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Autor: William MacDonald

Un enfoque claro sobre algunas de las principales enseñanzas de la Biblia: ley y gracia, venidas de Cristo, Israel y la Iglesia, expiación, dos naturalezas, y más.


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PE2417 – Estudio Bíblico
¿Cuál es la diferencia? (2ª parte)



¡Amigos! Para comprender y gozar de las Escrituras adecuadamente es necesario que sepamos diferenciar entre la Primera y la Segunda Venida de Cristo, y también entre las fases de su Segunda Venida. Pero ¡tranquilo! Iremos e a poco. En primer lugar, la que se conoce como la “Primera Venida” de Jesucristo se refiere naturalmente a Su nacimiento como bebé en el pesebre de Belén. La “Segunda Venida”, por su parte, señala hacia adelante, hacia el tiempo en que volverá a venir. Como indica 1 Pedro 1:11, la Primera trata de los sufrimientos de Cristo, la Segunda de las glorias que han de seguir tras ellos.

Los profetas del Antiguo Testamento previeron la venida del Mesías, pero se hallaban confundidos por lo que veían. El Espíritu de Dios les revelaba que Cristo vendría tanto en humillación como en gloria. Él sufriría, derramaría Su sangre, y moriría, pero también triunfaría por encima de todos Sus enemigos. Ellos no podían conciliar estos hechos; de lo que no se daban cuenta era de que estaban tratando con dos venidas distintas del Mesías, con más de 2000 años entre ambas. A menudo las dos venidas quedan entremezcladas en la Biblia, sin que haya indicación alguna de un período de tiempo intercalado entre ambas. Si aprendemos a detectar estas rápidas transiciones, ello añadirá mucho a nuestra comprensión de la Biblia.

He aquí algunos ejemplos. Hallamos las dos venidas de Cristo en Isaías 9:6,7: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su nombre; y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto”. La venida a Belén queda descrita con las palabras: “Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado…”. Todo el resto del versículo señala hacia adelante, hacia el tiempo en el que Él volverá a reinar en poder y en gran gloria.

Pero en el Nuevo Testamento también hallamos que se entremezclan las dos venidas. Veamos Lucas 1:31-33, por ejemplo: “Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús. Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre, y reinará sobre la casa de Jacob para siempre; y su reino no tendrá fin”. El primero de los versículos se cumplió evidentemente cuando Jesús nació. Pero los versículos 32 y 33 pasan por alto esta actual Edad de la Iglesia y llegan al tiempo en que Cristo volverá a sentarse sobre el trono de David para reinar sobre la tierra.

Ahora quisiera amigo, detenerme un poco más en la Segunda Venida de Cristo. Es necesario darse cuenta de que ésta no se trata de un único evento, sino más bien tiene lugar a lo largo de un período de tiempo y tiene cuatro etapas o fases. Ellas son: un principio, un curso, una manifestación, un clímax.

El principio de la venida de Cristo es el Arrebatamiento o Rapto, esto es, la venida de Cristo a por Sus santos. Él vendrá en el aire, los muertos en Cristo serán resucitados, los creyentes vivos serán transformados, y todos irán a la casa del Padre. Esto podría tener lugar en cualquier momento y tendrá lugar en un instante del tiempo. 1ª tesalonicenses 4:13-18 lo explica claramente: “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en Él. Por lo cual os decimos esto por palabra del Señor: que nosotros los que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.

La segunda etapa, el curso de la venida de Cristo, incluye el Tribunal de Cristo, cuando se darán los premios a los creyentes por su fiel servicio, y la Cena de las Bodas del Cordero. Por su localización en el libro del Apocalipsis, sabemos que las bodas tendrán lugar antes del glorioso reinado de Cristo. Lo incluimos aquí a pesar de que no se utiliza la palabra venida en relación con este suceso. Apocalipsis 19:6-9 señala: “Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. Mientras que estos eventos están teniendo curso en el cielo, amigo, la tierra estará experimentando un tiempo de tribulación, un período de aproximadamente siete años durante el cual Dios derramará Sus juicios con una intensidad continuamente creciente sobre la tierra.

La tercera fase es la manifestación de la venida de Cristo, es decir, Su retorno a la tierra en poder y gran gloria para reinar como Rey de reyes y Señor de señores. El Arrebatamiento no será presenciado por el mundo; tendrá lugar en un abrir y cerrar de ojos. Pero todo ojo verá a Cristo cuando Él venga a reinar. Por ello se le llama la manifestación de Su venida. Ésta es la tercera fase de Su venida. Sobre esta Mateo 24:27 relata: “Porque como el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre”. Y luego los versos 24:37 y 39 agregan: “Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre (…) Y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre”.

La última etapa es el clímax de la venida de Cristo, la destrucción de los cielos y de la tierra con fuego, luego del reino milenario de Cristo sobre la tierra. A ello se refiere la Segunda Epístola de Pedro 3:4, 7-13: “Y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su venida? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación… pero los cielos y la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos, Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento. Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.”

En este capítulo leemos que en los últimos días surgirán burladores que negarán la probabilidad de la venida de Cristo. ¿A qué aspecto de Su venida se refieren? ¿Se refieren acaso al Arrebatamiento? No. Probablemente no saben nada acerca del Arrebatamiento. ¿Se están refiriendo acaso a la venida de Cristo a reinar? No. Es evidente que no es esto. Todo el contexto indica que lo que ellos están ridiculizando es el castigo final de todos los hacedores de maldad por parte del Señor. Se refieren a un último juicio supremo de Dios sobre la tierra, o lo que ellos denominan “el fin del mundo”. El argumento de ellos es que no tienen nada acerca de qué preocuparse: Dios no ha intervenido jamás en la historia y tampoco intervendrá en el futuro. Así, ellos creen que son libres de continuar en sus malvadas palabras y acciones. Pedro da respuesta a su burla señalando al tiempo, después del reino milenario de Cristo, cuando los cielos y la tierra que ahora conocemos serán totalmente destruidos. Este clímax de la venida de Cristo tendrá lugar después del Milenio, y en la introducción del Estado Eterno.

Amigo, ¿qué hay de usted? ¿Está listo para todos estos acontecimientos que vendrán? En su Primera venida Cristo llegó a la tierra para vivir sin pecado y morir en nuestro lugar, para que así nosotros, usted y yo, pudiéramos ser libres del castigo por nuestra maldad. Romanos 5:8 lo expresa claramente: “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”. ¿Cree esto? ¿Reconoce que necesita que Jesús quite el pecado de tu vida? Dígaselo ahora mismo en oración y comience a esperar con gozo la Segunda Venida de nuestro Señor Jesús.


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