Asesoría de imagen
19 octubre, 2021
Dios en la paz y la adversidad (1ª parte)
2 noviembre, 2021
Asesoría de imagen
19 octubre, 2021
Dios en la paz y la adversidad (1ª parte)
2 noviembre, 2021

Blanca Domínguez comparte cómo recibió de Dios el llamado misionero en África, más específicamente Mozambique. En el programa de hoy puedes escuchar todos los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar, pero como Dios abrió las puertas para que se hiciera su voluntad. ¡No te pierdas de esta entrevista!


DESCARGARLO AQUÍ:
EA1050 – Entre Amigas –
Proyecto Alcance



Entrevista a Blanca Domínguez

Victoria: ¿Qué tal, amigas? Es un gusto estar con ustedes nuevamente en este espacio de la entrevista. Hoy nos acompaña Blanca Domínguez, ella tiene una linda historia con misiones de la que nos va a estar hablando. Así que bienvenida, Blanca, y ya te preguntamos: ¿Cómo comienza el vínculo con las misiones en tu vida?

Blanca: Me pasa algo particular porque no tenía, en ese momento, a nadie cerca que sea mi inspiración, o alguien a quien me gustaría parecerme, un ejemplo, sino que cuando tenía 12 años estábamos en medio de una crisis muy grande acá en Uruguay, y recuerdo que Dios me habló en mi habitación y me mostró una plaza con niños. Algo me hizo entender que eso era África, entonces en ese momento, no sé cómo explicarlo con palabras, pero algo espiritual sucedió dentro de mí y quedó como sellado en mi corazón ese continente. Con el tiempo, se fue dando forma, se fue dando color cuando me animé a contarlo, y fue formándose un llamado misionero en mi vida. Pero particularmente fue eso que Dios me mostró, eso que colocó en mí el Espíritu Santo en esa tarde, mientras estaba orando con la inocencia de una adolescente que está buscando al Señor y está buscando el rumbo de su vida. Así que bueno, comienza desde ahí.

Victoria: ¿Cuáles fueron tus primeros pasos para poder llevarlo adelante?

Blanca: Fue un proceso bastante largo, porque como les contaba anteriormente, recibí ese llamado a los 12 años. Entonces no tenía un líder de misiones, no se hablaba mucho por aquel entonces de esto, porque te estoy hablando de hace 22 años atrás, yo ahora tengo 34. Las misiones no era un ministerio que estuviera desarrollado, y desde mi lugar, desde mi iglesia lo veía como un llamado para otras personas. Entonces pasaron muchos años en los cuales lo primero que hice fue orar. Me acuerdo que pasé mucho tiempo orando, fue una de las grandes bases, así que creo que muchas de las cosas que pude cosechar en los últimos años han sido producto de las oraciones de aquel entonces. Después me acuerdo de que me fui animando a compartir ese sueño, esa locura en aquel momento, con algunas personas allegadas que le alentaron. Eso es algo sorprendente porque hasta el día de hoy recuerdo las palabras de aliento de las personas y muchas de sus promesas las pudieron cumplir después de pasados tantos años de poder ayudarme, de estar conmigo, de orar, ofrendar, trabajar para que esto se cumpla. De tanto en tanto Dios hacía que ese llamado ardiera en mi corazón, y por otro lado me encontraba con que no era la persona capaz de llevar adelante tan gran llamado, tan gran desafío. Por eso no fue hasta los 27 años que Dios marcó mi corazón y determinó que ese era el tiempo. Ahí uno puede entender que el tiempo de Dios llega perfectamente, en el momento justo, ni antes ni después. Y mientras tanto, Él va forjando nuestro carácter y capacitándonos para la tarea. Eso es algo importante porque en todo ese tiempo, desde que Dios me llamó, hasta que pude lograr comenzar este llamado, jamás me aparté, sino que de tanto en tanto algo sucedía dentro de mí que me hacía recordar aquel llamado que recibí en mi habitación a los 12 años.

Victoria: ¿De qué forma se da el primer contacto que pudiste tener con personas en África, y cómo surgió Alcance, que sabemos que es una parte fundamental en este sueño?

