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Continuamos entrevistando a la Psicóloga Gloria Hernández sobre el sentido del dolor en nuestras vidas. Gloria nos invita a que depositemos nuestra fe y esperanza en Dios, quien es el único que nos puede sacar del pozo de la desesperanza. Vemos en la Biblia cómo Jesús enfrentó el dolor, y aprendemos sobre la importancia de esperar en él, porque Dios permite el dolor para nuestro crecimiento y para que seamos de bendición para quienes nos rodean. Hay una salida y un propósito para el dolor, no te pierdas de conocerlo en el programa de hoy.


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EA666 – Entre Amigas –
El sentido del dolor (3ª parte)



Entrevista a Gloria Hernández

Natalia: ¡Muy bien amigas, comenzó nuestro tiempo! Es para nosotras es un verdadero placer y privilegio recibirlas, con la expectativa de escuchar esta tercera parte de lo que Gloria nos está compartiendo a cerca del sentido del dolor y el sufrimiento en nuestra vida.

Victoria: Qué tal amigas!! Aquí estamos para disfrutar el tercero de los cuatro programas con esta temática, obviamente muchas de las cosas que dijo Gloria uno no las sabía, otras sí y otras las terminamos aprendiendo a los golpes, como muchas cosas en la vida a la manera difícil.

Natalia: Leí hace poco una frase de C.S.Lewis que decía: “Las dificultades preparan a la gente común para tareas extraordinarias.” Y a veces cuando uno pasa por un sufrimiento, todo ese proceso nos prepara para ayudar a otros y nos fortalece. Si bien esa preparación de la receta de hoy es parte de lo dulce material, la palabra de Dios, como ella dice de sí misma, es más dulce que la miel que destila del panal. Y sabemos que es así porque en momentos de apuro, de complicaciones y dolor Dios nos da respuestas para poder sobrellevarlo. Gloria ya nos espera para deleitarnos a través de la biblia y con sus consejos. En toda la sociedad, se evita el tema o se muestra el dolor en el otro, por ejemplo en el informativo, uno mira y piensa: ¡¡…Qué fuerte, Qué dolor!! Qué horrible que es!!… Pero no se hace nada con él!!

Gloria: ¡Así es! … Se vive, se muestra, pero queda ahí,y ahí está lo desesperante donde no vemos caminos de salida… Pero que hermoso es ver en la palabra de Dios, la biblia, ese Manual, grande y maravilloso para poder vivir en salud, y poder entender las experiencias de nuestra vida a través de de la iluminación de la palabra de Dios; porque ella es la que nos da la verdadera esperanza. Reflexionábamos anteriormente sobe el dolor en esta familia tan querida de Marta María y Lázaro. Vimos también el significado de quitar las piedras. Unido a este tema está la desesperación o la desesperanza… la gente vive dolores y quedan ahí, justamente esta es una piedra que hay que quitar y es la piedra de la incredulidad, de la falta de fe, de la falta de esperanza. Por qué? Porque justamente la desesperanza viene en el momento oscuro del túnel del dolor, en ese dolor intenso rodeado de oscuridad, en esos momentos donde no veo una salida y lo único que siento son ganas de llorar, incluso puedo sentir en el pecho una angustia que hasta me quita la respiración…

Y todas estas cosas, son parte de la sintomatología orgánica cuando uno vive momentos de angustia muy, muy grandes y pasado ese momento podemos sentir que poquito a poquito se activa la luz… Pero Por que? Hay algo que lo activa… Y es porque decido y apuesto a un cambio, a mirar con esperanza!! O sea que esto también es una decisión, una decisión a abrirse… un abrirse a creer, un abrirse a confiar!! Si será tan fuerte y transformadora esta experiencia de dolor, que cuántos de nosotros, decidimos acercarnos a Dios y miramos al cielo, en los momentos donde más oscuridad nos rodeaba…
Ahí decimos, como el salmista “… Alzaré mis ojos a los montes. ¿De dónde vendrá mi socorro?”. Es porque en esos momentos de tremenda desesperación es cuando puedo mirar al cielo y pensar en querer recibir ayuda. Hay sentido en el dolor porque todo esto nos lleva a que lo miremos a Él!! A que busquemos la salida y nos acerquemos a Dios por que solamente es Él quien nos la va a dar.  Y eso es fe . Es trabajar y cultivar la fe y la esperanza y eso es saber esperar en Dios.

Podemos pensar en el reproche de María y Marta… ¿Por qué no viniste antes, …si hubieras estado aquí??!! ¿Por qué te demoraste…? Y saben, hasta hubo un propósito en la demora.
Jesús podía haber hecho algo inmediato, pero no… Jesús eligió hacerlas esperar…
Y claro…!! Esa espera tuvo un propósito muy importante: Trabajar en esa familia y en todos los que amaban a Lázaro. Esa porción bíblica se hace vigente en nuestra vida, cuando estamos atravesando pruebas donde se demora la respuesta de Dios. Un adolescente que está pasando por una situación dolorosa, pensando en el dolor, el otro día me dijo en el consultorio: ¿…Y cuándo se me va a ir todo esto, cuánto demora para que se me vaya?…Con esa espontaneidad hermosa que los caracteriza!! Y eso sólo Dios lo sabe…

Entonces, ¿qué hacer con todo esto…? Cómo lo voy a vivir?. Estoy contando los días para que esto pase? O PIENSO… No importa cuanto tiempo me lleve. Decido: Lo que quiero, es sacarle el jugo a toda esta situación!!
Preguntarme: Señor ¿qué me estás queriendo enseñar con todo esto?
Esa aparente demora de Dios demuestra que en primer lugar Dios me quiere enseñar que él no tiene prisa ni anda con apuros, Él no es así y nunca está ansioso!! Él, para hacer una vida, un bebé, un árbol, una flor, se toma su tiempo. Y en estos tiempos que vivimos, donde todo es ya, todo es para ayer, todo en un instante, este sistema de presentismo tan vertiginoso del ya, del es ahora, es el momento, vívelo ahora, hay cosas donde Dios quiere que aprendamos a esperar y en esa espera Dios trabaja y cultiva virtudes propias de las características del fruto del espíritu Santo.

Una de ellas es la paciencia, tener paciencia es saber esperar, saber esperar en Dios, saber esperar los tiempos de la otra persona y mis tiempos personales, para ver que esto vaya decantando en un proceso; proceso de tiempo.

La sensación de la demora es tremenda. No nos gusta esperar y nos cuesta esperar. Sin embargo cuando empezamos a potenciar la mirada y fijarnos en que Dios está potenciando nuestro tiempo, con un propósito, para hacer algo más grande y mejor. Sin dudas eso cambia nuestra perspectiva. Creo que lo que Dios nos quiere estar diciendo a través de este pasaje (… Señor, si hubieras estado aquí, si hubieras venido antes) es … Si yo permití que pasara esto, que Lázaro muriera, es porque iba a hacer algo más grande…
Porque el Señor… lo iba a resucitar.

Si Dios te está permitiendo a ti vivir una situación dolorosa, donde te cuesta encontrarle el sentido, es bueno pensar y creer que, cuando esto culmine, Dios va a hacer algo mucho más grande de lo que hoy se puede imaginar.

Y hay otro texto bíblico que el Señor me pone ahora en el corazón, tratando del sentido del dolor y es “… Lo que yo estoy haciendo ahora, tú no lo entiendes, pero lo entenderás después…”
Y eso Natalia, también es esperanza!!
Cuál es la esperanza…? Si me duele esta situación, me está partiendo en dos, me duele y no la entiendo…!!  Y la esperanza es esa… ¡Que Dios me Dice que va a haber un momento en que sí, lo vas a entender! Le damos gracias a Dios por eso de que Él se va a encargar de mostrarnos cuál fue el sentido y el para qué de ese dolor!!

Natalia: Saben amigas, queremos que puedan reflexionar en todo esto que estamos hablando, lo puedan internalizar desde el dolor que estén viviendo. A veces pensamos que nuestro dolor es el peor, “no hay dolor como mi dolor”, y decimos “…tú porque no sabes lo que estoy pasando…”
Pero el dolor de cada uno es muy personal …
Y Dios, nos da en su palabra el ejemplo. Y pienso en Jesús… Jesús mismo sufrió el dolor… desde el saber el propósito a qué vino, siempre conoció los propósitos de Dios y transitó con ese dolor, no solo en lo previo a la cruz.
El ya sabía que en algún momento iba a tener que separarse de su padre y durante esos tres años quizás pensó más intensamente… Y hasta llegar a pensar y decir… Si es posible pasa de mí esta copa… Un sufrimiento que Él no quería pasar y sin embargo lo hizo porque había un fruto mayor, que era nuestra salvación.

Y tuvo un tiempo de espera y un sufrimiento más grande, mucho mayor que el nuestro, porque fue el sufrimiento por todos nosotros…
Entonces, si tenemos ese ejemplo, tenemos esa esperanza de que Dios no hace nada para nuestro mal, sino todo lo contrario. Cuando tu mencionabas Gloria, el reproche de la familia… El Señor no dijo:… Bueno, está bien, si lo vas a tomar así me voy… (como quizás nosotros cuando vamos a ayudar a alguien en dolor)…sabes qué? Deja!! Arréglate como puedas…!!
El señor no!! Él te explica, tiene paciencia y amor con nosotros, esa misericordia que hablabas…Él la tiene a pesar de nuestro enojo… Tal como un padre que entiende que el berrinche de su hijo, cuando no entiende el dolor, cuando llora, cuando le dan una vacuna, sabe que es por algo mejor, pero entiende el enojo de su hijo.

Gloria: Sabés que Natalia… en esto que estás trayendo, vemos que Dios permite el dolor, pero un dolor que nos trasciende, que va mas allá de nosotros y está relacionado con lo que Dios quiere hacer con nuestra vida y en nosotros, que nos enseña a ser pacientes, más humildes, más sensibles y nos enseña…
Y ese dolor es para que, a través de nosotros, podamos dar fruto.

