Síndorme de Burnout (1ª parte)

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Hablamos acerca del Síndrome de Burnout o el síndrome de “estar quemados”, una de las consecuencias del estrés crónico en el trabajo. La Psicóloga Yeni Kerikian nos cuenta acerca de cuáles son sus causas, sus etapas y sus consecuencias para la salud propia y para nuestro entorno.


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EA1046 – Entre Amigas –
Síndorme de Burnout (1ª parte)



Entrevista a Yeni Kerikian

Yeni: Vamos a hablar de un síndrome, que es el Síndrome de Burnout. El Síndrome de Burnout, que es una palabra en inglés, es el síndrome de “estar quemados”. Así que hoy vamos a estar desarrollando un poquito este término que, para poder introducirlo y para que la audiencia pueda saber de qué se trata, el síndrome de estar quemado es una de las consecuencias del estrés crónico en el trabajo. Así que aquellos que están trabajando, que tienen diferentes tipos de labores, sepan que también uno se puede quemar con el trabajo. Muchas veces realmente esto trae consecuencias que son graves para la vida de la persona y para la vida del entorno también.

Vamos a empezar haciendo un poquito de historia. Este término, el término de burnout, surge en la década de los 70 para darle una explicación a lo que era el deterioro de la atención a los usuarios de los servicios de salud. Más que nada, las investigaciones hablan de que esto empezó en aquel personal que estaba brindando ayuda en el ámbito de la salud. Si lo traemos al día de hoy, es algo que fue lo más estudiando en todo el tema de la pandemia, todas aquellas personas, aquellos trabajadores que estaban en esta primera línea atendiendo en los centros de salud. Así que, si bien es algo de esta época, para ser un poco más específicos en la década de los 70 es donde surge este término que lo trae acuñado Freudenberger empezó con este término y con el estudio de esto. Es un síndrome que trae sus signos, que tiene sus síntomas y que es diagnosticado y tratado también.

Si hablamos, entonces, del síndrome de estar quemado por el trabajo o Burnout, podemos decir entonces que es una respuesta al estrés laboral crónico, integrado por actitudes y sentimientos negativos hacia las personas con las que se trabaja. Esto trae consigo actitudes de despersonalización hacia el rol del profesional, una baja realización personal en el trabajo, y una vivencia de encontrarse personalmente agotado. Entonces estamos hablando de un síndrome de estar quemado, producto de lo que tiene que ver con las consecuencias de un estrés crónico en el trabajo, cuando se dan principalmente estas tres características: la despersonalización, la falta de realización personal y el sentirse totalmente agotado. Tenemos que diferenciar también que no es cuando yo termino cansado del trabajo. Terminar cansada de una jornada laboral nos puede pasar a todos, me pasa a mí en la clínica, le pasa a quienes trabajan en la salud, quienes están en la construcción, quienes son docentes, y muchas veces no se da solamente por el contacto con otros, sino que también en todo el tema organizacional, porque no es solamente un tema del individuo, sino que también es un tema que tiene que ver con la organización. La organización llamamos a la empresa que está en contacto con estos trabajadores. No es solamente cómo yo me siento, sino también qué es lo que hace esa organización, esa empresa, para que yo como trabajador pueda tener un buen funcionamiento en lo que tiene que ver con mi labor.

Hablamos, entonces, de estas tres dimensiones. Si bien se han hecho modificaciones, quedó en estas tres dimensiones que podemos denominarlas agotamiento, baja eficacia personal y cinismos. Entonces, cuando hablamos de que a grandes rasgos las personas, así como dijimos anteriormente, experimentan despersonalización, falta de realización personal y sentirse agotados, lo que se mide en estos cuestionarios es el agotamiento de la persona, la baja eficacia en lo que es el trabajo profesional, y el cinismo. El cinismo está muy relacionado con lo que es la despersonalización. Sin embargo, a esto no se llega de la noche a la mañana. No es que yo me levanto un día, estaba fantástica en el trabajo, y que después empecé con un burnout.

El estrés laboral es eso que sentimos todos a nivel laboral cuando estamos sometidos a situaciones que realmente nos condicionan, nos ponen en aprietos, mucha responsabilidad o mucha cosa junta. Es como que tenemos partes del año en las que tenemos todo más comprimido, las exigencias son otras, puede ser al fin de un semestre, cuando llega fin de año con las fiestas, o al inicio del año, cuando tenemos que reprogramar la agenda, ya sea personal o familiar, y esto incluye el trabajo. Este es un estrés que sufrimos todos y que también se sufre a nivel laboral. Ahora, cuando hablamos de burnout hacemos esta gran diferenciación entre lo que es el estrés laboral y lo que es el burnout. Cuando yo tengo estrés laboral, yo llego a mi casa, descanso, duermo, y al otro día estoy bien para poder retomar la rutina. No significa que yo no me canse, que tenga momentos en los que yo no quiera saber nada de trabajar y me quiera tomar días de licencia o algo así. Pero yo después de la licencia vengo renovada, bien, con nuevas energías. Cuando estamos hablando de burnout estamos hablando de que esta condición no se da. La persona termina sumamente cansada, por eso el agotamiento, termina no queriendo saber nada, y al descansar no retoma fuerzas. Vuelve en ese mismo agotamiento, es algo que se da en un continuo. Por eso es por lo que hablamos de fases, no hablamos de que esto se da en forma mágica de un momento para el otro.

¿Cuáles son entonces las frases del burnout? En esto hay que ser muy claros. Cuando hablamos de frases no estamos hablando de que se tengan que dar todas las fases en este orden y en determinado tiempo. Hablamos de fases para ordenarnos. Si vemos que esta situación que vamos a estar hablando ahora se da, entonces quizás sea momento de que yo empiece a escucharme y ver qué es lo que puedo hacer para mejorar esa situación. La mayor parte de nuestro tiempo la ocupamos trabajando.  Esto significa que, si nosotros no tenemos una buena regulación de nuestro trabajo, pasamos la mayor parte de nuestro tiempo desregulados. Entonces, como dice la Biblia, si bien todo trabajo tiene sus cardos y sus espinos, porque todo trabajo tiene esto de que me gusta un poco más, me gusta un poco menos y me molestan algunas cosas, lo importante es que nosotros nos ocupemos de trabajar en lo que realmente nos guste, en lo que realmente nos haga sentir plenos y podamos dar nuestro máximo potencial. De esa manera, entonces, estas situaciones negativas se pueden ir disminuyendo porque en definitiva mi objetivo de trabajo es el que yo quiero. Volviendo al tema del burnout, si notamos que está esto en nuestra vida, es un tema de atención.

La primera fase es el entusiasmo. Cuando uno llega a un trabajo lo primero que tiene son esas expectativas positivas, entonces experimenta, ante este nuevo puesto de trabajo, un entusiasmo, una gran energía, y entonces en ese momento no importa si me tengo que quedar un rato más en el trabajo, porque igual me encanta. Y tengo que hacer horas extras, y lo acepto, y es todo novedoso. Es como cuando un niño va a un parque de diversiones por primera vez y todo le parece fantástico. Aquí pasa un poquito eso, la primera etapa es el entusiasmo. En la segunda etapa hablamos del estancamiento. Acá empiezan a no cumplirse esas expectativas profesionales y se empiezan a valorar las contraprestaciones del trabajo, y nos empezamos a dar cuenta de que el esfuerzo que yo estoy dando por esta empresa, por este trabajo, por esta familia, si es que trabajo con una familia, por este lugar que yo ocupo, no es retribuido de la misma manera desde el otro lugar. Entonces es como que yo estoy dando mucho y ese entusiasmo primario de que no importa quedarme más tiempo, hago lo que no me corresponde, empieza a pesar un poquito. Entonces cuando yo no veo reciprocidad del otro lado, cuando veo que no se me valora, que no se me tiene en cuenta, que cuando tiene que haber un acenso, ese acenso se lo dan a otra persona, no compensa lo que yo estoy dando con lo que estoy recibiendo de parte de la organización. Entonces el profesional se empieza a sentir incapaz para dar una respuesta eficaz a estas demandas de su trabajo.