Blanca: Cuando tenía 27, fui a una convención de distrito donde estaba el pastor Jorge Andrada predicando, no sé qué fue lo que predicó puntualmente, pero recuerdo que contó que su Iglesia estaba trabajando en África. Entonces contó un testimonio como parte de un mensaje, y eso fue como una flecha directa a mi corazón, a ese lugar en el que estaba guardada esa pasión, y como que explotó dentro mío. Cuando terminó su prédica yo me acerqué a él y me acuerdo de que le conté en breves palabras, y él me miró y me dijo: “Dios te va a abrir una puerta”. Entonces eso me pareció poco comparado a lo que yo sentía, necesitaba algo más tangible, algo de parte de Dios, no sé bien qué esperaba. Pero un mes más tarde, Dios abrió una puerta con un pastor que estaba preparando un viaje a Mozambique, que fue el que realmente colocó esa pasión en mi corazón por este país, y bueno, comenzamos a preparar el viaje con un grupo, se fueron dando todas las instancias, las reuniones de capacitación, y todo terminó en que no se dio el viaje. No avanzábamos, pasó el tiempo, se iba dando una fecha, luego otra fecha, esto nos pasaba con el tema de que algunos integrantes no tenían los recursos, y recuerdo que en una madrugada el Señor me despertó y me dijo que saliera de ese grupo, que no fuera parte, y me dio Alcance, este proyecto, este ministerio de misiones, y me dio toda una estrategia de cómo llegar a África.

A mí me pareció una locura porque nunca había salido del país, no había tenido un entrenamiento misionero como para poder viajar sola, entonces tenía todo un recorrido por delante. Además, tenía que hablar con mi esposo, hablar con mi familia, hablar con mis pastores; debía tener más recursos, porque cuando uno va solo necesita tener más recursos para poder sostenerse y sostener un proyecto, sobre todo esto, con lo ambicioso que era, porque era entregarles comida a muchas personas en África. Ese fue el primer contacto y ahí comencé a orar y comentarlo con mi familia y mis pastores en cuanto a tomar acciones propiamente dichas. Así que el 19 de julio fue cuando decidí tomar la decisión de empezar el proyecto desde cero, desde la nada.

Victoria: El recorrido que tuviste de ahí en más, ¿cómo se da?

Blanca: Bueno, de ahí nos tocó hacer toda la parte de la recaudación de fondos, que en misiones es todo un tema. Nos faltaban US$2000, que era un montón de dinero en ese tiempo, también teníamos que ajustarnos para poder tener los fondos para que mi esposo viajara, porque íbamos a viajar los dos. A su vez nos faltaba sanitaria para los contactos, le pedimos ayuda a nuestro líder nacional de misiones, él se contactó con el supervisor de Mozambique, porque esa nación había quedado en nuestro corazón y era como una continuidad de lo que veníamos trabajando en ese tiempo. También nos faltaba el tema de los papeles, hacer pasaportes, la parte sanitaria, las visas, que lleva mucho tiempo, conocimiento, planificación. Todo eso, el Señor fue obrando y fue abriendo las puertas para que pudiéramos tenerlo todo. Me acuerdo de que ya el 12 de diciembre, por ahí, nos embarcamos para África e íbamos a hacer un trayecto de Montevideo a Johannesburgo, porque la idea era hacer parte del trayecto en ómnibus para abaratar los costos y así poder usar los recursos para poder comprar más comida y alcanzar a más personas. Así que llegamos a un lugar que no conocíamos, sin conocer el inglés, que fueron cosas que no tuvimos en cuenta en ese momento, que no las recomiendo que las hagan. Cuando cuento mi experiencia a veces pienso “guau, ¡qué locura!”, porque desconocíamos mucho la cultura y hay muchas cosas para las que hay que estar un poquito entrenados para que el viaje sea un poquito más fácil. Es como que caímos en un país sin saber demasiadas cosas, y bueno, cuando llegamos a Mozambique tampoco hablábamos portugués. Pero fue algo tan nacido del corazón de Dios, que Él hizo perfectas todas las cosas. Hoy, viéndolo para atrás, hubiera cambiado otras cosas, me hubiera preparado de otra manera, pero el Señor necesita empujarnos, impulsarnos para que nosotros podamos tomar las decisiones y hacer su voluntad. A veces esperar tener todas las cosas para poder lograrlo es algo que en realidad no nos llevaría a poder realizar nuestro sueños, nuestro llamado, lo que Dios tiene para nosotros.

