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Guillermina Espinel nos cuenta acerca de la marcha a favor de la maternidad, que protesta por los derechos de las mujeres que desean ser madres. Mientras que las madres luchan por sus derechos, el derecho al aborto es facilitado y promovido. Te invitamos a reflexionar sobre este tema, y a aprender más de sus causas, como la “cultura de la muerte”, y sus consecuencias sobre nuestra sociedad.


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EA791 – Entre Amigas –
Luchando por la maternidad – Parte 1



Entrevista a Guillermina Espinel

Sonja: Muy bien queridas amigas, llegó el momento de la entrevista. Hoy vamos a tener a una invitada que nos trae un tema muy especial que seguramente nos abra los ojos frente a la carga de defender la vida. Vamos a estar hablando con Guillermina Espinel, que es docente en un colegio bilingüe, y vamos a ver que este tema es mucho más amplio y complicado que simplemente estar en contra o a favor del aborto.

Bienvenida Guillermina, ¿cómo estás?

Guillermina: Muy bien, muchas gracias por la invitación. Siempre es un gusto saber que podemos hablar y colaborar para que, como tú dijiste, las personas tengan una visión un poquito más amplia de este tema que nos afecta a todos.

Sonja: Yo realmente tenía muchas ganas de compartir lo que vamos a estar hablando hoy con Guillermina, con todas ustedes, queridas oyentes. Empezamos a hablar de esto por una marcha que se realizó el 27 de octubre, de la cual Guillermina participó, una marcha a favor de la maternidad. Guillermina, contanos un poquito de esto. ¿Qué es la marcha? ¿Por qué se realizó?

Guillermina: Bueno, antes que nada saludo a todas las oyentes, y entiendo que hay muchas personas que van a estar escuchando esto que no son de Uruguay, pero voy a dar un marco de referencia en cuanto el tema de la legalización del aborto.

Sonia: Claro, ahora estamos hablando específicamente de Uruguay, pero es muy probable que algo semejante esté pasando en los distintos países desde los cuales nuestras amigas nos escuchan.

Guillermina: Exactamente. Esto no va a ser tan extraño para muchas de las oyentes. En Uruguay, el 17 de octubre del 2012 se reguló el capítulo de aborto en lo que es la ley más amplia de salud sexual y reproductiva. Desde ese entonces, a través de varios decretos e implementaciones, el aborto es legal en Uruguay bajo ciertas circunstancias. Nosotras cada año en el aniversario de esta ley, hacemos diferentes manifestaciones, obviamente pacíficas, manifestando que hay temáticas en cuanto a esa ley que no están bien. En lugar de concentrarnos en lo negativo, nosotros queremos plantearle a la sociedad y al gobierno la parte positiva de la ley. Sabemos que hay una ley, sabemos que hoy en día la sociedad uruguaya decidió que esa ley quedara, pero la propia ley se está incumpliendo. Porque el espíritu de la ley no es solo la legalización de la práctica del aborto, es una ley de derechos de salud sexual y reproductiva, lo que incluye que una mujer que sí quiere tener un hijo tenga acceso las herramientas, los recursos, y el apoyo necesario para una maternidad sana. Y eso no se está cumpliendo.

El motivo de la marcha era despenalizar la maternidad, porque hoy en día vemos que hay todo un marco que rige lo que es el aborto y la mujer que quiere llevar adelante un aborto en su decisión personal, pero la mujer que quizás tenía dudas en cuanto a si proseguir o no con su embarazo y se enfrenta con la realidad de que sí, quiere seguir adelante, hoy no encuentra recursos de apoyo. Esa es nuestra manifestación a la sociedad, ¿qué pasó con esta ley? ¿cómo implementamos una parte de ella y omitimos otra que es tan valiosa como la primera parte? El espíritu de la ley es derechos de salud sexual y reproductiva, o sea que si quiero reproducirme debo tener las herramientas y los recursos necesarios que me ayuden a hacerlo, y eso no se está dando como debería.

Sonja: ¿Tienes algunos ejemplos prácticos? Contanos de casos en los que no existe el mismo apoyo para la mujer que quiere tener a su hijo y quiere llevar el embarazo a término, que para la mujer que busca realizar un aborto.

Guillermina: Nosotros sabemos que esta ley da un marco para que en un pazo previo a las 12 semanas de gestación, ella pueda llevar a cabo una interrupción voluntaria.

En lo que se llama el IVE (Interrupción Voluntaria del Embarazo), la mujer manifiesta a su ginecólogo que quiere llevar adelante este proceso, ella tendrá una entrevista con su médico ginecólogo u obstetra, va a tener una consulta con un asistente social y también con un psicólogo o profesional de la salud de la salud mental, y en un marco de reflexión de 5 días, se procede a brindarle las pastillas de misoprostol para que ella pueda realizar su aborto en la intimidad de su hogar, lo que no es para nada saludable desde el punto de vista de la salud mental, y todo eso se hace con períodos récord en cuanto a la atención médica. Cualquier persona en Uruguay sabe que cualquier procedimiento de atención con un especialista es totalmente extenso y desgastante para el paciente. El caso más concreto es la ecografía. Una mujer que quiere hacerse un IVE va a recibir dos ecografías: Una previa al procedimiento, y otra luego. Esto ocurre en un período de una semana y media, o menos. Para una mujer que quiere un embarazo los plazos de ecografía se extienden, y no son gratuitas. Entonces, ¿cuál es la igualdad que vemos? Para interrumpir la vida de un ser, lo puedo hacer rápido y acceder gratis a servicios por los cuales otras mujeres, que quieren tener al bebé, tienen que pagar

Sonja: Es paradójico, ¿no? Porque normalmente, si tu pensás en una mujer embarazada, con un pequeño bebé en su vientre, ¿no debe ser el sentimiento normal de cada padre, de cada miembro de la familia de salir a luchar por esta criatura, a defenderla? Sin embargo lo que vemos es todo lo contrario.

Guillermina: Es que si nos alejamos un poquito de esta situación, sin entrar en el detalle concreto, vemos que es algo mucho más grande, que es lo que definimos como la instalación de la cultura de muerte.

Sonja: Esta es una expresión muy interesante. ¿Qué se entiende por cultura de muerte?

Guillermina: Entendemos por cultura de la muerte cuando en una sociedad se instala el concepto de que hay cierto grupo de seres humanos en esa sociedad cuya vida no es valiosa, y por lo tanto no es defendida ni protegida como otros sectores de la población. Cultura de la muerte se da cuando yo pienso, de alguna manera, que mi vida vale más que la de otro ser humano. Puede ser por motivos de edad, por motivos de productividad, por temas de ideología, tanto sea políticas como religiosas, puede ser por algún tipo de instintivo o marca étnica, puede ser por miles de motivos. En el caso concreto de la cultura de la muerte del aborto, se discrimina por edad. El más pequeño, el que puede aportar más aún a una sociedad porque es una vida nueva, no se está valorando. No se defiende el derecho de ese ser humano.

Porque entendamos una cosa, es una guerra de ideologías, es una guerra de ideas, es una guerra por derechos reales y derechos falsos. Todo eso tiene que ver con cultura de muerte, porque no tiendo a defender lo que promueve vida, sino que promuevo, defiendo, y exijo como derecho lo que tiende a la muerte. Si hay un problema en la sociedad, ¿la única solución es la muerte de alguien? Eso es cultura de muerte. Si yo considero que para solucionar un conflicto tiene que morir alguien, la cultura de muerte se ha instalado en mi mente. Lo que vemos, tristemente, en la sociedad uruguaya y en muchas otras sociedades del mundo, es que la cultura de muerte se ha instalado. En general, comienza con el aborto, porque al que no vi, con quien no tuve interacción, no me importa eliminarlo. Eso es lo que pasa con el aborto, hablémoslo de forma clara, estamos eliminando a seres humanos. Sea por el motivo que sea, sea con el disfraz adornado de derecho, pero estamos eliminando seres humanos.

