Los miedos de la vida y de la muerte

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Hermann Hartwich nos comparte acerca del miedo a la muerte. Nos da consejos sobre cómo sobrepasar este temor a la muerte de otros, y qué hacer cuando ya han partido. Más importante aún, nos cuenta sobre el mensaje de la Biblia: Que Jesús murió y resucitó para que nosotros ya no seamos esclavos de la muerte, sino que podamos tener vida eterna junto con Él. Te invitamos a conocer más acerca de cómo vencer a la muerte.


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EA0837 – Entre Amigas –
Los miedos de la vida y de la muerte



Entrevista a Hermann Hartwich

Hermann: ¿Qué tal queridos amigos? Bienvenidos a este espacio. A todas las mujeres, a todos los oyentes, les mando un abrazo muy grande porque realmente siento que hay una proximidad con ellos. Es un placer estar en este programa contigo, Sonja.

Sonja: Nosotras te agradecemos, Hermann, el privilegio es nuestro. Hoy vamos a estar hablando acerca de los miedos de la vida y de la muerte. Son todo un tema, ¿no?

Hermann: Son un tema muy grande, porque es una experiencia real y normal en todo ser humano.

Sonja: Sí. A veces uno le da un enfoque negativo al miedo. Yo, en realidad, creo que los miedos en muchas ocasiones nos hacen conscientes de un peligro, y nos ayudan a enfrentarlo, ¿no es así?

Hermann: Bueno, hay miedos sanos y hay miedos malos. Porque está el miedo, como tú decías, que nos previene de algún peligro. Pero también hay otros miedos o temores que nos paralizan, que nos perjudican, y que nos llevan por un camino por el cual no queremos ir. Son peligrosos esos miedos. Por eso en la vida tenemos que desarrollar la capacidad de controlar esos miedos y diferenciarlos.

Sonja: ¿Cómo los diferenciamos?

Hermann: Bueno, tenemos ciertos miedos que, como decíamos, nos van a ayudar a prevenir ciertos peligros. Por ejemplo, tenemos miedo de tener un accidente y por lo tanto no nos comportamos de manera imprudente en la calle. Pero existen otros miedos que pueden ser reales, pero también pueden ser imaginarios. Hoy vivimos en una ciudad muy acelerada a causa de la comunicación, a causa de la información, y cuando la gente está tan saturada por las cosas que suceden a nuestro alrededor, puede llegar a obsesionarse y a generar un miedo que es dañino. La persona se puede llegar a enfermar, no solo emocional y psicológicamente, sino aún físicamente a causa de los miedos. Es muy importante poder controlar eso.

Sonja: Es muy importante lo que mencionás, porque hemos tratado hace poco el tema de los ataques de pánico que están tan presentes hoy en día.  Es una sensación tan desagradable ese miedo, uno siente impotencia, dolor. Tu dices que hay que aprender a manejarlos, ¿cómo podemos manejar estos miedos?

Hermann: No es fácil manejarlos. Pero la Palabra de Dios, la Biblia, nos da una receta muy importante que yo considero y aplico en mi vida. Cuando Pablo le escribe a la iglesia de Filipos, les habla de cambiar las pautas de pensamiento. Y Pablo les dice que dejen de pensar en todo lo que no es bueno, en todo lo malo, en la envidia, en los celos, en la violencia, porque estamos constantemente invadidos con todo esto. Pero él dice que pensemos en todo lo honesto, todo lo bueno, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre, todo lo que sea digno de alabanza, en esto debemos pensar. Y luego sigue diciendo que cuando nosotros tenemos estas pautas de pensamiento, podemos llegar a experimentar la paz que sobrepasa todo entendimiento. Una paz inexplicable para nosotros. Tenemos que manejar esta parte de los pensamientos. ¿Cómo alimentamos nuestra mente? De acuerdo con cómo alimentemos nuestra mente, van a ser nuestras emociones y nuestros sentimientos también.

 

Sonja: Esto es muy importante, porque en todos los problemas que enfrentamos tenemos que decidir cómo lo vamos a enfocar, cómo lo vamos a decidir ver. Y este consejo de Pablo para los filipenses sigue siendo válido para nosotros también.

Hermann: Totalmente, y yo creo que hoy en día es más válido que nunca.

Sonja: Yo quiero decir que hay una realidad de la muerte en nuestra vida. Muchos de los miedos de las personas desembocan en este miedo principal, en el miedo a la muerte.

 

Hermann: La muerte es una realidad que todo ser humano va a experimentar en algún momento. Inevitablemente va a vivir la muerte de otros y luego llegar a su propia muerte. Es una experiencia normal en la humanidad. Todo el mundo sabe que nacemos, crecemos y eventualmente nos morimos. Hay distintos tipos de muerte, hay muertes naturales, muertes a causa de una enfermedad, hay muerte violenta, hay muerte trágica, eso es lo que a veces nos lleva al temor. En mi familia hemos vivido todo tipo de muerte, y una cosa para la cual tenemos que estar preparados en la vida es que eso va a acontecer en algún momento. Claro, nosotros no queremos que nos toque, pero la muerte va a llegar, porque Dios ha establecido vida, la decidimos nosotros. Siempre le digo a la gente cuando experimenta duelo que ahora entran a una nueva etapa de su vida. Tienen que volver a armar la estructura de su vida, tienen que reprogramar todo eso, porque ya la persona no va a volver. Como dice la Biblia, cuando las personas parten, descansan sus trabajos pero sus obras le siguen. Queda el recuerdo, el buen ejemplo, las enseñanzas quedan aquí, pero ya no los volveremos a ver aquí en la Tierra. Yo creo que los miedos en este caso van más por lo que va a acontecer después de la partida de un ser querido. El miedo a la inseguridad económica, a la inseguridad afectiva, a la impotencia, a tener que criar a los hijos solo o sola, hay muchos temores que se desarrollan por esa inseguridad que se da al perder el apoyo.

Sonja: Tú dices que la Biblia nos habla claramente acerca de la muerte. Si hablamos de la muerte, no hablamos solamente de dejar de existir en esta Tierra, sino de mucho más, ¿no?

Hermann: Sí. Dice Salomón en Eclesiastés que los que viven, saben que han de morir. Los que vivimos sabemos que hemos de morir.

Sonja: Lo sabemos y nos da miedo.

 

Hermann: Ahí está. Dios ha puesto en nosotros esa parte espiritual que es capaz de relacionarse con Dios, pero también ha puesto un testimonio adentro, y es que nosotros sabemos que vamos a morir, y que después de la muerte hay un juicio. Todo ser humano sabe que no se trata solamente de que esta carne se terminó, de que paró de circular la sangre, sino que hay vida espiritual, que nos diferencia de los animales. Tenemos espíritus eternos que vuelven a Dios. En algún momento vamos a enfrentar a Dios, y nuestra vía continúa, en otro nivel pero continúa, nosotros no dejamos de existir. Esto es solamente la cáscara o el caparazón que nos contiene, pero un día el Señor Jesucristo nos vino a revelar el misterio de la muerte. Él es el único que tiene la autoridad para hablar acerca de la muerte, porque él padeció por nosotros, murió, pero Dios lo resucitó. Esto trajo una esperanza de vida eterna, y cuando yo llego a esta convicción plena por el Espíritu Santo que produce en mí esta convicción, Dios me libera del temor de la muerte. Cuando yo conozco lo que dice Dios acerca de la muerte, eso me ayuda a superar mis temores. Porque la luz arroja a las tinieblas. Cuando yo recibo luz en mi entendimiento acerca de la muerte, entonces las tinieblas de la duda y del temor se disipan.

Sonja: Hermann, como pastor, seguramente muchas veces tuviste que aconsejar a personas que vinieron con ese miedo de la muerte. En puntos claros, ¿cómo puedo llegar a tener esta tranquilidad en el espíritu? Hoy en día hay tantas voces que parecen ser buenas, nos dicen que tenemos que encontrar nuestro centro, que tenemos que cumplir ciertas cosas para no tener temor. Pero ¿cuál es la verdad?