Victoria: ¿De qué forma los recibieron las personas en Mozambique? ¿Entendieron qué era lo que ustedes iban a hacer?

Blanca: Cuando llegamos a África nos pasaron varias cosas, es como que Dios puso a personas en el camino que nos ayudaron a poder llegar a nuestro destino. Nos pasaron muchísimas cosas, por ejemplo, la visa estaba mal hecha y nos iban a trancar en la frontera. Además, es muy difícil viajar en ómnibus en países africanos, más uno siendo latino, es muy complicado porque hay una diferencia muy grande en cuanto a las culturas, y más para personas que no habíamos salido al campo. Había muchas pruebas a superar, pero Dios, colocó a personas estratégicas para ayudarnos a superar todas esas situaciones. Por ejemplo, el gerente de la empresa de transporte nos encargó a la guarda del ómnibus, le dijo que no nos dejara en la frontera, que nosotros éramos su responsabilidad. Y cuando llegamos a Mozambique fue un shock impresionante, porque se nota mucho el impacto cultural que hay, la pobreza, la necesidad, también el impacto espiritual, entonces ya al comenzar a entrar fue tremendo para nosotros. Ahí nos recibió el supervisor de la iglesia de Dios junto con otros pastores, llegamos a las 10 de la noche, luego nos llevaron a un centro de niños que es Arcoíris, que muchos lo deben conocer, y nos quedamos allí, que fue como un pedacito de cielo en medio de todo lo que estábamos viviendo, porque se vive intensamente.

Nos recibieron misioneros de Brasil, lo que fue lindo porque es muy diferente la cultura de allá. Los misioneros brasileros ya nos recibieron con un abrazo, nos dieron la bienvenida, y de repente las personas de Mozambique tenían un trato un poco más distante, así que llegar a ese lugar ya nos hizo sentir en casa. Para algunas iglesias fuimos las primeras visitas de misioneros del exterior y tampoco tenían contacto con personas de otros países, entonces fue algo muy bueno, lo tomaron de una manera positiva y para nosotros también fue lindo el ir descubriendo personas que con el tiempo se transformaron en nuestros amigos. Nosotros ya hemos viajado cuatro veces a Mozambique y la última vez fue en el año 2019, y nos dimos cuenta de que con el tiempo Dios había formado una amistad entre nosotros. Por más de que nos vemos cada tanto, una vez al año quizás, pero ya hay un vínculo, una relación de familia, no son nuestros hermanos lejanos de Mozambique, sino que son parte de nosotros, y tenemos historias de todo tipo con ellos. Muchas risas, muchas cosas que uno tiene que ir limando por los temas culturales, muchas pruebas que hemos pasado juntos en estos últimos años, pero siempre con el espíritu de hacer lo mejor para el Señor y aprender. Nosotros aprendemos muchísimo de ellos y ellos también han podido aprender algo de lo que nosotros hemos podido compartir.

Victoria: ¿Cuántas personas han formado parte de Alcance en todos estos años?

Blanca: Han sido muchísimas personas, realmente Dios nos ha dado la oportunidad, no solamente de llevar a personas en grupos de viajes, grupos misioneros que han sido 50 misiones distintas, unas casi 40 personas, porque algunas han repetido, sino también la oportunidad de poder alcanzar acá en Uruguay de otras maneras. Porque la gente está con un corazón dadivoso, está con ganas de poder ayudar, de poder involucrarse. Nuestro proyecto tiene una parte espiritual, una parte social también, entonces la parte social es una en la que todos pueden ser parte. Indistintamente de si son cristianos o si están interesados en la evangelización o en ayudar en una comunidad cristiana, simplemente lo hacen por el hecho de poder hacer una obra social en un lugar en donde hay tanta necesidad. Es un tema de humanidad. Entonces han sido cientos de personas, porque hemos llevado actividades a cabo en las que muchísimas personas que no conocemos, que son parte de otros grupos, nos han apoyado y han sido los que han sostenido todos nuestros proyectos en los últimos 6 años. También tenemos una red de donadores, entonces esas personas tal vez no han viajado, pero indirectamente lo han hecho con nosotros y lo hacen mensualmente con cada uno de los desafíos mensuales y proyectos que ponemos, porque no hemos viajado en estos últimos 2 años, pero sí seguimos ayudando desde acá y seguimos sosteniendo. Esta pandemia nos ha sostenido físicmamente pero no detiene la visión de Dios, y Él se ha encargado de proveer de todos los recursos para que sigamos y continuemos el trabajo en aquel lugar, como lo veníamos haciendo.

