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Continuamos hablando con Ethel Fortunato, representante de Sosteniendo la Cuerda, una organización que se encarga de apoyar a los misioneros uruguayos en todas sus necesidades. Continuamos aprendiendo sobre el trabajo que realizan y sobre lo mucho que queda por hacer. Te invitamos a conocer el testimonio de distintos misioneros, qué se está haciendo por ellos y cómo puedes ayudar tú hoy.


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EA0963 – Entre Amigas –
Sosteniendo la Cuerda – Parte 2



Entrevista a Ethel Fortunato

Victoria: Amigas, es un gusto estar con ustedes nuevamente compartiendo este espacio de la entrevista. Hoy nos acompaña Ethel Fortunato quien va a estar conversando con nosotros acerca de una tarea muy especial de la que ella forma parte. Ethel es parte de un equipo que se dedica a ayudar a un grupo selecto de personas. ¿Verdad Ethel? ¿Cómo estás? Muchas gracias por estar con nosotros.

Ethel: Hola, buenas tardes para todas. Estoy muy bien

Victoria: Ethel, ¿cómo es que los misioneros entran en contacto con ustedes o ustedes entran en contacto con los misioneros?

Ethel: Bueno, no es que nos busquen sino que es una relación de amistad, que es donde comienza todo lo que hacemos. Lo que tenemos que desarrollar son relaciones. Por otro lado, también estamos haciendo ya desde hace un tiempo un relevamiento de los misioneros que han salido, porque lamentablemente no los conocemos a todos. Conocemos a muchos pero no llegamos a todos, algunos porque realmente no tenemos forma de llegar a ellos y otros porque no tienen un interés en desarrollar una relación con nosotros, lo cual está perfecto. Pero lo que hacemos a veces es intentar establecer contacto con los misioneros que sabemos que están solos o que no tienen tanto apoyo. A veces sucede que un misionero sale y después de un tiempo nadie sabe de ellos, están un poco perdidos, entonces intentamos escribirle o comunicarnos para prestar ayuda en lo que necesiten. Ha sido muy bueno porque a algunos les ha servido mucho tener ese apoyo. También nos sirve mucho para tener una base de datos y así planificar cómo podemos ayudarlos y cómo podemos apoyar a la iglesia también.

Victoria: Y también para conocer cuál es el panorama general de los misioneros, mismo para estar orando. Tal vez sin difundir los nombres, porque sabemos que hay lugares en los cuales puede llegar a ser muy difícil que ellos sean identificados como misioneros, pero sí animarnos a orar por cada uno de ellos y por sus necesidades particulares.

Ethel: Claro. Nosotros conocemos a una hermana que siempre ora por los misioneros y que no se olvida de ninguno, pero ella no maneja redes o es tímida para hacerlo, y por esa razón no tiene un contacto directo. Entonces lo que hacemos es actuar de intermediarios y decir: “fulana de tal pregunta por ti, siempre está orando por ti”. Esa es una forma de hacer nexos. O por ejemplo cuando mandamos paquetes con regalos, que hay que comprarlos, hay que llenarlos y lo más caro es enviarlos por correo. Todo eso se hace con las ofrendas y ayuda de distintos hermanos o iglesias. El tema es que yo soy la que lo envío porque alguien lo tiene que hacer, entonces en el paquete aparece mi nombre y los misioneros me agradecen a mí. Por eso nosotros siempre decimos “tal iglesia mandó esta ofrenda para ti, para que pudiéramos mandarte este paquete”. Porque el objetivo no es exaltar lo que nosotros hicimos, porque lo hacemos entre todos.

Victoria: Claro, como se dice “hacemos lo que tenemos que hacer”, y a veces hacemos hasta un poco menos. Aun así es muy importante este tipo de iniciativas.

Ethel: Exactamente, además hay otros que también lo hicieron, hay muchas personas detrás. Uno es la cara visible, que sí hizo cosas, pero que no fue el único. Eso es importante que lo sepan, que no piensen que todo sale de nosotros. Estamos agradecidos con todos lo que colaboran.