¿Quién garantiza que cuando yo no valoro a un ser nuevo, a un ser que tiene potencial, a una vida joven, nueva, sana, voy a valorar la vida de alguien que ya está al ocaso de su vida? ¿Quién garantiza las vidas que ya produjeron, ya aportaron a la sociedad y no tienen más que dar? Entonces para la audiencia, el tema del aborto no es un tema ajeno a mí. Porque si yo veo que en mi sociedad no valoran a un bebé, probablemente cuando sea vieja no me van a valorar a mí. Y perdón la expresión de usar la palabra “vieja”, pero en realidad la sociedad lo ve tan crudamente como eso.

Sonja: Y lo podemos ver en muchos aspectos.

Guillermina: Exactamente. Entonces, cuando uno llega a una edad que debería ser un símbolo de respeto, alguien que ya tiene la sabiduría de haber caminado por esta Tierra por más tiempo, lo desechamos también. Y sabemos que es así, cualquier oyente sabe que hay sociedades en las que el aborto y la eutanasia van de la mano, y luego de eso, ¿quién nos garantiza que no se abra el abanico entre medio? El que está enfermo, el que nació con algún tipo de dificultad física o mental, el que no es como la sociedad de ese momento espera que sea, sabemos que esto ha pasado muchas veces en la sociedad. Cuando el aborto no existía como práctica porque no había los avances médicos, existía el infanticidio. No es nada nuevo la cultura de muerte.

Sonja: Y tampoco es nada nuevo ver que en todo este panorama que nos muestras hay una clara ausencia de amor y también una presencia fuerte del egoísmo.

Guillermina: Sin duda, exactamente. Yo desafío a las oyentes que hasta por un poquito de egoísmo tendríamos que pensar hasta dónde esto nos va a afectar todo esto a nosotros mismos. Porque es el sentimiento más básico humano, pero querido oyente, el aborto le va a afectar a usted. No hay manera en la que no lo afecte. Porque cuando una sociedad legaliza, aprueba como gobierno, como nación, que hay cierto sector que no tiene derecho, ese es el marco legal, la plataforma y el trampolín para que cualquier otro grupo no tenga derecho a la vida.

Sonja: Guillermina, es interesante el enfoque que tu le das a este tema. ¿Qué es entonces ser provida? Explicanos un poquito.

Guillermina: A mi me encanta explicarlo así: Nosotros tenemos esta lucha, como sociedad, de ideologías, de derechos. Nadie en su sano juicio, incluyéndome, se opone a un derecho. Entonces cuando a mi me presentan el derecho a la salud sexual y reproductiva, yo escucho la palabra derecho, y estoy a favor. Pero estoy a favor de derechos reales. Ser provida defiende el derecho más básico, más elemental de un ser humano, que es del que dependen todos los demás derechos. Yo no puedo tener derecho al trabajo, a la educación, a un nombre, a la familia, si estoy muerto. El único derecho que no depende de estar vivo o muerto es el derecho a la dignidad. Hasta ese derecho, a un bebé abortado, se le quita. Porque todos sabemos dónde termina un bebé abortado. Y no quiero ser gráfica, no quiero tratar sin dignidad a este tema, porque aún para la persona que eligió esto en su vida, que eligió un aborto, hay una esperanza. Aquí somos provida. ¿Qué quiere decir eso? Que defendemos, apoyamos y hacemos todo lo que aliente a la promoción de vida. O sea que a la mujer que abortó y que hoy está viviendo en oscuridad, porque trae oscuridad, trae tristeza, trae un montón de sentimientos y problemas, a esa mujer, hay que promover la vida. A la persona que siente que su vida no tiene sentido o valor, a esa persona hay que promover la vida. Eso es ser provida, es defender todo lo que tienda a vida en vez de muerte.

Sonja: Guillermina, es un desafío muy lindo el que nos dejás. Pensar en esto que hablamos y también en cómo puedo apoyar y aportar para que estas mujeres puedan vivir esta provida en su situación, como tu dijiste, oscura. No solamente relacionado con el aborto sino también en otras situaciones.

No nos queda mucho tiempo pero sí nos quedan muchas cosas más para hablar. ¿Estarías dispuesta a acompañarnos en el próximo programa de Entre Amigas?

Guillermina: Cómo no, sería un placer.

Sonja: Muchas gracias, Guillermina.

Guillermina: Es un gusto, saludos para todas.

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