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Autor: William MacDonald

La asamblea en el Nuevo Testamento, un tema que está muy en el corazón de Dios y ciertamente es de suma importancia para el Señor Jesucristo. Veremos como la Iglesia se distingue, en las Escrituras, de la nación de Israel. Uno es el pueblo terrenal de Dios, el otro el pueblo celestial.


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PE2297 – Estudio Bíblico
El Plan de Cristo para la Iglesia – I (4ª parte)



¿Cómo están amigos y hermanos? Un saludo cordial para cada uno de ustedes! Al finalizar el programa anterior, estábamos hablando del plan de Dios para la Iglesia. Decíamos que: Cada iglesia debería ser individual, debería tener sus propios ancianos, y debería encargarse de su propia propagación y evangelismo, así como lo hizo la iglesia en Tesalónica. Cada una debería ser auto-financiada y dar cuenta directamente al Señor Jesucristo mismo.

Pero, el Nuevo Testamento también sugiere que, si bien cada iglesia es independiente, existen momentos de comunión entre las diversas asambleas. Reconocemos a otros creyentes y nos juntamos con ellos, tanto como podemos, en concordancia con los principios de la Palabra de Dios, tal y como lo vemos.

Me regocijo siempre que me encuentro con otro creyente. Cuando es un verdadero creyente, me regocijo. Me regocijo cuando conozco otras iglesias cristianas. No significa que puedo hacer todo lo que ellos hacen. Lo que debo hacer es ser fiel a la Palabra de Dios.

La prueba de una iglesia local no consiste en el número de personas en ella, sino en la santidad de sus miembros. Es muy bueno recordar esto, ya que hoy en día existe un énfasis muy grande en los números. Cuanto más grande sea la iglesia, más exitosa… Eso no es así en la Palabra de Dios. Dios no enfatiza los números. Él puede usar lo débil y lo pobre, y lo común y despreciado, y lo que no es para deshacer lo que es, para que ninguna carne se gloríe en Su presencia (como nos dice 1 Corintios 1:27 al 29).

Repito, la verdadera prueba de una asamblea del Nuevo Testamento no consiste en el número de sus miembros, sino en la santidad de los mismos. Es maravilloso recordar que la Iglesia es la única sociedad en la tierra en la que nuestra ineptitud nos hace aptos. ¿No es eso maravilloso?

Eso no sucede con las fraternidades y clanes de este mundo. Ellos quieren que usted sea alguien .Quieren que tenga algo en el banco. Debe tener valores en su cuenta. Pero Dios toma a los pecadores, (pecadores perdidos, sin esperanza e indefensos), los salva por Su maravillosa gracia, y los hace miembros de la Iglesia, para que estén con Él y que sean como Él por toda la eternidad. Lo sorprendente es que no estemos más sorprendidos.

Vamos a ver ahora, que existen varios modelos para la Iglesia en el Nuevo Testamento. A continuación voy a hacer un breve recuento de los mismos.

En primer lugar, es un templo. Pablo lo dice en 1 Corintios 3:16: “Sois templo de Dios”. El templo es un lugar de adoración. Habla de la Iglesia como una reunión de personas que adoran al Señor. Y eso es cierto, ya que el Señor recibe muy poca adoración ¿Lo sabía? El Señor Jesús recibe poca alabanza y adoración. Por eso me interesa cuando me encuentro con un grupo de creyentes que son adoradores, los cuales pueden derramar sus corazones en amor, alabanza y adoración al Señor Jesucristo por quién Él es y por lo que Él ha hecho.

La Iglesia es, también, un rebaño a pastorear. El Señor Jesús es el Buen Pastor. Él dio Su vida por las ovejas para poder tener un rebaño, y la Iglesia es ese rebaño.

Es una labranza que debe ser útil para Él, fructífera para Él. Ésa es la palabra que se usa en 1 Corintios 3:9: Una labranza para el Señor. ¡Qué imagen tan hermosa de la Iglesia! ¿Estamos dando fruto para Él?

Es un edificio. Un edificio que debe ser agrandado y un edificio al que se le añadirán ladrillos continuamente, hasta que el último se coloque, hasta que el último creyente se salve, y entonces se lleve a cabo el arrebatamiento.

La Iglesia es un hombre nuevo, aboliendo las diferencias entre judíos y gentiles como ya hemos dicho.

Es una habitación de Dios, a través del Espíritu. La Iglesia es una reunión de personas en donde Dios puede sentirse en casa. ¿No es eso maravilloso? Es la habitación de Dios, a través del Espíritu.

Y, por supuesto, la Iglesia se describe como la esposa de Cristo. ¿Acaso se puede pensar en otra imagen que hable más de afecto e intimidad que ésa? Nosotros los creyentes somos miembros de la Esposa de Cristo. Nunca se dice eso de Israel en el Antiguo Testamento. Y reinaremos con Él sobre la tierra por mil años. Regresaremos con Él, y reinaremos sobre la tierra por mil años.

La Iglesia es la casa de Dios, donde Dios enseña orden y disciplina. Leemos eso en 1 Timoteo 3:15. Es la columna y baluarte de la verdad. Los baluartes se usaban en aquellos días para dar anuncios, para publicitar hechos, y la Iglesia es la columna y baluarte de la verdad. Sostiene firmemente la verdad de Dios.

Podemos preguntarnos: ¿La asamblea es importante? ¡Sí! La asamblea es muy importante. Es la única sociedad en la tierra a la cual el Señor le ha prometido perpetuidad. Quizás usted se pregunte, también: “¿Qué quiere decir con eso?” Me refiero a que es la única sociedad en la tierra a la cual el Señor le ha prometido que nunca desaparecerá. Ésa es una maravillosa profecía. Cuando pensamos en todo lo que la Iglesia ha padecido a lo largo de los años, es maravilloso que no haya dejado de existir hace mucho tiempo. En Mateo 16:18, leemos que Jesús dijo: “Tú eres Pedro, y sobre esta roca (Jesús) edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella”. La Iglesia permanecerá. Es la única sociedad en la tierra a la cual el Señor ha prometido perpetuidad.

La importancia de la Iglesia puede verse también en la cantidad de espacio que se le dedica en el Nuevo Testamento. Éste es un test válido. ¿Cuánto tiempo se le dedica? ¡Muchísimo! Efesios, Colosenses, a lo largo de todo el Nuevo Testamento se encuentran muchas verdades con respecto a la Iglesia.

La Iglesia es objeto de enseñanza para los seres angelicales. Esto es maravilloso. Los seres angelicales miran desde los cielos, y ven la multiforme sabiduría de Dios en la Iglesia. Piense en esto de la siguiente manera: todos somos piedras ásperas o rústicas en cierta forma, y tenemos gran necesidad de que se nos pula. Y Dios nos junta en la iglesia local, y tenemos roces los unos con los otros, y estudiamos juntos la Palabra de Dios, y muy pronto, una buena parte de nuestra aspereza desaparece. Y somos moldeados y unificados, cantando alabanzas al Señor al unísono. Ésa es una forma en la que la Iglesia testifica a los seres angelicales.

La Iglesia constituye la piedra superior de la revelación Escritural. En Colosenses 1:25, Pablo usa una extraña expresión. La leemos en la Nueva Versión Internacional. Dice: para “dar cumplimiento a la Palabra de Dios”. En base a esto, quizás usted piense que Colosenses es el último libro del Nuevo Testamento, pero no es así. Pablo dice: “De ésta llegué a ser servidor según el plan que Dios me encomendó para ustedes: el dar cumplimiento a la Palabra de Dios”. ¿En qué forma la verdad de la Iglesia cumple la Palabra de Dios? Es la última gran verdad que se agrega aquí en Colosenses.

La Iglesia es la unidad en la tierra que Dios ha elegido para propagar la fe. Alguien dijo: “Doquiera fueron los apóstoles, allí plantaron asambleas. Doquiera vayamos nosotros, comenzamos misiones u organizaciones”. Ésa ha sido la historia de la Iglesia. Doquiera fueron los apóstoles, fundaron asambleas. Doquiera vamos nosotros, hemos establecido misiones u organizaciones.

Dios ama la Iglesia. Dios ama la asamblea. Su propósito en ésta es escoger de entre las naciones un pueblo para Su nombre (como se menciona en Hechos 15:14). Tomo esto con mucha seriedad. El propósito actual de Dios es elegir de entre las naciones gentiles un pueblo para Su nombre. Si hemos de caminar con Dios, eso es lo que debemos hacer. Debemos estar en la misma sintonía con Dios, debemos estar interesados en ver almas convertidas y añadidas a las iglesias locales neotestamentarias.

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