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Autor: Esteban Beitze

En la historia de Eliseo encontramos varios relatos en los cuales diferentes personas pasaron por serias crisis. Las crisis en la vida demuestran lo que realmente hay en nosotros. A veces vienen sin que nosotros tengamos que ver con ellas; y otras veces, son nuestras decisiones y actitudes las que las originan. ¿Cómo reaccionamos ante ellas y qué solución hay?


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PE2964 – Estudio Bíblico
El llamado de Eliseo (61ª parte)



REACCIONES ANTE UNA CRISIS

Se cuenta la historia de un matrimonio en Chicago. Ambos eran muy consagrados al Señor y le servían con fidelidad en la iglesia local. Lamentablemente, la prosperidad empezó a interferir en esta piedad, hasta que fue desapareciendo paulatinamente. Los padres de ellos, fervientes cristianos oraban constantemente para que el Señor obrara en sus vidas.

Ellos tenían una preciosa hija de 5 años. Ésta se enfermó de tal forma que al final murió. Después de ello, la salud de la mujer empezó a decaer más y más. A pesar de todas las consultas médicas, ninguna produjo resultado positivo. Allí un médico les aconsejó que dejaran por un tiempo sus negocios e hicieran un largo viaje para que ella pudiera reconciliarse con la pérdida de su hija. Así que hicieron un viaje por Europa. Estando en Suiza, disfrutando un atardecer en un precioso paisaje, observaron como un pastor guiaba un rebaño de ovejas. Pero para llegar al aprisco, tenían que cruzar un torrente de agua. Se estaba haciendo tarde y las ovejas no se animaban a cruzar el agua. Allí el pastor tomó un corderito de al lado de su madre y cruzó con él el agua. La madre del mismo, lo siguió inmediatamente por el agua, y así lo hicieron las demás ovejas, llegando pronto a su lugar de descanso.

De repente el marido escucha a su esposa sollozando a su lado. A su pregunta qué le pasaba contestó llorando: “¿No lo ves? De la misma manera Dios ha hecho con nosotros llevándose a nuestra corderita a su hogar en el otro lado, para que podamos seguirla en seguridad algún día. Quiero volver al Señor y quiero algún día estar de nuevo con mi corderita, ya que Jesucristo aseguró que de los niños es el reino de los cielos (Mt.19:14)”. En este atardecer se arrepintieron y decidieron seguir otra vez a su Pastor.

Las crisis en la vida muchas veces tienen lecciones para nosotros.

En la historia de Eliseo encontramos varios relatos en los cuales diferentes personas pasaron por serias crisis. Las crisis en la vida demuestran lo que realmente hay en nosotros.  A veces vienen sin que nosotros tengamos que ver con ellas; y otras veces, son nuestras decisiones y actitudes las que las originan. ¿Cómo reaccionamos en ellas y qué solución hay? Y podríamos preguntarnos también ¿qué es lo que producen?

Analizaremos la historia del sitio de Samaria en 2R.6:24 – 7:20. En esta historia podremos observar: 1) La incapacidad humana; 2) La intervención divina, y 3) el impacto personal que origina.

1. INCAPACIDAD HUMANA

A. La ocasión

Este sitio se dio en Samaria, la capital de Israel. Allí todo el ejército sirio tenía rodeada la ciudad. “Después de esto aconteció que Ben-adad rey de Siria reunió todo su ejército, y subió y sitió a Samaria. Y hubo gran hambre en Samaria, a consecuencia de aquel sitio; tanto que la cabeza de un asno se vendía por ochenta piezas de plata, y la cuarta parte de un cab de estiércol de palomas por cinco piezas de plata. Y pasando el rey de Israel por el muro, una mujer le gritó, y dijo: Salva, rey señor mío. Y él dijo: Si no te salva Jehová, ¿de dónde te puedo salvar yo? ¿Del granero, o del lagar? Y le dijo el rey: ¿Qué tienes? Ella respondió: Esta mujer me dijo: Da acá tu hijo, y comámoslo hoy, y mañana comeremos el mío. Cocimos, pues, a mi hijo, y lo comimos. El día siguiente yo le dije: Da acá tu hijo, y comámoslo. Mas ella ha escondido a su hijo”. (6:25-29).

B. La situación

El sitio a Samaria duró tanto tiempo que desató una terrible hambruna. Esta fue tan terrible que la cabeza de un burro, que no tiene mucha carne, y para colmo era considerado inmundo por lo que no deberían comerlo, se vendía a casi 1 kg de plata. Se comía hasta el estiércol de las palomas. Pero, uno de los casos más chocantes de este sitio fue canibalismo de dos mujeres, las cuales ambas tenían un bebe. El arreglo que habían hecho era que un día se comieran al bebe de una y al otro día el de la otra. Pero esta segunda madre escondió su bebé después de haber comido el de la otra (2R.6:28,29).

C. La reacción

En medio de una crisis, existen muchas formas de reaccionar. En esta historia observaremos algunas de ellas, para luego analizar cuál fue la más eficaz.

1) Vemos desesperación

En este sitio las cosas se habían puesto realmente mal. La comida escaseaba de tal forma que había que ser rico para poder comprar alguna porquería, y para colmo llegaron a comerse a sus propios hijos.

Frente a crisis en la vida muchos reaccionan con profunda desesperación, justamente porque no tienen esperanza.

Una vez, en un entierro de una chiquita de 5 años que murió de leucemia, presencié como la tía estaba a los gritos frente a la tumba: “¡deja que vaya yo; quiero morir yo!” y se quería tirar a la tumba. En cambio, los padres de la chiquita, preciosos creyentes, aunque estaban quebrados por el dolor, se encontraban confiados y en paz.

2) Vemos ceguera espiritual

En Samaria, el rey y el pueblo, no se dan cuenta, o mejor, no se quieren dar cuenta, que esta calamidad venía como consecuencia de su pecado. Dios mismo, por medio de Moisés había advertido, que, si el pueblo se alejara de Su palabra y siguiera los ídolos, Él los entregaría a los enemigos y sufrirían hambre al punto de caer en el canibalismo: “Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo. El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades” (Dt.28:53-57). Estas profecías, dichas un par de siglos antes, se cumplieron de forma terrible. Era tan evidente el cumplimiento de la palabra de Dios, que realmente había que estar ciego para no ver la realidad. El camino de desobediencia jamás podrá contar con la guía y la bendición de Dios.

3) Vemos apariencia de arrepentimiento

Cuando el rey oyó las palabras de aquella mujer, rasgó sus vestidos, y pasó así por el muro; y el pueblo vio el cilicio que traía interiormente sobre su cuerpo. Y él dijo: Así me haga Dios, y aun me añada, si la cabeza de Eliseo hijo de Safat queda sobre él hoy”. Cuando el rey escucha el relato de canibalismo en su propio pueblo, rasga sus ropas en señal de espanto. Allí el pueblo puede ver que por debajo tenían puesta una ropa de cilicio que demostraba arrepentimiento. Seguramente el profeta le había dicho que tenían arrepentirse de sus pecados para que Dios interviniera. Parecía que el rey había seguido este consejo. Pero evidentemente no era honesto, porque al momento culpa al profeta de la calamidad y lo quiere matar. Esta vestimenta e incluso esta señal de dolor eran una farsa.

En varias oportunidades he escuchado o también he visto a personas arrepentirse de un mal camino. Pero sólo fue algo externo y del momento. A veces hasta lloran, pero creo, que muchas veces sólo lloran por las consecuencias de sus hechos, pero no están arrepentidos de corazón. Interiormente no cambiaron. De nada sirven lágrimas de tristeza por la situación, si no hay un arrepentimiento sobre respecto a la actitud equivocada y un completo cambio de rumbo. Esto es el verdadero arrepentimiento.

Entonces vemos diferentes actitudes frente a la crisis. Vemos apariencia de arrepentimiento, vemos ceguera espiritual, y vemos desesperación. ¿Será esa la actitud correcta frente a la crisis? Esto lo analizaremos en el próximo programa. Dios te bendiga.

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