Victoria: Ethel, te quería pedir que nos contaras alguna historia específica que te acuerdes de alguno de los misioneros con los que han tenido contacto a modo de ejemplo, tal vez sin decir el país o el nombre pero que sea algo que se haya mantenido en el tiempo, algo que te haya tocado de manera especial o particular. Sabemos que todas las historias son diferentes pero un ejemplo.

Ethel: Son muchas historias porque el Señor no deja de sorprendernos. Lo que a mi que quedó fue lo de la llamada telefónica, que yo se que puede quedar en desuso hoy en día por el tema de los mensajes de WhatsApp, que permiten que la comunicación sea mucho más rápida, incluso en países que son complicados. Pero en realidad yo siempre me acuerdo de un domingo hace muchos años en el que tenía que llamar a una hermana que estaba del otro lado del mundo. Era bastante caro llamar y la verdad es que mi economía no estaba muy bien, pero después de orar y de pedirle al Señor que proveyera levanté el tubo, disqué toda esa cantidad de números y llamé. Esa hermana que todavía está trabajando en el campo misionero me dijo “yo estaba orando para poder hablar con alguien en español”. Y hasta el día de hoy se me pone la piel de gallina cuando lo recuerdo. Después el Señor proveyó para la llamada, y yo le agradecí al Señor porque podría no haber hecho esa llamada y nunca haberme enterado de que la tenía que hacer. También me ha pasado a mí y a otros hermanos también, que el Señor nos llama para orar de noche. De repente me despierto con la necesidad de orar por un obrero y oro. A veces te enterás y a veces no, pero el año pasado me pasó con alguien que soñé que tenía un problema determinado y después se lo conté, no sé por qué porque yo nunca me agarro de los sueños, pero ella me contó todo lo que le había pasado. No digo que el sueño fue profético ni nada de eso, pero fue un aviso para que yo estuviera orando por ese tema. Es simplemente estar escuchando, ser sensible a la voz de Dios y a lo que Él quiere con eso. También es importante saber que hay misioneros que son muy conocidos y hay otros que no son conocidos para nada. Es importante que nos contactemos con todos, que no nos guardemos de hacer contacto con nadie, porque hay algunos obreros uruguayos que están con muy bajo presupuesto para cubrir sus necesidades y cumplir la tarea, así que oremos para ver qué es lo que el Señor hace. Algunos van con una tarea paralela, con un trabajo secular, pero porque tienen que hacerlo. En otros lugares no lo pueden hacer, o porque la visa no lo permite o por los motivos que sean. Por eso tenemos que estar alertas, atentos a aquello que pasa y a lo que podemos hacer todos como iglesia uruguaya. Así que todos tenemos muchísimo para hacer.

Victoria: Sí, y hay que tener cuenta lo importante de tener lazos, ¿no? Porque muchas veces, ya sea con la iglesia o con las personas, se genera ese vacío en el medio. Pero como tú decías, el hecho de escuchar a otro hablar en tu propio idioma ya es algo que anima. Porque es un esfuerzo de la mente estar escuchando y hablando una segunda o tercera lengua, por más de que se domine. Son esfuerzos de la mente que agotan y que también pueden llegar a afectar. Como tú decías, algunos no tienen un trabajo de ocho horas pago, pero tienen mucho más trabajo con las personas y haciendo estos vínculos con la comunidad también.

Ethel: Sí, exactamente. Cada tanto algunos vienen por un tiempito a Uruguay a visitar a la familia y a descansar. Algunos pueden volver a la casa de sus familias porque tienen algún cuartito o algún lugar, pero no todos lo tienen, ya sea porque hay conflictos en la familia, porque no tienen familia o porque su familia no tiene el lugar. Es necesario poder conseguir lugares donde ellos puedan quedarse en ese período, o si tienen en donde quedarse igual conseguirle algunos días de vacaciones en algún lugar. Eso es otra cosa que estamos tratando de movilizar. Conseguir ofrendas para pagar el alquiler de dos o tres días de un lugar en donde puedan retirarse con su familia para poder salir un poco de todo eso y descansar. Por eso necesitamos ofrendas para pagarlo o casas que puedan estar dispuestas a ser prestadas para ese fin. Es muy importante el tiempo del descanso, nosotros lo precisamos y ellos también.

