La primera carta a Timoteo (19ª parte)

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Autor: Norbert Lieth

Esta es la segunda parte del tema del trato con uno mismo por medio de la Palabra. Existen muchos temas sobre los que Pablo enseña a Timoteo a tener en cuenta en esta primera epístola, pero no todas ellas son externas. El trato con uno mismo es una parte importante dentro de lo que se debe tener especial atención.

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PE2753- Estudio Bíblico
La primera carta a Timoteo (19ª parte)

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El trato con uno mismo II

La Palabra de Dios necesita ser mantenida y guardada sin mácula. Nada le debe ser omitido ni añadido a ella. Nada debe ser escondido o interpretado de modo diferente hasta el Regreso de nuestro Señor Jesucristo. Jesús regresará, y Timoteo entonces ya fue exhortado a vivir con su mirada en eso, esperando por eso, y actuando en ese sentido. Aquel que tiene en Sus manos el poder para el desenlace definitivo del Plan de Salvación y de la Historia, y conduce su curso hasta el final. Esta es la mayor meta que buscamos alcanzar, a la cual debemos estar dirigidos totalmente con nuestra vida, nuestro trabajo y nuestra actitud. Necesitamos mantener nuestra mirada fija en esa meta. Por eso, no es de admirar que esas afirmaciones coincidan con las exhortaciones del Apocalipsis.

En el momento preciso. Se trata de la ocasión en que el Señor Jesús regresará, cuya fecha es conocida únicamente por Dios Padre, de la cual dijo Jesús en Marcos 13:33 :“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”. Y en Hechos 1:7: “Él les contestó: –Solo el Padre tiene la autoridad para fijar esas fechas y tiempos, y a ustedes no les corresponde saberlo”. Incluso será en esa ocasión donde se dará inicio lo que está registrado en el Apocalipsis 1:1-3: “Esta es una revelación de Jesucristo, la cual Dios le dio para mostrar a sus siervos los acontecimientos que deben suceder pronto. Él envió a un ángel a presentarle esta revelación a su siervo, Juan, quien relató con fidelidad todo lo que vio. Este es su relato de la palabra de Dios y del testimonio de Jesucristo. Dios bendice al que lee a la iglesia las palabras de esta profecía y bendice a todos los que escuchan el mensaje y obedecen lo que dice, porque el tiempo está cerca”.

Y Apocalipsis 22:10 que dice: “Entonces me indicó: ‘No selles las palabras proféticas de este libro porque el tiempo está cerca”. Al mismo tiempo, ese texto aclara que el cronograma de la Venida de Jesús es determinado por Dios, y que los acontecimientos registrados en el mundo no pasan al acaso, no están a su propia suerte, sino se encuentran bajo el firme control del Dios Omnipotente.

1 Timoteo 6:15 dice: “Pues, en el momento preciso, Cristo será revelado desde el cielo por el bendito y único Dios todopoderoso, el Rey de todos los reyes y el Señor de todos los señores”. “…Único Soberano” dice el verso 15 en otra versión. –Dios sigue en el trono y tiene a todos los gobiernos y reinos del mundo bajo Su dominio. Todo tiene que pasar necesariamente por Él, y aquello que pasa, solamente ocurre porque lo permitió. De alguna manera, todo necesita contribuir para el Regreso de Jesús, y para la restauración de todas las cosas. Hechos 3:21 dice: “Pues él debe permanecer en el cielo hasta el tiempo de la restauración final de todas las cosas, así como Dios lo prometió desde hace mucho mediante sus santos profetas”.

La frase siguiente de 1 Timoteo 6:15 es impresionante en ese sentido: “Pues, en el momento preciso, Cristo será revelado desde el cielo por el bendito y único Dios todopoderoso, el Rey de todos los reyes y el Señor de todos los señores”. Significa que Dios es Rey sobre todos los reyes, el Señor de todos los gobernantes. Eso nos da una plena seguridad tal que no podemos imaginar, tranquilidad y paz. El poder eterno pertenece a Dios, y, así, toda la gloria y honra igualmente pertenecen a Él. Una alusión clara a la divinidad del Señor Jesús, complementada en lo que sigue del versículo 16 de 1 Timoteo 6: “El único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén” . Esas palabras de honor a la Divinidad se refieren simultáneamente al Hijo (esto es, el Cordero) y al Padre. Dios Padre y el Hijo, sin embargo, son Uno:

Juan. 1:18 dice: “Nadie ha visto jamás a Dios; pero el Único, que es Dios, está íntimamente ligado al Padre. Él nos ha revelado a Dios” (NTV). Y en Juan 17:11 leemos: “Ahora me voy del mundo; ellos se quedan en este mundo, pero yo voy a ti. Padre santo, tú me has dado tu nombre; ahora protégelos con el poder de tu nombre para que estén unidos como lo estamos nosotros”. Continuando eta oración en Juan. 17:21-22 dice: “Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno”.

Solamente Dios, en Sí y por Sí, es inmortal. Todas las demás “divinidades” mueren. Dios es la fuente inagotable de vida, y Él concede la inmortalidad a todo aquel que cree en Él. Por tanto, solamente en Él podemos tener satisfacción y vida plena. El poeta alemán Matthias Claudius dijo: “Si personas como nosotros sienten un deseo por inmortalidad, queda claro que, en nuestra situación actual, no estamos donde deberíamos de estar. Nos agitamos en tierra seca, siendo que debe haber un océano para nosotros en algún lugar.” De la misma manera, Dios vive en una luz inaccesible y, a pesar de eso, aquellos que son salvos por Jesús podrán ver a Dios y vivirán en comunión con Él, en Su luz. A través de Su luz, Jesús, veremos la Luz. Apocalipsis 22:4-5 dicen: “Y verán su rostro, y su nombre estará en sus frentes. No habrá allí más noche; y no tienen necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol, porque Dios el Señor los iluminará; y reinarán por los siglos de los siglos”.

Recordémonos de la luz que envolvió a Pablo en el día de su conversión; de la luz que envolvió a Jesús en el Monte de la Transfiguración; o en otras oportunidades como en Juan 1:4-9 dice: “En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo”.  y 1 Juan 1:5: Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.

Es un hecho, no podemos aproximar nos de Dios, pues Él es, como dice 1 Timoteo 6:16 “el único que tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén”. Vemos, así, el tremendo poder otorgado a través de la salvación que Jesús conquistó para nosotros.

1 Juan 3:2 nos habla al respeto diciendo:  “Queridos amigos, ya somos hijos de Dios, pero él todavía no nos ha mostrado lo que seremos cuando Cristo venga; pero sí sabemos que seremos como él, porque lo veremos tal como él es”. Y Efesios 2:13 dice: “Pero ahora han sido unidos a Cristo Jesús. Antes estaban muy lejos de Dios, pero ahora fueron acercados por medio de la sangre de Cristo”.

Porque Él volverá,

Porque Él es omnipotente,

Porque Él es el Rey de los reyes,

Porque Él es el Señor de los señores,

Porque Él es inmortal,

Porque Él tiene el poder eterno,

por eso, vale la pena andar con Jesús, creer en Él, no desesperarse, mantenerse fiel a Sus mandamientos, y afirmar con valor nuestra confesión.