Las misiones son oportunidades

Adolescencia en el siglo XXI – Parte 2
10 abril, 2018
Ministerio «Llamado Frontera»
11 abril, 2018
Adolescencia en el siglo XXI – Parte 2
10 abril, 2018
Ministerio «Llamado Frontera»
11 abril, 2018

La misionera Elena van Haaren nos comparte su testimonio, además de desafiarnos a servir a Dios con disposición y entrega. Te invitamos a conocer más acerca de su servicio, y de los consejos que nos trae hoy para ser de testimonio y de bendición para otros. Elena nos desafía a ser sensibles a las necesidades de los demás, a llevar una vida de integridad, y a depender completamente de Dios y del plan que Él tiene para nuestras vidas.


DESCARGARLO AQUI:
EA807 – Entre Amigas –
Las misiones son oportunidades



Entrevista a Elena Van Haaren

Victoria: Hola amigas, ha llegado el momento de la entrevista y es un gusto poder compartir hoy con Elena van Haaren. Ella va a estar compartiendo con nosotros su experiencia y vamos a estar hablando de misiones, de oportunidades y de formas en las que las mujeres podemos servir a Dios. Es un gusto tenerte con nosotras Elena.

Elena: Muchas gracias por la oportunidad, es un gusto para mí.

Victoria: Dijimos que vamos a hablar de misiones. Tal vez cuando escuchamos la palabra misiones puede haber una idea de irse lejos de nuestro hogar, de nuestro entorno. Eso es parte, pero en realidad las misiones también son algo cotidiano, ¿verdad?

Elena: Sí. Yo pienso que somos misioneras 24 horas por día y 7 días a la semana. Por supuesto dormimos, pero el ser misionera es más la disposición del corazón que lo que uno está haciendo o el lugar en el que lo hace. Ser misionero es una disposición del corazón.

Victoria: Ser misionero, en realidad, tiene que ver con llevar un mensaje, con llevar una buena noticia, y no solamente es con lo que podemos legar a hablar, sino también con lo que hacemos, porque muchas veces solo observar nuestro comportamiento también transmite un mensaje.

Elena: Sí, eso es verdad. Ser misionera tiene mucho que ver con uno mismo, entonces no es una fórmula de hacer determinada cosa que aplica a todos, sino que es una manera de vivir. Lo más importante de una misionera no es ella misma, sino la conexión que tiene con Dios, y con el mensaje de Dios. Porque uno no se puede hacer misionero a sí mismo, sino que la dependencia del Señor es el fundamento de la misión.

Victoria: Les contamos a nuestras amigas que Elena nos está visitando desde Holanda. En esta oportunidad te ha tocado salir de las fronteras, pero no es la primera vez, ¿verdad?

Elena: No. Yo crecí en Latinoamérica porque mis papás eran misioneros de Llamada de Medianoche, entonces vivimos en Montevideo por un año. Ahora es la segunda vez en mi vida que estoy en Montevideo, estoy aquí con mis papás y mi hermana también, y es muy especial. Después de haber vivido aquí vivimos 6 o 7 años en Bolivia, en el interior, en la selva Amazonas, y 2 o 3 años en Costa Rica. Yo luego fui a hacer mis estudios a Holanda, y regresé a trabajar a Perú por un año. Después estudié la Biblia por dos años en Estados Unidos. Por eso yo siempre digo que soy holandesa, pero en no soy holandesa.

Victoria: Claro, dicen que de los lugares en donde uno está, se lleva una parte consigo.

Elena: Sí, eso es muy cierto.

Victoria: Entonces les comentamos a quienes nos estén escuchando, que donde trabajó Elena en Perú es una organización misionera que se encarga de la traducción de la Biblia a distintos idiomas. ¿Podés contarnos cuál fue tu trabajo allí? ¿Cuánto tiempo estuviste en Perú?

Elena: Yo estuve en Perú por un año y mi trabajo era muy diverso. Yo no trabajaba en la traducción, sino en el apoyo de los misioneros que traducen la Biblia. Trabajé en la administración y en la casa de huéspedes, también daba clases de español a los hijos de los misioneros, yo estaba dispuesta a hacer lo que hiciera falta.

Victoria: ¿Cómo se dio la oportunidad? ¿Cómo llegaste a tener contacto con la institución, y cómo fue la llegada a Perú? Porque nos contaste que viviste en Latinoamérica con tu familia, pero en esta oportunidad fuiste sola.

Elena: Sí, fui sola. Yo estaba trabajando en Holanda en el área de finanzas, y estaba buscando una oportunidad para ir a algún lugar de misionera. Así que le escribí a diferentes organizaciones preguntando si necesitaban a alguien para trabajar con ellos por medio año. Todo esto lo hice orando y pidiéndole al Señor que me guiara. Esta organización de Perú fue la única que contestó, así que eso para mí fue la contestación del Señor.

Victoria: Qué lindo. Qué importante que es lo que compartías recién, que fuiste dispuesta a hacer lo que fuera necesario. Muchas veces está la idea de que tal vez un misionero está para hacer una tarea específica, y en realidad no es así.

Hay muchas situaciones a las que un misionero se tiene que enfrentar, ¿no?

Elena: Sí, y eso es algo que uno practica durante toda su vida. No todo es fácil, pero el fundamento es la dependencia del Señor y el estar dispuestos a hacer lo que Él mande. Entonces mi oración para cada día es que el Señor pueda usar mi vida para la meta para la cual Él quiera usarla. Y yo no siempre sé que es lo que Dios quiere para mí, pero en la dependencia del Señor, Él nos guía. A veces se presentan oportunidades que no podría haberlas organizado ni planificado, pero el Señor sí. Como misioneros, yo creo que es muy importante que veamos el corazón de las personas con las que estamos en contacto, ver más allá de lo que vemos a simple vista. Yo creo que las mujeres tienen una sensibilidad especial para lograr eso.

Victoria: Sí, es esa sensibilidad de poder percibir cuando alguien está mal, cuando alguien está bien, o cuando algo está pasando. Algunos lo llaman la intuición femenina, pero es verdad que las mujeres somos sensibles, y no se necesita ir lejos para usar esa sensibilidad, sino que se puede empezar con la familia, con los vecinos o con los compañeros de trabajo.

Así que ahora estás trabajando en tu profesión, en Holanda. Allí, así como pediste la guía del Señor para que abriera las puertas e Perú, seguís pidiendo la guía del Señor día a día. ¿Verdad?

Elena: Sí, eso es lo que los compañeros de trabajo observan. Yo en mi trabajo no digo: “Soy cristiana y por eso hago tal cosa.” Al principio yo no quería decir que era cristiana porque en Holanda tienen una idea de que el cristiano es de determinada manera, y eso podría llevar a que se cerraran puertas y no se volvieran a abrir. Así que yo simplemente trabajaba, dejando que me conozcan a mí y a mi manera de ser y de trabajar. Y si me preguntaban si era cristiana, entonces sí aprovechaba esa oportunidad. Por eso es muy importante el testimonio, y cuidar la manera en la que vivimos.

Victoria: Elena, ¿Cómo afectó, qué fue lo que aprendiste, y en qué te enriqueció esta experiencia misionera? ¿Cómo marcó este año el resto de tu vida? ¿En qué áreas te hizo crecer? ¿Qué cosas aprendiste que sigues usando hasta el día de hoy y que te ayudan en tu vida?

Elena: Son muchas cosas, pero creo que una de las cosas que más me tocó fue aprender a servir al Señor en las cosas pequeñas. Muchas veces queremos servir al Señor en las cosas grandes e importantes, y que la gente piense: Miren todo el trabajo que hace esa persona. Pero eso no es lo que vale, sino que lo que vale es lo que hacemos aunque nadie lo vea. En el trabajo de las misiones había personas que estaban sentadas horas y horas, trabajando en traducir la Biblia para un grupo pequeño de personas. Así que esa fue una de las mayores enseñanzas, no buscar lo grande o lo que sorprenda a la gente, sino que seamos fieles en lo pequeño.

Victoria: Tal vez no trabajar tanto en lo que es popular, porque hay mucha gente que se postula para hacer determinadas tareas. Pero esto que comentabas de traducir la Biblia para un pequeño grupo de personas, si bien es necesario, no es lo que parece más llamativo a la vista. También cuando contabas que les enseñabas español a los hijos de los misioneros, eso es un trabajo importante también. Así que desafiamos a nuestras amigas a que empiecen a observar, con esa sensibilidad que nombrábamos, cuál es la necesidad que hay alrededor, y cómo pueden servir al Señor mediante eso. ¿Hay alguna idea que se te ocurra para esto?

Elena: Sí, en la vida de dependencia del Señor. Muchas veces pensamos que si hemos organizado algo para el Señor, eso nos dará felicidad, pero da mucha más felicidad si ves que el Señor ha preparado algo y que tú puedes formar parte de ello. Entonces tiene mucho que ver con un desarrollo personal, de dejar de hacer todo lo que es importante para ti misma. Hay mucha más felicidad en esto, por más de que suena a que es al revés. Muchas veces pensamos que buscando nuestro propio bien es como vamos a estar mejor, pero no es así. Hay mucha más felicidad sirviendo a otros y a Dios. Pero bueno, es una lucha, porque es muy fácil preocuparnos solamente por nosotros, y tenemos que lograr tener un balance también.

Victoria: No significa desprenderse totalmente de uno mismo, sino ser un misionero integralmente, dar lo que sea necesario y hacer lo que sea necesario.

Elena: Exactamente.

Victoria: Amigas, hemos llegado al final de esta entrevista. Muchas gracias, Elena, por estar con nosotros, esperamos que tengan una linda estadía y que puedan disfrutar el tiempo aquí en Uruguay. A ustedes, amigas, las invitamos a que vuelvan la semana que viene para escuchar más Entre Amigas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo