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Continuamos conversando con Claudia Pinzón acerca de lo que la motivó a escribir su libro Yo que te Pedí Morir. Te invitamos a conocer más acerca de algunas de las pruebas a las que se ha enfrentado, como el divorcio, la depresión, los pensamientos de autoeliminación y la adicción, y cómo Dios ha usado todas estas experiencias para crecimiento.


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EA1031 – Entre Amigas –
Entrevista a Claudia Pinzón (2ª parte)



Entrevista a Claudia Pinzón

Victoria: Es para mí un placer darle la bienvenida a Claudia Pinzón, escritora, locutora, dicta además conferencias, ha dedicado su vida a los medios de comunicación, es colombiana y está radicada en Estados Unidos. Así que te saludo nuevamente, Claudia, muchas gracias por estar con nosotras. ¿Cómo estás?

Claudia: Gracias, un abrazo para ti y para toda la gente hermosa de tu país, de Uruguay. Estoy muy feliz de estar acá en el programa nuevamente.

Victoria: Nos estamos conectando de forma virtual como consecuencia de la pandemia. Pero bueno, en el programa anterior pudimos conocer un poco de tu historia profesional, pero quería ahondar un poquito más en ti, Claudia, como esposa, como madre, como abuela también, naciste en Colombia, pero parte te du vida transcurrió en Estados Unidos. ¿Nos podés contar un poquito?

Claudia: Claro. Yo me fui de Colombia a los 21 años, casi 22. Me radiqué en la ciudad de Miami y ya llegué con mi primera hija, Nati, que llegó con 5 meses de nacida. Así comienza esa aventura en Estados Unidos, que ya casi han transcurrido 35 años. Aquí me quedé, me gustó la vida en Estados Unidos, pude empezar a ejercer mi carrera cuando mi hija estaba un poco más grande, cuando tenía unos 2 años, 2 años y medio, y entré entonces a la radio colombiana, que en ese tiempo recibíamos la señar satelital de Caracol, que es una de las emisoras más importantes a nivel de Latinoamérica, y así comencé mi carrera en la radio como editora de noticias, después me dieron oportunidad para estar en un programa en las tardes, y me quedé después como presentadora en uno de los programas más conocidos, que se llama Paz en la Tarde con Caracol, y duré 10 años en esta emisora.

En este trayecto conocí del Señor, tuve un encuentro personal con Cristo, y al poco tiempo me invitaron a conducir un programa en una FM cristiana, así que por ahí ya arrancó mi trayectoria en la radio. Ha sido super consecutivo, o sea, yo no he parado de trabajar en la radio desde que comencé. Digamos que en este nivel puedo decir que mi vida ha sido exitosa, me siento orgullosa de lo que Dios me ha permitido hacer, y por el lado familiar quizás he tenido un poco más de problemas. Llegué aquí con mi esposo, padre de mis dos hijas mayores, y después de 7 u 8 años nos divorciamos y tuve que vivir ese primer proceso de divorcio en un país extranjero. Pero siempre mirando hacia adelante, con muchísimas ganas, aprendiendo a conocer de Dios pude salir adelante y me dediqué a mis hijas por completo. Después tuve otra relación de la cual nace mi tercera niña, y de ahí ya me dediqué a cuidar a mis princesas, como le digo a mis hijas, y a manejar el tiempo. Yo siempre trabajé en la radio, pero ellas siempre tuvieron a su mami, a donde yo iba, programas en vivo, remoto, lo que fuera, siempre iba con mis chiquitas. Así fuimos creciendo y me siento de verdad bendecida por ellas. La mayor se casó ya hace varios años con un argentino, y tengo tres nietos que son Agustín, Nicolás y Camila, que es la más pequeña, tiene 6 meses.