Victoria: Ya para ir terminando, nos gustaría saber qué proyectos tienen para el futuro.

Blanca: Bueno, tenemos tres proyectos que son en los cuales estamos trabajando. El primero lo trajimos desde el año 2019, que es la idea de poder construir un seminario bíblico que sirva también como base misionera en una provincia de Mozambique. Una de las cosas que nos motivó es que muchos de los pastores de la zona, por no decir todos, no tienen capacitación bíblica teológica y están necesitando de ese tipo de capacitación para poder llevar adelante sus iglesias. Entonces uno de los pastores con los que tenemos contacto, que es uno de los pastores que sí tiene capacitación, se va a encargar de brindar capacitación a los pastores para que el evangelio pueda ser predicado de una manera más pura. Una de las cosas que sucede dentro de las iglesias es la falta de doctrina que hay, entonces se mezcla el evangelio con las costumbres del lugar. Por eso en muchas iglesias hay cosas que están fuera de la Palabra de Dios y bueno, sería para nosotros un sueño poder levantar ese seminario.

Lo segundo en lo que trabajamos es en un sistema de socios. Los socios dan de su ofrenda para que podamos enviar ese dinero para las escuelas bíblicas. Durante la pandemia lo estamos destinando a comprar bolsas de comida, pero habitualmetne lo que hacíamos era tener las escuelas bíblicas con meriendas, para que ellos puedan predicar la Palabra y que los niños puedan tener algo de comer, porque es muy difícil poder predicar la Palabra con todas las necesidades y con el hambre que hay en los diferentes lugares de los cuales nosotros somos parte y apoyamos esas iglesias. Entonces los socios lo hacen a partir de $250, que son aproximadamente US$5 por mes, y a partir de eso enviamos todos los meses esa ofrenda para ayudar a esas iglesias que están asociadas a nuestro proyecto.

Lo tercero es el desafío del próximo año, esperamos que Dios mediante todo esto se pueda solucionar, podamos ver un horizonte mejor y que podamos ver un horizonte mejor, que pueda ir un grupo a trabajar para animar, para levantar, porque la pandemia ha hecho estragos en aquel lugar. Nosotros estamos acostumbrados a nuestros países en los que tenemos tecnología, tenemos acceso a distintas cosas, incluso tenemos la posibilidad, en la mayoría de los países, de acceder a la vacuna, pero en África hay una realidad completamente diferente, entonces la mayoría de los hermanos tienen las iglesias cerradas desde hace mucho tiempo, los gobiernos son muy autoritarios, entonces lo primero que hacen es cerrar las iglesias, y no tienen acceso a la tecnología como nosotros, que podemos tener nuestros cultos a través de diferentes plataformas, entonces la idea es poder dar nuestro ánimo, nuestro aliento y trabajar para poder levantar, reconstruir, animar a los hermanos y continuar esta obra que venimos haciendo y predicar el evangelio, como lo hemos hecho desde el principio. Esos son los proyectos que tenemos en nuestro corazón y trabajamos para eso con todo lo que se nos viene a la mano.

Victoria: Bueno, muchas gracias, Blanca, por este tiempo, por contarnos acerca de todo este proceso y este proyecto. Si nos están escuchando y quieren colaborar, qué bueno serían que se puedan poner en contacto con nosotras, a Entre Amigas, así les podemos pasar los datos. Gracias Blanca y gracias a ustedes, amigas por acompañarnos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo