Luchando por la maternidad – Parte 2
10 abril, 2018
Parlamento y Fe
10 abril, 2018
Luchando por la maternidad – Parte 2
10 abril, 2018
Parlamento y Fe
10 abril, 2018

El psicólogo y especialista en adicciones Eduardo Torres Tello nos cuenta un poco de su testimonio y del trabajo que realiza actualmente con personas que luchan con la adicción, y presos de la cárcel penal de máxima seguridad en Trujillo, Perú. Te invitamos a conocer cómo superó su adicción a la cocaína, y qué consejos tiene para nosotros hoy.


DESCARGARLO AQUI:
EA793 – Entre Amigas –
Hablando sobre Adicciones



Entrevista a Edurardo Torres Tello

Sandra: Bueno amigas, ¡qué bueno que es volver nuevamente aquí, a Entre Amigas! Hoy vamos a compartir una entrevista con todos ustedes, y para mi es un privilegio, sin duda. Nuestro invitado especial hoy es Eduardo Torres Tellio, o “Lalo”, como le dicen. Él es de Perú, y queremos darle la bienvenida. ¿Qué tal, Eduardo?

Eduardo: Muchísimas gracias, el privilegio es mío.

Sandra: Es un gusto tenerlo en los estudios de Entre Amigas y saber que podemos ofrecerle algo de información a las mujeres que nos están escuchando, sobre un tema tan importante como el que nos trae hoy Eduardo. En su ocupación diaria Lalo Torres realiza psicoterapia y es especialista en adicciones. Tremendo tema, ¿no?

Eduardo: Es muy desafiante trabajar con adicciones. Si nosotros entramos al ordenador, que en otros países quizás conocen como la computadora o PC, y le preguntamos a la OMS (Organización Mundial de la Salud) cuál es la enfermedad de este siglo, te va a contestar la depresión. Ha habido muchos casos mundialmente conocidos, artistas, personas importantes, personas de todo nivel, que se han suicidado por cuadros depresivos. Actualmente hay niños que tienen cuadros depresivos, hay mujeres en cantidad que viven con cuadros depresivos.

La depresión es el término final de una serie de situaciones por las que pasa una persona. La persona que está en depresión es porque ha tenido muchas frustraciones, las frustraciones han venido porque ha habido muchas impotencias en su vida, y las impotencias llegaron porque hubo muchas insatisfacciones. Pero esta insatisfacción, ¿dónde empezó? Empezó en el vacío de esta persona. Entonces descubrimos donde se inicia: en el vacío, y dónde termina: en la depresión. La depresión es cuando tu cerrás los ojos y estás en un cuarto oscuro, y no tenés ninguna luz, no tenés a dónde ir. No hay norte, no hay brújula, no hay propósitos, no hay sueños, no hay objetivos, no hay nada.

Sandra: ¿Este vacío puede ser llenado por cosas como, por ejemplo, las drogas?

Eduardo: Hay un famoso evangelista que se llama Paul Washer, que escribió un libro sobre la doctrina del hombre, y escribió muy enfáticamente que el hombre nace vacío, la mujer nace vacía, y nosotros buscamos a lo largo de nuestra corta vida llenar ese vacío y buscarle un sentido, pero no es posible, porque la persona que quiere llenar ese vacío con dinero, con sexo, con drogas, nunca va a poder llenarlo. Ese vacío solo puede ser llenado con Dios. Un famoso filósofo, Confucio, decía: El vacío que una persona tiene tiene forma de Dios. Estamos llegando a la plena conclusión de que solamente Dios nos puede dar paz, nos puede dar tranquilidad y amor a nuestras vidas.

Sandra: ¿Y cómo llega usted a esa conclusión?

Eduardo: Porque yo viví una etapa así. Yo experimenté ese vacío, yo experimenté esa vivencia. Caí en las drogas, consumí cocaína por más de 21 años. En Perú, donde vivo, pertenezco a la clase media-alta en Trujillo, que es la segunda ciudad más importante después de Lima. Perdí un matrimonio, perdí una hija, perdí todo, perdí la confianza. Me empecé a drogar, pero después conocí a la que ahora es mi segunda esposa, y salí de esas andanzas. Nació mi hijo, tenía dos o tres años, y yo volví a caer en las andanzas nuevamente. Así seguí hasta que me tuvieron que internar en una comunidad terapéutica, donde predicaban el evangelio y daban ayuda terapéutica, pero lo que a mi me ayudó fue el evangelio, fue sentir a Dios en mi corazón.

