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Entrevistamos a la trabajadora social Sandra Costabel, quien implementó el proyecto de cajitas de esperanza como una forma de ayudar a personas en necesidad y demostrarles el amor de Cristo mediante regalos y cartas de gente de distintos lugares. Te invitamos a conocer de este hermoso testimonio y aprender sobre cómo puedes ayudar a los otros y compartir el evangelio.


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EA735 – Entre Amigas –
Compartir esperanza



Entrevista a Sandra Costabel

Victoria: Amigas, seguimos compartiendo con ustedes Entre Amigas. Hoy vamos a conversar con Sandra acerca de compartir esperanza. ¡Qué importante es poder compartir esperanza! Compartir del mensaje de Jesús. No hay una manera fija de hacerlo, el Señor siempre nos da ideas innovadoras. Bienvenida, Sandra, gracias por acompañarnos hoy, y contanos, ¿de qué se trata este proyecto de las Cajitas de esperanza?

Sandra: Bueno, muchas gracias por la bienvenida. Es un proyecto cuyo nombre seguramente le suene a la audiencia porque de alguna manera tiene una similitud y surge la idea de aquel proyecto conocido internacionalmente de la fundación Billy Graham, en el cual se comparten algunas cajitas como de zapatos con regalos, la caja de la bolsa samaritana. Las cajas se preparan en una parte del mundo y a veces viajan muchísimos kilómetros para poder bendecir la vida de una niña o un niño que lo recibe.

Yo soy trabajadora social y estoy participando en la coordinación de un proyecto de barrenderos. Son personas que por un año hacen la tarea de barrido de las calles, y a su vez estas personas reciben, una vez a la semana, educación por parte de la institución que gestiona este proyecto, que es Juventud para Cristo. Y bueno, al acercarse la navidad, con la trabajadora social queríamos hacer algo para estas personas con las que veníamos compartiendo la esperanza de distintas maneras, y surgió la idea de hacer este proyecto de Cajitas de esperanza, donde algunas personas puedan mostrarles amor, esperanza, acercarles un mensaje, algo que les diga que ellos son valiosos. Se trata de barrenderos que en realidad son personas con historias muy difíciles. Veníamos trabajando durante todo diciembre, cuando pasó este proyecto, el tema de la familia, así que los talleres educativos eran sobre la familia, y en un taller introductorio que hicieron con la trabajadora social me acuerdo de que traían sus historias de vida muy tristes. Gente que había sido violentada por su familia, gente abandonada, gente que había sufrido muchísimo por razones familiares. Entonces dijimos: ¡Cuánta falta les hace esto, un mensaje de esperanza! Y bueno, de ahí surgió esta idea de las Cajitas de esperanza. Así que usamos las redes sociales, al principio desde mi propio Facebook pusimos un mensaje que solicitaba gente interesada en hacer una carta, un regalito, lo que quisieran para expresar amor. Y empezaron a llover respuestas, así que a cada uno que nos escribía le encargábamos una persona, le decíamos las características de la persona, la edad, cuántos hijos tenía, etcétera. Entonces esa persona empezaba a pesar en un regalo apropiado para la persona que le habíamos asignado.

Victoria: Qué interesante, y qué lindo eso de poder compartir a la distancia, porque tal vez muchos de los que colaboraron nunca vieron a la persona a la que le llegó, pero poder enviar un abrazo, poder enviar un cariño, y también poder testificar del amor de Jesús.

Sandra: Sí, se les puso mucho corazón a las cajas, se veía desde la preparación hasta en las notas, mucha gente compartió material bíblico, folletos, y cartas que decían lo importante que eran ellos para Dios y que compartían de este cariño. Así que bueno, se fue gestando eso en secreto, porque ellos no se enteraron hasta que se las entregamos, y fuimos juntando todas las cajitas. Tuvo una segunda parte este proyecto, que fue regalarle también a los hijos de todas estas personas. Así que averiguamos, los hijos eran 38 en total, de todas las edades.

Victoria: Qué linda esta iniciativa de llevar amor y esperanza a los demás en tiempos en los que el individualismo está reinando. Queremos saber Sandra, ¿qué fue lo que pasó cuando estas personas recibieron la cajita de esperanza?

