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Autor: Benedikt Peters

Estudiamos qué es en sí la adoración y la fuente de la expresión en el lenguaje bíblico. Adorar tiene que ver con una actitud de reconocimiento y poco tiene que ver con las expresiones aprendidas que relacionamos con la adoración.


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PE2484- Estudio Bíblico
¡Adoremos! (4ª parte)



¿Qué es la adoración?

Amigos, gracias por acompañarnos nuevamente, continuamos nuestra serie de estudios preguntándonos ¿Qué es adoración? Podemos decir que la adoración se dirige a Dios y es una forma especial de orar. Veamos algunos ejemplos a continuación.

Orar es adorar: Pedir a Dios que me dé lo que me falta. La oración le honra, porque con mi oración reconozco que dependo de Él. Por eso el Señor nos exhorta a pedir para recibir. Adorar es también dar gracias: Dar gracias por haber recibido algo. El agradecimiento honra a Dios, porque con ello reconozco que todo viene de Él. Alabar es otra forma de adoración: Nos referimos a hablar admirado de las obras de Dios y de Sus caminos. Los hijos alaban a su madre, porque les ha hecho una comida tan sabrosa. El maestro alaba a su alumno por haber escrito una buena redacción. Y de la misma manera los hijos de Dios le alaban, porque ven que todo lo que Él ha preparado es bueno y perfecto. Adorar es expresar admiración: Hablar admirado de Dios mismo. Sabemos que tenemos que conocer bien a una persona para hablar admirados de ella misma y no solamente de sus hechos, ensalzando su carácter, su ser y su naturaleza. Esto deja claro que la adoración es más difícil que la alabanza. Mientras que la oración y el dar gracias tienen que ver con lo que recibimos, y la alabanza expresa nuestro aprecio por Dios y sus obras, la adoración, sin embargo, tiene como centro a Dios mismo. El adorador se retira completamente o cae de rodillas.

Estudiemos ahora amigos la palabra “adorar“. La palabra hebrea que designa “adorar” es hishtajaweh; su significado básico es “postrarse”, “arrodillarse”. La primera vez que esta palabra aparece en el Antiguo Testamento es en Génesis 22:5. Esta primera aparición es sumamente esclarecedora. Por eso vamos a estudiar más de cerca el contexto: ¿Qué hace Abraham en el monte Moriah? Se somete al mandato de Dios cumpliendo su orden, y devuelve a Dios, todo lo que había recibido de Él. En este pasaje ya se nos dice lo más importante sobre la adoración. Entendemos que, lo que la motiva es el hablar de Dios y en su sentido más profundo es someterse a Dios, lo que ocurre al devolverle todo a Dios.

Retengamos esto: En este relato falta casi todo lo que hoy en día calificaríamos de “adoración”: No hubo cánticos, ni música, ni un entorno solemne, ni un estado de ánimo elevado. Incluso faltaron hasta las palabras. Lo esencial de la adoración es esto: Yo me inclino ante Aquel que es mayor que yo. Esto es el significado fundamental de adorar. Todo lo demás perteneciente a la adoración parte de aquí, realmente todo. Dios ha hablado u obrado – ya sea en la creación, en la revelación, en la redención -, y por haber hablado y obrado Dios, yo me inclino delante de Él. Eso es adoración.

Si lo hemos comprendido bien, no podremos errar mucho en nuestra comprensión de lo que es la adoración. Nuestra comprensión podrá ser pobre o poco desarrollada, pero nunca será completamente errónea. Sin embargo, es de temer que mucho de lo que hoy se considera como adoración es algo totalmente diferente, quizá incluso algo totalmente equivocado. Voy a citar aquí aún otros justificantes y pruebas del Antiguo Testamento para el significado de “adorar” que acabo de explicar. Tengamos en cuenta que está enfatizado que adorar e inclinarse delante del adorado van siempre juntos.

Podemos verlo en Job 1:20-21 El libro de Job es probablemente el más antiguo de la Biblia. Con esto en mente, tendríamos aquí pues la primera aparición de la palabra “adorar”. Con Job aprendemos lo mismo que con Abraham: Job se postra ante Dios y confiesa que todo está en Su mano y que todo viene de Él. En Éxodo hay varios pasajes que nos dan una idea muy clara al respecto. En el capítulo 4 versículo 31 el pueblo había oído el mensaje de Dios y su intención de salvarles, vio las señales que subrayaban este propósito divino, ilustrándolo al mismo tiempo y acreditando el mensaje anunciado. Entonces se inclinaron y adoraron. Vemos entonces que lo decisivo en la adoración no es el estado del que adora, sino el objeto de la adoración.

Otra palabra hebrea, gaddel, significa literalmente “engrandecer”. Esta expresión subraya y complementa lo que acabamos de decir. La adoración es inclinarse ante uno mayor que nosotros. Al hacerlo, Él es engrandecido en comparación a mí mismo. Se trata de Él, y no de nosotros. Su honra es todo; lo que sintamos nosotros es sin importancia.

Por otro lado, la palabra griega que designa adoración es proskyneo. Se define como “postrarse delante de un rey o delante de una divinidad besando el suelo o los pies”. La palabra proskyneo se compone de pros, hacia, y de kyneo, besar, expresando así el mismo movimiento que ad-orare en latín.

Analicémos datos decisivos del Nuevo Testamento para descubrir el significado central de la expresión griega adoración. Comencemos por Mateo 2:2, 8, 11 Los magos adoran al Rey de los judíos. Lo decisivo aquí es que lo adoraron “postrándose…” delante del Rey. En el capítulo 8 versículo 2 El leproso adoró al Señor. Lo decisivo es su conclusión y comprensión al decirle al Señor: “si quieres…” Todo depende de la complacencia del Salvador; todo depende de Su voluntad; ante ella se inclina del adorador. Mateo 14:33 relata cómo los discípulos en la barca adoran al Señor. Lo decisivo es que se postran, reconocen y confiesan: “…Verdaderamente eres Hijo de Dios“. ¿Y por qué se postran? Porque han visto en el hombre Jesús destellos de Su divinidad. Eso los venció.

Echémos un vistazo a el Evangelio de Lucas 24:52, después de la ascensión, los discípulos adoran al Señor. Lo decisivo es aquí la certidumbre de que el Señor está exaltado; y ante este Señor se inclinaron. En Juan 9:38 El ciego de nacimiento adora al Señor. Al que fue sanado ya sólo le interesa una cosa: saber quien es Aquel delante del cual está, y no lo que ha recibido de Él. En Hechos 10:25 leemos sobre el encuentro de Cornelio con Pedro y cómo intenta adorarlo y es corregido. Lo decisivo aquí fue que reconoció la supremacía de aquel a quien Pedro veneraba. Recordemos 1 Corintios 14:25 El pecador adora a Dios. Lo decisivo aquí es que se postra convencido por Dios, porque de repente y de manera inesperada le han sido abiertos los ojos para la grandeza y presencia de Dios. En varios pasajes de Apocalípsis la visión describe que los ancianos y los ángeles están delante del trono. Lo principal aquí es que se postran confesando que la voluntad del que está en el trono lo ordena todo y que Aquel que está sentado en el trono rige sobre todo.

En contraposición leemos en Apocalipsis 13:4 que los hombres adoran al dragón. Lo principal está en su confesíon: “¿Quién como él?” dicen. Por lo tanto, adorar significa aquí también reconocer la grandeza de aquel a quien se adora. La bestia insiste en que se le rinda adoración. Lo que quiere es el sometimiento bajo su voluntad y su gobierno. Sabe exactamente lo que es adoración y los hombres también lo sabrán. Los moradores de la tierra son instados a adorar a Aquel que hizo el cielo y la tierra en Apocalipsis 14:7 Lo importante es sólo una cosa: reconocer quien es el Creador. El Dios del cielo insiste en ésto. Quiere ver que le temen y se someten a Él.

En un vistazo al futuro Apocalipsis 15:4 dice que todas las naciones vendrán para adorar al Rey de las naciones. Lo principal aquí es también temer a aquel cuyos justos hechos han sido manifiestos, reconocer sus demandas justas y someterse bajo Su gobierno. Por último en Apocalipsis 19:10 Juan quiere adorar al ángel. Pero, ¿Por qué no acepta su adoración?, ¿Por qué fue corregido Cornelio cuando veneraba a Pedro? Porque la adoración era equivocada, porque el objeto de su adoración no era el correcto. De ahí depende todo; esto es lo crucial.

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