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Autor: Norbert Lieth

Pocos días antes de su muerte, Jesús habló a sus discípulos en el Monte de los Olivos. Este sermón contiene las más importantes declaraciones proféticas de la Biblia, que nos ayudan a ordenar cronológicamente los hechos futuros y nos desafían a alcanzar con el Evangelio a los que están afuera.


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PE2465- Estudio Bíblico
Señales de Su Venida (11ª parte)


 


Norbert Lieth (el hermano que ha planteado toda esta serie de estudios) señaló que cuando él era estudiante en un Seminario Bíblico le enseñaron que la Biblia era el sujeto y nosotros el objeto. En otras palabras: es la Biblia es la que trata con nosotros, y no nosotros con la Biblia. No podemos comprimir a Dios dentro de nuestros esquemas, independientemente de cuán moderno se haya vuelto el mundo.

Tenemos mil excusas, disculpas y justificaciones para nuestros errores. Minimizamos el pecado, y decimos: “Hoy en día todo el mundo lo hace”, “no es tan grave”, “vivimos en otra época”, y otras excusas. Pero el tema no es ese. Lo que interesa es que Dios no ha cambiado, ni ha cambiado Su modo de ver y juzgar el pecado. El joven José lo comprendió y estableció correctamente las prioridades. Cuando la mujer de Potifar lo quiso seducir, dijo, con temor de Dios: “¿Cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?” (Gn. 39:9).

Dile hoy en día a alguien que el adulterio y las relaciones extramatrimoniales son un gran mal y que son, en primer lugar, un pecado contra Dios. Te mirará con incredulidad o se reirá de ti. Qué bueno sería, amigo, que todos tuviéramos la actitud del ladrón en la cruz, quien antes de morir, reconoció su maldad y la confesó, sin tratar de justificarse. Leemos en Lucas 23:41 que él dijo: “Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas este ningún mal hizo”.

El relato de lo que le ocurrió a Lot y la ciudad de Sodoma nos muestra la triste realidad de que ya no había ningún sentido de justicia entre los habitantes de dicha ciudad. Tenían y defendían su propia justicia, pero la justicia como Dios la quiere ya no se encontraba entre ellos. Hoy en día tenemos en nuestras sociedades una justicia puramente humanista. En algunos países quizás se logre establecer cierta justicia social; sin embargo, la justicia bíblica ya no se encuentra en ninguna parte. Por eso, nuestro mundo se sumerge espiritualmente en tinieblas cada vez más profundas. ¡Qué cierto es el dicho: “La humanidad sin divinidad se convierte en bestialidad”! Y esta nos llevará directamente al reino del anticristo.

Cuando Lot y sus huéspedes quisieron retirarse a dormir, leemos en Génesis 19: “Todos los hombres de la ciudad de Sodoma rodearon la casa y, desde el más joven hasta el más viejo empezaron a gritarle a Lot: ¿Dónde están los hombres que vinieron a tu casa esta noche? ¡Sácalos! ¡Queremos acostarnos con ellos!” (Gn. 19:4-5; DHH). Todos entendemos lo que estos versículos significan. Aquí se invierten todos los valores naturales dados por Dios, los cuales Él ha puesto en nosotros.

Lo mismo pasa hoy en día: lo que es absolutamente pervertido, es declarado normal; y ¡ay del que diga algo en contra! Para colmo, amigo, cuando Lot quiso proteger a sus dos huéspedes de los perversos hombres de Sodoma, éstos le gritaron: “Quita allá; y añadieron: Vino este extraño para habitar entre nosotros, ¿y habrá de erigirse en juez? Ahora te haremos más mal que a ellos. Y hacían gran violencia al varón, a Lot, y se acercaron para romper la puerta” (Gn. 19:9). ¿No es éste el carácter de nuestro tiempo? El problema principal es que se acusa a otro para justificar la propia culpa. A los ojos del mundo, el pecado no es ninguna mala acción, pero sí lo es la intolerancia de los que lo denuncian.

