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Autor: Ernesto Kraft

Nuestro Padre Celestial tiene el control de todas las cosas que suceden en general, así como en nuestra vida. ¿Estamos viviendo de acuerdo con esta verdad?


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PE2838- Estudio Bíblico
Jesús tiene la última palabra (11ª parte)



Amigos nos encontramos una vez más, para seguir descubriendo por qué Jesús tiene la última palabra. Job 38:11 dice: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”.

Esa verdad es tan maravillosa que, cuando Dios todavía tiene una tarea, nadie, ni cosa alguna puede interferir. Por ejemplo, Jonás hasta fue lanzado al mar. Para los marineros la vida de él había terminado allí. Pero Dios tenía aún una tarea para que él la llevara a cabo. Y ni el mar, ni tampoco el pez pudieron impedirlo. El pez fue obligado a abrir su boca en la hora precisa, y a tratarlo con gran cuidado. No pudo masticarlo. Fue obligado a liberarlo nuevamente en la playa en el tiempo determinado. No pudo tirarlo ni antes ni después. Había un momento adecuado.

En la vida de Jacob, también vemos esa verdad. Y esa verdad también sirve para su vida y para sus relaciones interpersonales. Jacob fue engañado por su tío Labán. Este transformó la vida de Jacob en un infierno. Pero Dios tenía todo bajo Su control, y dijo: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”.

Dios no tiene solo el control sobre los animales, como en el caso de Daniel, cuando a los leones se les impidió tocarlo. Dios está controlando a las personas. Eso es muy reconfortante. Si las personas pudieran hacer lo que quisieran, ¡estaríamos perdidos! Seríamos como el polvo esparcido en el aire, no quedaría nada.

En Génesis 31:24, está escrito: Y vino Dios a Labán arameo en sueños aquella noche, y le dijo: guárdate que no hables a Jacob descomedidamente”. Hasta aquí llegarás, y no más. Tentaciones, o cualesquiera sufrimientos, incluso los causados por personas, están bajo el efecto de la palabra de 1 Corintios 10:13: No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.

Entonces, ¿Cómo podemos lidiar con experiencias negativas? Ahora vamos a dar un paso más adelante. Vamos a observar ejemplos que nos causan dificultades. El enemigo no puede hacer lo que quiere. Pero, ¿por qué pudo actuar en la vida de Jesús como si fuera el que estaba en el control de la situación? Incluso el gobernador romano parecía estarlo, en Juan 19:10 leemos: Entonces le dijo Pilato: ¿A mí no me hablas? ¿No sabes que tengo autoridad para crucificarte, y que tengo autoridad para soltarte?”. Somos confrontados con ese tipo de arrogancia muchas veces. Vemos que el hombre hace lo que quiere y se presenta como si tuviera todo el poder para determinar todos los sucesos, limitando o permitiendo.

Sufrimos bajo esas circunstancias y no entendemos a Dios. Un ejemplo es el caso de José, que acabó en la cárcel por causa de una mujer mentirosa. Allí también parecía estar bajo el dominio de los hombres. Cuando pidió ayuda fue olvidado, y permaneció allí por más de dos años. El Salmo 105:19-20 nos da la respuesta: Hasta la hora que se cumplió su palabra, el dicho de Jehová le probó. Envió el rey, y le soltó; el señor de los pueblos, y le dejó ir libre”. José necesitaba de esa experiencia para su purificación, para tornarse apto y ejecutar el plan de Dios. La pregunta no es si ya sufrimos lo suficiente, sino, si la experiencia nos purificó y provocó cambios. Deberíamos agradecer a Dios por las personas que nos molestan, pues nos ayudan a realizar el plan de Dios en nuestras vidas. Están sirviendo a un propósito, y solamente pueden llegar hasta donde les es permitido.

El texto de Isaías 28:27-29 dice: …que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y el comino con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni lo quebranta con los dientes de su trillo. También esto salió de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría”.

Volviendo al caso de Jesús. El enemigo pudo actuar porque realizaba una parte en el gran plan de Dios. Y, con temor y temblor, podemos decir que Dios usa al enemigo, esto es, el enemigo es obligado a participar en la ejecución del plan de Dios. Incluso durante la gran tribulación, cuando actuará y hará lo que quisiere, dominando todo, poniendo a las personas bajo su mando, todavía permanecerá la verdad: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”. Fue determinado un período, dos períodos. Dice Apocalipsis 13:5: …se le dio autoridad para actuar,” y en el versículo 7 también: Y se le permitió hacer… Daniel 11:36 dice: … porque lo determinado se cumplirá”.

Jesús dice las mismas palabras en Juan 19:11: Respondió Jesús: Ninguna autoridad tendrías contra mí, si no te fuese dada de arriba; por tanto, el que a ti me ha entregado, mayor pecado tiene”. En Mateo 26:54 está escrito: ¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?”.

Su situación puede parecer difícil y sin esperanza, pero todavía permanece la frase de Dios: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”. Él Permite cosas que no nos agradan para que seamos moldeados. Sométase a Él, como Jesús lo hizo, a pesar de ser una cruz pesada para usted. Así, el plan de Dios será realizado en su vida.

Recordemos una verdad que a veces nos cuesta aceptar y es que nada sucede sin el permiso de Dios. La presión es terrible, pero crea que Dios determinó el tiempo y el final. Nos conoce mejor que nosotros mismos, y sabe muy bien lo que soportamos, y lo que es bueno para nosotros, y lo que sana.

No tenemos razón para dudar del amor de Dios, incluso pasando por situaciones las cuales no nos gustan. Dios, en Su amor, está trabajando, y quiere lo mejor para usted. ¿Lo cree? Entonces entréguese a Dios, que orienta todo tan maravillosamente bien, poniendo límites en nuestra vida, y controlando las circunstancias de forma gloriosa.

¿Llegamos a dudar del amor de Dios cuando pasamos por situaciones similares a las que los discípulos pasaron cuando estaban sobre el mar? Cuando el agua iba entrando en el barco, la fe se iba acabando. Llamaron a Jesús y lo acusaron, encontramos este relato en Marcos 4:38: Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?.

Tal vez su experiencia sea similar a la de los discípulos, y usted dice: “Sí, las palabras escritas son lindas, pero en la práctica es diferente. En mi vida, las cosas van tan lejos que pierdo la fe. Si Dios pusiera límites, sería óptimo, pero en mi vida las cosas están empeorando, la enfermedad se está agravando…”

Sin embargo, la maravillosa verdad de Dios permanece. El agua podía entrar en el barco, pero no hundirlo. Confíe nuevamente en esa promesa. Entonces podrá estar de acuerdo con el salmista en el Salmo 139:17: “¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos!. Después que Job pasó por pruebas y había luchado mucho contra Dios, afirma en el final del libro, en el capítulo 42:2: Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. A pesar de que Dios nos permite pasar por experiencias durísimas a punto de exclamar: “realmente no lo aguanto más,” Dios todavía merece nuestra alabanza. Ana lo dice en 1 Samuel 2:6: Jehová mata, y él da vida; él hace descender al Seol, y hace subir”.

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