Él continúa siendo Dios – Parte 2

Él continúa siendo Dios – Parte 1
3 agosto, 2020
Misiones en Guatemala
3 agosto, 2020
Él continúa siendo Dios – Parte 1
3 agosto, 2020
Misiones en Guatemala
3 agosto, 2020

Continuamos hablando con Luciana González, una chica de 17 años con un testimonio impactante. Hoy nos cuenta acerca de las cosas que ha aprendido en las dificultades: la importancia de la oración y de la dependencia de Dios, quien es el único que nos puede fortalecer y dar paz. Te invitamos a conocer más sobre su vida y cómo ha aprendido a confiar en Dios.


DESCARGARLO AQUI:
EA0846 – Entre Amigas –
Él continúa siendo Dios – Parte 2



Entrevista a Luciana González

Victoria: Amigas, es un gusto volver a compartir con ustedes este tiempo de la entrevista. Continuamos hablando con Luciana, quien en la entrevista anterior nos estuvo contando un poco acerca de su vida y llegamos hasta sus 12 años. Hablábamos del cambio que hubo en su mamá y de la llegada de su hermano Ezequiel. Ella actualmente tiene 17, pero ha vivido muchas cosas. ¿Qué pasó a tus 12 años, Luli?

 

Luciana: Fue mi último cumpleaños que pude compartir con mi padre. Después de eso él se fue para Maldonado, siguió drogándose. En el 2013 mi abuela llamó a mi tía y nos enteramos de que papá había caído preso otra vez. Yo me puse muy mal, porque otra vez volvía a lo mismo.

Victoria: Además con respecto a él, ¿no? Porque uno no sabe lo que puede pasar dentro de la cárcel.

 

Luciana: Sí, también. Vivís con el corazón en la boca porque no sabés que día te van a llamar para decirte que le pasó algo, que le hicieron algo. Y bueno, nosotros seguimos adelante. Uno de los momentos en los que más sentí su ausencia fue cuando empecé a preparar las cosas para los 15. Pero también en ese momento estuvo la mano de Dios consolándome, porque si bien fue un tiempo en el que sufrí, después entendí que él se buscó eso, que yo no podía hacer nada, y que si él había elegido esa vida, tenía que cumplir con las consecuencias. Creo que fue Dios quien me hizo entender eso, porque por mí sola no creo que lo hubiera hecho. Además nos enteramos de que le habían dado 6 años y medio, así que era imposible que pudiera estar para mis 15. Si bien hay días que no son fáciles, que lo necesito, no me siento sola, porque tengo a Dios. Me pongo a orar y Él me consuela enseguida.

 

Victoria: Luli, contanos cómo es tu vida hoy, y qué esperás para el futuro.

Luciana: Bueno, ahora estoy sirviendo en la danza, desde que entré a la iglesia más o menos me puse a danzar. Gracias a Dios, también tengo la oportunidad de enseñarle a otras chiquilinas para que empiecen. Yo siempre oro para que Dios no me deje nunca apartarme de su camino.

Victoria: Con respecto a los estudios, ¿tenés alguna idea de lo que te gustaría hacer?

Luciana: Ahora estoy haciendo el bachillerato informático y me gustaría después salir a trabajar, pero también me gustaría seguir estudiando en la facultad de ingeniería.

Victoria: Con respecto a tu madre y a Eze, ¿cómo viven hoy ustedes?

 

Luciana: Bárbaro. La verdad que, gracias a Dios, estamos muy bien. Mamá tiene sus momentos de no querer ir más a la iglesia, pero cuando mira para atrás y ve la vida que teníamos antes y al tener a Eze y querer que él vaya a la iglesia, son todos motivos que Dios le da para que no se aparte.

Victoria: Además, quienes las conocemos a ustedes, hay algo que vemos que es la tranquilidad que tienen a pesar de las circunstancias. Y esa paz y seguridad se la transmiten a los demás también. ¿Vos cómo lo vivís a eso después de haber pasado por tanta tormenta?

Luciana: Está muy bueno tener esa paz. Antes sufríamos mucho por la situación, pero ahora ya no lo veo tan así. Obvio que todos tenemos nuestros días y a veces estamos mal, pero no es que pasamos los días en aflicción. Gracias a Dios, estamos bien.

Victoria: Nos contabas que hubo un momento en el que vos le preguntabas a
Dios por qué. ¿Qué fue lo que vos sacaste para tu vida de toda esa situación?

Luciana: Creo que todos cuando hacemos algo mal tenemos una consecuencia. Como los niños, cuando hacen algo malo, los padres los ponen en penitencia. Y si bien Dios tenía el poder para sacar a mi padre de la cárcel, él tenía que entender de alguna forma que estaba haciendo las cosas mal. Tenía que enfrentar las consecuencias.