Victoria: Una cosa antes de terminar, en esos viajes de retorno muchas veces se da lo que es el choque de regreso, ¿no?

Ethel: El choque transcultural inverso, sí.

Victoria: Exacto, que ven a los sobrinos que crecieron, a los amigos que de repente continuaron con su vida o lo que sea, y para eso también hay que tener cierta contención, porque el misionero llega a un lugar es el mismo pero que la realidad es diferente.

Ethel: Sí, por eso el cuidado tiene que estar presente en el antes, en el durante y en el después. Esas son las tres etapas del cuidado. El antes preparándolo, el durante cuando está en el campo y el después cuando regresan. Puede ser de vacaciones, porque vuelven a jubilarse o porque terminó el período de servicio en ese lugar. La adaptación es difícil porque todo cambió, el país, la iglesia. Se encuentran con muchas cosas que quizás ya sabían pero que todavía no han vivido. Por otro lado pasa que tu corazón se queda en parte en el lugar de donde venís y al mismo tiempo es de acá. Entonces no sos totalmente de acá, no sos totalmente de allá, sos del reino de Dios. Nosotros a veces no entendemos, e incluso a veces comentamos cosas como el acento que tienen, o el idioma de los hijos, pero viven en otro lugar y tienen que irse adaptando también. Eso es parte del choque también. La manera de moverse, la falta de actividad también, todo eso requiere cuidado. También requiere cuidado y es un área que tenemos que desarrollar, lo que es el tema de la jubilación, porque un día van a volver y no aportaron todos esos años porque sus iglesias no pudieron y porque no tuvieron un trabajo secular, pero hay que buscar formas para que desde el vamos puedan tener para una jubilación. Porque parece que no pero 20 años se van rápido, lo digo ahora que estoy del otro lado y me doy cuenta. Es horrible cuando llegan a ese tiempo del retiro y no pueden hacer nada, no tienen para vivir dignamente. Porque además deberíamos seguirlos sosteniendo y no lo hacemos.

Victoria: Porque como no están en el campo muchas veces no los tenemos en cuenta.

Ethel: Y también porque nosotros a veces vemos tanta necesidad en Uruguay, ya sea de nuestros propios pastores o de nuestros hermanos, que no tomamos en cuenta a esa persona. Pero esa persona fue alguien que trabajó fielmente hasta el último momento en la obra del Señor. Entonces son temas para desarrollar, seguir aprendiendo, que el Señor nos siga guiando y mostrando para tener sabiduría en eso.

Victoria: Y también es una forma de no solo cumplir con la gran comisión sino también de devolver un poco, ¿no? Porque nosotros estamos hoy acá y hemos conocido a Dios gracias a que hubo gente que se sacrificó y, pudiendo tener sus comodidades, terminó sus días en el campo.

Ethel: Bueno, el Señor dijo: “Id por todo el mundo” y nos mandó a todos. Pero son muy pocos los que salen comparado con los que nos quedamos, entonces una manera que tenemos nosotros de cumplir el “id”, ya que no vamos, es cuidando, velando por aquellos que salen.

Victoria: Bueno, muchas gracias, Ethel, por tu tiempo. Vamos a pedirte también las vías de comunicación para después poder pasárselas a nuestras amigas por si alguna quiere ponerse en contacto, quiere saber un poco más o quiere colaborar. Tal vez alguna que nos está escuchando tiene el sentir de emprender algo similar en su país, porque nos están escuchando desde distintos países. Ha sido un pantallazo general pero al mismo tiempo muy específico del trabajo que realiza Sosteniendo la Cuerda. Amigas, las invitamos a que nos sigan acompañando en los próximos programas en los que les traeremos mucho más Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

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