Ya no es solo una fantasía
15 septiembre, 2022Jesús tiene la última palabra (11ª parte)
18 septiembre, 2022Autor: Ernesto Kraft
Dios vigila que Su Palabra se cumpla ¿cumples tú en tu vida lo que EL te dice por Su Palabra?
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PE2837- Estudio Bíblico
Jesús tiene la última palabra (10ª parte)
Si usted cree y se somete a la Palabra de Jesús de todo el corazón, entonces experimentará lo que Pedro experimentó en Lucas 5:5-6: “Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía”.
Está escrito en Lucas 1:37: “Porque para Dios no hay nada imposible,” voy a seguir creyendo y esperando porque Él puede cumplir esa promesa, es fiel a Su Palabra y tiene la última palabra en todas las situaciones. Si usted cree como está escrito en Juan 7:38, entonces experimentará toda esta bendición: “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”.
¡Hasta aquí llegarás y no más!
“Y dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, y ahí parará el orgullo de tus olas?” (Job 38:11). Algunas de las cosas más maravillosas de la vida cristiana es el hecho de que Dios cuida de nosotros, se preocupa por nosotros y no pierde el control en ninguna situación. Todo está en Sus manos. Determina nuestra vida, a pesar de que no lo entendemos. Isaías 55:8-9: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos”.
Dios lo tiene todo en Sus manos
Muchas veces tenemos miedo porque no comprendemos esa verdad tan maravillosa: Dios está en el control de todo, hasta en los pequeños detalles. Muchas veces, nuestra experiencia es similar a la historia que John Bunyan cuenta en sus peregrinaciones: Cristiano va de camino y le gustaría descansar de su duro viaje en una posada. Pero “Miedo” y “Desconfianza” lo encuentran y le dicen que dieron media vuelta y retroceden porque en el camino a la posada había dos leones. Solamente tuvieron tiempo para dar media vuelta y salir corriendo. En caso contrario, los leones los habrían devorado. Cristiano siguió y vio a los leones. Cuando ya se estaba preparando para volverse, oyó al guardián decir: “¿Por qué va a regresarse? Los leones están sujetos con cadenas, y no alcanzan a llegar más de lo que éstas dan. Si sigue en el centro del camino, no le pueden hacer nada.” Cristiano siguió su consejo y llegó a la posada con seguridad.
Nuestro problema es que vemos a los leones, pero no vemos las cadenas que determinan el área de alcance de los leones. Nuestra tendencia es la de sobreestimar la acción del enemigo, incurriendo en el mismo error de los espías israelitas. En Números 13:27-28 leemos: “Y les contaron, diciendo: nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac”.
¿Usted todavía está viendo las cadenas que detienen a los leones; o cree que el enemigo ya lo ha tomado todo? ¿Cree que el diablo está actuando a través de esa mujer, de aquel hombre, a través de los niños, en la iglesia, y en todo lugar? Un cristiano puede llegar a ese punto y, hasta estar diciendo una verdad, mas no toda la verdad. Realmente el enemigo está feliz con la honra que recibe. En muchas iglesias, se habla tanto del diablo que a él hasta le están agradando los servicios. Escucha con satisfacción cuando lo culpamos por nuestras dificultades con nuestras relaciones, o por causa de la situación en la que nos encontramos. Hasta se llega al punto de decir que el piano está poseído porque la alabanza no fue armónica.
Llegó el tiempo de reconocer nuestros pecados, confesarlos, y pedirle perdón a Dios. Así percibiremos que el enemigo ya no más recibirá tanta honra. Él mismo huye de donde es confrontado con toda la verdad. En la medida en que nos sometamos a Dios, el adversario huirá. En Santiago 4:7 está escrito: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros”.
Cuando nos sometemos totalmente a Dios, vemos las cadenas y damos la honra al Vencedor, que detiene todo con Su poderosa mano. Hasta aquí llegarás. El límite hasta donde el enemigo puede llegar está determinado, incluso en su vida, en su familia y en su enfermedad. Dios determina la distancia y la profundidad. “Hasta aquí llegarás y no más”.
¿Todavía creemos en las palabras del Salmo 31:15: “En tu mano están mis tiempos; líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores”? Nadie puede quitarme la vida si Dios no lo permite. Nada puede quitar la vida si no es el tiempo de Dios. Podemos morir por causa de una enfermedad, mas solamente porque era la hora de Dios. Mientras Dios tenga un plan para nuestra vida, nadie lo puede impedir, nada lo va a perturbar.
Saúl estaba persiguiendo a David, y estaba prácticamente capturándolo, como lo describe 1 Samuel 23:26: “Y Saúl iba por un lado del monte, y David con sus hombres por el otro lado del monte, y se daba prisa David para escapar de Saúl; mas Saúl y sus hombres habían encerrado a David y a su gente para capturarlos”. Humanamente hablando, David estaba ya en manos de Saúl. Pero quien tiene la última palabra es Dios, y dice: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”. En el versículo 27 consta: “Entonces vino un mensajero a Saúl, diciendo: ven luego, porque los filisteos han hecho una irrupción en el país”. ¿Era esto una coincidencia?
Era imprescindible que el mensajero estuviera allí en aquel momento, en aquel minuto. Cinco minutos más tarde, hubiera sido demasiado tarde, y David caería muerto en manos de Saúl. Dios tiene todo en Sus manos. Ninguna situación escapa de Su control. ¿Un general debería creer lo que dice un joven? Generalmente no, pero en ese caso Dios estaba en acción, y dijo: “Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante”. Dios no se atrasó, y jamás se atrasa.
También vemos en la vida de Pablo el trabajo con precisión en Hechos 9:23-25: “Pasados muchos días, los judíos resolvieron en consejo matarle”. Surge una vez más la palabra pero: “pero sus asechanzas llegaron a conocimiento de Saulo. Y ellos guardaban las puertas de día y de noche para matarle. Entonces los discípulos, tomándole de noche, le bajaron por el muro, descolgándole en una canasta” .
Y en Hechos 23, la situación quedó todavía peor. Por eso, no tenga miedo si en su vida las cosas también se ponen peor. Dice el versículo 12: “Venido el día, algunos de los judíos tramaron un complot y se juramentaron bajo maldición, diciendo que no comerían ni beberían hasta que hubiesen dado muerte a Pablo”. En aquella situación, Dios también estaba en el control, como lo leemos en el versículo 16: “Mas el hijo de la hermana de Pablo, oyendo hablar de la celada, fue y entró en la fortaleza, y dio aviso a Pablo”.
Usted puede argumentar: “¿Y en el caso de Lázaro? Parece que ahí Dios perdió el control, pues Lázaro falleció. ¡Jesús se atrasó dos días!”. Hasta en este caso, leemos que Dios estaba en el control, y la muerte de Lázaro era parte del plan de Dios. Y en su vida también es así, a pesar de que usted no lo entienda en el momento. ¡Es para la gloria y honra de Dios!