Sandra: ¿Es a partir de esta experiencia que usted se dedica a ayudar a otros, a profundizar en lo que son las adicciones, y a poder profundizar en la fe y en lo importante que es para seguir adelante?

Eduardo: Correcto. Yo viví la experiencia, y la viví con gente con la que nunca en mi vida hubiera pensado que iría a compartir una habitación, un plato de comida, un lugar. Eso era lo más denigrante para mí en ese tiempo. Yo creía que tenía valores, pero no era así. Simplemente me di cuenta de que el Señor me había puesto donde debía estar, para darme cuenta de hasta dónde había llegado por alejarme de Él. Cuando yo comencé a escuchar el evangelio de Jesús, le pedí al Señor que venga a vivir a mi vida, y que si él me sanaba, yo iba a servirle hasta que mi corazón deje de latir. Desde ese momento en el que yo le pedí a Cristo que entrara a mi corazón y él me sanó, han pasado casi 14 años. Y no suelo hablar de cuántos años de sobriedad tengo, porque yo trabajo con drogadictos, con alcohólicos, con ludópatas, con sexópatas, con tecnófilos, con gente depresiva, con gente que no tiene autoestima, personas con trastornos psicológicos, y realmente te das cuenta de que Dios es el único camino para encontrarnos con nosotros mismos. He experimentado ver a personas que son expertas en adicciones, terapeutas muy buenos, cristianos que han leído la Biblia varias veces, han predicado, han estado años en una iglesia, se han casado, y se han venido abajo en drogas, han recaído. Y eso es lo que dice 1era Corintios 10:12: “Quien crea estar firme, cuide que no caiga.” Nuestro perfil tiene que ser bajo. Cuando yo enfatizo los 14 años que tengo en sobriedad, que Dios permite que tenga en sobriedad, es porque dependo del Señor. Que la voluntad del Señor se haga en mi vida, no la mía.

Sandra: Cada día, ¿verdad?

Eduardo: Cuando yo predico en diferentes lugares le digo a los chicos: Miren los años que tengo en sobriedad. Pero cada noche le digo al Señor: Señor, gracias por darme un día más de sobriedad, un día más de victoria. Por las mañanas cuando me levanto, oro al Señor y pongo delante de Él ese día.

Sandra: ¿Cómo vivió tu familia este cambio? Porque estábamos hablando de un segundo matrimonio que casi se perdía nuevamente, un hijo pequeño, y usted conoce al Señor y se transforma su vida. ¿Cómo lo vive su esposa, su familia, sus hermanos?

Eduardo: Para mi esposa fue un milagro del Señor. Un milagro, porque no solamente dejé las drogas, sino que el cambio fue total. Yo conozco personas que están sobrios hace 12 años, pero son drogadictos a secas. Su vida no ha cambiado, simplemente no consumen. Siguen siendo sinvergüenzas, mentirosos y ladrones. Están lejos de Dios. Pero ellos no salen de ahí porque viven de eso, lucran con vidas humanas.

Pero mi familia estaba muy feliz, realmente, por el cambio.

Yo no busco que ellos aplaudan lo que estoy haciendo, yo solamente busco que la gloria sea siempre para el Señor. La obra la está haciendo el Señor, yo solamente soy un instrumento, y gracias a Dios, me ha permitido tocar muchas vidas en muchos lugares. Familias enteras que tienen una vida nueva, y todo gracias al Señor, que es el que ha hecho la obra.

Sandra: Lalo trabaja desde Trujillo, una ciudad en Perú, en dos organizaciones ayudando y haciendo prevención para el consumo de drogas.

