El juicio venidero sobre el mundo
8 septiembre, 2022Jesús tiene la última palabra (9ª parte)
11 septiembre, 2022Autor: Ernesto Kraft
Dios vigila que Su Palabra se cumpla ¿cumples tú en tu vida lo que Él te dice por Su Palabra?
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PE2835- Estudio Bíblico
Jesús tiene la última palabra (8ª parte)
En el Nuevo Testamento, leemos de la singularidad de la Palabra de Dios. En Lucas 16:31, donde se desarrolla el relato del rico y Lázaro, el rico pide que alguien advierta a sus familiares sobre la realidad para los impíos. después de la muerte que: “Mas Abraham le dijo: si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos”.
¿La Palabra de Dios parece demasiado simple o demasiado maravillosa? Para Zacarías, padre de Juan el Bautista, era demasiado bella y no conseguía creer que podía ser así. Quedó mudo por un tiempo y no experimentó la bendición de Lucas 1:45: “Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor”. Nosotros argumentamos: “Sería demasiado bueno,” “No puede ser así,” “No es así,”. Eva cayó porque no creía que era así. Y nosotros decimos muchas veces: “no habría actuado como Eva.” La siguiente historia lo aclara:
Había un esclavo de nombre Moisés que, cierto día, reclamó a su jefe, diciendo: “Si Adán no hubiera comido de la manzana yo no necesitaría trabajar tan duro, y podría quedarme en la casa, echarme en una hamaca y tomar refrescos. La culpa es de Adán”. A lo que el jefe contestó: “Moisés, usted puede quedarse la próxima semana en su casa y no necesita trabajar. Solo tengo una condición: esta cajita pequeña que mira sobre la mesa, no puede abrirla.” “¡Súper, muy bien!” Moisés tomaría sus vacaciones en su casa muy feliz sacando provecho de esa bendición. Solamente que, con el transcurrir del tiempo, comenzó a avistar la cajita; después de más de un día, tocó la cajita y pensó consigo mismo: no puede ser tan malo mirar lo que hay adentro. La tentación creció y cuando levantó la tapa vio un pedazo de papel donde había algo escrito. Su curiosidad solamente fue satisfecha cuando tomó el pedazo de papel y leyó lo que allí estaba escrito: “Moisés, usted es realmente un vago como Adán, nunca más quiero oír los reclamos sobre Adán, porque usted no es distinto a él. Regrese a su trabajo”.
Amigos qué bueno es poder tener este tiempo para compartir la Palabra de Dios. Una gran pregunta, con respecto a las profecías bíblicas es: ¿qué hacemos con aquello que fue dicho? Lo que Dios dijo sobre el futuro. Lo que está escrito en Apocalipsis 13, por ejemplo, se va a cumplir totalmente, todas Sus palabras, y esto sin tomar en cuenta si son negativas o si creemos en ellas.
Los discípulos fueron informados, sabían de los acontecimientos vemos esto en Juan 13:19 que dice: “Desde ahora os lo digo antes que suceda, para que cuando suceda, creáis que yo soy”. Y en Juan 14:29: “Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis”. Sabían que Jesús iba a morir y a resucitar al tercer día. Sin embargo, cuando sucedió, estaban perdidos, quedaron perplejos y tristes a pesar de encontrar las pruebas en los versículos 2 y 3 de Lucas 24, donde tenemos el escenario.
Lucas 24:4-8,11 sigue: “Aconteció que estando ellas perplejas por esto, he aquí se pararon junto a ellas dos varones con vestiduras resplandecientes; y como tuvieron temor, y bajaron el rostro a tierra, les dijeron: ¿por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea, diciendo: es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. Entonces ellas se acordaron de sus palabras (…) Mas a ellos les parecían locura las palabras de ellas, y no las creían”.
¿No parece locura el hecho de que usted nunca más llorará ni sentirá dolor y vivirá en una felicidad total? Pues Apocalipsis 21:4-5 dice: “Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. Y el que estaba sentado en el trono dijo: he aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas”.
Usted será un heredero de Cristo, y tendrá mucho más de lo que un millonario puede tener hoy. Romanos 8:17 dice: “Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados”. Y ¿cómo vivimos nosotros? ¿No es de la misma manera que como lo hacían los discípulos? Perplejos delante de esas verdades que parecen chiste y, tristes, andamos nuestro camino como los dos discípulos que iban a Emaús y leemos en Lucas 24:17: “Y les dijo [Jesús]: ¿qué pláticas son estas que tenéis entre vosotros mientras camináis, y por qué estáis tristes?”.
Hablaron mucho sobre las cosas de Dios y pasó lo que Ezequiel 33:31 dijo: “Y vendrán a ti como viene el pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia”. Sabían todo y hablaron en el camino sobre las cosas de Dios, y se quedaron tristes en su corazón. Entonces Jesús se aproximó a ellos y los ayudó. Leemos en el versículo 24: “y fueron algunos de los nuestros al sepulcro, y hallaron, así como las mujeres habían dicho, pero a él no le vieron”. A pesar de eso, todavía no habían entendido. Pero Jesús tiene medios y usó la verdad que liberta. En los versos 44 al 46 Jesús habla: “Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día”.
En el Antiguo Testamento, el salmista también reconoció la verdad que lo ayudó, en el Salmo 119:67: “Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo Tu Palabra”. Jesús enseñó que toda tristeza y el andar en incredulidad está ligado con el corazón que no acepta la Palabra de Dios.
Lucas 24:25-27 Jesús dice: “… ¡oh insensatos, y tardos de corazón para creer todo lo que los profetas han dicho! ¿No era necesario que el Cristo padeciera estas cosas, y que entrara en su gloria? Y comenzando desde Moisés, y siguiendo por todos los profetas, les declaraba en todas las Escrituras lo que de él decían«.
Cuando aceptaron la verdad comenzó el proceso de la recuperación. Experimentaron algo en su corazón. El versículo 32: “Y se decían el uno al otro: ¿no ardía nuestro corazón en nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras?”. Así, creyeron en la verdad y la anunciaron con alegría. Los versos 33-34 relatan que: “… levantándose en la misma hora, volvieron a Jerusalén, y hallaron a los once reunidos, y a los que estaban con ellos, que decían: ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón”. Jesús espera que creamos en Sus palabras como están escritas, y no nos dediquemos a escuchar mitos. 2 Timoteo 4:3-4 profetiza: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas”.