“Liberación del brazo”, escapando al dolor

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La Psicóloga Gloria Hernández, especialista en adicciones, nos cuenta qué es la “liberación del brazo”. Práctica que recurren las personas con cuadros de depresión severos y buscan una “liberación” de su situación recurriendo a la autoflagelación o suicidio. Hablaremos de los síntomas y 5 puntos para tener en cuenta cuando abordamos esta problemática.


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EA821 – Entre Amigas –
“Liberación del brazo”, escapando al dolor



Entrevista a Psic. Gloria Hernández

Victoria: Queridas amigas, es un gusto encontrarnos nuevamente con ustedes. Hemos llegado al momento de la entrevista. En esta ocasión estamos con la psicóloga Gloria Hernández que también nos ha estado acompañando en algún otro programa de Entre Amigas. Lo primero que queremos hacer es saludarte, Gloria, muchas gracias por estar con nosotros.

Gloria: Gracias, Victoria. Siempre es una alegría poder saludar a todas las amigas que sabemos que están siguiendo los distintos programas. Y gracias a vos, Victoria, por poder tener este tiempo juntas.

Victoria: Gloria, hay algo que se llama “la liberación del brazo”, que tal vez muchos no sepan de qué estamos hablando, pero cuando empecemos a describirlo se van a dar cuenta de que muchos lo han escuchado o lo han visto. Yo me acuerdo de que hace unos años se usaba mucho en el ámbito carcelario el tema de los cortes o autolesiones. Se llama liberación del brazo pero también puede realizarse en otras partes del cuerpo. Quisiera que nos contaras acerca de qué se trata esto.

Gloria: Justamente es una práctica que vemos muchísimo en los adolescentes, y tristemente cada vez más. Poder entender esto es lo más importante: Ese adolescente que se corta, en realidad está dando un mensaje, hay algo le está queriendo decir a la familia, a los que están cerquita. La persona está pidiendo ayuda y está dando un mensaje, que en el fondo, inconscientemente, quiere que se descubra. Los cortes en los brazos son síntomas. ¿Qué es un síntoma? Es un signo, un indicador, es la punta del iceberg: es lo que se ve, pero detrás hay muchísimo más que está sosteniendo este síntoma. Un adolescente que se corta no se corta porque sí, porque esté de moda, porque tenga ganas, porque esté de vivo. Esto me parece importantísimo aclararlo, sobre todo a los papás o a la familia, porque a veces dicen estas cosas. Y no tienen por qué saber a qué se debe, por eso la propuesta de Entre Amigas de abrir los ojos a cómo se debe actuar en este tipo de situaciones. Entonces, en primer lugar, hay que ser conscientes de que ese adolescente está queriendo decir algo. No está de vivo, sino que ese síntoma es un mensaje, y siempre ese mensaje en el fondo tiene que ver con el dolor, con la angustia, con algo le está doliendo a ese adolescente. Cuando uno se corta naturalmente, cuando sufre un corte accidental, nos duele, ¿no? es un dolor físico. A este punto no llega cualquier adolescente, sino que son determinados adolescentes en los que hay un terreno que se ha venido gestando a lo largo de la vida, está su historia personal, está su sensibilidad, están las características de su personalidad y diferentes episodios que ha vivido, que llevan a la persona a llegar a cortarse. Imagínense, cualquiera de nosotros, por sentido común evitamos algo así. Pero si una persona llega a hacérselo, es porque hay un dolor emocional mucho más profundo, y tan intenso, que prefiere para “anestesiar”, para aliviar el dolor intenso que hay en su interior, al menos por un momento “distraerse” con el dolor físico, porque resulta tan intolerable, tan desbordante el dolor y la angustia que está llevando adelante. Lo que está debajo es eso.

Victoria: Qué importante lo que estás señalando, Gloria, porque por ejemplo yo, un caso así lo hubiera relacionado con un intento de suicidio. Que puede tener que ver, pero también puede ser que no. Pero estamos hablando de una liberación, de preferir un dolor en lugar de otro.

Gloria: Exacto, en definitiva es eso. Lo que hay que ver es qué le está doliendo a esa persona, sea adolescente o no.

Como vos decías, Victoria, puede ser en cualquier parte del cuerpo, pero generalmente es en el brazo. ¿Qué significa que sea en el brazo? En lo simbólico, en lo real, uno con el brazo hace de todo. Se comunica, actúa, agarra, acaricia, golpea, y muchas cosas más.

Victoria: Es una forma de interacción con el mundo que lo rodea, con lo que puede manejarse.

Gloria: Justamente, lo que está diciendo es eso, que no se puede manejar o que no puede solo o sola con eso que le está doliendo. Por eso mismo necesita ayuda. Sobre todo el adolescente, más que hablar por lo verbal, su lenguaje es un lenguaje de acción. Por eso tenemos que aprender a leer el lenguaje de acción del adolescente. Él nos va a hablar a través de lo que hace. Si se está cortando, hay dolores, hay algo profundo que está pasando en este adolescente, que solita o solito no puede, que tenemos que estar cerca, tenemos que acercarnos con una mirada y con un corazón de apertura. No con una mirada de juicio, de condena, porque eso lo cierra más en su dolor.

Victoria: Ni de reproche, ¿no? El “¿por qué no me dijiste?”

Gloria: Exactamente. Es importante que el padre y la madre hablen con él, no desde un lugar crítico, sino que desde ese espejo tan sano en el que nos debemos poner todos, en una autocrítica sana, sincera y radical con uno mismo como parte de un grupo familiar. Algo pasó que tiene que ver conmigo. No culpa. En general cuando trabajamos estos casos con familias hay mucho amor, el problema es que no se supo leer, no se supo entender, no se supo darle un espacio al hijo de tanta confianza como para que se anime a compartir lo que le estaba pasando. Entonces hay que evaluar eso, ¿qué pasó en la comunicación con mi hijo o con mi hija? Tal vez estoy muy parada en el juicio, tal vez solo tiene que hacer lo que yo diga, y no me abro para hablar de todos los temas. Tal vez hay temas tabúes en la casa, cuando lo sano es que todo se ponga sobre la mesa, que se hable con respeto, con calidad, y que uno se informe. Hoy tenemos la maravillosa posibilidad del Google. Tenemos la posibilidad de, sabiendo buscar correctamente, encontrar información muy valiosa, y podemos equiparnos de herramientas para ayudar a nuestros hijos.

Victoria: Hablábamos de lo que pasa cuando descubro que mi hijo ha hecho algo así. ¿Cuál sería el tratamiento?

Gloria: Este punto es muy importante. Cuando una mamá, un papá, un amigo lo descubre, ¿qué debe hacer? Inmediatamente debe ir al centro de salud, a la mutualista. Seguramente va a tener una primera entrevista en médico general que luego le dará paso al médico psiquiatra. Acá quiero hacer una aclaración importante, y es que a veces el ir al psiquiatra se ve de cierta manera, se lo relaciona con la locura, pero nada que ver. Gracias a Dios, la ciencia ha avanzado mucho y sigue avanzando en conocimiento y en formación, entonces cada vez más la psiquiatría ha avanzado, para que el médico psiquiatra realice una evaluación, y, si es necesario, de una medicación correspondiente. No hay que tenerle temor a la medicación. Vivimos en un tiempo en el que ha avanzado enormemente la medicación psiquiatra, los psicofármacos, y ya no tienen casi efectos secundarios. Hay veces que lo químico es muy importante unido a lo psicoterapéutico. Así como tenemos órganos, el cerebro también es un órgano. Como tal, se puede desbalancear, por ejemplo en determinadas depresiones, y se necesita una ayuda de medicación que vuelva a equilibrar la química cerebral. Por lo tanto hay que ir al médico psiquiatra, al especialista en esa área que es el que va a tratar con el problema correctamente.

Otro punto fundamental es la psicoterapia, poder ver qué está diciendo este adolescente con el corte, qué está pasando en su vida, cuáles son los dolores que no está pudiendo soportar y sostener, y que lo han desbordado. Al adolescente no hay que dejarlo solo, necesita quien lo acompañe en ese proceso. Hago un alto en esto: acompañar no es invadir, no es imponerse ni estar encima asfixiando al adolescente, sino que es acompañarlo con respeto y con una escucha sabia. A mí me gusta muchísimo lo que dice el profeta Isaías en la Palabra de Dios, cuando dice: El señor me dará lengua de sabio para llevar palabras al cansado, mañana tras mañana despertará mi oído para que oiga como los sabios. Y yo digo: ¡qué maravillosa conjugación! Es el equilibrio que le pido a Dios cada día en mi practica como psicóloga y como persona también. Que pueda tener una escucha de sabio, que escuche a esa persona con el corazón. Y palabras de sabiduría para poder ayudar, a veces una palabra de aliento, otras veces una palabra de afirmación, o una palabra de esperanza. Porque el dolor a veces es la falta de esperanza, de no ver horizontes, el dolor es a veces una autoestima tan denigrada, que el adolescente siente que no vale nada, que es el fallado de la familia. Así que es importante afirmarlo, hacerle ver cuánto vale, cuán precioso es, cuántos talentos tiene, qué hermosa persona que es, qué gestos tan lindos que hace, palabras que lo afirmen. Con esto estamos trabajando en la prevención, porque este adolescente estará rodeado de palabras que lo afirmen, que lo hagan ver que es amado. Sabrá que tiene con quién hablar y que le van a escuchar sin juicios. Sabrá que tiene quien le ponga límites, quien le indique el rumbo que debe seguir, que le enseñe valores, tanto con la palabra como, sobre todo, con el ejemplo. Y sobre todo, lo más importante, tendrá la transmisión de la fe. El adolescente que crece sanamente es aquel que crece en la espiritualidad, con un conocimiento de Jesús, no para vivir una religión estructurada y rígida, sino que para vivir una relación fresca con Jesús, cuando Jesús es su mejor amigo, el que nunca le va a fallar, el que le da dignidad, el que le afirma su valor, el que le muestra el camino correcto. Realmente esa relación va a marcar una diferencia que va a ser la clave de crecer sanamente.

Entonces pensemos que el amor, la comunicación, la puesta sana de límites, los valores bien transmitidos con el propio ejemplo y la fe en Cristo son como 5 patas de una mesa que van a ser un gran escudo de protección frente a lo malo, y de gran bendición para que nuestros adolescentes crezcan sanos, fuertes, y caminando firmemente por la vida.

Victoria: Agradecemos a la psicóloga Gloria Hernández por estar acompañándonos hoy, y a ustedes, amigas, las invitamos a que sigan escuchando Entre Amigas en el programa de la semana que viene. ¡Hasta la próxima!

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