Comience a disfrutar de su Biblia (2ª parte)

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Autor: William MacDonald

Cualquier sistema que nos fijemos para estudiar tenderá a llevarnos por el camino de la rutina. Sin embargo, la Palabra de Dios es VIVA y EFICAZ, quiere decir que produce cambios y cumple su cometido. Este programa presenta herramientas para incorporar tanto lo uno como lo otro.


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PE2521- Estudio Bíblico
Comience a disfrutar de su Biblia (2ª parte)


 


Amigos, continuando hoy con nuestras sugerencias para disfrutar el estudio de la Biblia, comenzaremos comentando lo que se da en llamar “Las Tres Bases del Estudio Bíblico”. Las escuelas comunes, tradicionalmente se basan en tres fundamentos: “Lectura”, “Escritura”, y “Reflexión”. Todo lo demás está basado, por lo menos en parte, en estos fundamentos.

Hablemos del hábito o aspecto de la lectura. Es sorprendente cómo hay tantos creyentes que leen libros sobre la Biblia comentarios, estudios de la palabra, diccionarios, sermones y libros geográficos, pero pasan muy poco tiempo en el propio texto sagrado. De todos modos querido oyente, lo animamos a usar estas y otras muy buenas ayudas bíblicas, pero recuerde que eso es todo lo que son, ayudas.

Algunos granjeros y otros obreros cristianos muy trabajadores que tienen poco tiempo para un extenso peritaje bibliográfico, conocen muy bien sus Biblias. ¿Por qué? Porque la leen una y otra y otra vez. Es recomendable usar un programa de lectura que cubra toda la Biblia, ya sea que tome un año o tres, o tanto como sea necesario, no se frustre. Parte de esta lectura, por supuesto, debería ser estrictamente devocional, es decir que pueda satisfacer sus propias necesidades espirituales. No esté siempre estudiando. Aun su lectura no estudiada, con el tiempo producirá efecto de conocimiento y entendimiento bíblicos.

Cuando usted lea en su tiempo devocional, no “deje su cerebro en el guardarropa”, examine con tranquilidad la lectura y de esa forma no saldrá con doctrinas extrañas que no tienen nada que ver con las buenas enseñanzas.

Hemos mencionado como segunda base del estudio de la Escritura. Siempre tenga algo para tomar nota a mano cuando esté leyendo la Biblia. Aun cuando sea en su tiempo devocional, es aconsejable que escriba la fecha de la lectura, frases subrayadas, y pensamientos que se hayan despertado. Hay personas que compran Biblias de margen ancho y (¡con suerte!) escriben prolijamente sus comentarios en el margen. Otros prefieren tener un cuaderno de estudio bíblico para sus pensamientos, preguntas, problemas, soluciones, referencias cruzadas, etc. Si usted no registra las piedras preciosas que encuentra, se olvidará de la mayoría de ellas. Compartirlas con alguien más en el correr del día también ayuda a fijar las ideas en su mente. “Verbalizar” sus pensamientos, el sentido de las palabras, ayuda a recordarlas más fácilmente.

Una tercera parte importante en el estudio bíblico es la reflexión respecto a lo que ha leído y escrito. A esto también se le llama meditación. En el lenguaje original del Antiguo Testamento, la palabra meditar se refiere a rumiar, de la misma manera que hace una vaca al masticar el bolo. Una de las razones por la que las falsas sectas orientales que promueven tipos de meditación no cristiana tienen éxito en la sociedad occidental es que los creyentes no meditan en la Palabra de Dios: leyendo, releyendo, reflexionando y repasando sus palabras e ideas mientras caminan, conducen, o se sientan tranquilamente en su casa, su jardín, o en grandes espacios abiertos.

En Lucas 21:14, nuestro Señor dijo que Sus testigos no necesitarían premeditar lo que dirían al ser juzgados por el crimen de ser Sus seguidores. Pero el apóstol Pablo le aconsejó a Timoteo que meditara. La idea en este caso es tener cuidado a la hora de practicar algo. Si todos los cristianos, ¡o la mayoría! que estudian la Palabra de Dios practicaran regularmente las bases del estudio bíblico: Lectura, escritura, y reflexión, ¡qué gran diferencia harían!

Veámos ahora más Bases Bíblicas para el estudio de la Palabra ¿Ha oído hablar del Método Literal?

Una de las reglas más importantes en el estudio bíblico es, “Si puedes interpretar un pasaje en forma literal, hazlo”. En otras palabras, si la primera lectura tiene sentido, no busque otro significado. Si la Biblia dice que Cristo reinará sobre la tierra por mil años, entonces quiere decir que Él reinará por mil años. La interpretación literal de la Biblia es preferible. La alternativa es intentar espiritualizar o alegorizar. ¡El problema con esto último es que luego nadie sabe cuál interpretación es la correcta!

Otra distinción a tener en cuenta cuando nos dedicamos a estudiar ordenadamente la Biblia tiene que ver con la Posición y Práctica. La posición es lo que somos en Cristo. La práctica es lo que deberíamos ser en nuestra vida diaria. En Colosenses 3:1 dice que fuimos resucitados con Cristo; esa es nuestra posición. Y debemos buscar las cosas de arriba; esa es nuestra práctica. Nuestra posición es perfecta. Nuestra práctica nunca lo será hasta que veamos el rostro del Salvador, pero debemos crecer siempre para parecernos más a Cristo mientras llega ese día.

También existe diferencia entre el rol oficial y el carácter personal. Veamos ahora algunos ejemplos. Juan el Bautista fue mayor que cualquiera de los profetas que fueron antes que él, según encontramos en Lucas 7:28, fue mayor en su rol como predecesor del Mesías. Pero esto no necesariamente quiere decir que fuera mayor en cuanto a su carácter. Al leer Lucas 1:28 vemos que María fue bendecida entre las mujeres por ser madre de nuestro Señor, pero esto no demuestra que ella tuviera mejor carácter que las mujeres del Antiguo Testamento.

Y de acuerdo con Juan 14:28, Dios Padre fue mayor en Su rol como Padre que Su Hijo mientras estuvo en la tierra. Pero en cuanto a su persona, ellos eran absolutamente iguales. El Señor mismo se despojó a sí mismo de su posición cuando vino a la tierra para ser nuestro Salvador, pero no se despojó de Su persona o de Sus atributos. Eso hubiese sido imposible. Los poderes gubernamentales son ordenados por Dios. Esto significa que oficialmente son siervos de Dios, aun cuando no lo conozcan personalmente.

En los próximos minutos comenzaremos la tarea de ver lo imprescindible que es el estudio del Texto en contexto. Stuart Briscoe, un predicador escocés, muestra la importancia de estudiar un texto en su contexto a través de esta graciosa historia.

“Un anciano iba caminando a la orilla del camino con su mula y su perro, cuando de pronto un camión los atropella a los tres, haciéndoles caer a una zanja. El hombre agredido demanda al conductor, pero el abogado del mismo declara que el anciano había dicho al conductor en el momento del accidente que él “nunca se había sentido mejor en su vida”.
Volviendo a preguntarle al anciano, el abogado dijo, “¿Mi cliente vino a preguntarle si estaba bien después del accidente?”
“Sí.”
“¿Y usted le contestó que nunca se había sentido mejor en su vida?”
“Bueno,” dijo el anciano, “yo iba caminando con mi mula y mi perro cuando este hombre apareció por la esquina a alta velocidad, y nos empujó a la zanja. Entonces saltó del camión con su arma. Fue a mi perro, y estaba sangrando, así que le disparó. Fue a ver a mi mula y como su pata trasera estaba quebrada, también le disparó. Después me preguntó, “¿Está usted bien?’ y entonces tuve que responderle, “¡Nunca me había sentido mejor en mi vida.

Querido Amigo ¡Estudie un texto dentro de su contexto! Aquí van algunos ejemplos que lo justifican: En Génesis 31:49 leemos: “Vigile Jehová entre tú y yo cuando nos apartemos el uno del otro”. Por mucho que se asemeje ésta no es una bendición cordial, como podría usarse hoy en día, ¡sino una petición a Dios para que vigile dos tramposos mientras se separaban y no podían vigilarse ellos mismos! Se trata de Jacob y su suegro Laban. Veamos otro ejemplo. En 1 Corintios 15:29 encontramos la siguiente interrogación “De otro modo, ¿qué harán los que se bautizan por los muertos, si de ninguna manera los muertos resucitan? ¿Por qué, pues, se bautizan por los muertos?

El contexto en este caso tiene que ver con la persecución y el martirio. Si no hay resurrección de los muertos, sería tonto que un creyente se expusiera a la muerte al ser bautizado para llenar las filas de aquellos que murieron como mártires. En nuestro próximo encuentro seguiremos viendo algunos ejemplos, pero hasta aquí queda clara la importancia de la necesidad de ser intencionales y conscientes a la hora del estudio de la Palabra.


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