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Autor: Herman Hartwich

El águila es mencionada varias veces en la Biblia para hacer referencia al cuidado y la majestad de Dios. Sin embargo, también se puede tomar a este animal como ejemplo para una vida cristiana que siempre tenga la mira en “las alturas”.


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PE2393 – Estudio Bíblico
Águilas, un desafío a las alturas espirituales (1ª parte)



Amigo, comenzaré este programa haciéndole una pregunta: ¿ha visto alguna vez un águila? Quizá en alguna imagen haya podido distinguir los diferentes tipos que existen. Desde siglos atrás estos animales han sido considerados como símbolos y emblemas de poder, valor, nobleza y excelencia. Encontramos águilas en innumerables escudos y banderas de naciones, pero también las encontramos en la Biblia, y por las múltiples referencias, vemos que Dios las emplea para referirse a Sí mismo como el que cuida, provee y protege a Su pueblo.

Compartiré con usted algunos de estos pasajes, amigo:
Por ejemplo Deuteronomio 32:11-12 dice: «Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas, Jehová solo le guió y con él no hubo dios extraño».
Exodo 19:4 señala que «vosotros visteis lo que hice a los egipcios y cómo os tomé sobre alas de águilas, y os he traído a mí»
Salmo 36:7: «Cuán preciosa oh Dios es tu misericordia, por eso los hijos de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas».
En el libro de Ezequiel, encontramos al profeta teniendo una visión de cuatro seres vivientes, y uno de ellos tenía cara de águila. Las diferentes caras que cada uno tiene, hombre, león, buey y águila, representan el gobierno total de Dios sobre su creación. El apóstol Juan vio a estos cuatro seres vivientes, pero cada uno sólo con una cara. Leemos en Apocalipsis 4:7, que el primer ser viviente era semejante a un león; el segundo a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando. Esta águila nos habla de acción. Sí, renovación y acción espiritual. Podemos entender que la alabanza y la adoración a Dios, demandan renovación y acción continua. La aplicación general de todo esto, es que el águila aparece delante de la presencia misma de DIOS, como símbolo de los creyentes que están delante de Dios mediante la alabanza y la adoración.

El Apocalipsis 8:13, se nos muestra a un águila solitaria por el cielo, anunciando la introducción de los tres toques de trompeta como tres ayes, dice: «Y miré, y oí a un ángel (en el original se utiliza la palabra “aetos”, que en griego significa águila), volar por en medio del cielo, diciendo a gran voz: ‘Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles’». El águila es un ave solitaria, pues no anda en bandadas. Los creyentes águilas, viven vidas solitarias, por así decirlo. Se apartan de muchas cosas y personas para dedicarse al servicio del Señor, proclamando el glorioso evangelio de salvación. El evangelio es la buena noticia, pero a veces va acompañado de ayes, porque sabemos lo que vendrá sobre aquellos que no quieren creer.

Pero más allá de estas comparaciones con los cristianos, ¿quién mayor que nuestro Señor Jesucristo para pensar en Él como el Águila? Allí, en la cruz del Calvario, abrió sus brazos como alas, para darnos a todos los que creemos la salvación, que incluye todos los beneficios de los que habla la Biblia. Y, como el Águila Mayor, se levantó en presencia de sus discípulos desde el Monte de los Olivos, y allí habrá de regresar. Dice Hechos 1:11 que los ángeles dijeron: «¿Porqué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo». ¿Ha recibido usted en su corazón a Jesucristo como Señor y Salvador? ¿Tiene la seguridad de que cuando Él venga estará para siempre con Él? ¡Amigo: esta es la decisión más importante de tu vida!

Ahora, hablemos un poco más de esta figura del águila. Dice en la Biblia, en el libro Job 39:27-28: «¿Se remonta el águila por tu mandamiento, y pone en alto su nido? Ella habita y mora en la peña, la cumbre del peñasco y de la roca». Enfoquemos nuestra atención en su nido: el águila construye su “hogar” (digámoslo de esa manera) en la copa de grandes árboles, o en las altas e inaccesibles rocas. El nido puede medir entre 3 y 6 metros de profundidad y hasta 3 metros de circunferencia. Lo comparte con su pareja a la que se une de por vida, y allí provee cuidados, protección y alimentación a sus aguiluchos, hasta que alcanzan su autonomía.

