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Isabelle Eisses nos continúa enseñando sobre la galería de los héroes de la fe, en Hebreos 11. En medio de las pruebas es difícil tener fe, pero si tenemos puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, nuestra fe será hallada en alabanza, gloria y honra. Te invitamos a aprender más sobre este tema en el programa de hoy.


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EA1014 – Entre Amigas –
Héroes de la fe (2ª parte)



Entrevista a Isabelle Eisses

Victoria: Bienvenidas, amigas, una vez más. Estamos compartiendo con Isabelle Ramseyer de Eisses, con nuestra amiga habitual acá en Entre Amigas. Estamos hablando de la fe, ya desde el programa anterior. Estuvimos hablando de la fe que abre los ojos, la fe para la salvación, y estamos estudiando esta lista de Hebreos 11, de lo que llamamos los “Héroes de la fe”, y de qué tienen que ver estos personajes que han quedado plasmados en la Biblia con nosotros. Isabelle, muchas gracias por estar con nosotros.

Isabelle: Es un placer poder seguir con este tema tan importante.

Victoria: Vamos a hablar hoy de la fe que honra a Dios. Decíamos en el programa anterior que existe la fe para la salvación, que es la que abre nuestros ojos al Salvador, a Jesucristo, pero también hay una fe que es para el camino. Pensaba en un momento que se relata en Hechos de los Apóstoles, en el que Pedro y Juan le dicen a un paralítico: “no tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy”, y se produce allí un milagro. En realidad, lo que tenían era la fe en el Señor, esa fe que los empujó y que los siguió enviando a hacer lo que el Señor les había mandado, “vayan y prediquen”, ¿no?

Isabelle: Sí. Y ya que hablas de oro, Dios mismo compara la fe con el oro, y dice que es mucho más preciosa, mucho más valiosa que el oro. O sea que lo que transmitieron Pedro y Juan realmente era mucho más que oro y plata. Hay un versículo que está en 1ª Pedro 1:7 y es precioso. Nos muestra el gran valor que tiene para Dios mi fe personal, tu fe personal, que es de gran estima. Dice así: “aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual, aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”. Así que para Dios nuestra fe es mucho más preciosa que el oro. Y parece que todavía es más valiosa cuando ha pasado por pruebas, porque ahí habla de que será probada, así como el oro es probado por fuego, nuestra fe también tiene que ser hallada genuina, auténtica, y allí recibe más valor todavía. Será hallada en alabanza, gloria y honra cuando venga Jesucristo. O sea, será para Su gloria, para Su alabanza. Lo que yo hago con mi fe honra a Dios hoy, y un día, cuando Jesucristo se manifieste, va a ser todavía más claro, va a ser realmente visible la gloria que le ha traído mi fe.

Victoria: Sí, sin dudas. Pensando en ejemplos de la Biblia, en el ejemplo de Noé Dios le manda a construir el arca y por años todo lo que veía era eso, el arca. Sin embargo, cuando empieza a llover, para todos se hizo visible esa fe que Noé tenía. Este pasaje está planteando algo similar, que cosas que nosotros hacemos por fe, siguiendo al Señor Jesucristo, el día en el que el Señor Jesucristo se revele van a ser visibles para todos, para su honra y para su gloria. ¿Verdad, Isabelle?

Isabelle: Sí, así es.

Victoria: Hablamos de estos héroes de la fe, y sabemos que esta lista fue inspirada por el Espíritu Santo. Tal vez si una persona hubiera escrito esta lista de héroes de la fe hubiera omitido algunos casos y puesto ejemplos de personas que fueron exitosas, talentosas, que hicieron todas las cosas bien. Sin embargo, vemos que Dios no buscó esto, sino que puso mucho más valor en otras cosas.