Victoria: ¿No te pasó de escuchar a la gente decir: “yo le pedí a Dios pero no me dio lo que quería, por eso no creo”?

Luciana: Sí, claro. Nosotros si hacemos las cosas mal tenemos que ser conscientes de que vamos a tener consecuencias. Creo que esa situación me ayudó a entender esto. Si bien nosotros no tenemos nada que ver, o sea, pagamos por algo que hizo él, él de alguna manera tiene que entender y tiene que pagar por lo que hizo.

 

Victoria: Y eso también es otra manera de aprender, el saber que cuando uno hace algo, por más que parezca individual, siempre hay alguien más que se ve afectado.

Luciana: Sí, en este caso fuimos afectados toda la familia. Por hacer lo que él quiere, afecta a todo su entorno.

Victoria: Lo que no quiere decir que no quieras a tu papá o que no quieras verlo bien, lógicamente.

Luciana: No, nada que ver, todo lo contrario.

Victoria: Luli, mirando tu vida, ¿qué sacas de todo esto, que te lleva a decir: yo quiero esto, quiero dirigirme de esta manera y no quiero esto para mi vida?

Luciana: Quiero poder seguir en este camino porque se que si me alejo no voy a estar bien. Me gustaría que mi padre cambiara, me encantaría poder ayudarlo, si él se deja ayudar, me gustaría recuperar ese tiempo que perdimos, y que pueda llegar a Dios. No quiero volver a pasar por lo mismo, que él vuelva a lo mismo, y no quiero nunca entrar en contacto con las drogas ni nada por el estilo.

Victoria: ¿Cuáles son las cosas que notás que les das más valor que una chiquilina de 17 que no haya pasado por las cosas que vos pasaste? ¿Cuáles son las cosas que vos valorás, que de repente a otra chica de tu edad ni le sorprende?

Luciana: Son bastantes cosas. La familia es una, porque siempre estuvo. Amigos de la iglesia, también, porque desde que llegamos a la iglesia siempre están preguntando y apoyándonos, y valorar a Dios también. Muchas veces tomamos a Dios como alguien que está cuando lo necesitamos, que cuando queremos algo vamos, se lo pedimos, nos lo da y nada más. Pero hay que tomarlo en serio y ponerlo como prioridad en nuestras vidas en todo momento.

Victoria: Estamos llegando al final de este tiempo con Luciana. Luciana, nos contabas que en la iglesia tenés amigos que te han ayudado. Contanos un poco de este grupito.

Luciana: En el grupo somos 5: Natasha, Valentina, Maira, Amaloa y yo. Desde que entré a la iglesia ellas siempre estuvieron. Ellas en su infancia también vivieron cosas parecidas, y gracias a Dios ahora sus familias están bien, pero se pueden identificar con las cosas que yo pasé.

Victoria: ¿Qué cosas han podido compartir?

Luciana: Momentos como el fallecimiento del padre de una amiga, que pudimos estar todas ahí acompañándola y llorando juntas. Está bueno que no solo estemos presentes en los momentos divertidos, sino que cuando hay cosas malas también puedan ver que estás ahí, a su lado, apoyándolas. Después hay muchas personas que siempre nos apoyan, maestras de la escuela dominical y líderes. Siempre están dándonos aliento, apoyando y orando por nosotros. Está demás poder tener ese grupo de amigas.

Victoria: ¿Desde qué edad se conocen?

Luciana: Desde mis 8 o 9 años más o menos. Es muy lindo porque son sinceras, si estás equivocada te dicen, y nos ayudamos, nos contamos las cosas y nos animamos.

Victoria: Aparte, vos al ser la más grande, quizás te escuchan o te observan un poquito más. Para finalizar, hemos estado hablando del mensaje de buscar a Dios, pero quizás es difícil entender cuando alguien te habla de Dios. ¿Qué crees que puede hacer la gente para acercarse a Dios? ¿Qué es lo que a vos te parece que puede marcar realmente la presencia de Dios en tu vida?

Luciana: Yo creo que cuando hablamos con Dios, cuando oramos, Él está con nosotros y lo sentimos. Quizás a veces nos enojamos un poco porque queremos que Dios nos conteste ya y que nos de todo enseguida. Pero también tenemos que entender que todo tiene su tiempo, que Dios no nos va a dar las cosas cuando queramos. Cuando nosotros hablamos con Él no tenemos que usar determinadas palabras, sino simplemente hablarle como lo sentimos, porque es la mejor manera de hablar con Dios. Él está con nosotros, siempre va a estar a nuestro lado.

Victoria: Muchas gracias por tu tiempo, Luli, y le damos también gracias a Isabel, la mamá, que está acá. Con este mensaje nos despedimos, y a ustedes amigas, las invitamos a que sigan escuchando Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Elija su moneda
UYU Peso uruguayo