Victoria: Claudia, sabés que yo estaba buscando un libro devocional, y en la librería a la que voy normalmente vi el libro Un Día a la Vez, de Claudia Pinzón, y pensé “Este es el libro que quiero”. No solo tiene hermosas reflexiones, sino que compartís muchas experiencias tuyas. De las buenas y de las no tan buenas. De hecho, hablás de aciertos, hablás de errores, y para quien lee este tipo de reflexiones no solamente uno aprende, sino que también se siente cómodo con el autor, se logra una confianza. Vos te abrís en esos libros y contás un poquito de aquellas cosas que no estuvieron tan acertadas, pero de allí sacás una enseñanza y llegás a la conclusión de que todo sirve para bien y que todo ayuda a formar ese carácter que hoy tenés como comunicadora y como persona.

Claudia: Sí, sí. Yo realmente desnudo mi corazón y eso me ha ayudado a que la gente se sienta, como tú lo dices, en un nivel en el que el autor no está inalcanzable. Quizás algunos piensan que tengo una vida perfecta por el hecho de trabajar en la radio, o te pueden ver en una foto y piensan “ah, ella no debe tener ningún problema”. Pero cuando empiezan a leer y se encuentran con todas estas historias, se logran identificar conmigo. Quizás algunas de mis lectoras también fueron madres solteras, también pasaron por divorcio, han pasado por violencia doméstica, han sufrido enfermedad, han estado al borde de la muerte, entonces empiezan a encontrarse con una Claudia que es común y corriente, que es un ser humano que ha pasado por muchas cosas. Sí he sufrido mucho, tengo que reconocer que mi vida no ha sido fácil, mucho por malas decisiones, pero por esos golpes y experiencias logré encarrilarme, y que mis últimos 18 años fueron un cambio completo. Voy al pasado cuando tengo que dar alguna enseñanza o cuando escribo, pero como tú decías, lo hago para decir lo que aprendí de esas experiencias. Y cuando hablo en alguna conferencia le hablo a las jovencitas como si les hablara a mis hijas, les doy consejos para que no cometan los mismos errores que yo cometí. Entonces ha sido bonito por esa parte, porque he podido tomar mis errores para enseñarle a otras personas. No soy perfecta, todavía cometo errores per no los mismos del pasado. Porque ya eso sí fue un pacto que hice con Dios, de no volver a fallar en ciertas áreas y me he logrado mantener firme en eso.

Victoria: Me alegro mucho, Claudia. Te agradezco por esa sinceridad también. Si te parece, quiero mencionar algunos libros: Un Día a la Vez, A Solas con Dios, y Yo que te Pedí Morir. Me imagino que ese último libro debe de haber sido muy intenso, no lo he leído todavía.

Claudia: Me dijeron que tenía nombre de telenovela, porque claro, suena así. Es uno de mis libros favoritos, porque ahí, en ese libro específicamente voy a esa parte oscura, a esa parte profunda de desear la muerte. Yo la deseé porque estaba muy enferma, no podía más del dolor físico, de lo mal que la estaba pasando y yo dije “Dios mío, no puedo más, si tú no me puedes sanar, no quieres sanarme, entonces me quiero morir”. Esa fue realmente mi conversación con Dios. Gracias a Dios no me escuchó y sigo aquí contando la historia. Pero cuando estaba escribiendo este libro, aproveché para preguntarle a las personas si alguna vez habían deseado morirse, y mucha gente fue honesta y me dijeron cosas como “Sí, la primera vez que mi esposo me engañó”, o “la primera vez que supe que mi hijo estaba en las drogas”. Creo que todos, creyentes y no creyentes, hemos tenido en algún momento de la vida ese deseo de acabar con esto, de no querer sufrir más, porque nos parece como una salida fácil, pero realmente no es recomendable. En el libro yo hablo de la depresión, del suicidio, manejo mucho todo ese tema porque yo estuve ahí, estuve al borde.

Otro tema que trato en ese libro que es muy fuerte, son las adicciones. Yo soy colombiana pero jamás probé la droga. A los colombianos a veces nos catalogan así porque nos conocen por las novelas como Pablo Escobar y todo eso, pero no todos los colombianos hemos probado la droga, y yo, en mi juventud jamás tuve acceso a la droga. Yo sabía que mis compañeros fumaban marihuana, pero a mí nunca me ofrecieron, y le doy gracias a Dios por eso. Yo llevo 6 cirugías de intestino, donde me fueron removiendo el colon hasta llegar mi intestino grueso a ser del mismo largo que mi dedo índice. Esa última cirugía fue hace dos años, pero en la que cuento en este libro eran tan fuertes los dolores que ni siquiera la morfina, que es un medicamento tan fuerte, me ayudaba para calmar mis dolores. Entonces decidieron darme una medicina que es tres veces más fuerte que la misma morfina, dejándome prácticamente adicta a una droga. Entonces yo tuve que vivir el proceso de un drogadicto, para desintoxicarme y salir de una adicción, porque estuve todo un mes en un hospital recibiendo dosis de esto para calmar mis dolores. Entonces yo pude comprender lo que un apersona adicta, desesperada busca por llenar esa ansiedad que le produce no tener la droga, pero en mi caso era adicta a un medicamento. Mucha gente cae en las drogas por eso, porque se vuelven adictos a las medicinas, es realmente terrible.

Ese tema también lo trato en el libro, y ceo que Dios me permitió vivirlo para tener más compasión. Para que la próxima vez que yo conociera a una persona en adicción pudiera tener un entendimiento que quizás no hubiera tenido si no hubiera pasado por una experiencia de esas. Entonces es un libro muy bonito, muy profundo.

Victoria: Y hay otro libro, que se llama Mi Viaje Hacia la Vida, que parece un poquito el después de ese primer libro.

Claudia: Claro, tienes toda la razón. Sí, ese libro es la continuación, no hubo muerte que es lo que yo le pedí al Señor, sino que hubo en ese tiempo sanidad. Luego vino un período lindo de seguir mi viaje hacia la vida. De hecho, en la portada de ese libro estoy montándome con una maleta a un tren, en el museo del tren en Miami. Allí llegué para tomarme esa fotografía y lo que representa esa portada es que hay momentos en los que tenemos que empezar de nuevo. A veces tenemos la vida en pedazos, sea después de un divorcio, de una enfermedad, de la pérdida de trabajo, de un quiebre económico, etcétera. La opción que yo doy en el libro es de nuevos comienzos, como Dios nos da oportunidades, y de escoger qué me llevo yo en mi equipaje. Porque el que empaca la maleta eres tú. Si tu quieres seguir llevando tristezas, depresiones, rencores, envidias y todo lo que le resta la alegría al ser humano, entonces vas a llevar una maleta super pesada. Pero las mismas pruebas a mi me enseñaron a poner mi equipaje liviano.

De hecho, yo aprendí a viajar en mis conferencias y soy buenísima empacando las maletas, porque aprendí a enrollar mi ropita, a llevar cosas livianas, a saber que no tengo que llevar cinco pares de zapatos., sino que tengo que ser práctica porque me va a pesar mi maleta. Entonces esa es la idea, que empieces de nuevo, ahora con ayuda de Dios esta pandemia se va a ir, porque yo creo que se va a ir y todos vamos a renacer, vamos a tener una nueva oportunidad. Es bien bonito porque es un nuevo comienzo y es un libro que trae mucha esperanza para las personas después de un divorcio y después de una enfermedad, de un fracaso, o simplemente para aprender a vivir más livianito. Porque a veces cargamos como ladrillos en la espalda, y yo aprendí a soltar todo eso y a vivir una vida mucho más relajada.

Victoria: Claudia, quiero compartir contigo parte de un prólogo de uno de tus libros, y ate voy a decir quien o escribió, tal vez tú lo recuerdes, y dice: “Estoy plenamente convencido de que hay personas que el creador diseñó para comunicar. Me refiero a quienes poseen la fascinante capacidad de contarnos el estado del tiempo, o comentarnos una noticia que puede rayar a lo trivial y lograr que parezcan interesantes”. Es parte del prólogo que escribió el evangelista Dante Gebel para tu libro Un Día a la Vez. ¿Qué es lo que te deja esto?

Claudia: Se pegó una inspirada porque es larguísimo ese prólogo.