Isabelle: Sí, vemos que Él tiene totalmente otra vista de las cosas, una perspectiva diferente que la del mundo. Cuando leemos esta lista de hombres y mujeres en la fe nos llama la atención que termina enumerando a personas de las que no se sabe el nombre, desconocidos que murieron por su fe, que fueron maltratados, que fueron marginados por la sociedad. Personas a las cuales el mundo no les dio ningún valor, y, sin embargo, para Dios su fe ha tenido y tiene muchísimo valor. Él mismo dice en su Palabra “de los cuales el mundo no era digno”, así que totalmente al revés de lo que el mundo piensa. A mí me conmueve pensar en estos héroes de fe desconocidos, maltratados por su fe, pero que pueden ser hoy un ejemplo animador para nosotros y para muchos creyentes en el mundo que no tienen el privilegio de vivir en países libres, sino que están en la misma situación que algunos de estos héroes. Me imagino que debe ser de mucho aliento esta lista, porque ellos viven lo mismo, la persecución, el odio, la marginación, el asesinato por su fe, por su amor por Cristo, y esto está pasando hoy en día, en el siglo XXI, en muchos lugares.

Victoria: Sí, sin dudas. A mi me gustaba mucho de chica leer las historias de los misioneros, de los pioneros, de los que se adentraron en territorios a los cuales la Palabra de Dios no había llegado, o a donde había llegado, pero se había distorsionado, que dedicaron sus vidas a servir a Dios y a servir a las personas. Siempre pienso en cuántas personas debe haber de las cuales no conocemos, que no sabemos cuán grande fue su contribución con el avance del evangelio, no sabemos lo que tuvieron que padecer, o que simplemente hicieron la obra del Señor y quedaron en el anonimato. Sin embargo, siguen completando esta lista de héroes de la fe.

Isabelle: Y cuántas dificultades, cuántos problemas han pasado. Me acuerdo de un dicho del misionero George Müller, quien ha hecho una obra muy grande con los orfanatos en Bristol junto con su esposa y sus colaboradores, creo que han llegado a tener hasta 2000 niños desamparados.

Victoria: Además en una época en la que ser huérfano era súper cruel. Siempre es cruel, pero era una época en la que quedaban totalmente marginados de la sociedad, sin valor ninguno.

Isabelle: Sí. Y este hombre fue un hombre de fe, que no tenía mucha plata pero que logró mantener los orfanatos a través de la oración y de las donaciones anónimas, a veces a último momento, y también es un ejemplo de un hombre de fe que ha vivido en total dependencia de Dios y que ha podido experimentar que Dios obró, que Dios honró esta fe que puso en Él. George dijo que nuestra fe se alimenta de nuestras dificultades: “las dificultades son el alimento de la fe”. Entonces pensé que en realidad tenemos que estar agradecidos por las pruebas, porque Dios las usa pruebas en la vida para hacer madurar nuestra fe. No es fácil agradecer cuando uno está en la prueba, pero es un consuelo saber que Dios tiene sus intenciones cuando las permite.

Victoria: Y muchas veces podemos pensar que es para que otros vean en nosotros que a través de la dificultad podemos salir adelante, pero no solo tiene que ver con el testimonio, sino que también tiene que ver con la propia relación con el Señor. El tema de las aflicciones, de las dificultades, tiene un propósito para la gloria de Dios de crecimiento. Uno muchas veces puede verlo como obstáculos o como caminos escabrosos por los que tiene que pasar, y sin embargo son avances para nuestra vida espiritual, ¿no?

Isabelle: Sí, porque crecemos también en el conocimiento del Señor Jesucristo, crecemos en confianza de su persona, crecemos en amor por él, incluso puede dar gozo en la prueba, porque cuando uno se da cuenta de que Dios está, de que realmente vale la pena confiar en Él, eso nos da gozo, incluso en la dificultad.

Victoria: Sí, sin duda.

Isabelle: Así crece la fe y madura.

Victoria: Isabelle, ¿cómo hacemos en la práctica, en la vida cotidiana, para que las dificultades sean un gozo en nuestra vida, para ver un camino a través de las dificultades? ¿Cómo puedo continuar caminando por fe día a día, sabiendo que lo malo y lo bueno viene del Señor? ¿Cómo hago para enfrentar mi vida en el día a día con fe?

