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Autor: Ernesto Kraft

En el capítulo 2, los amigos de Daniel son honrados y luego en seguida son sentenciados a la muerte por la misma persona. Ellos permanecieron fieles hasta cuando las circunstancias cambiaron, fueron constantes y firmes incluso en las dificultades. ¿Y nosotros? ¿Somos totalmente sumisos a la voluntad de Dios, o solamente hasta donde nuestro corazón lo desea?


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PE2775- Estudio Bíblico
Héroes de la fe (20ª parte)



Daniel y sus amigos

Continuamos en nuestro estudio de los “Heroes de la fe” y desde el programa anterior, nos hemos detenido para escuchar sobre la fe de Daniel. Estamos utilizando la Nueva Traducción Viviente de la Biblia. Algo de lo que compartíamos tenía que ver con que, a pesar de que no tenga respuestas para sus preguntas, Dios nos consuela diciendo que nuestro futuro será tan maravilloso que no tendremos más preguntas. La fe nunca es vana, aunque tarde en venir la ayuda.

Habacuc 2:3 dice: “Esta visión es para un tiempo futuro. Describe el fin, y este se cumplirá. Aunque parezca que se demora en llegar, espera con paciencia, porque sin lugar a dudas sucederá. No se tardará”. Daniel fue rescatado de la cueva de los leones y leemos que no se veía daño alguno en él, pues confió en su Señor.

Confíe en Dios en todas las situaciones de su vida, pues eso también le traerá gran recompensa, como leemos en Hebreos 10:35: “Por lo tanto, no desechen la firme confianza que tienen en el Señor. ¡Tengan presente la gran recompensa que les traerá!”. Hebreos 11:34 continúa diciendo sobre los “Héroes de la Fe” que: “Apagaron llamas de fuego y escaparon de morir a filo de espada. Su debilidad se convirtió en fortaleza. Llegaron a ser poderosos en batalla e hicieron huir a ejércitos enteros”.

Cuando leemos la historia de Daniel, sus tres amigos y el horno de fuego, percibimos cuán rápidamente el hombre puede cambiar su opinión. Nabucodonosor ya había dado elogios al Dios de Daniel y sus amigos. En Daniel 2:47 encontramos que: “El rey le dijo: ‘En verdad tu Dios es el más grande de todos los dioses, es el Señor de los reyes, y es quien revela los misterios, porque tú pudiste revelar este secreto’”. Pero poco tiempo después se burla, en el capítulo 3 verso 15 leemos: “Les daré una oportunidad más para inclinarse y rendir culto a la estatua que he hecho cuando oigan el sonido de los instrumentos musicales. Sin embargo, si se niegan, serán inmediatamente arrojados al horno ardiente y entonces, ¿qué dios podrá rescatarlos de mi poder?”.

En el capítulo 2, los amigos de Daniel son honrados y luego en seguida son sentenciados a la muerte por la misma persona. Así es el espíritu del Anticristo, que surgirá como un cordero, pero que en realidad es un dragón. Engañará a todos con su falso discurso y hasta el propio Israel lo aceptará como Mesías. Sin embargo, pronto revelará su verdadera esencia e intentará destruir a Israel. Las personas que no viven en comunión con Dios y no se basan en Su Palabra pueden actuar de la misma manera. No es por acaso que leemos en el Salmo 118:8-9: “Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en la gente. Es mejor refugiarse en el Señor que confiar en príncipes”.

¡Hay solamente uno que nunca decepciona, y este es Jesucristo! Jamás prometió algo y después cambió. No declara Su amor por usted hoy y mañana le demuestra odio. Sobre Jesús leemos en Juan 13:1 que: “Antes de la celebración de la Pascua, Jesús sabía que había llegado su momento para dejar este mundo y regresar a su Padre. Había amado a sus discípulos durante el ministerio que realizó en la tierra y ahora los amó hasta el final”.

Los tres amigos de Daniel tuvieron una postura similar. Ellos permanecieron fieles hasta cuando las circunstancias cambiaron. Podrían haber dicho: “Dios nos puede salvar, pero si no nos ayuda, adoraremos a la imagen”. No, sino que fueron constantes y firmes incluso en las dificultades. Ese es el ejemplo que necesitamos aplicar en nuestra vida, no siendo inconstantes, sino actuando de manera firme y demostrando semejanza a Jesús en el día a día. Los tres amigos de Daniel apagaron la fuerza del fuego. Delante de las alternativas ofrecidas  que eran, adorar la imagen o ser quemados en el horno de fuego leemos en Daniel 3:16-17 que: “Sadrac, Mesac y Abed-nego contestaron: –oh Nabucodonosor, no necesitamos defendernos delante de usted. Si nos arrojan al horno ardiente, el Dios a quien servimos es capaz de salvarnos. Él nos rescatará de su poder, su Majestad”.

No es necesario tener respuesta para todo porque Dios es nuestra respuesta en todas las situaciones. En otras palabras, estaban diciendo que “nuestro Dios no falla.” No necesitamos estar preocupados con el porqué de ciertas cosas o con el momento en que acontecen. Nuestro Dios sabe muy bien lo que hace, por eso queremos honrarlo si nos salva. Pero si le parece mejor llevarnos para estar junto a Él, a través del fuego, también entenderemos que esa es Su buena voluntad.

Cuántas veces contestamos a una mala noticia o a situaciones difíciles con incredulidad, en vez de honrar a Dios y creer que Él sabe lo que hace y que nos puede ayudar. ¿Contamos con Dios y Su ayuda, independientemente de cuán grave parezca la situación? Somos desafiados a reflexionar y analizar cómo está nuestra fe. ¿Todavía creemos que Dios nos puede ayudar en las situaciones que parecen humanamente imposibles? Quien así cree honra y engrandece a Dios. En Isaías 43:2 está escrito: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán”.

¿Usted cree en esa promesa? Estamos dispuestos a creer y confiar que Dios todo lo puede, pero no siempre estamos dispuestos a aceptar las cosas como Él las hace. Pedimos sanidad, pero cuando Dios contesta de manera diferente de lo que deseamos, desistimos en nuestra confianza. Aun cuando Dios no contesta de la manera como imaginamos, eso también es correcto, pues no comete errores. “Como Tú quieras, Señor, no como yo quiero. Que Tu voluntad sea hecha”.

Muchos cristianos viven decepcionados con la fe, pues Dios no les contestó de la manera deseada. Creyeron que Dios los podía sanar, pero no lo hizo, se desanimaron en su fe en vez de aceptar que Dios tiene otro plan y que la voluntad de Él siempre es la mejor. En 1 Pedro 4:16, leemos: “En cambio, no es nada vergonzoso sufrir por ser cristianos. ¡Alaben a Dios por el privilegio de que los llamen por el nombre de Cristo!”. El cristiano debe honrar a Dios en cualquier situación, sea en la salud o en la enfermedad. ¿Somos totalmente sumisos a la voluntad de Dios, o solamente hasta donde nuestro corazón lo desea? Sigamos avanzando al próximo nivel de la fe. No debemos solamente creer, sino también estar totalmente entregados y sujetos a Su voluntad. Dios nos concederá gracia para honrarlo en toda y cualquier situación.

Todos los héroes de la fe mencionados en Hebreos 11 fueron personas con limitaciones y fallas. Sin embargo, se destacaron por la fe, siendo por eso elogiadas y reconocidas por Dios. El hecho de ser mencionados en las Escrituras hace de ellos ejemplos que debemos seguir. Todo que recibimos por la fe es agradable delante de Dios. Como dice el versículo 6: “De hecho, sin fe es imposible agradar a Dios. Todo el que desee acercarse a Dios debe creer que él existe y que él recompensa a los que lo buscan con sinceridad”. Pablo se expresa de esa manera en la carta a los Filipenses 3:4: “Aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ese sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más!”. Pero él sabía que de esa forma no podría agradar a Dios.

Por causa de la fe, los héroes de Hebreos 11 recibieron reconocimiento y fueron elogiados por Dios. Fueron personas que permanecieron fieles hasta morir. Está escrito en Hebreos 10:38: “Mas el justo vivirá por fe; y si retrocediere, no agradará a mi alma”. Es importante que permanezcamos fieles hasta Su regreso. Vale la pena ser persistente, pues la fe es grandemente recompensada.

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