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Autor: Esteban Beitze

¿Cómo está mi relación con Dios? ¿Concuerda la decisión que voy a tomar con los principios bíblicos, con la Palabra de Dios? ¿Cuál es mi motivación para tomar esta decisión? ¿Cómo actúa la razón bajo el control de Dios? ¿Cómo actúa la providencia de Dios? Sigamos estos principios para que el Señor nos pueda guiar siempre a toda verdad y a hacer su voluntad.


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PE2788- Estudio Bíblico
Elías: Principios para hacer Su Voluntad (9ª parte)



Principios para hacer Su Voluntad

¿Qué tal queridos hermanos? Vamos a seguir con nuestro estudio de la vida de Elías, y estamos estudiando, basándonos en este personaje, cómo reconocer la guía del Señor en diferentes preguntas, decisiones que tenemos que tomar en lo cotidiano. Ya habíamos visto una serie de preguntas que nos tenemos que hacer para reconocerla. En primer lugar ¿Cómo está mi relación con Dios? En segundo lugar, ¿Concuerda la decisión que voy a tomar con los principios bíblicos, con la Palabra de Dios? En tercer lugar, ¿Cuál es mi motivación para tomar esta decisión?

Y así llegamos al cuarto punto que observamos también en la vida de Dios: Una razón bajo el control de Dios. ¿Cómo actúa la razón bajo el control de Dios? En decisiones cotidianas obviamente tenemos que actuar de acuerdo con el sano sentido común, Dios nos lo ha dado. No voy a estudiar arquitectura si no me gustan las matemáticas. No voy a ser maestro de jardinera si no tengo paciencia con los niños.

Pero a veces la guía del Señor va en contra de la lógica humana. Y esto tiene que ver sobre todo cuando se trata de la obra de Dios, el ministerio, un llamado a servirle, o algo similar. En cuanto a la guía de Elías de ir al arroyo Querit, como vemos en 1ª Reyes 17, en los primeros dos versículos, había mucho de ilógico:

– En primer lugar, Dios le había dicho que se fuera allí junto al arroyo porque les había mandado a los cuervos que lo iban alimentar. Es de lo más difícil, hacer que un animal le lleve una comida que le guste a su propio dueño en vez de comérsela.

– Además eran pájaros carroñeros, que en principio no traerían carne en buen estado al profeta, y hasta podría morir por una intoxicación.

– Además, para un judío eran animales impuros, por lo tanto, casi una ofensa que fueran estos los elegidos para alimentarlo. Ya hemos tratado en paralelo respecto a Pedro y el lienzo de animales impuros que Dios le mandaba a matar y comer. Pedro estaba horrorizado solo con la idea. Y acá tenemos un profeta que tiene que ser alimentado por animales impuros.

– Pero también podemos añadir algo más respecto a esa guía del Señor a estar junto al arroyo Querit: Iba quedar solo por mucho tiempo. La soledad es una de las pruebas más difíciles. Es una de las cosas más complicadas de aceptar. Y acá Dios se lo estaba pidiendo. Iba en contra de toda razón.

Ahora, luego sigue la guía, en 1ª Reyes 17, para ir a Sarepta a estar con esta viuda. Y allí Elías podría alegar “¿Cómo es esto? ¿Una viuda me va a alimentar?” En aquel entonces no había pensión, ni jubilación, Si no tenía familiares que la sustentaran la estaría pasando muy mal. Era tiempo de sequía, estaría viviendo de la misericordia de los demás, pero esta se acabaría muy pronto cuando ya sus propias familias no podían comer. Además, era una viuda que vivía en el extranjero, era una gentil. Como Jesús mismo dijo, Elías podría haber pensado: “¿No había suficientes viudas en Israel para ir al exterior?” A esto se le suma lo que significaba el largo y peligroso viaje por el desierto (aprox.120 Kms), y bajo las narices del rey Acab que lo buscaba para matarlo. En Sarepta, además, sería visto como un extranjero, lo cual seguramente no sería fácil para él. Pero peor todavía, tendría que convivir con una pagana, con una gentil. Por la historia de Pedro y Cornelio nos podemos imaginar que esto no era fácil para un judío.

Pero justamente decía que era una abominación entrar a la casa de alguien así. Pero lo que seguramente fue más incomprensible para Elías, era el hecho que tenía que ir al país de dónde era Jezabel. Allí bajo las narices de los paganos estaría el profeta al cual estaban buscando para matarlo en todos los reinos vecinos. Claro, Acab probablemente no lo buscaría en el lugar de donde era Jezabel, en el nido de las víboras, en el peor lugar. Pero Dios, en su sabiduría, lo había mandado ahí.

Pero claro, en un primer momento, quizás Elías no comprendería esto. Si pensamos ahora en el caso de la viuda, a la cual llega el profeta Elías y la ve juntando un par de pedazos de madera para hacer su último pedacito de pan con su hijo y dejarse morir, y luego le exige que le de un pedazo de pan y le pide agua. Esta viuda podría haber pensado: “Yo no me meto con un extranjero. ¡Que me dejen en paz con mis problemas! Además, ¡qué maleducado! ¡Me quiere sacar el último bocado de pan que me queda!

Todas estas cosas que vimos sonaban tan ilógicas, pero muchas veces la guía del Señor suele ser completamente incomprensible para nosotros. En un primer momento no entendemos la voluntad del Señor. Por eso no nos asustemos cuando no es de acuerdo con nuestra razón. Lo bueno es, que a pesar de esto podemos estar confiados en la maravillosa mano del Señor. Elías o la viuda en su momento, seguramente no comprendieron los caminos del Señor. Pero a la larga comprendieron cuan perfectos eran.

Comprendieron que Dios hace las cosas bien. Todas las cosas ayudan a bien, son pensamientos de paz y su voluntad es buena, agradable y perfecta (Is.55:8,9; Jer.29:11; Ro.8:28). Entonces vemos en cómo reconocer la guía de Dios, que es importante ver cómo actúa la razón bajo el control de Dios.

Ahora, vamos a hacernos una quinta pregunta. ¿Cómo actúa la providencia de Dios? Es que, cuando el Señor nos guía, nos capacita para ello y se encarga de que también todas las circunstancias se complementen como un gran rompecabezas. Las puertas se abren. ¡Cuántas veces en mi vida he orado: “Señor, ábreme la puerta en donde tengo que estar y ciérrame las puertas en donde no” ! A veces he recibido tremendos portazos, pero después recordaba mi oración y decía “Gracias, Dios. Acá no es. Evidentemente será otro lugar”. Y cuando el Señor cierra una puerta, abre un portón.

Pero volviendo a nuestra pregunta, ¿cómo actúa la providencia de Dios? Vemos que cuando el Señor nos guía, no va a faltar nada para el desempeño de la tarea a la cual nos lleva. Dios guio al profeta al arroyo de Querit, y allí no le faltó el agua ni la comida. El Señor lo guio a Sarepta y no le faltó la provisión. Dios lo guio a estos lugares, y aunque tuvo que caminar mucho y estaba bajo las narices de los enemigos, nadie le pudo hacer daño.

Veremos más tarde que lo llevó a enfrentar a todo el pueblo, al rey y a todos los sacerdotes de Baal, pero le dio el valor necesario. Esto significa que cuando Dios nos guía, no tenemos que pasar con la cabeza por la pared. Él nos abre una puerta en el momento oportuno. Si Dios te llama a un ministerio, te dará los dones y la capacidad para realizarlo. Si te lleva a otro lugar te va a dar lo necesario para vivir.

Cuando el Señor guía, prepara todas las circunstancias de manera que encajen perfectamente. Dios envió a Elías a Sarepta con la única revelación que una viuda lo iba alimentar. Bien podría llegar a este lugar, y preguntarse “¿pero cuántas viudas había en la ciudad? ¿Y cuál de todas ellas es la asignada?” Elías no tuvo que hacer una convocatoria y romperse la cabeza eligiendo o dejarlo a la suerte para determinar cuál le correspondía. Sólo tenía que aceptar aquella mujer que el Señor le traería a su encuentro. Allí entra a Sarepta y la primera mujer con que encuentra ya era la designada: Ahí dice en 1ª Reyes 17:10 “Entonces él se levantó y se fue a Sarepta. Y cuando llegó a la puerta de la ciudad, he aquí una mujer viuda que estaba allí recogiendo leña”.

Lo mismo le pasó al siervo de Abraham, al que fue encargado, la búsqueda de una mujer para Isaac. Dios siempre trabaja a ambas puntas al mismo tiempo. Lo mismo pasa con el noviazgo o matrimonio. Quizás te cuestiones, de alrededor de 4 mil millones de mujeres, o de hombres que hay en el mundo, ¿cuál será la que tiene Dios preparada para mí?. Claro, puedes eliminar de las posibilidades a las casadas, y como eres creyente a las inconversas. Y ahora ¿cómo haces para elegir entre digamos 5.000.000 de personas solteras creyentes? ¿Cuál será la adecuada?

No te tienes que preocupar. Si realmente deseas que Dios te guíe y oras al respecto, y tenemos presente los puntos pasados, Él se va a encargar de esto. Quizás la tenga que traer de otro país, o tal vez se encuentre en tu iglesia, pero el Señor te lo mostrará. El Señor actúa a ambas puntas.

Entonces la guía del Señor es providencial. Abre puertas. Las circunstancias se configuran de tal manera que vamos a reconocer claramente cuál es la voluntad de Dios. Entonces sigamos estos principios para que el Señor nos pueda guiar siempre a toda verdad y a hacer su voluntad. Amén.

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