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Autor: Ernesto Kraft

Dios cumple sus promesas, Él es poderoso para hacer aun a sus enemigos instrumentos de sus propósitos.


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PE2832- Estudio Bíblico
Jesús tiene la última palabra (5ª parte)



Nuestro Padre Está vigilando para que su Palabra se cumpla. No le faltan medios y caminos. ¡Dios usó hasta los enemigos de Israel como medio para el cumplimiento de la profecía! Ya en el Salmo 76:10 eso es declarado: Ciertamente la ira del hombre te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras”. Tenemos un ejemplo en el Antiguo Testamento: el faraón de Egipto. Él quería impedir el crecimiento de Israel y dijo a sus consejeros tal y como leemos en Éxodo 1:10: Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique, y acontezca que viniendo guerra, él también se una a nuestros enemigos y pelee contra nosotros, y se vaya de la tierra.

Y dice el verso 12: Pero cuanto más los oprimían, tanto más se multiplicaban y crecían, de manera que los egipcios temían a los hijos de Israel. Y encontramos en el versículo 22 que cuando el faraón ordenó: Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida”, Dios hizo que el mayor semita, la mayor expresión de Israel, el mediador del Antiguo Pacto, Moisés, fuera criado en la casa del mayor antisemita. De esa manera, el faraón, con su corazón endurecido, se volvió un instrumento para el cumplimiento de las palabras de Dios, que había proferido a Abraham siglos antes en Génesis 15:13-14,16: Entonces Jehová dijo a Abram: ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza (…) Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí«.

¡Dios hace todo en el tiempo determinado, de manera maravillosa y completa! Cumple la palabra profética frecuentemente a través de los enemigos, que entonces alcanzan exactamente lo opuesto de lo que intentaban.

Tenemos un ejemplo de nuestra era: Hitler, ese violento enemigo y asesino de los judíos, se volvió instrumento para la creación del Estado de Israel. Pero la honra del Señor fue todavía más engrandecida cuando observamos que Hitler, pretendía exactamente lo opuesto: el completo exterminio de Israel a través del Holocausto, impidiendo así la fundación del Estado Judío. En la Guerra de los Seis Días, en 1967, cuando el rey percibió que Egipto e Israel estaban en guerra, comenzó a atacar a Jerusalén y quería aliarse con su enemigo. Sin embargo, a pesar de sus intenciones, hizo que una profecía milenial se cumpliera, esto es, que Jerusalén fuera devuelta a Israel.

Porque ninguno de Sus planes puede ser frustrado

Dios permite que el agua entre en el barco, pero no que se hunda. No se asuste: a veces el agua entra en el barco, pero el Señor, que es Todopoderoso, tiene la última palabra. Por eso, en nuestros días, no nos debemos dejar confundir por la política dentro y alrededor de Israel, pues ¡Dios prosigue de cualquier manera! Pues está escrito en Números 23:19: Dios no es hombre, para que mienta, Ni hijo de hombre para que se arrepienta. Él dijo, ¿y no hará? Habló, ¿y no lo ejecutará?”. A continuación, veamos algunas profecías que tuvieron su cumplimiento maravilloso a pesar de que tuvieron que esperar el paso de los siglos:

La primera profecía que queremos mencionar está escrita en Zacarías 11:12: Y les dije: si os parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por mi salario treinta piezas de plata. 600 años después vino el cumplimiento en Mateo 26:14-15: Entonces uno de los doce, que se llamaba Judas Iscariote, fue a los principales sacerdotes, y les dijo: ¿qué me queréis dar, y yo os lo entregaré? Y ellos le asignaron treinta piezas de plata”.

En otra profecía, leemos en Zacarías 13:7: “Levántate, oh espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío, dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos«. Y su cumplimiento, 600 años después, Jesús lo menciona en Mateo 26:31: Entonces Jesús les dijo: Todos vosotros os escandalizaréis de mí esta noche; porque escrito está: heriré al pastor, y las ovejas del rebaño serán dispersadas«.

En Isaías 53:7, fue profetizado que Jesús permanecería callado delante de Sus acusadores: Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca”. Y, 800 años después, sucedió como leemos en Mateo 27:12-14:Y siendo acusado por los principales sacerdotes y por los ancianos, nada respondió. Pilato entonces le dijo: ¿no oyes cuántas cosas testifican contra ti? Pero Jesús no le respondió ni una palabra; de tal manera que el gobernador se maravillaba mucho”.

Es maravilloso constatar cómo Dios no olvida ni una de las palabras que proceden de Su boca, tampoco las que fueron dichas hace 1,000 años como, por ejemplo, en el Salmo 69:21, donde David profetiza: Me pusieron además hiel por comida, y en mi sed me dieron a beber vinagre”. Para poder cumplir esas palabras Dios tenía que realizar milagros. Leemos en Juan 19:28-29: “Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: tengo sed. Y estaba allí una vasija llena de vinagre; entonces ellos empaparon en vinagre una esponja, y poniéndola en un hisopo, se la acercaron a la boca”.

Así como el Salmo 34:20, donde está escrito: Él guarda todos sus huesos; ni uno de ellos será quebrantado.” Y, 1,000 años más tarde, los soldados quebraron las piernas de los dos malhechores que fueron crucificados con Jesús, sin embargo, leemos en Juan 19:33: Mas cuando llegaron a Jesús, como le vieron ya muerto, no le quebraron las piernas”. El versículo 36 dice: Porque estas cosas sucedieron para que se cumpliese la Escritura: no será quebrado hueso suyo.

En Miqueas 5:2 fue profetizado, en el siglo VIII a.C., dónde nacería el Salvador: Pero tú, Belén Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde el principio, desde los días de la eternidad”. José y María vivían en Nazaret, o sea, Belén quedaba a más o menos 100 km. de distancia, y María estaba embarazada. Pero Dios es fiel a Su palabra. Usó a un gobernador y a un emperador para emitir un decreto convocando toda la población del imperio para un censo. Así fue que José y María tuvieron que viajar un tortuoso camino al que hoy minimizamos, pero que para la época significaba toda una una peripecia, dado el estado de los caminos, los peligros de ladrones y los medios de transporte con los que contaban. Llegaron a Belén, y, al llegar allá se cumplieron los días de ella para dar a luz al Salvador. Dios no falla, sino que vela sobre Su palabra para cumplirla.

El Salmo 105:8-11, 42 dice: Se acordó para siempre de su pacto; de la palabra que mandó para mil generaciones, la cual concertó con Abraham, y de su juramento a Isaac. La estableció a Jacob por decreto, a Israel por pacto sempiterno, diciendo: a ti te daré la tierra de Canaán como porción de vuestra heredad (…) Porque se acordó de su santa palabra dada a Abraham su siervo”.

La Palabra de Dios tiene su cumplimiento en todas las circunstancias. Dios permanece fiel, lo que Él mismo declaró en el Salmo 89:35-36: Una vez he jurado por mi santidad, y no mentiré a David. Su descendencia será para siempre, y su trono como el sol delante de mí”. Es la pura verdad lo que dice Mateo 24:35: El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Y el Salmo 119:91 dice: Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy, pues todas ellas te sirven”.

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