Victoria: Sí, pero habla un poquito de ese don que vos tenés para comunicar. ¿Cómo sentís esa apreciación que hace Gebel de tu misión?

Claudia: Primero fue una bendición que Dante Gebel me hiciera un prólogo, porque realmente yo conocía a Dante de oídas, pero no tenía acceso a él ni muchísimo menos. Pero Dios fue tan especial que Dante estuvo viviendo en Miami y dentro de ese tiempo trabajaba, tenía un programa muy bueno en las tardes en el que yo estaba también. Yo trabajaba en la mañana, y él en las tardes, así que él se convirtió en un oyente mí sin querer. Por eso él hace esa apreciación de la manera en la que yo digo las noticias, y que un noticia muy aburrida de pronto yo se la cuento a la gente de una manera que me sale naturalmente. Creo que eso es lo que él aprendió a conocer de mí, y cuando ya llegó la hora de escribir, me acuerdo de que la editorial me preguntó si él no estaría interesado en escribir el prólogo, y pues lo intentamos. Cuando le pregunté se puso feliz, y cuando vi lo que había escrito me sorprendí mucho, fue una bendición. Creo que Dios me ha dado ese don, como él me define, de ser muy fresca, de pronto muy alegre, soy una persona muy activa, puede estar el cielo gris y cayendo una tormenta, pero yo le voy a sacar una sonrisa a las personas como sea. Entonces eso creo que él lo vivió como oyente y por eso lo escribió.    

Victoria: Podríamos decir que la comunicación es tu pasión, ¿no?

Claudia: Sí, y viene en mi ADN. No es solamente un don que Dios me dio, sino que también soy hija de uno de los comunicadores más importantes que tuvo Colombia. Mi padre ya murió hace un año, pero él marcó las comunicaciones, es uno de los pioneros de la radio, de la televisión en mi país, de las obras sociales, de la comunicación, de la Teletón, él se entrenó de la mano con Mario Luis Kreutzberger, con Francisco que hace la Teletón en Chile, y ahí de ese entrenamiento el llevó la Teletón a Colombia y la hizo por 18 años. Entonces mi papá es una persona muy amada entre las personas de nuestra edad en mi país. Él murió a los 92 años y aprendí muchísimo de él. Admiro todo lo que logró, yo no he hecho nada en la radio comparado a todo lo que él hizo. A los 20 años ya era director de Caracol en Colombia, de la radio más importante en nuestro país. Era una persona con un talento y un corazón tan grande, por el amor a la gente, que transpiraba ese servicio. De los tres hijos mi esposo siempre me dice que yo soy la que salió más parecida a él, en el amor a la gente.

Victoria: Claudia, te quiero agradecer muchísimo por este tiempo que tuviste con nosotras. Si te parece, nuevamente te pedimos que nos dejes alguna información de contacto, lo mencionábamos en el programa anterior y lo podemos reiterar.

Victoria: Muchas gracias, primero que nada, agradecer porque me sentí como el nombre del programa, Entre Amigas, como si nos hubiéramos conocido toda la vida, con un mate allá y yo aquí con un café colombiano. Muy linda la entrevista, agradezco muchísimo también a Llamada de Medianoche, a Radio el Libertador y a todos los que están conectados, donde sea que estén les mando un fuerte abrazo. Yo estoy a través de las redes sociales como Claudia Pinzón. Me pueden encontrar en Facebook, en Twitter, en Instagram, estoy también transmitiendo los programas a través de nuestras páginas en Facebook, así que si buscan Claudia Pinzón se van a enterar de lo que hago, de las agendas, de todo lo que hago a nivel digital, también, porque siempre estoy en conferencias, y el acceso a los libros es súper fácil. A través de CLC (Centro de Literatura Cristiana), que es la distribuidora en toda Iberoamérica, creo que siempre van a tener acceso a por lo menos uno de los libros.

Victoria: Claudia, muchísimas gracias por haber estado con nosotras. Claudia: Gracias a ti, que Dios te bendiga y gracias a por estar leyendo los libros.

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