Eduardo: Correcto. En mi ciudad existen las dos instituciones más grandes de prevención a nivel nacional. Una es privada y la otra es pública, ambos tienen equipos y tienen programas de prevención, pero no hacen tratamiento ni recuperación. Ellos me facilitan materiales, como afiches para escuelas, colegios, instituciones, etcétera, o másteres, CD con películas. Ambas empresas para las que yo trabajo me facilitan todo el material, pero cuando yo trabajo en el tratamiento de las personas con adicciones, el tratamiento tiene que ser Cristo céntrico.

Sandra: ¿Esa es una condición? Si alguien llama y dice: Me gustaría que Lalo venga a dar una charla para prevenir el consumo de drogas, ¿usted también va a hablar de la solución en Cristo?

Eduardo: Claro, pero no lo voy a hablar como una alternativa, lo voy a hablar como una necesidad. Para mi no es una alternativa.

Sandra: No es una opción.

Eduardo: No. Para mí, Cristo es lo único que puede sacarte de las drogas. Yo puedo ser muy bueno profesionalmente, pero la obra la hace el Señor. Como te decía hace un momento, hay muchos casos de gente que conoce del tema pero se viene abajo porque no tiene paz. Un día un anciano de un país me dijo: Lalo, ¿qué es lo que rescatas más en tu vida desde que conociste al Señor? Y yo le dije: La paz que tengo en mi corazón.

Yo voy al penal de máxima seguridad en Trujillo. Tiene 4200 presos. Me invitaron a dar charlas allí muchas veces. Me he reunido con violadores, asesinos, gente de bandas, y he estado dándoles charlas. Yo no cobré nada por ir, fui por mi cuenta.

Sandra: Y con una historia que habla mucho, ¿no?

Eduardo: Correcto. Ellos se pudieron identificar conmigo por eso, y fue un éxito. Ahora están conociendo al Señor.

Sandra: Si hay creyentes que quisieran contar una charla, si fuera en otro país, fuera de Perú incluso, ¿pueden comunicarse contigo? ¿Estarías dispuesto a asistir a algún lugar?

Eduardo: Yo tengo un eslogan que dice que la vida es servicio, y que si uno vive para servir, no sirve para vivir. Hay un texto en Marcos 10:45 que dice: “Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.” Por usted y por mí. La pregunta es: ¿Cuánto de estás dando tú por él? Así que, encantado de servirlos. Mi nombre es Eduardo Torres Tello, así me encuentran en Facebook. Mi correo es lalotorrest@yahoo.es, me pueden mandar un correo. Tengo Skype, mi usuario es Martín.Eduardo.Torres.Tello, y me pueden mandar la solicitud por Skype, por Facebook, me pueden mandar un correo, y donde estés, hacemos una videoconferencia, como lo he hecho con muchos países.

Sandra: Para los oyentes que nos escuchan desde Perú, si alguna tiene hijos o familiares que tienen problemas con adicciones o alguna situación crítica, la línea telefónica allí en Perú es +51 800 44400.

Eduardo: Sí, allí van a poder tener ayuda profesional que los puede orientar. Yo, encantado de servirles. Pueden contar conmigo para lo que sea que necesiten.

Sandra: ¿Hay algún último mensaje que quisieras dejarle a las mujeres que nos escuchan antes de despedirnos?

Eduardo: Sí. A todas las mujeres que están escuchando les digo una cosa: Donde existe un adicto, existe un co-adicto, y generalmente es la madre, por muchas cosas. La madre, al volverse co-adicta, se vuelve dependiente. Deja de vivir por ayudar al drogadicto o a la drogadicta. ¿Cuál es el mensaje? Para que toda relación funcione, el mejor remedio es la comunicación y la confianza. Si no hay comunicación y confianza, no hay nada. Una persona se tiene que comunicar. El adicto es una persona que es incapaz de comunicar lo que siente, no puede decir sus sentimientos, no puede decir lo que le está pasando. Por eso se llama adicción: “a” quiere decir “no”, y “dicción”, el habla. No habla, no se comunica correctamente. Los invito a ustedes a que en su casa se reúnan, hablen, y todo eso basado en la confianza va a ayudar a religar cualquier relación.

Sandra: Bueno, muchísimas gracias, Eduardo, por visitarnos en este programa. Para nosotros es un privilegio recibirlo.

Eduardo: Igualmente para mí, bendiciones.

Sandra: Muchas gracias.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo