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Hablamos con Mercedes Martínez acerca de su experiencia en la crianza de sus dos hijos, uno de los cuales ya se casó. Te invitamos a conocer las cosas que Mercedes ha aprendido de la crianza de los hijos. Nos trae consejos acerca de el ejemplo, las enseñanzas, el respeto, la comunicación, las prioridades y mucho más. No te pierdas la oportunidad de conocer más de este tema tan importante.


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EA822 – Entre Amigas –
Cuando mi hijo se casa – Parte 1



Entrevista a Mercedez Martinez

Victoria: Queridas amigas, hemos llegado al momento de la entrevista en este Entre Amigas. Nuevamente nos acompaña Mercedes Martínez, ella estuvo con nosotros algunos programas atrás hablando del trabajo de misiones, sobre la experiencia que tuvo, y sobre la recuperación que tuvo después de un accidente. Hoy viene a hablarnos de otra área de su vida. Ella, junto con su esposo el pastor Garabedian, están trabajando hace muchos años, y hoy nos viene a hablar de la familia. Vamos a hablar de una etapa que seguramente a todas las mamás les toca vivir, si no es porque los hijos se casan es porque se van a vivir solos. En este caso lo hemos titulado “cuando mi hijo se casa”. ¿Cómo estás Mercedes? es un gusto tenerte nuevamente.

Mercedes: Bien gracias, Victoria. Gracias a ustedes por la invitación y gracias al Señor por permitirme compartir lo que Él me ha ido enseñando con el tiempo. ´

Victoria: Muy bien, vamos a estar hablando de los hijos. Mercedes nos contaba que era un sueño de ella el tener una familia, de poder criar hijos.

Mercedes: Sí, desde jovencita ya soñaba con tener una familia, con tener esposo, y si el Señor me lo concedía, tener hijos. Y así fue. A los 20 años conocí al Señor como mi salvador personal, comprendí que Jesús había muerto por mí, comprendí su obra, su sangre derramada en la cruz para limpiar mis pecados, y también en todo esto aprendí de la Palabra de Dios, la Biblia, y me conduje según lo que ella decía. El modelo de familia que Dios enseña en su Palabra es que formaran una familia un hombre y una mujer, y que tuvieran hijos, que se multiplicaran. Y bueno, el Señor me concedió tener hijos. A los 26 años tuve a mi hijo Andrés, que ya está casado desde hace un año y medio, y tiene 26 años. También tuve a mi hija Fabiana, de 24 años, que está de novia desde hace dos años.

Cuando tuve a mi hijo Andrés, me dijeron que tener un hijo es como lanzar una flecha. Las mamás somos el arquero, los hijos son la flecha, y ellos tienen que ir hacia un blanco. Entonces como arqueros tenemos que saber cómo hacer para que esa flecha vaya derecha y que de en el blanco, que sería una vida recta, según los principios de la Palabra de Dios.

Victoria: Además, siguiendo con la figura de la flecha, es el hijo el que va a trascender y va a seguir adelante para que no se pierda lo que uno cree y lo que uno ha comenzado a hacer. Así que la nena y el varón ya están grandes. Muchas amigas pueden pensar en el momento cuando su hijo se case y lo ven como algo lejano, pero este camino empieza mucho antes, ¿no? Para la mamá no es únicamente el momento en el que conoce al yerno o a la nuera, sino que es un trabajo que comienza antes.

Mercedes: Exactamente. Comienza antes para que cuando llegue ese momento, los padres hayan trabajado lo que debían sobre su hijo. Es como el barro en las manos del alfarero. El hijo, ese barro blando, cuando uno lo toca lo imprime y lo modifica. Así es el hijo, según lo que nosotros le vayamos enseñando es cómo se va a ir formando. Y cuando esté seco, va a estar bien formado según lo que se le ha enseñado. Entonces hay dos caminos: o darle buena enseñanza, o no. Dice la Palabra de Dios: Instruye al niño en su camino y no se apartará de él. Entonces enseñándole buenos valores tenemos la promesa de que va a tener una buena vida. Somos responsables de cómo vayan a vivir nuestros hijos. Lo que decimos lo tenemos que respaldar con nuestras propias vidas. Somos responsables de ellos, o sea que no se le enseña solo en la escuela, sino que es en el hogar en donde se va a formar ese niño, ese adolescente, ese jovencito. Depende de nosotros, del tiempo que le dediquemos, de dónde saquemos las enseñanzas que le vamos a dar. No es lo que él cree, lo que a él le gusta, sino que tiene que ser el adulto, que es el responsable, el que le diga al niño lo que le conviene. Hay que ponerles límites. Ellos a veces hacen cosas para probarnos, para ver hasta dónde pueden llegar. Entonces tenemos que ser los papás quienes les vayamos dando las instrucciones.

Victoria: Qué importante que es eso, el poder encaminar, instruir, pero ver de dónde sacamos esas cosas. Porque a veces un padre, una madre, puede pensar en lo que le puede dejar a sus hijos, y piensa solo en cosas materiales. Pero hay cosas que son mucho más valiosas que se le puede inculcar a los hijos, y que los van a acompañar para siempre. Porque las cosas materiales quizás el día de mañana las pueden perder, pero los valores no los van a perder nunca.

Mercedes: Sí, justamente encontramos en la Palabra de Dios consejos para todo. Entre todos los consejos que tiene la Palabra, están en el libro de Proverbios muchos consejos para cómo debemos criar a los hijos. Aprendemos entonces que tenemos que cuidar las amistades, a qué casas van, con quiénes se juntan, que sean amigos que tengan los mismos valores que les inculcamos en el hogar para que no los desvíen. Debemos tener celo por nuestros hijos, considerarlos como uno de nuestros tesoros. También tenemos que tratar de que obedezcan por convicción y no por imposición, que no sea una obligación sino que cuando les demos consejos y ellos los apliquen, lo hagan con gusto sabiendo que es lo mejor. No porque se lo dice mamá, sino porque ellos realmente pueden comprobar que haciendo estas cosas, aplicando los buenos consejos, les va a ir mejor. También es importante que haya respeto pero no temor hacia los padres, o hacia quienes los estén criando. Es importante tener un buen diálogo con ellos, que puedan confiar en nosotros como para contarnos sus temores, y que sepan que no van a ser juzgados con severidad sino que va a haber tolerancia. Porque de lo contrario se cierran y no hay diálogo. Lo peor que puede haber entre madre e hijos es eso. Debemos procurar tener una amistad.

Victoria: Qué importante, Mercedes, lo que estabas hablando de la confianza y del diálogo. Son aspectos que llevan tiempo. Para tener tiempo para los hijos hay que saber administrarse bien, ¿no? Por ejemplo en tu caso, siempre trabajaste y además siempre estuviste muy involucrada con las tareas de la iglesia, con el pastorado de tu esposo, tenías las tareas de madre también, y muchas veces esos hijos tenían que “prestar” a su mamá. ¿Cómo es ese tema de manejar bien el tiempo y de tener prioridades claras?

Mercedes: Es muy importante poner un orden, como dice la Palabra. Antes del servicio, nuestro primer ministerio, nuestra primera responsabilidad es en el hogar. Y si Dios nos ha concedido hijos, nuestra prioridad es primeramente ellos. Podemos tener otras actividades, pero sin descuidar el dedicarles tiempo a ellos. Salir, instruirlos, atenderlos en sus distintas necesidades, y que siempre sepan que tienen a alguien que siempre los va a ayudar. En ese proceso también tenemos que buscar no airarlos, dice la Biblia, no hacerlos enojar, sino que tiene que haber una tolerancia en ese tiempo que les estamos brindando. Todo el tiempo que empleamos en ellos va a ser bueno porque después podremos prevenir tener que lamentarnos. Los hijos se van deslizando despacito porque despacito los vamos descuidando. Entonces tenemos que estar siempre alerta. Atender a las responsabilidades, sea en el trabajo, en la iglesia, las necesidades de los demás hermanos, pero ese tiempo con los hijos tiene que estar siempre presente. Si ellos nos necesitan tenemos que estar siempre para ellos. Primero nuestros hijos.

Victoria: Tiene que ver también con lo que hablabas de tratar a los hijos como el tesoro más preciado. La prioridad es ellos, que además no solo están acompañando lol que decimos, sino que también nos están viendo. Por eso es muy importante ser coherentes entre lo que decimos y lo que hacemos.

Mercedes: Sí. Nuestra conducta siempre debe cumplir con todos esos valores que les hemos enseñado. De nada sirve dar consejos si ellos después ven que hacemos otra cosa de la que decimos. Nuestra vida tiene que respaldar lo que decimos.

Victoria: Una de las cosas que estuvimos hablando fuera de micrófono fue del ejemplo que fue tu mamá para ti. Hablando de los yernos y las nueras, qué importante es ser ejemplo en ese sentido también. Una cosa que comentaste es que nunca escuchaste a tu mamá hablar mal de sus nueras.

Mercedes: Sí. Llegó un momento en la vida de mi hijo en la que él empezó a sentir interés por una jovencita y entonces yo recordé la conducta de mi mamá, y cómo ella se había comportado con su nuera. La había tratado con respeto, como trataba a mi hermano. No siendo hija, la trataba como a una hija. Con el mismo cariño.

Victoria: De esto vamos a continuar hablando en la segunda parte de esta entrevista. Estamos hablando con Mercedes Martínez de “Cuando mi hijo se casa”. Las invitamos a ustedes, amigas, a que no se pierdan la próxima parte de esta entrevista. Gracias a ti, Mercedes, por acompañarnos en este programa de Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

Mercedes: Gracias, Victoria.

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