Hermann: La Biblia nos habla acerca de que el Señor Jesucristo vino a librar a todos que por el temor de la muerte estaban sujetos a la esclavitud. Porque una persona que vive atemorizada sobre el tema de la muerte es esclava, es esclava de su muerte, está sujeta y controlada por ese miedo. Eso hace que la persona no sea feliz, que no se sienta plena, que no tiene seguridad para nada. Pierde de vista el propósito para el cual vive. Es impotente. Jesús dijo que él vino a liberar a todos los cautivos, y nosotros estamos cautivos de nuestro miedo, de nuestra inseguridad, pero Jesús vino para darnos seguridad. Él dijo que vino para darnos vida, y vida en abundancia. Y él dijo que el que cree en él, tiene vida eterna, y no tendrá condenación, porque ha pasado de muerte a vida. Mis queridas amigas, los pasos que nos enseña Jesucristo en la Biblia son muy claros. Todos nosotros somos pecadores, por eso tenemos miedo. Porque por el hecho de ser pecadores, sabemos que le tendremos que dar cuenta a Dios de nuestros pecados, de nuestras malas acciones. De hecho, por nuestros propios pecados estamos condenados, y no tenemos derecho a tener acceso a la presencia de Dios, porque el pecado nos separa de Dios. Pero Jesucristo vino a plantearnos esta otra oportunidad, que por amor él vino y se hizo hombre para entendernos y, sobre todo, para acercarnos a Dios. Porque nosotros solos no buscamos a Dios. Él es el que nos buscó a nosotros. Querida amiga, Dios te está buscando a ti. Dios mandó a Jesucristo a buscarte, a llamarte, para decirte que si tu te arrepientes de tus pecados, si tu te dueles de tus pecados, de tus miedos, Él te entiende. Él es el único que te entiende totalmente. Debemos pedirle perdón por nuestros pecados y creer en Jesucristo, en que él es el único salvador, en que no hay otro camino. Jesús mismo dijo que él es el camino, la verdad, la vida, no hay otra forma de llegar a Dios si no es por él.

Sonja: Cuando Jesús dijo eso, habló de otra vida, ¿no? De la vida eterna.

Hermann: Claro, es la vida eterna. Es esa vida que, cuando nosotros le entregamos nuestra vida a Jesucristo, cuando le pedimos al Señor que nos salve, Dios nos salva y llena nuestro corazón. Perdona nuestros pecados y nos da vida. La vida eterna comienza ya desde el momento en el que tenemos ese encuentro con Dios. Desde ese momento comenzamos a disfrutar de la vida eterna, que es una vida de certezas. Yo tengo la seguridad de que estoy en Dios ahora. Y cuando yo tengo seguridad en Dios, cuando tengo seguridad en sus promesas, entonces yo vivo libre de temor. Porque el miedo está porque yo no tengo en quién confiar.

Sonja: Pero Dios nos ofrece, en Cristo, la confianza plena en Él.

Hermann: Jesús dijo, y con esto ya terminamos, que no tengamos miedo, que no se turbe nuestro corazón. Si creemos en Dios, creemos también en él. Mucha gente dice que cree en Dios, pero no cree que Jesucristo es el que murió por ellos en la cruz. Tenemos que creer en Dios, sí. Pero los demonios también creen y tiemblan, dice la Biblia. Por eso también debemos creer en Jesucristo, quien tomó tu lugar y mi lugar en la cruz del calvario. Él cargó nuestras culpas para ofrecernos el perdón y la vida abundante.

Sonja: Y con eso él venció a la muerte, ¿verdad?

Hermann: Sí, él es el victorioso, y nos ofrece esa victoria a nosotros. Yo estoy preparado para ir a la presencia de Dios en todo momento.

Mis amigas, que Dios les bendiga, y que busquen esta libertad maravillosa que tenemos en Jesucristo de todo temor. No gasten inútilmente sus fuerzas, sus emociones, su mente. No lo gasten en cosas que no sirven. Inviertan sus fuerzas, sus emociones, su amor, en Jesucristo, que es el único que les va a dar vida abundante.

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