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Autor: Esteban Beitze

En medio de esta crisis, Eliseo demuestra una profunda confianza en Dios. Él queda sentado tranquilo, a pesar de que hasta lo querían decapitar. ¿Cómo se logra tal confianza? La clave la encontramos en que era un hombre, que al igual que su antecesor vivía en la presencia de Dios.


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PE2965 – Estudio Bíblico
El llamado de Eliseo (62ª parte)



Con la historia del sitio de Samaria por parte de los sirios en 2ª Reyes 6, podemos analizar diferentes actitudes que tienen las personas frente a una crisis. El pasaje que estudiamos dice: “Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata.Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío. Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar? Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío. Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo.” (6:25-29).

Aquí observamos como en una crisis algunos reaccionan con desesperación, otros demuestran ceguera espiritual y algunos un arrepentimiento ficticio. Si seguimos analizando el pasaje encontramos también:

4) Vemos dureza de corazón

A pesar de una apariencia de arrepentimiento, en el corazón del rey no hay otra cosa sino dureza, como veremos a continuación. En la Biblia encontramos muchas veces la exhortación de Dios: “Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones” (Hb.4:7). El no hacer caso, siempre acarrea serios problemas.

5) Vemos la actitud de culpar y atacar a otros

En lugar de verse como el culpable de la situación por haber permitido la idolatría en Israel, al igual que su padre (1R.18:17,18), el rey echa la culpa de esta situación al profeta. Lanza un juramento de muerte respecto a Eliseo: “Y él dijo: Así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre él hoy” (6:31).

Es un clásico el hecho de acusar a otros de nuestros problemas, fallas y también de los pecados. Fue así desde Adán en el jardín Edén. El rey, en su juramento, incluye al Dios que había abandonado. ¡Cuántas veces el pecado y la falta de arrepentimiento, son camuflados con actitudes aparentemente espirituales y hasta con argumentos bíblicos!

6) Vemos dudas y acusación a Dios

Evidentemente, el profeta le había dicho al rey que se arrepintiera y esperara en Dios. El rey, en lugar de hacerlo, le echa la culpa a Dios, pone en duda el poder de Dios y desiste de esperar en Él. Su conclusión fue: “Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?” (6:33). Es muy común, que cuando nos suceden cosas malas, que reaccionemos de esta forma. En lugar de ver nuestro error o esperar en Dios, a veces el ser humano empieza a dudar de Dios o incluso llega a atacarlo.

7) Vemos burlas respecto de Dios

De mientras, Eliseo se encontraba reunido con los principales del pueblo cuando se entera de esta amenaza: “Y Eliseo estaba sentado en su casa, y con él estaban sentados los ancianos; y el rey envió a él un hombre. Mas antes que el mensajero viniese a él, dijo él a los ancianos: ¿No habéis visto cómo este hijo de homicida envía a cortarme la cabeza? Mirad, pues, y cuando viniere el mensajero, cerrad la puerta, e impedidle la entrada. ¿No se oye tras él el ruido de los pasos de su amo? Aún estaba él hablando con ellos, y he aquí el mensajero que descendía a él; y dijo: Ciertamente este mal de Jehová viene. ¿Para qué he de esperar más a Jehová?” (6:32,33). El rey mismo se acerca junto a un príncipe de su confianza. Eliseo impide la entrada del siervo del rey sabiendo que éste venía detrás. Le tenía que dar un mensaje personalmente. Allí profetiza que al otro día habría tanta comida que los precios de la comida serían irrisorios en comparación con los que había en el momento (7:1). Uno de los príncipes de mayor confianza del rey contesta en forma burlona: “Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él (Eliseo) dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello” (7:2). Otra actitud clásica en una crisis es burlarse de aquellos que confían en Dios. Esto le pasó al Señor en la cruz, y obviamente también les sucederá a aquellos que han creído en Él.

8) Vemos pensamientos suicidas

En nuestra historia también encontramos unos leprosos que por su condición tenían que habitar fuera de la ciudad. Ellos vivían de la misericordia de los moradores. Pero dada la hambruna por el sitio, ya no había nadie que les pudiera dar una mano. Ahí decidieron dar el manotazo de ahogado. Su pensamiento era: “Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos” (7:4). En otras palabras, sintieron como que la suerte está echada. Su pensamiento era: si vamos a morir, que sea de una buena vez en manos del enemigo. Y si tenemos suerte nos salvamos.

¡Cuántos hoy en día ven en el suicido la solución a la crisis!

El primer velorio donde me pidieron hablar fue en el de un muchacho que se había suicidado porque lo había dejado la novia. Era inconverso y la familia también.

Una vez estaba por tomar un tren al principio del andén. Mientras éste entraba a toda velocidad, una mujer se tira al piso frente a mí para rodar hacia las vías. En el último momento pudimos evitar que se suicidara. Luego no paraba de repetir: “La próxima vez lo voy a lograr”. Ella estaba vestida con tapado de piel, cartera de cuero y lentes de sol de buena marca. Pero había una situación que no podía manejar y pensaba en la muerte como solución para su mal.

¡Cuánta falta de esperanza encontramos en tantos lugares, al punto que muchos no encuentran otra solución que esta decisión tan radical!

Lamentablemente, hoy en día, una de las primeras razones de muerte de adolescentes y jóvenes es el suicidio. No encuentran solución a su crisis, al vacío, a los problemas familiares o personales, y tiran su vida por la borda. Otros muchos, juegan con este pensamiento cortándose los brazos. ¿Es esta la solución a una crisis?

En nuestras historias, pudimos observar varias reacciones, pero que ninguna de ellas ayudó en algo. Pero hubo una que sí hizo la diferencia:

9) Vemos confianza en Dios

A diferencia de todas las actitudes anteriores, encontramos una completamente diferente. En medio de esta crisis, Eliseo demuestra una profunda confianza en Dios. Él queda sentado tranquilo, a pesar de que hasta lo querían decapitar.

¿Cómo se logra tal confianza? La clave la encontramos en que era un hombre, que al igual que su antecesor vivía en la presencia de Dios (3:14; 5:16). No había nada que pudiera sucederle, si no fuera permitido por Dios.

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