Elogio a la mujer de Proverbios 31 – Parte 2

Elogio a la mujer de Proverbios 31 – Parte 1
3 agosto, 2020
Construyendo la vida en Haití – Parte 1
3 agosto, 2020
Elogio a la mujer de Proverbios 31 – Parte 1
3 agosto, 2020
Construyendo la vida en Haití – Parte 1
3 agosto, 2020

Continuamos con el estudio de Isabelle Ramseyer sobre la mujer de Proverbios 31. Hoy estudiamos el carácter de Cristo que vemos reflejado en esta descripción. Isabelle nos anima a parecernos cada día más a él. Sobre todo, aprendemos que la descripción de este capítulo es la manera en la que Dios nos ve una vez que hemos sido santificados en Jesús. Te invitamos a conocer más sobre esta buena noticia que nos llena de gozo.


DESCARGARLO AQUI:
EA0867 – Entre Amigas –
Elogio a la mujer de Proverbios 31 – Parte 2



Entrevista a Isabelle Ramseyer

Victoria: Queridas amigas, es un gusto estar nuevamente con ustedes. Hoy nos acompaña Isabelle Ramseyer, colaboradora de Llamada de Medianoche y misionera. Isabelle ha estado con nosotros en el programa anterior hablando del elogio de la mujer virtuosa que encontramos en este poema que aparece de Proverbios 31. Una de las cosas que hablábamos fue acerca de no tomarlo como una medida que tenemos que alcanzar, sino como un elogio, un ejemplo de lo que Dios quiere para nosotras. Cuánto peso nos sacamos de encima, ¿no?

Isabelle: Sí. La verdad es que para mí era un texto que antes me causaba bastante rechazo porque me sentía frustrada, sentía que no podía llegar a esta medida de Dios. Pero se transformó para mí en una fuente de gracia.

Victoria: En el programa anterior estuvimos hablando acerca del temor a Dios y acerca de las decisiones, que cada día nos van acercando, o alejando, más a Él. Hablamos también de la obra que Dios quiere hacer en nosotros, y nos vas a estar contando un poquito más sobre eso, ¿no es así, Isabelle?

Isabelle: Sí. Quería sacar de este pasaje algunas de las cosas que Dios quiere hacer en nosotros. Porque por supuesto que Él quiere transformarnos. No nos quiere dejar así como somos. Pero no es algo que nosotros podamos o tengamos que hacer por nuestra propia fuerza, sino que es Él que lo quiere hacer en nosotros. Como tú dijiste, mi amor por Él, el temor de Dios es el que permite que Dios obre en mí y me transforme. Hay algunos versículos que realmente nos desafían a dejar que Dios obre en nosotros. Por ejemplo, los versículos 11 y 12 del capítulo 31 de Proverbios, que dicen: “El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias. Le da ella bien y no mal
Todos los días de su vida.”
El corazón de su marido está confiado en ella. Y yo pensé: Qué lindo que es cuando otros pueden estar confiados en nosotras, en mí. Pero la realidad, por lo menos mi realidad, es muchas veces diferente. Muchas veces he decepcionado y voy a seguir decepcionado a otros.

Victoria: Y a nosotras mismas también.

Isabelle: Exactamente, muchas veces sentimos decepción por nuestras propias actitudes también. Pero hay una persona que es absolutamente confiable y verdadera, y es Jesucristo. En la medida en la que él reina en mi corazón, voy a poder ser transparente, voy a poder ser confiable, como él lo es. Dice el versículo 11 “no carecerá de ganancias”. Y acá no pienso en plata ni en nada material, sino que pienso en ganancia espiritual, emocional. Qué lindo cuando, después de haber estado con una persona, sientes que te vas con ganancia, que fuiste reconfortada. Hay personas que transmiten lo contrario, que transmiten desánimo, amargura, que te tiran para abajo, que después de esta con ellas te vas triste, desanimada. Qué lindo que es cuando alguien te enriquece con una actitud de amor, con su interés, con su apoyo, con el ánimo que te transmite en el Señor. Qué lindo que es cuando podemos ser de ganancia para otros. Pero para poder dar, tenemos que haber recibido. Creo que es el encuentro con el Señor el que nos trae ganancia. En cada momento que nos ocupamos con la Biblia, en cada momento que usamos para hablar con Dios en oración, recibimos ganancia, nos reconforta, nos consuela, nos fortalece su amor, nos da paz, nos da perdón, y después podemos también transmitir esta bendición a otros. Quizás inconscientemente, pero de alguna manera se transmite.

Victoria: También en mi actitud con los demás. Porque así como hablábamos de la decepción, de cuando alguien deposita en nosotros su confianza y nosotros fallamos, pero ¿qué pasa cuando lo recibimos del otro lado?, ¿qué pasa cuando recibimos actitudes de ofensa, de enojo, de que otros nos fallan? ¿Qué es lo que Dios quiere que hagamos en esas circunstancias? ¿Cómo quiere que reaccionemos?

Isabelle: Es lo que leemos acá: “Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida”. Eso es impresionante. Como tú dices, normalmente nuestra reacción a una ofensa o a algo que nos lastima, es devolver. Devolver mal por mar, tratar de vengarnos, y quizás ni siquiera es consciente, pero queremos retribuir. Sin embargo, esta mujer todos los días de su vida da bien y nunca mal. Seguramente ella también ha recibido alguna ofensa, alguna injusticia, pero igualmente lo que devuelve siempre es el bien, nunca el mal. Esa es una actitud impresionante, es tan antinatural que llama la atención. Otra vez llegamos a la fuente, a Jesucristo.

Victoria: Una de las cosas que estaba pensando, Isabelle, es que vemos que estamos en Proverbios donde se habla mucho de los consejos. Hay veces que leyendo la Palabra podemos preguntarnos para qué están determinados libros. Pero en esta descripción de la mujer virtuosa estamos viendo también el carácter de Jesús, en el Antiguo Testamento, y en un libro que es de consejos y reflexiones.

Isabelle: Sí, totalmente. Es el sentir de Cristo el que encontramos aquí. De Cristo se dice en 1era Pedro 2:23: “Quien cuando le maldecían, no respondía con maldición”. Ahí ya vemos cómo es Cristo, así como lo vemos en este libro del antiguo testamento. Si alguien fue tratado injustamente en su vida, fue Jesucristo cuando vino a la Tierra. Nunca hizo nada malo, sino que todo lo contrario, sanaba, ayudaba, resucitó muertos, enseñaba, siempre estaba buscando el bien de las personas. Pero ¿qué recibió por eso? Fue perseguido, fue traicionado, fue maltratado, fue condenado a una muerte horrible y totalmente injusta, con falsos testimonios, fue crucificado, y además de todo eso, cargó el pecado de todos nosotros. No solamente fue un sufrimiento físico, sino que mucho más todavía, fue un sufrimiento espiritual y emocional. Él, el inocente, el perfecto, hizo todo eso por nosotros. Y aun así, cuando estaba en la cruz oró y dijo: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Oró por los malhechores, oró por los que le estaban haciendo todo esto. Es realmente el colmo de esta actitud de buscar realmente el bien frente a todo lo malo que ha recibido. Cuando vemos eso y cuando leemos también el ejemplo de esta mujer, entendemos que necesitamos una transformación sobrenatural.

Victoria: Sin dudas seguimos pensando en el amor de Jesús y en cómo su amor nos puede transformar. Estamos hablando mucho de lo que tiene que ver con la respuesta, con el relacionarnos con los demás. También vamos a estar hablando del día a día, de cómo en las tareas diarias se puede ver esta relación con Dios simplemente con las tareas que podemos estar cumpliendo durante el día, con la rutina que tenemos, pero que él esté presente en todo eso. Isabelle, ¿qué es lo que Dios quiere trabajar en nosotros en el día a día?

Isabelle: Leemos en el versículo 13 algo sobre la manera en la que esta mujer trabaja. Son pocas palabras pero podemos sacar unas cuantas cosas. Dice así: “Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.” Con voluntad o con alegría, como leí en otra versión. Trabaja con ganas, no notamos ningún estrés. Tengo que admitir, sinceramente, que me da un poco de envidia porque a mí muchas veces el estrés me gana, y cuando uno está estresado, pierde la alegría también. Ya no trabaja con esta alegría, con estas ganas, sino que trabaja bajo presión. Quizás es bueno que miremos cómo hace las cosas esta mujer, siempre pensando en lo que Cristo quiere hacer en nosotros, en que él nos quiere ayudar, no tenemos que hacerlo por nuestra propia fuerza. Vemos que ella busca lana y lino, es decir que se organiza, prepara sus materiales. Quizás es un desafío para las que no somos tan organizadas. Vemos que también calcula el tiempo necesario para hacer sus trabajos, y vemos que realmente trabaja con ganas, con alegría, con gratitud. Dijimos que la fuente que esta mujer tiene es, como dice en el versículo 30, el temor de Dios, el amor por su Dios. Creo que es lo mismo para nosotros en el trabajo diario. Necesitamos de esta fuente, de el temor de Dios, que es como un combustible para nuestro trabajo.

Victoria: También, otra cosa que vemos es la ayuda a los demás con respecto a lo material, en el trato con el prójimo que tiene una necesidad material que necesita ser suplida.

Isabelle: Sí, en este aspecto también leemos algo muy lindo sobre esta mujer. El versículo 20 dice: “Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.” Es una hermosa imagen, y en ella vemos a Cristo otra vez. En Cristo, Dios alargó su mano a nosotros. Por la muerte de Cristo en la cruz, Dios extendió sus manos. Y cuando pensamos en cómo vivió Jesús aquí en la Tierra, también vemos esto. Lo vemos con los brazos abiertos para todos los necesitados, los mendigos, los leprosos, los pecadores, las personas con las que nadie quería tener contacto, él sí. Jesucristo realmente nos dio el ejemplo de amar a quien nadie ama. De dar a quien nunca va a poder devolver. Esta mujer nos muestra el sentir de Cristo, con estos brazos abiertos para con el necesitado, con el corazón abierto a ayudar. Es un desafío para nosotros su actitud con los necesitados.

Victoria: Estaba pensando en que dice que alarga su mano, extiende su mano al necesitado. Está hablando de un esfuerzo. No es algo que se alcance sin esforzarse o con comodidad.

Isabelle: Sí. Tampoco les tira un pedacito de pan con menosprecio. Justamente eso me hizo pensar acerca de cómo es mi actitud cuando tocan la puerta, por ejemplo. Debemos preguntarnos a nosotros mismos: ¿Tengo el sentir de Cristo realmente? ¿Cómo veo al mendigo que viene a mí? ¿Lo veo con desprecio, o le puedo transmitir algo del amor de Cristo?

Victoria: Sin duda que esto es algo bien interesante sobre lo cual nos podemos quedar pensando. En las cosas pequeñas, y no tan pequeñas, a las que les tenemos que hacer frente día a día, y son parte de las decisiones de las cuales hablábamos, las decisiones que nos van acercando o alejando a lo que es el carácter de Jesús.

Isabelle: Sí. Y para terminar quería decir que descubrí algo muy lindo. Cuando terminé de estudiar este pasaje, de repente entendí que esta hermosa descripción de la mujer ideal es la descripción de cómo Dios nos ve. Y tengo que aclarar, es como Dios nos ve en Cristo. Si realmente Cristo vive en nuestros corazones, Dios nos ve así. Nos ve a través de su hijo, y nos ve con la belleza de su hijo, con las virtudes de su hijo, y es algo muy lindo sentir que realmente somos amados, apreciados, embellecidos por Cristo, y que es así como Dios nos ve. Leemos, por ejemplo, en Hebreos 10:14: “porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados”. O sea que, aunque en el diario vivir no lo somos todavía, en Cristo, Dios ya nos ve perfectos, ya nos puso en esta posición. Somos aceptos en el amado, como dice Efesios 1:6. Y cuando entendemos eso, creo que tiene que ser para nosotros un gran estímulo. Dios nos ha regalado tantas cosas en Jesucristo, nos ha dado las virtudes de Cristo, nos ha dado la belleza de Cristo en nuestro corazón, nos ha dado su amor. Que esto nos sirva de estímulo, en primer lugar, si todavía no somos de Cristo, que nos anime a entregar nuestra vida a él. Y las que sí lo tenemos en nuestro corazón, que nos estimule a ser felices, a estar agradecidas, a estar contentas por todo lo que Él nos da, y por la forma en la que Él nos ve.

Victoria: Sin duda que es la preparación para cuando Él complete la obra en nosotros. Hay yantas cosas que tenemos para cambiar, pero Dios nos está llamando a ser transformados a través de Jesús, y como dice Hebreos, con una sola ofrenda Cristo hizo perfectos a los santificados. Qué bueno que podamos buscar eso y que podamos tener esperanza en eso. Muchas gracias, Isabelle, por este tiempo. Gracias por estos pensamientos tan lindos.

Isabelle: Por favor, gracias a ustedes.

Victoria: A ustedes, amigas, las invitamos a que sigan escuchando Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo