Skatelife: Compartiendo de Jesús a niños y adolescentes

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Beatriz y Lucas nos cuentan sobre su ministerio: Skatelife. Ambos son brasileros y tienen un llamado misionero. Actualmente están sirviendo en Uruguay, predicando el evangelio a través del skate a niños y adolescentes en barrios carenciados. Te invitamos a conocer más sobre su testimonio, cómo llegaron a Uruguay y cómo Dios ha abierto las puertas para que este ministerio siga creciendo y alcanzando a más niños. ¡No te pierdas de esta entrevista tan interesante!


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EA0908 – Entre Amigas –
Skatelife: Compartiendo de Jesús a niños y adolescentes



Entrevista a Beatriz y Lucas

Victoria: Es un gusto, como siempre, recibirlas en este espacio de la entrevista. Hoy tenemos un tema bien particular, una experiencia que vamos a poder conocer y que vamos a poder interiorizar. Estamos con Beatriz Almeida, también conocida como Bia, y con Lucas Duarte. Ellos nos van a estar contando de un proyecto bien lindo que están realizando que tiene que ver con el skate y con el modo de vida que conlleva. Cuéntenos un poco sobre esto.

Beatriz: Bueno, como dijo Victoria, el proyecto surgió en Brasil. Hace varios años atrás Lucas comenzó con ese proyecto, y en realidad cuando se vino a Uruguay la idea no era continuar con eso, pero nosotros practicábamos skate en las plazas y nos dimos cuenta de que varios niños se nos acercaban y nos pedían si les prestábamos los skate o cosas así. Así que nos dimos cuenta de que podía ser una buena manera de enseñar skate y, sobre todo, de compartir con ellos del amor de Dios a través de nuestras actitudes y de las enseñanzas que les íbamos a dar. Entonces empezamos a planificar el proyecto. Lucas, en su Instagram, publicó sobre el proyecto y sobre la necesidad que teníamos de tener skates. No nos esperábamos que el resultado iba a ser tan rápido y que tanta gente, gente que ni conocíamos, iba a llamarnos y donar cosas para ayudarnos. Eso nos sorprendió muchísimo. Nos donaron muchos skates para poder prestarle a los niños, pero después nos dimos cuenta de que para traerlos de Brasil íbamos a necesitar un medio de transporte, entonces una persona de la iglesia de Lucas le contó que había comprado una combi y no sabía por qué, y había decidido ofrendárnosla. Así que pudimos traer todos los skates y la combi y ahora estamos establecidos acá en Uruguay, en la plaza de Ituzaingó. Tenemos 28 alumnos allí. También tenemos una clase en Flor de Maroñas y otra en Sebastopol, con 15 alumnos en cada clase.

Victoria: Nombramos varias veces ya a Brasil, y les queremos comentar a nuestras amigas que nos están escuchando, que ellos son de Brasil los dos. Quisiera que me contaras, Lucas, por qué estás en Uruguay.

Lucas: Bueno, yo tuve un llamado para ser misionero desde mis ocho años, cuando un misionero fue a mi iglesia, habló con mi mamá y le dijo que yo iba a ser misionero. Pero no tenía idea de a dónde me iba a enviar Dios. Yo conocí a Bea en un campamento en Brasil, y allí conocí de las necesidades que hay acá, en Uruguay. Porque la mayoría de los brasileros piensa que Uruguay es un país cristiano, pero la realidad es muy diferente, acá la taza de cristianos evangélicos es la más chica de toda América Latina. A medida que fui conociendo sobre esas necesidades fueron creciendo esas ganas de poder venir acá, empezar un proyecto misionero y evangelizar. Y bueno, Bia y yo nos acercamos más, empezamos a orar y después nos pusimos de novios. Hablando con su papá surgió la oportunidad de venir como misionero acá. En mi iglesia yo trabajaba con los adolescentes, entonces teníamos proyectos de deporte, de teatro, y también trabajaba con skate en algunos barrios de mi ciudad. Después de hablar con mis pastores, ellos decidieron mandarme como misionero. Cuando llegué, en enero, tuve algunas complicaciones porque no sabía hablar español, pero surgieron distintas ideas de cómo poder alcanzar a las personas, porque yo tenía una idea de cómo evangelizar en Brasil, por mi experiencia en el trabajo con adolescentes en Brasil. Pero allá es mucho más simple, la mayoría de los brasileros desde niños ya conocen de Dios, porque es un país muy cristianizado. Acá no es tan así. Así que la idea que tuvimos fue alcanzar a los niños y adolescentes, y hablarles a ellos de Dios, porque son ellos quienes pueden generar un cambio. El skate tiene muchos valores, podemos usar muchas estrategias que aprendemos a través del skate como tener confianza, tener determinación, saber caerse y volver a levantarse, tener equilibrio, todo eso lo podemos usar para enseñar la Palabra de Dios. Eso es lo que estamos haciendo hace ya un tiempo.

Victoria: ¿Y tú, Beatriz? ¿Cómo fue tu llegada a Uruguay?

Beatriz: Yo vengo de una familia cristiana, mis padres siempre trabajaron en la iglesia. Ellos tuvieron un llamado, primeramente para ir a África, más específicamente a Mozambique. Pero resulta que el liderazgo de mi iglesia no se sentía muy en paz con eso porque mi hermano y yo teníamos solo 11 y 12 años, así que nos quedamos esperando. Sabíamos que Dios nos quería llevar a algún lado pero no sabíamos bien a dónde todavía. Recibimos una llamada de Uruguay para venir a apoyar a la iglesia de acá, y nos vinimos. Eso fue a mis padres, pero yo recibí mi llamado, en el que entendí que tenía que estar en Uruguay, a los 13 años, cuando alguien me preguntó si yo era hija de misioneros o si era misionera. Ahí Dios me empezó a mostrar el camino y cuál era el ministerio en el que Él me quería. Entonces conocí a Lucas, en un campamento de teatro en Brasil. Empezamos a charlar, a conocernos un poco más, y nos dimos cuenta de que estábamos direccionados hacia el mismo lado, como caminando hacia un mismo punto. Luego de un tiempo Lucas se vino a Uruguay y empezamos el proyecto. La verdad que Dios nos ha sorprendido un montón con el proyecto porque realmente las puertas se han abierto de una manera que no tenemos idea de cómo fue que sucedió, pero Dios abrió las puertas y nosotros simplemente pasamos.

Victoria: Beatriz, vos estás estudiando, ¿verdad?

Beatriz: Sí, estoy en segundo año de Educación Física.

Victoria: ¿Y Lucas? A través de este proyecto se abrieron puertas también, ¿no?

Lucas: Sí. Tuvimos la oportunidad de participar de un campamento de Juventud para Cristo, donde conocimos algunos de los proyectos que ellos tienen. Hace dos meses más o menos presentamos nuestro proyecto de Skate a algunos de los centros juveniles que ellos tienen en Flor de Maroñas y Sebastopol. Ellos nos invitaron a empezar un proyecto allá y la verdad es que es muy lindo. Todos los martes y los viernes vamos y estamos trabajando con 15 niños en cada uno de los barrios. Juventud para Cristo también me contrató para ser uno de los talleristas y la verdad es que está abriendo muchas puertas. Me invitaron a llevar el proyecto a otros centros juveniles también, y el mes que viene yo voy a presentar el proyecto en Brazo Oriental y así poder alcanzar a más niños para Cristo, que es nuestro objetivo.

Victoria: Así que de un lugar va surgiendo contacto con otro y así Dios va abriendo las puertas. Beatriz, ¿cuál es el perfil de los niños con los que ustedes trabajan?

Beatriz: La mayoría de los barrios en los que trabajamos son barrios carenciados, entonces ya hemos tenido niños que iban de chancletas a andar en skate, lo que se hace muy difícil. Por eso también recibimos varias donaciones de championes, camperas, cosas así, para los niños que no tienen. La mayoría de los niños andan todo el día en la calle y por eso está bueno también darles la oportunidad de hacer algo distinto, algo que los ayude desde la concentración hasta también en el aprendizaje de distintos valores.

Victoria: Nos contaban también que a nivel de empresas u organizaciones grandes han tenido un apoyo importante, ¿no es así?

Beatriz: Sí. Teníamos un amigo que trabajaba en Fundación Movistar, le llamó la atención el proyecto y decidió presentarlo. A la fundación le encantó el proyecto y decidió apoyarnos con distintas cosas que nos faltaban: cascos, coderas, rodilleras, también canguros y chalecos para identificar a nuestros alumnos y obstáculos móviles para que pudiéramos practicar en algunas de las plazas que no tienen obstáculos. Fue algo que nos sorprendió un montón porque la verdad es que no lo esperábamos. Nos dieron una mano muy grande y este fin de semana van a hacer la entrega de todas las cosas.

Victoria: Algo que conversábamos fuera de micrófonos era que cuando se habla de Jesús, cuando se presentan los valores o cuando se termina de hacer un taller se les pide a los chicos que oren. ¿Cuáles han sido las cosas que los han impactado o que lo han visto como una realidad bastante diferente a lo que estaban acostumbrados?

Beatriz: A nosotros nos sorprendió cómo el hacer una pequeña oración al terminar la clase generaba tantas preguntas, tantas dudas. Nos demostraba que en realidad la gran mayoría de los chicos no tenía ni la menor idea de lo que estábamos hablando. Cuando hablamos de Dios, cuando hablamos de cielo, son cosas que ni siquiera pasan por su cabeza. Cuando se habla de la muerte mismo, parece que ellos no piensan que hay nada más allá de eso. La persona se muere y ya está. Eso nos presentó también un gran desafío de poder presentar a Dios a través de nuestras actitudes y no tanto con lo que decimos, porque a veces el discurso queda en la nada con un niño que no tiene ni la menor idea de lo que estábamos hablando. Entonces más que nada tratamos de transmitir el amor de Dios con nuestras actitudes, con cómo los tratamos a ellos, y en cada oración se nos da la oportunidad porque ellos preguntan, y a partir de la pregunta tenemos toda la libertad de compartirles de lo que pensamos y de quién es Dios para nosotros, que lo vemos como un amigo que quiere estar con nosotros y no como alguien lejano.

Victoria: Lucas, vos nos contabas que también se han acercado a la iglesia algunos de estos chicos, quizás simplemente por curiosidad, ¿no?

Lucas: Sí. Tuvimos la oportunidad de llevar a algunos de los niños a una reunión y tratamos de presentarles el plan de salvación. Para ellos todo es una novedad, entonces si les preguntás qué piensan sobre el cielo por ejemplo, te dicen: el cielo tiene nubes, estrellas. No tienen la noción de que existe algo más allá. Entonces, como dijo Bia, tenemos que acercarnos, hacernos amigos y con nuestros valores demostrarles que no están solos. Porque la realidad de la mayoría de esos niños es que no tienen sueños, no tienen propósito, no tienen planes para el futuro, para ir a la facultad, para salir de ese barrio en el que viven. La mayoría de ellos no tiene una familia conformada tampoco, entonces tenemos que mostrarles que Dios está con ellos y que ellos pueden vencer en la vida también.

Victoria: Bueno, ya para ir terminando les contamos a nuestras oyentes que próximamente ustedes se van a estar casando. También les quería pedir sus vías de comunicación porque tal vez alguien nos está escuchando y quieren ayudar en algo, conocerlos o informarse más acerca del proyecto. ¿Cómo se pueden comunicar con ustedes?

Beatriz: Nosotros tenemos una página de Instagram del proyecto que se llama skatelife2018. Ahí pueden seguirnos y van a tener todos los datos. Si alguna tiene algún hijo que quiere que participe del proyecto también nos puede contactar por ahí. También en Instagram pueden encontrar nuestras cuentas particulares, la mía es bia_br.uy.

Victoria: Bueno, muchas gracias, por ese medio se podrán entonces estar comunicando con ellos por si quieren participar del proyecto, ayudar en algo, o quieren que sus hijos aprendan a andar en skate también. Muchas gracias por este tiempo y por estar con nosotros, es muy lindo el trabajo que están haciendo. Inviamos a nuestras amigas a que continúen escuchando porque hay mucho más Entre Amigas. ¡Hasta la próxima!

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