El águila pertenece a las alturas, le gusta volar alto y vivir alto, esa es su delicia. El verdadero creyente, al igual que el águila, no busca las cosas bajas del mundo, sino que busca las alturas en Cristo. El Apóstol Pablo, escribiendo en la Epístola a los Colosenses 3:1-4 dice: «Si pues habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con El en gloria». ¡Así debe ser nuestra vida, amigo!

Por lo general, el águila construye su nido para siempre. Puede ser que construya algún otro por razones de supervivencia, pero a su nido lo cuida, lo mantiene y lo renueva, ya que es muy importante. Como dije, en él nacerán sus aguiluchos y allí los criará, les enseñará a desarrollar sus instintos básicos para sobrevivir y cuando ya están listos, los padres tomarán la decisión de hacerlos salir a afrontar el espacio. A veces, Dios tiene que emplear situaciones especiales para que los hijos inmaduros desarrollen su madurez, venzan sus temores y apliquen la fe que dicen tener. San Pablo dice en 2 Timoteo 1:7 que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía, sino de poder, amor y dominio propio. Los aguiluchos no pueden estar toda la vida en el nido; y cuando tengan que abandonarlo, lo harán con el permiso de sus padres, pues es peligroso abandonar el nido antes de tiempo sin el apoyo de quienes están a cargo.

Como ya lo señalé, otra enseñanza interesante que podemos extraer del estilo de vida de las águilas es que son monógamas, es decir que no comparten su nido sino solo con su pareja. ¡Hermoso ejemplo en este tiempo tan confuso que se vive hoy! En Hebreos 13:4 dice: «Honroso sea en todos el matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros los juzgará Dios». Los creyentes también son monógamos. Se casan, se unen como marido y mujer, en las buenas y en las malas, hasta que la muerte los separe. El amor de águila no cree en el divorcio. El gallo tiene ojos para todas las gallinas y todas las gallinas se pelean por el mismo gallo, pero el águila macho y la hembra, tienen ojos sólo el uno para el otro. Su instinto de apareamiento, les lleva a esa unión de por vida. Es necesario que los cristianos imiten a las águilas en este aspecto, y así honren a Dios y a sus respectivos cónyuges.

En cuanto a los más jóvenes, lo natural es que cada aguilucho crezca y se transforme en un águila madura. Pero, ¿porqué hay tantos creyentes que se contentan toda su vida siendo aguiluchos? De alguna manera su actitud va contra la naturaleza, siempre dependiendo de los demás, de que le den la comida espiritual, de que oren por él, que lo comprendan, que le tengan lástima. Hermano, amigo, si eres hijo de Dios, ¿estás creciendo en tu vida espiritual, para poder brindar a otros tu vida? ¿Es tiempo de que comiences a participar activamente en tu iglesia pero tienes temores? Deja que tu buen Padre celestial complete su obra en ti y cuando te empuje a servir, obedécele con fe.

Pero tal vez en este momento te estés preguntando de que se trata esto de “ser un águila”; no lo entiendes muy bien, pero de lo que sí te das cuenta es de que hasta hoy solo te arrastras desesperado por el mundo buscando una falsa ayuda prometida, deja de mirar abajo, al suelo, donde no hay esperanza, y empieza a mira hacia arriba, a Jesucristo. Él te elevará por encima de las circunstancias, te dará la vida, esperanza, seguridad, y lo más importante de todo: Él tiene la salvación que todos los humanos necesitamos. ¡Recurre a Jesucristo en esta misma hora!

3 Comments

  1. maria Droguett dice:

    gracias m encanta el aguila atravez de una palabra k recibi m levante es un gran ejemplo
    m encanta aprender espero seguir creciendo espiritualmente y sacar temores k no m permiten avanzar muchas gracias bendiciones

  2. Víctor Tuesta Vega dice:

    Que hermoso,después de muchísimo tiempo,vuelvo a conectarme con este programa ya por este medio;para mi es de mucha importancia en mi vida espiritual y poder enseñar otros a madurar en la fé.bendiciones para los que lo producen

  3. valentino dice:

    Muy buena reflexion ,gracias por compartir ,bendiciones

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