Sandra: Bueno, muchísima emoción. Para empezar, recibieron una sorpresa porque no sabían de este proyecto. El 23 de diciembre, los barrenderos salieron a trabajar, y les habíamos dicho que ese día queríamos que se quedaran un rato más después de terminar su turno, porque queríamos hablar algo relativo a la navidad. Así que conseguimos un árbol de navidad viejo que alguien nos donó, y preparamos todas esas cajitas allí. Cuando llegaron les compartimos sobre el proyecto, así como les conté a ustedes, y les dijimos que en esta fecha tan especial celebrábamos a Jesús, que era alguien que conocía lo que habían vivido, conocía lo que era vivir en la calle, conocía lo que era que le abandonaran sus amigos, que era alguien que realmente los entendía, y que muchas personas se habían interesado en ellos y en demostrarles el amor de Jesús. Hecha toda la presentación llegó el momento de abrir las cajitas, y ellos las abrieron con muchísima emoción. Cada uno se sorprendió con aquellas cosas que eran tan personales. Hubo llantos, por supuesto, porque para algunas personas era la primera vez que recibían un regalo de navidad. Hubo personas que recibieron becas para seguir estudiando, otros vales para materiales para poder construirse una casa, no completa, pero algunos materiales esenciales, entonces estos regalos fueron realmente muy significativos para ellos y quedaron fascinados. En la segunda parte, unos días después, había una salida programada para la familia así que salimos todos juntos en un autobús con los niños y demás, y algo sospechaban porque vieron los paquetes. Entonces cuando llegamos a una plaza que hay en Montevideo, muy linda, muy adornada, les invitamos a cenar en un restaurante y allí les explicamos que había personas que también habían hecho cajitas para cada uno de los hijos y bueno, empezaron a abrirlas. Creo que lo que más impactó fue que recibieron obsequios también para los hijos grandes. Sobre todo, una señora que tenía a su hijo en la cárcel se vio muy tocada cuando le entregamos una caja para que se la lleve a él, y no se lo esperaba. Así que creo que fue muy lindo, ellos fueron muy tocados, y también el grupo quedó muy sensible a todo lo que se está haciendo por ellos y este amor expresado. Es lindo también ver como algunos de ellos que van a una iglesia invitan a otros, y entre ellos mismos se evangelizan. Y bueno, esto se va expandiendo. En estos días, uno de los barrenderos recibió una beca para un campamento cristiano, y él se me acercó para pedirme un adelanto del salario para poder comprar algunas cosas personales para ir al campamento. Short para bañarse en la playa, algunos implementos de higiene, cosas así. Entonces yo le dije que no gaste su sueldo en eso, hicimos un llamado y le conseguimos las cosas en menos de una hora. Eso es una de las cosas que veíamos, la gente estaba muy dispuesta a ayudar, y hasta nos agradecían la oportunidad de poder ser parte del proyecto.

Victoria: ¿Hay algún proyecto próximo con este mismo sentir?

Sandra: Bueno, en principio este, que respondió a la necesidad, y yo creo que el campo misionero es la necesidad humana. Cuando uno ve una necesidad, hay posibilidad de ayudar a otro. Eso es lo que nosotros hicimos, contactar a aquellos que pueden interesarse por la necesidad de otros, y en esa conexión es que unos dan y otros reciben. Cada uno puede hacerlo desde el lugar en el que está, porque no tiene que gastar mucho tampoco, da en la medida de sus posibilidades. Ahora para la persona que te conté que va al campamento, en realidad no eran muchas cosas. Y yo a veces pensaba: gasto más en nafta si voy con el auto a buscar una pasta de dientes o un champú que alguien quiere donar, que si lo compro yo misma. Pero en realidad la riqueza está en conectar a aquel que quiere dar con el que tiene la necesidad. Entonces esa persona tal vez no gasta mucho, pero se siente bien dando, y el otro recibiendo. Y entre todos, no se hace pesado para ninguno.

Victoria: Qué importante que es tender las redes, ¿no? Porque tal vez uno ve una necesidad, siente la preocupación y quiere cubrirlo todo. Pero qué importante que es hacer el llamado a otras personas, porque hay personas que están esperando para colaborar.

Sandra: Sí, y hay que ver en qué, darse cuenta realmente de cuál es la necesidad. No dar por dar, sino ver, como hacía Jesús, la verdadera necesidad de la persona.

Victoria: Muy bien Sandra, muchas gracias, gracias por animarnos y por comentarnos esto que también nos abre la vista hacia cómo podemos ayudar a los demás. Quedémonos pensando en esto, en cómo podemos ayudar, y cómo podemos llegar con el mensaje de Jesús a otros.

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