En la historia de la ciudad de Sodoma, como en la actualidad, también vemos que se le quitó importancia a la seriedad de la Palabra de Dios. Cuando Lot informó a sus dos yernos la seriedad de la situación y les quiso prevenir de la destrucción, les dijo: “Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad”. Pero, a sus yernos les pareció “como que se burlaba” (Gn. 19:14). Cuando un cristiano renacido habla acerca del juicio de Dios, del infierno y del arrebatamiento, los no creyentes posiblemente lo cataloguen de ridículo. Para ellos todo eso suena como un mal chiste. Pero aún más triste es que un hijo de Dios no se tome en serio todas las porciones de la Palabra de Dios y oculte estas verdades por temor a la gente.

Al final del relato en Génesis nos enteramos de que Lot fue rescatado, mientras que Sodoma sucumbió. Pedro, dice acerca de Lot: “Sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio” (2 Pe. 2:9; comp. Ap. 3:10). En el último libro de la Biblia, vemos la misma división: “El que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía…” (Ap. 22:11). Lot fue “arrebatado” del juicio sobre Sodoma y Gomorra porque era “piadoso”. Es decir, confiaba en la Palabra de Dios y aceptó, por fe, la salvación que Dios le ofrecía. Es a través de la fe en el Señor Jesucristo que la persona se transforma en alguien “piadoso” y es guardada del juicio.

Pero ¿qué pasó con los demás? “Mas el día en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a todos”, leemos en Lucas 17:29. La Iglesia de Jesús desaparecerá repentinamente, y entonces la tierra será herida por juicios nunca antes vistos. El apóstol Pablo también habla claramente sobre estos dos destinos en su Segunda Carta a los Tesalonicenses: “Y a vosotros que sois atribulados, daros reposo con nosotros, cuando se manifieste el Señor Jesús desde el cielo con los ángeles de su poder, en llama de fuego, para dar retribución a los que no conocieron a Dios, ni obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesucristo; los cuales sufrirán pena de eterna perdición, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de su poder, cuando venga en aquel día para ser glorificado en sus santos y ser admirado en todos los que creyeron (por cuanto nuestro testimonio ha sido creído entre vosotros)” (2 Ts. 1:7-10).

Una revista cristiana establece la siguiente verdad: “Tanto los cristianos como los judíos creen en la gracia de Dios. Pero no creen que ya no exista la ira de Dios, porque si así fuera, los asesinos triunfarían por encima de sus víctimas… Su gracia y Su amor no convierten a Dios en un “Papito bueno” que “no hace nada”, sino que nos muestran los propósitos de Dios para con nosotros…”. Querida amiga, querido amigo, debe saber una cosa: el objetivo de Dios no es juzgarle. Antes bien, usted está destinado a ser salvo y a obtener el perdón: “Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”, leemos en 1 Tesalonicense 5:9.

En Génesis 19 se nos relata que los ángeles le tendieron la mano a Lot, a su esposa, y a sus hijas. El texto bíblico dice que “deteniéndose él, los varones asieron de su mano, y de la mano de su mujer y de las manos de sus dos hijas, según la misericordia de Jehová para con él; y lo sacaron y lo pusieron fuera de la ciudad” (Gn. 19:16). ¿Dónde es que Dios nos ha tendido la mano a nosotros? ¡En la cruz del Gólgota, amigo! Todo aquel que se sujeta de la mano de Dios, creyendo en Jesucristo, es salvo. El Señor le quiere rescatar a usted también, Él le tiende Su mano horadada por los clavos de la cruz. Todo depende, ahora, de si usted tomará esa mano y se dejará salvar. Le animo a que dé ese paso, confiando plenamente en la obra que el Hijo de Dios consumó en la cruz del Gólgota.

Y si usted, amigo, ya ha puesto su confianza en Cristo, quisiera recordarle las palabras de Judas, versos 22 y 23: “A algunos que dudan, convencedlos. A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne”. En otras palabras: Esfuércese con todos sus dones naturales y espirituales para sacar a otros del área de la destrucción, pero ¡no se deje contagiar por su pecado! Evite todo lo que pudiera mancharle, aún en lo más mínimo.


Si desea puede adquirir el libro sobre el que está basada esta serie de programas.


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