Después del entusiasmo y del estancamiento, que son estas dos primeras fases antes de llegar al burnout, empieza la fase de la frustración. Acá se puede describir como una desilusión, una desmoralización que hace el trabajador frente a su trabajo. Este trabajo empieza a carecer de sentido, el trabajador se presenta irritable, se pueden provocar conflictos en el grupo de trabajo, la salud empieza a fallar y empiezan a aparecer estos problemas emocionales, fisiológicos y conductuales. En esta etapa de la frustración es donde empezamos a ver estos ausentismos en el trabajo. “Hoy no fui porque me dolía mucho la cabeza”, “Tenía contracturas”, estas situaciones de un nerviosismo continuo, de que yo no voy a poder con lo que estoy haciendo, es como que, en todos los niveles, tanto en lo que tiene que ver con lo emocional, como en el fisiológico y en lo conductual empiezan estos signos que empezamos a ver, que son evidentes de una frustración. No pasan cosas solo a nivel personal, sino que también pueden empezar a haber conflictos con nuestros compañeros de trabajo, con nuestros jefes, con las personas que nos rodean e incluso con el personal, si es que tenemos personal a cargo, o con el cliente que viene a hacer uso de ese servicio.

Después del entusiasmo, estancamiento y frustración, pasamos por la fase de la apatía. Suelen aparecer entonces en la apatía cambios actitudinales y conductuales, y el afrontamiento. Todos nosotros afrontamos situaciones de estrés. No hay formas de afrontar positivas o negativas, hay diferentes formas de afrontarlas. Algunas pueden ser más efectivas y otras menos efectivas, pero ese sería otro tema. Cuando hablamos de esta apatía estamos diciendo que este afrontamiento es más que nada defensivo, más que nada para cuidarnos, y no para resolver el problema, no en la resolución de esos conflictos. Hay una tendencia a tratar a los clientes en forma distanciada, en forma mecánica, y este afrontamiento defensivo también incluye lo evitativo en las tareas que son estresantes. Entonces esto me pone muy nerviosa, me genera mucho gasto de energía, entonces no lo hago y empiezo a distanciarme. Es acá, también, donde se ve esta despersonalización, cuando hablábamos de tratar al cliente de forma distanciada y de forma mecánica.

Por último, después de pasar por el entusiasmo, por el estancamiento, por la frustración y la apatía, viene la fase del quemado. Es ahí donde aparece un colapso emocional y cognitivo con importantes consecuencias para la salud. Esto puede obligar al trabajador a dejar el empleo, por ejemplo, con las bajas laborales, o derivar en una vida profesional de frustración e insatisfacción. Acá es cuando se dan estos profesionales que, o dejan, o continúan trabajando, pero con una frustración u una insatisfacción tremendas, que no es lo recomendable. Por eso me parece muy rico tener esta instancia y hablar de estos temas, porque no estamos hablando de patologías duras, de aquellas que decimos que se dan en un ámbito hospitalario además del clínico y psicológico, sino que esto es algo que nos atraviesa a todos. La mayoría de los adultos se encuentran en una situación de trabajo, entonces qué importante que son estos espacios de psicoeducación, de informar, pero también dar soluciones para ver de qué manera se puede empezar a vivir mejor en esto que hacemos todos la mayoría de nuestro tiempo, que es trabajar.

Entonces recordemos, el síndrome de estar quemado es una de las consecuencias del estrés crónico en el trabajo, de lo cual uno no se recupera cuando descansa. Esa es una de las principales señales. Donde hay una gran apatía, donde hay despersonalización, donde hay una baja efectividad en este trabajo, donde hay este cinismo en el que no quiero saber de nada con el cliente y donde las fases son: entusiasmo, estancamiento, frustración, apatía y por último el quemado. Si en algunas de estas fases previas al quemado nos sentimos identificados, no significa que podemos auto diagnosticarnos y decirnos que estamos atravesando un burnout, sino que tenemos que prestar atención a estas luces de alerta, estas sirenas que nos advierten. Es una consecuencia del estrés crónico en el trabajo. Cuando hablamos de cronicidad hablamos de que se mantiene en el tiempo, o sea que todos los días pasa eso. También se da por lo acumulativo, es como que una gotita detrás de otra es lo que va haciendo que podamos definirlo como el síndrome de estar quemado. La consecuencia del estés crónico en el trabajo, pautado por todas estas fases de las que estuvimos hablando.

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