Cómo evitar que su vida se derrumbe – Parte 2

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Continuamos entrevistando al psicólogo Hugo Píriz acerca de sus charlas: “Cómo evitar que tu vida se derrumbe». Hablamos de aspectos muy importantes en el relacionamiento con los demás, como los enemigos, las relaciones tóxicas, la indiferencia, la influencia de las redes sociales en las relaciones reales, y de construir cada día nuestra felicidad. Te invitamos a aprender más de este tema.


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EA734 – Entre Amigas –
Cómo evitar que su vida se derrumbe – Parte 2



Entrevista a Hugo Píriz

Victoria: Continuamos dialogando en esta oportunidad junto a Hugo Píriz, ya hemos estado en una entrevista anteriormente y le agradecemos por el tiempo que tiene con nosotros. Hablando de esta charla “Cómo evitar que tu vida se derrumbe” que ha llevado a varios lugares, la cual habla de la felicidad y de cuáles son los factores que influyen en ella. Hablábamos en la entrevista anterior de que la mayoría de las personas tienden a definir la felicidad con todo lo que tiene que ver con lo económico, pero luego de realizar un análisis concluimos que no tiene tanto que ver con eso, sino mas bien con las relaciones personales. Hugo, gracias por estar con nosotros. ¿Cómo estás?

Hugo: Gracias nuevamente por renovar la invitación, ya aprovecho para saludar a toda la gente que nos está escuchando desde diferentes puntos del continente americano, un gusto.
Esta charla surge como surge cualquier otra charla, solamente que la primera reacción que hubo de parte del público fue ampliamente positiva. No se notó en la primera charla, pero si en la segunda. Cuando anunciamos que íbamos a hacer una segunda charla, se triplicó la asistencia de la primera, se ve que estamos tratando un tema en el que la gente tiene grandes carencias. La entrevista pasada hablábamos, por ejemplo, de tener cuidado con el factor enemigos, y ni nos imaginamos la cantidad de enemigos que tenemos, ya sea por voluntad nuestra o por voluntad de otros. El enemigo está en la persona con la que tenemos poca simpatía, en la persona que no nos interesa, hasta en la persona con la que tenemos mucha creatividad de daño. Mientras nosotros persistamos en una situación de ese tipo, corre cierto riesgo nuestra vida, porque yo puedo creerme muy inteligente, pero en la vida siempre va a haber alguien más inteligente que yo. Estoy hablando de relaciones poco simpáticas con las personas que viven bajo mi mismo techo, con las personas que son familia extendida, con las personas que asisten a los ambientes a los que suelo concurrir habitualmente. Yo hago deporte en un club. Si se de alguien que va ahí y con quien no tengo una buena relación, lo más probable es que no tenga ganas de ir, o que, si voy, vaya a desplegar cierta creatividad para lastimar al otro. Así que ojo con todo eso.

Victoria: Está muy de moda el término de relaciones “tóxicas” en amistades e incluso en parejas. ¿De qué hablamos cuando hablamos de relaciones tóxicas?

Hugo: Es algo negativo, lo tóxico siempre tratamos de evitarlo porque nos lesiona, nos hace mal, porque promueve nuestra muerte simbólicamente hablando, y tratamos de alejarnos de todo eso. En el mundo en el que vivimos, con la vertiginosidad con la que vivimos, muchas de nuestras relaciones se hacen muy tóxicas.

Victoria: ¿Hay relaciones que es mejor dejarlas de lado porque no aportan nada positivo a nuestra vida?

Hugo: Hay personas con las que uno va a hablar y termina envenenado. Ahora, ¿tengo que evitarlas? Yo creo que no. Creo que, si tengo la posibilidad de establecer buenos vínculos, voy a tratar de sembrar lo bueno, lo puro, y trasmitirlo.

Lo que pasa es que muchas de nuestras relaciones ya están definidas. Algunas están muy bien definidas y otras están medianamente definidas. Las que están bien definidas, yo las tengo que trabajar para poder mejorarlas. Pero las que están mal definidas, las tengo que reestructurar y empezar a cambiarlas de tal modo que dejen de ser tóxicas y comiencen a ser beneficiosas. ¿Cómo lo puedo hacer? Debemos tener criterios de buen relacionamiento.

Victoria: Y eso también hace que seamos un poco autocríticos, porque, así como algunas personas me afectan a mí, yo puedo estar afectando a otras personas.

Hugo: Sí, lo que tú estás diciendo es el centro de todo nuestro movimiento: yo soy el que tiene la razón y los demás son los que están equivocados. Por eso debemos ser críticos y aprender a aceptar los niveles de responsabilidad. Si la relación está mal, es porque mutuamente hemos hecho cosas para que sea mala. Por ejemplo, la indiferencia. Nosotros vemos la indiferencia como un elemento inocuo, como intrascendente, y no es así. La indiferencia es un elemento que puede lastimar y que puede lastimar muchísimo. Yo siempre digo en la conferencia: La indiferencia no hace felices a las personas, y yo quiero ser feliz, entonces esta actitud que yo estoy teniendo con la otra persona, no está sirviendo. Ni para mí, ni para la otra persona. Por eso es necesario romper esa situación de apatía que prima entre las personas. Yo puedo pensar que tengo muchos amigos, y que por lo tanto no me sirve hacer amistad con determinado compañero de trabajo, de estudio o de cualquier ambiente. Estoy pensando mal. Yo necesito de todos, porque no tengo la capacidad de fabricar felicidad yo mismo. Si me ponen en una isla, o en mi casa aislado de todos los demás, no voy a ser feliz. La felicidad es el resultado de tener una buena relación con las personas que están a mi alrededor.

