieron al siervo del Señor.

¿Puede un creyente llegar a esto? Sí, cuando primero se bajó el escalón de la identificación con el mundo, y luego el escalón de la independencia de la voluntad de Dios, se puede bajar al escalón de la indiferencia espiritual. ¡Esto es muy peligroso! ¿Por qué vemos a creyentes indiferentes e insensibles? ¿No les preocupa la obra de Dios, los siervos de Dios, el pueblo de Dios? Suelen decir como Caín: “¿soy yo acaso guarda de mi hermano?”, ¿soy yo el que debe cuidar a mi hermano?

Pero, también son insensibles a desear dar un buen testimonio, a la oración, a crecer en la gracia, a madurar? ¿Por qué? Porque están descendiendo de Jerusalén a Samaria. Están en un plano de descenso espiritual. Solo la misericordia de Dios puede evitar su derrumbe total.

Hemos llegado al 4º. Peldaño: La Insensatez y leemos los versículos 28-34 en el capítulo 18 de 2 Crónicas:

Subieron, pues, el rey de Israel, y Josafat rey de Judá, a Ramot de Galaad. Y dijo el rey de Israel a Josafat: Yo me disfrazaré para entrar en la batalla, pero tú vístete tus ropas reales. Y se disfrazó el rey de Israel, y entró en la batalla. Había el rey de Siria mandado a los capitanes de los carros que tenía consigo, diciendo: no peleéis con chico ni con grande, sino solo con el rey de Israel.

Cuando los capitanes de los carros vieron a Josafat, dijeron: este es el rey de Israel. Y lo rodearon para pelear; mas Josafat clamó, y Jehová lo ayudó, y los apartó Dios de él; pues viendo los capitanes de los carros que no era el rey de Israel, desistieron de acosarle. Mas disparando uno el arco a la ventura, hirió al rey de Israel entre las junturas y el coselete. El entonces dijo al cochero: vuelve las riendas, y sácame del campo, porque estoy mal herido. Y arreció la batalla aquel día, por lo que estuvo el rey de Israel en pie en el carro enfrente de los sirios hasta la tarde; y murió al ponerse el sol«.

Ahí va Josafat a la guerra con su “amigo del mundo”. Inclusive es presa de un engaño por parte de Acab. Le pide que vaya con sus vestidos reales, y él se disfrazaría de soldado raso. Sin duda el perverso Acab, sin escrúpulo ninguno, expuso a Josafat al ataque de los sirios, a la muerte. Así es nuestro adversario. Es engañador, cruel, maligno. Dice la Biblia en 2° de Pedro 2:14 que sus emisarios, “seducen las almas inconstantes” .

Solo la intervención divina, la misericordia de Aquel que como leemos en Salmo 103:14 “como el padre se compadece de sus hijos, se compadece Jehová de los que le temen; porque él conoce nuestra condición, se acuerda de que somos polvo”, Él hizo que Josafat salvara su vida. ¡Cuántas veces sucede así con nosotros!
Oseas 13:9 dice: “Te perdiste… más en mí está tu ayuda”.

Pero la sentencia sobre el impío Acab estaba echada, y sucedió lo que él no hubiera imaginado nunca. Una flecha disparada “a la ventura”, es decir, al azar, entró por su armadura, en un lugar que hubiera sido difícil que entrase, aun apuntando un experto tirador, y fue la causa de su muerte. “Al azar” para los hombres, pero no para Dios. ¿Quién guió la flecha, sino Dios? ¿Quién guió la piedra de David que se estrelló en la frente de Goliat?
Así Dios puso fin a la vida del perverso Acab y preservó milagrosamente la del pobre Josafat, que, humillado, salvó su vida “así como por fuego”.

Querido oyente: ¡Cuidado con los compromisos! ¿No es esta una llamada de atención para nosotros? Cuidado con el mundo, con su amistad. Cuidado porque peligramos. Debemos oír la voz de Dios, como la oyó Lot, en medio de un lugar que no correspondía para un creyente y que estaba a punto de sucumbir bajo el juicio del cielo: “¡Escapa por tu vida!”. Es la sabia exhortación de Proverbios 6:2 cuando: “Te has enlazado con las palabras de tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios. Haz esto ahora, hijo mío, y líbrate, ya que has caído en la mano de tu prójimo… no des sueño a tus ojos… Escápate como gacela de la mano del cazador, y como ave de la mano del que arma lazos

¡Cuidado con los compromisos que asumimos con aquellos que no son de Dios! ¡Puede ser que nos veamos enredados en asuntos de los cuales no podamos salir! La recomendación es ¡escápate… del cazador! Recordemos lo que dice Proverbios 14:15: “El simple todo lo cree, mas el avisado mira bien sus pasos”. Dicho en otras palabras: la gente tonta cree todo lo que le dicen; la gente sabia piensa bien antes de actuar.

En el caso de Josafat, es cierto que Dios le guardó, pero eso no significa que estuviera de acuerdo con su proceder. En el capítulo 19:2, leemos que Dios se enojó con él. “Temamos, pues”, nos exhorta la Biblia. La experiencia de Josafat nos recuerda aquello dicho por el apóstol Pablo en Romanos 11:22: “Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios”.

El descenso espiritual: comienza con un error, trabar amistad con el mundo y luego sigue con varios peldaños descendentes: identificación, independencia, insensibilidad, insensatez. No olvidemos nunca que como dice Santiago 4:4 “la amistad del mundo es enemistad contra Dios”.

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