Áreas para trabajar con mujeres

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Sonja Maag hace más de 25 años que trabaja con mujeres. No solo como fundadora de este espacio radial, sino teniendo diversas actividades, charlas y conferencias en eventos e iglesias en Uruguay, Brasil, Suiza y Alemania. En su experiencia nos da algunas pautas e ideas de cómo trabajar con mujeres cumpliendo con el mandamiento del Señor cuando dijo «Id y haced discípulos». Las invitamos a recorrer esta entrevista con nosotros.


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EA1038 – Entre Amigas –
Áreas para trabajar con mujeres



Victoria: Para mí es un placer, queridas amigas, reencontrarnos con Sonja Maag, creadora de este espacio, con quien en programas anteriores estuvimos conversando de su experiencia como una mujer que se involucró en diferentes espacios de desarrollo para la mujer, y además de este programa tuvo participación en otros espacios, así que Sonja, un gusto reencontrarnos. ¿Cómo estás?

Sonja: Estoy muy bien, gracias por la bienvenida, estoy muy contenta de poder estar acá, nuevamente en Entre Amigas. Es un placer para mí.

Victoria: Bueno Sonja, la idea de hoy es continuar conversando sobre diferentes formas de trabajar con las mujeres. En el programa anterior justamente hablábamos de este tema, vamos a conversar un poquito más y profundizar en cómo trabajar con las mujeres, diferentes ideas, los temas que se pueden traer a estas idas sobre las cuales ya has incursionado, pero de todas maneras queremos conversar un poquito más.

Sonja: Sí, pusimos mucho énfasis en el programa anterior en lo que es Entre Amigas, el trabajo por radio, Café para el Alma, entonces yo pensé: Muchas oyentes van a decir “bueno, radio no tengo, ¿qué voy a hacer?” Por eso me gustaría compartir un poquito más, porque hay tantas posibilidades para conversar con mujeres, para trabajar con mujeres, que me gustaría compartir algunas de ellas. Todo tiene un comienzo. Al comienzo yo estaba en Entre Amigas, en la radio, y de repente me llegaron las invitaciones para retiros, conferencias, donde otras mujeres organizaban el evento, pero me invitaban para compartir un estudio bíblico. Y de esto nació también toda la parte de consejería, porque una va conociendo mujeres, las mujeres la van conociendo a una, y también este trabajo creció. A las oyentes les quiero decir que siempre me empujó un solo propósito, y me parece muy importante subrayar eso. Porque uno no debe querer lucir cuando hace este trabajo, sino cumplir con lo que Jesús nos ha encomendado a sus discípulos, y entre ellos estamos nosotras: predicar el evangelio y hacer discípulos. Para hacer ese trabajo hay muchas formas, muchas ideas, pero lo importante es siempre formar práctica, compartir, testificar, contar con mi vida, con lo que soy, con lo que opino, esto es lo que Jesús es para mí. Porque si murió por mí en la cruz, resucitó y hoy vive, yo quiero que otras mujeres lo experimenten también.

Esto es muy importante, compartir el evangelio de una forma natural y con el testimonio de lo que yo he experimentado, lo que Jesús hizo por mí.  Y también esa segunda parte de hacer discípulos. Esto es un desafío, porque uno va creciendo juntos en la fe. Uno estudia, lo comparte, crece en la fe, conoce más a Jesús, lo comparte con las otras mujeres que tienen un encuentro, y así se da todo este plan maravilloso que Dios tiene para la mujer. Y muchas mujeres no saben el precioso plan, el precioso enfoque que Dios ha pensado para la mujer en esta vida acá en la Tierra, y en el futuro también. Esto me conmueve. Tuvimos que preguntarnos ¿Cómo puedo compartir lo más importante a las mujeres? De una u otra forma tengo que llegar a compartir con las mujeres con las que trato, la Palabra de Dios. El apóstol Pablo se lo dijo claramente al escribirle a Timoteo “toda la escritura es inspirada por Dios y útil para enseñarnos lo que es la verdad”. Y hoy en día se toman tantas cosas como la verdad, y no lo son. Pero tenemos la Palabra de Dios, que nos da la base para enseñar la verdad, porque la Palabra de Dios es la verdad, y para hacernos ver lo que está mal en nuestras vidas. La Palabra de Dios nos corrige, nos ayuda, nos enseña, y enseña a hacer lo correcto. Esto es maravilloso.

Victoria: Vamos a hablar, Sonja, un poco de cómo ha sido tu testimonio al involucrarte en el trabajo con mujeres, un trabajo que además te ha llevado con mujeres de diferentes edades.

Sonja: Victoria, es una cosa que yo nunca hubiera buscado hacer. Yo no salí con la idea de ver cómo podía trabajar con mujeres, pero en el diario vivir fui confrontada con tantas situaciones de otras mujeres, y me di cuenta de que existe una necesidad. Están bien los cultos en las iglesias, el evangelismo, pero había necesidad de una forma más específica para la mujer. Porque yo entendí que, si yo sabía que solamente la Palabra de Dios tiene la verdad, para mí y para todas las mujeres, entonces tengo que encontrar una forma de compartirlo. Mi primer paso fue ese, el de la radio, pero después surgieron otras cosas también. Descubrí que es muy importante tener un espacio especial para las mujeres, porque compartir la Palabra de Dios, el evangelio o las experiencias de mi fe en la vida diaria, lo necesitamos hacer con ejemplos, así como yo recibí ayuda, como aprendí de la Palabra de Dios y a ponerla en práctica. Por ejemplo, si yo fuera una mujer que se enoja rápidamente, la Palabra de Dios me dice que no me enoje. Pero ¿cómo lo hago? Tenemos que conversarlo, hablarlo abiertamente. Podemos aconsejar, orar juntas y animarnos en esta buena batalla de la fe. ¿Sabes? Yo descubrí una cosa. Viajé mucho e independientemente del idioma que hablemos, o la situación social en la que vivimos, o el país, o si vivimos en la capital o en el interior, o el estado civil que tenemos, esta necesidad está presente en todas.

Victoria: Sonja, te toca trabajar con diferentes edades y situaciones, a veces es más fácil ayudar porque te toca relacionarte o sentir empatía hacia personas que están viviendo algo que tú también viviste, entonces es más fácil aconsejar desde la experiencias. A veces es más difícil cuando te toca enfrentarte a algo sobre lo cual no experimentaste, entones eso imposibilita y por ahí marca cierta distancia cuando te toca aconsejar. Eso no quiere decir que no lo puedas hacer, sino que implica un esfuerzo un poco más grande, en el que vos tenés que intentar ponerte en el lugar, aunque no hayas sentido lo que esa persona sintió. Ya sea la pérdida de un hijo, alguna situación puntual económica, diferentes situaciones que quizás tú no las viviste, o sí, pero que de todas maneras siempre hay algo para decir, con el debido cuidado, pero Dios nos pone a veces en lugares en los que nos sentimos un poco incómodos, porque no estamos acostumbrados, pero por algo nos pone en ese lugar.

Sonja: Exactamente, es así. Absolutamente. Y yo quiero decir, si hay alguien que nos escucha una hermana en la fe y tiene ese deseo en su corazón de trabajar con las mujeres, que no se desanime, que no se rinda. Porque uno va aprendiendo con el trabajo, uno va creciendo. Tenemos que saber: el amor de Dios no se rinde, sino que busca. Entonces nosotros también somos invitados y estimulados a buscar cuál es la voluntad de Dios, cómo lo podemos hacer, orar, averiguar necesidades. Porque este amor de Dios está derramado en nuestros corazones, entonces eso tiene que impulsarnos. Y, además, no somos nosotras las que hacemos el trabajo, sino que Dios quiere que le pidamos. En Santiago leemos que si necesitamos sabiduría se la pidamos a nuestro generoso Dios. Dios es generoso conmigo. ¿Cómo no me va a dar la sabiduría para mostrarle a otras mujeres que Dios es generoso con ellas? Y Dios te la dará, Él nos da esa sabiduría para llegar a las personas.

Victoria: Decías algo muy interesante, porque hablabas de un espacio específico para la mujer. A veces puede pasar que están las reuniones semanales, si es que se puede en estos momentos de pandemia, pero a veces uno con cierta reunión piensa que está cumplido. Pero a veces es necesario ese encuentro con mujeres porque se dan otras cosas, se charlan otras cosas que por ahí en una reunión genérica no se van a tocar porque no hay tiempo, porque no es el momento. Pero es necesario ese momento de intimidad entre mujeres. ¿no?

Sonja: Absolutamente. ¿Sabes por qué? Lo que necesitamos es ser escuchadas. Si yo voy a la reunión el domingo, voy y escucho la Palabra de Dios, lo cual es sumamente importante, pero también necesito un espacio en donde yo me puedo expresar. Estas reuniones típicas de damas, por ejemplo, en la iglesia, son buenas si hay un espacio para que se pueda hablar después. A mi me gusta mucho tener grupos diferentes, por ejemplo, donde vivo ahora, tenemos una reunión con mamás jóvenes, y traen a sus bebés, a sus chiquitos, andan en la vuelta jugando y nosotros estudiamos la Palabra de Dios. Por otro lado, me gusta mucho tener grupos caseros porque estás en casa, en un ambiente acogedor, ameno, salen otras conversaciones, sobre todo con nuevas mujeres que una invita y quiere llegar a ellas, es muy lindo eso, tener un momento en el que una puede conversar y escucharlas. El otro día le dije a alguien: no te hagas problema, el espacio es muy amplio. Puede empezar en la placita con los juegos infantiles y con las mamás que están ahí, uno va hablando y puede llegar a ellas con el evangelio, así como también puede llegar hasta el hogar de ancianos, donde vas y estás con ellas, escuchás de sus historias y testificás o cantás. Hay muchas formas. La cosa es pedirle a Dios que realmente te muestre lo que Él quiere de ti, y aprovechar las oportunidades.  

Victoria: Claro, porque además no tiene que ser siempre en esta dinámica de estar predicando, que sin duda es lo más importante, pero a veces cuando hay una actividad lúdica para mujeres, como tejer, hacer manualidades, eso genera conocerse, tener un encuentro, algo en común, y por ahí compartir cosas triviales pero que de a poco generan esa linda amistad, y que bueno, uno puede darse cuenta con quién se lleva mejor y se genera algo muy lindo.

Sonja: Exactamente. Y una cosa muy importante es pedirle a Dios que te de una compañera con la misma visión. Porque siempre me llamó la atención que Jesús mandó a los discípulos de a dos. Es así, es tan bueno ser parte de un equipo de trabajo donde uno anima al otro, una tiene una idea, la otra tiene otra idea, y se hace el trabajo juntas. Eso es de mucho valor. No estar solitaria, sino que en un buen equipo que tiene la misma visión de alcanzar a mujeres.

Victoria: Muy bien, Sonja, son algunas ideas que estamos compartiendo entonces con aquellas que quieren animarse a trabajar con mujeres, a sugerirlo en sus lugares, y si ya están trabajando, que puedan utilizarlo y profundizar en ello. Y siempre pedirles a personas externas, a creyentes de más trayectoria, respaldo en oración, respaldo también con la formación bíblica. Hay muchos profesionales que también se pueden convocar porque no siempre se puede responder a todos, pero siempre hay alguien que puede ayudarnos y puede haber una respuesta para la situación actual que estamos viviendo también.

Sonja: Es así, tal cual, Victoria. Muchísimas gracias por permitirme decir mis inquietudes y algunas ideas, y espero que haya sido de ayuda para alguna oyente, para seguir en esta lucha, en este camino que tenemos como mujeres que hemos recibido a Cristo como nuestro salvador y tenemos algo para decir, que es lo más importante que podemos decir.

Victoria: Sonja, te quiero agradecer muchísimo por este tiempo que tuviste con nosotros, seguramente más adelante, te vamos a dar un descanso, pero seguramente te vamos a convocar nuevamente.

Sonja: Con mucho gusto, siempre a las órdenes.

Victoria: Y a ustedes, queridas amigas, les agradecemos por acompañarnos y las invitamos a que lo hagan nuevamente la semana que viene, con más Entre Amigas.

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