Philip Yancey decía: “…El dolor es un don, que nadie quiere…”
Y uno dice Wowh!! ¿Cómo “el dolor” puede ser un don? … ¿Un regalo?
El dolor es un regalo de Dios para nuestra vida!!

Recuerdo una misionera alemana, muy querida, que me dijo algo que marcó mi vida: “Lo importante no es el don o los dones que Dios te da, sino lo importante es el fruto.”
Es decir, que esos dones y lo que Dios permite en tu vida, es para que de fruto y lo dé para la eternidad. Entonces, uno vive un dolor y pregunta: Para qué Señor…???
Acá hay algo que me está trascendiendo, que está más allá de mí y es que tú, a todo esto que estoy sufriendo, le vas a sacar jugo, le vas a sacar punta, para que realmente se puedan bendecir muchas vidas. ¡¡ Cómo uno puede ayudar a muchas personas, cuando entendió y recibió la consolación de Dios, el aliento de Dios, … y va mostrando la fuerza que Dios nos da, la sensibilidad que generó por la experiencia que uno vivió!!

Y después Dios mismo, nos va poniendo y acercando personas con las mismas experiencias y uno tiene una “palabra…”
Pero es esa palabra que viene desde la vivencia, desde el corazón, desde la experiencia, … Mira, entiendo tu dolor …porque yo primero lo pasé!!

Natalia: Es eso lo que le va a llegar a lo otra persona. A veces, desde la no experiencia tendemos a minimizar el dolor del otro, (…pero no es para tanto, deja de sufrir, lo estás mirando mal al problema…) Cuando nosotros pasamos por el dolor, recordemos, Dios mismo pasó por el dolor, y ese mismo entendimiento que Él tiene con nosotros, es el mismo que tenemos por los otros.

Gloria: Justamente, y en esto de entender que la vida es una tarea donde hay dos aspectos muy importantes que Dios permite y quiere que vivamos:
La libertad de Dios y la responsabilidad!!

Por eso frente a toda situación dolorosa lo saludable sería poder responder: Qué es lo que me estás queriendo enseñar con esto? Y esa es la pregunta que me transforma, para poder ayudar a transformar a otros, dándoles “palabra” y “palabra de sabiduría” y “escucha de sabiduría”!!

Hay una promesa preciosa en Isaías que siempre la reclamo para mi vida y es: “… Yo te daré lengua de sabio para llevar palabras al cansado, despertaré mañana tras mañana, despertaré tu oído, para que oigas como los sabios.”

Realmente el Señor, cuando hemos pasado por situaciones de dolor, despierta nuestros oídos, par poder escuchar mucho mejor el dolor del otro y sin dudas, nos va a dar
palabra de sabiduría que llegue realmente al corazón de la otra persona. Y eso es consolar, es llevar esa palabra que pueda llegar al corazón del otro que está en dolor. ¡Eso es realmente consolar!

Entonces, para terminar la idea,… El dolor no es algo que nos pasa y nos sucede, sino… lo más importante es qué hacemos con ese dolor y cómo buscamos elaborarlo.
Aprender de esa experiencia, aprender también de la experiencia de cuando Dios nos hace esperar, aprender a esperar.
Muchas veces Dios interviene inmediatamente, pero otras veces, nos hace esperar y en ese tiempo de espera, justamente, ese tiempo de espera es para que la gloria de Dios se manifieste. Sin dudas para una una gloria mayor!!
Y es justo ahí que Él nos dice en su palabra: “… No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios…!!!”. Entonces, cuando estemos viviendo un momento de dolor, de prueba, o de espera, podamos refrescar esta palabra tan vigente de Jesús: “… No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios…!!!”

Natalia: ¡Muchas gracias Gloria por estas reflexiones! Espero que lo compartido les esté sirviendo. A mí desde lo personal, me ha servido de mucho, para plantearme y reflexionar sobre muchas situaciones de sufrimiento que me ha tocado pasar y ver allí que Dios nos pone situaciones para que justamente, como decía Gloria, se vea en nosotros el fruto del espíritu, el probar la paciencia y demás… Y que a veces somos nosotros que nos ponemos en situaciones que no debemos. Lo bueno es que Dios, sea cual sea la situación, él está con nosotros, él siempre nos acompaña cuando nosotros tenemos esa sensibilidad de arrepentirnos y pedir su guía a pesar de todos nuestros errores.
Por eso, tengamos presente que respetar ese tiempo de Dios, va a traer como consecuencia una victoria y una Gloria mucho mayor.

Victoria: Par terminar con una reflexión, creo que como tú decías Natalia, las pruebas más dolorosas son las que sacan lo mejor de nosotras y algo que siempre hay que tener en estos casos es la paciencia, la espera en el proceso de resolución de ese tema, si es que podemos esperar una solución práctica para la situación que atravesamos.

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