Victoria: Quería referirme ahora al tiempo actual. Estamos tan abrumados con, por ejemplo, el tema de las redes sociales, y se está hablando de el cambio que ellas pueden efectuar, específicamente sobre las relaciones personales. Se hace mucho énfasis en la cantidad de amigos o seguidores que uno tiene mientras que eso no se ve reflejado en la vida real. ¿Qué nos podés decir al respecto?

Hugo: Bueno, las redes sociales creo que son un gran bien que se ha producido. Yo puedo contar mil beneficios que traen, pero al mismo tiempo son peligrosas. ¿Cuándo son peligrosas? Cuando la relación virtual sustituye a la relación real. Las redes sociales deben usarse como un medio real. Necesito encontrarme con la realidad. El tema es que en el mundo real a veces es difícil el relacionamiento porque puede pasar que el comportamiento de otros me resulte inadecuado u ofensivo. Pero yo no tengo que depender de eso, sino de mi actitud, de mi proceder frente a las demás personas. La felicidad es el buen relacionamiento con las personas, y eso depende de mí. Si yo a una persona la saludo con simpatía, me va a saludar simpáticamente. Pero si yo la agredo, me lo va a devolver, como si fuera un espejo. Si la gente obra como un espejo, más vale que yo tome conciencia y empiece a analizar cómo puedo lograr relaciones buenas mutuas. Quiero resaltar esta última palabra: mutuo. Todo lo que yo haga debe tener un resultado de beneficio mutuo, no de beneficio unilateral. Si yo solamente pienso en mí mismo, la otra persona va a pensar solamente en sí misma también y va a ser una relación mentirosa.

Si yo quiero salir de la indiferencia, el primer paso que debo dar para empezar a producir un bien comportamiento, un bien relacionamiento con la otra persona, es interesarme en el otro. Interesarme positivamente. Porque el desinterés no es bueno. Cuando yo capto que en el ambiente en el que me encuentro alguien se desinteresó en mi persona, me duele. Si yo me desintereso en el otro, estoy produciendo el efecto de hacer doler al otro. Estoy hablando de personas que viven bajo el mismo techo, estoy hablando de personas con las que trabajo, con las que estudio, con las que me relaciono cotidianamente. Lo mío tiene que ser el interés Qué lindo que es cuando alguien me pregunta auténticamente cómo estoy, o cómo me fue en determinada cosa o lugar. Suena lindo porque veo que hay alguien que sabe algo de mi historia y que se interesó en mi historia. Si lo hago con otras personas puedo producir un efecto positivo en ellos. Todos esos detalles pequeños, insignificantes, van generando buenas situaciones.

Victoria: No tienen que ser grandes cosas. A veces con cosas pequeñas, como decías, cuando uno se encuentra con alguien, un gesto, un “gracias”, una sonrisa, marca la diferencia.

Hugo: Exactamente. Lo otro está en el desinterés. Nadie me va a reprochar si no tengo esas actitudes de interés por los demás, pero el desinterés no me acerca a la otra persona. Y como yo quiero construir buenas relaciones con los demás porque el resultado de esa buena relación va a ser la felicidad mutua, lo voy a hacer. Me voy a esforzar de tratar de estar al tanto de las circunstancias de esa persona, y preocuparme por ellas.

Victoria: Hugo, ya resumiendo esta temática que hemos venido hablando, y agradeciéndote por haber brindado esta charla. Podemos resumirla en que debemos estar bien adentro, resolver mi identidad, qué es lo que me motiva, para luego estar bien hacia afuera. ¿Podríamos decir que se encara desde ese punto?

Hugo: Sí, yo diría que necesitamos de los demás como punto fundamental. No podemos despreciar a nadie. Necesitamos de los demás, necesitamos una motivación de vida, algo que me de fuerzas para levantarme cada día. Para algunos esta motivación es la familia, para otros es Dios, para otros es un trabajo, hay diversidad, pero debe ser lo suficientemente fuerte como para motivarme cada día. En la medida de lo posible debo tratar de estar bien con todo el mundo, es complicado a veces, pero dentro de lo que pueda hacer para lograrlo, debo estar en buenos términos con todas las personas que me rodean. Después debo ir descubriendo las formas positivas de relacionarme con los demás para producir el bien personal y el bien del otro.

Victoria: Cuando uno se refiere a lo que es la felicidad, tiende a pensar que es llegar a un estado y que después no habrá mas tristeza ni sentimientos negativos. Me parece que no va por ahí, ¿no?

Hugo: Exacto. El otro día estábamos hablando del factor alegría. La alegría es muy circunstancial. Siempre es el resultado de algo positivo que sucedió, pero es muy efímero.  La alegría que yo tuve ayer es muy difícil que yo la pueda trasladar para hoy. Intelectualmente sí, por lo tanto, si quiero alegrías hoy, tengo que construir las nuevas alegrías en el día de hoy.

Victoria: Hugo, te agradezco mucho por haber estado con nosotros. Muchas gracias.

Hugo: A ustedes gracias.

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