Isabelle: Bueno, en realidad ya dijiste algo muy importante, que es el día a día. La fe es para practicar, no es una cosa teórica. El desafío para nosotras y para las que nos escuchan es en la práctica, porque la fe se vive de día a día. Antes de seguir con la respuesta me gustaría leer una cita de un maestro y autor cristiano que escribió algo muy interesante y que me dio mucho para pensar. Dice así: “Es una extraña paradoja que haya cristianos que confían en Dios para la salvación eterna de sus almas, pero no se atrevan a confiar en Él como el proveedor para sus necesidades materiales. Ellos han encomendado su destino eterno en las manos de Él por fe, pero han fallado en cederle o rendirle sus bienes temporales y en confiar en Él para que les provea las cosas necesarias de esta vida. Ellos están ansiosos y temerosos, preocupados por la provisión temporal de salud, negocios y posesiones, en lugar de confiar en Él tan implícitamente como lo hicieron para recibir la vida eterna”. Y es cierto, ¿no? A veces nosotros sabemos que somos salvos por la fe en Jesucristo, confiamos, creemos que tenemos la vida eterna, pero una pequeña cosa de la vida diaria nos puede destruir, nos puede llenar de angustia.

La semana pasada nació nuestro nietito en Suiza, estaba lejos, fue un parto muy difícil, duró casi dos días y nosotros estábamos horas sin saber qué estaba pasando, y ahí me di cuenta de qué difícil es permanecer tranquilos y confiados sabiendo que está en las manos de Dios. Orábamos, pedíamos paz de Dios, los poníamos en su mano, y al siguiente momento estábamos llenos de angustia, de preocupación. Había momentos en los cuales yo estaba llorando de la angustia y después me dije: “no, pero Dios está encima de todas estas cosas”. Después, gracias a Dios, salió todo bien, pero eso me recordó que es fácil hablar de la fe, pero es difícil cuando uno está en medio de la prueba o de la angustia poder depositar realmente esta fe en Dios. Así como confiamos en Él para las cosas eternas, también para las cosas de ahora, las que me preocupan ahora.

Victoria: Sí, y también ser honestos con el Señor sobre nuestra falta de fe, porque hay veces que nuestra fe no alcanza para cubrir determinadas cosas, y vemos que las situaciones nos desbordan. Pero qué bueno que podemos acudir al Señor, que como decíamos en el programa anterior, es el autor y el consumador de la fe. Tal vez alguna persona que nos esté escuchando está atravesando un momento de dificultad y nos puede decir que por momentos está con muchos nervios, con desesperanza, o tal vez hay personas que no están pudiendo confiar, que creen en el Señor pero que no están teniendo la fe suficiente para pasar por esta situación. Qué importante que es poder sincerarse con el Señor y pedirle que sea Él quien traiga fe a nuestros corazones.

Isabelle: Sí, y la fe tiene muchísimo que ver con la mirada, con dónde pongo mis ojos. Por eso creo que es una lucha. Creo que todos nosotros, si somos sinceros, alguna vez experimentamos que la fe es una lucha. Justo al terminar el capítulo de Hebreos 11, con los hombres y las mujeres de la fe, el próximo capítulo, Hebreos 12, sigue con esto: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Esto es muy importante. ¿Dónde pongo mis ojos? ¿Cómo hago para cambiar mi vista? Porque yo veo las cosas que me desesperan, que me angustian, y tengo que hacer, por fe, este cambio de mirada hacia el Señor Jesús. Como leemos también en Habacuc, en este versículo tan conocido, que Habacuc vivió un tiempo como el nuestro, un tiempo muy difícil, con muchas cosas feas que le preocupaban, y al final dice: “Con todo, yo me alegraré en el Señor y me gozaré en el Dios de mi salvación”. Él hizo este cambio de fe: las cosas no están bien, hay muchos problemas, pero yo voy a mirar a Dios y yo voy a alegrarme en mi Dios, el Dios de mi salvación, el que me ayuda.

Victoria: Como la brújula, que siempre apunta hacia el norte, que nuestro norte sea Jesucristo. Isabelle, muchas gracias por compartir este tema con nosotros, nos quedamos con muchas cosas sobre las cuales seguir meditando, seguir pensando. Te agradecemos por estar en este programa con nosotras. A ustedes, amigas, las invitamos a que nos acompañen nuevamente la semana que vienen, que hay mucho más Entre Amigas.

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