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Autor: William MacDonald

La asamblea en el Nuevo Testamento, un tema que está muy en el corazón de Dios y ciertamente es de suma importancia para el Señor Jesucristo. Veremos como la Iglesia se distingue, en las Escrituras, de la nación de Israel. Uno es el pueblo terrenal de Dios, el otro el pueblo celestial.


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PE2294 – Estudio Bíblico
El Plan de Cristo para la Iglesia – I (1ª parte)



Estimados amigos oyentes, el tema de nuestro estudio es la asamblea en el Nuevo Testamento, un tema que está muy en el corazón de Dios y ciertamente es de suma importancia para el Señor Jesucristo: Él amó a la Iglesia y se dio a Sí mismo por ella (como nos dice Efesios 5:25). Por consiguiente, debería ser importante para nosotros también. La gente hoy en día parece argumentar que la iglesia no satisface sus necesidades. “Fui, pero no me ayudó en absoluto”. Esa mentalidad deja de lado por completo el concepto genuino de la Iglesia. Uno sólo puede sacar de la iglesia lo que colocó allí en primer término. Y ése será el enfoque de este estudio.

En Efesios 4:1 al 6, leemos: “Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz; un cuerpo, y un Espíritu, como fuisteis también llamados en una misma esperanza de vuestra vocación; un Señor, una fe, un bautismo, un Dios y Padre de todos, el cual es sobre todos, y por todos, y en todos.”

En primer lugar, pensemos en la definición de la Iglesia, ya que las definiciones son muy importantes en el estudio de la Palabra de Dios. Hace unos años, un hombre llamado Johann Bengel, hizo una lista de veinte palabras del Nuevo Testamento, y dijo que si alguien podía definir esas veinte palabras estaba en buen camino de convertirse en un buen teólogo. He buscado esa lista de palabras por años, y nunca pude encontrarla.

La palabra “iglesia”, que es el término con el que se traduce en el Nuevo Testamento, proviene de la palabra griega ekklesia, pero saber esto no nos ayuda en lo más mínimo. Se puede vivir una vida totalmente normal sin saberlo. Pero, la palabra que se traduce como “iglesia”, en realidad significa “asamblea”. Se refiere a una reunión de personas, y se usa en diferentes formas. Es una palabra neutral. No se refiere a la iglesia en la forma en que la concebimos hoy en día. Cuando pensamos en la “iglesia” a menudo pensamos en un edificio, que posiblemente tenga una torre, sus ventanas quizás tengan vitrales, un púlpito en el salón de reunión, y cosas semejantes. Pero la palabra, en realidad, habla de una reunión de personas. Es por eso que algunos de nosotros preferimos la palabra “asamblea” en lugar de “iglesia”.

Es una palabra neutral. Se la utiliza, también, para referirse a Israel cuando andaba en el desierto, la “iglesia” en el desierto. No era una iglesia en el sentido en que lo entendemos hoy en día. Pero, era una asamblea en el desierto, una multitud en el desierto. También se usa para describir una turba en Éfeso, en Hechos 19. Entonces, puede que usted se pregunte: “¿De dónde surge su connotación religiosa?”

Uno debe analizar el contexto para poder verlo allí. Por ejemplo, si fuera la iglesia cristiana, diría algo así como “la Iglesia de Dios”, o “la Iglesia de Cristo”. Primera Tesalonicenses habla de “la iglesia de los tesalonicenses en Dios el Padre y el Señor Jesucristo”. Allí la palabra significa una asamblea de personas en Tesalónica, la cual reconoce a Dios como Padre y a Jesucristo como Señor.

Ahora, no queremos hacer que alguien se ofenda por una palabra. Sin embargo, si alguien le preguntara: “¿Está yendo a la iglesia?”, técnicamente hablando la respuesta sería: “No, estoy en la Iglesia, pero voy a una reunión de la iglesia”. Si usted es salvo, ya está “en la Iglesia”, y concurre a las reuniones “de la iglesia”. Es una reunión del pueblo cristiano.

Existen dos formas de iglesia en el Nuevo Testamento. Está lo que llamamos la “Iglesia Universal”, y existe la “iglesia local”. La Iglesia Universal está constituida por todos los creyentes, desde Pentecostés hasta el arrebatamiento. Una gran parte de la Iglesia ya está en el cielo. La gente que ha muerto en la fe ha ido al cielo y está disfrutando las glorias del Señor Jesús en el tiempo presente. Creemos que el día de Pentecostés fue el nacimiento de la Iglesia. Fue allí que el Espíritu Santo fue otorgado como un integrante permanente de la Iglesia y de todos los creyentes verdaderos.

Veamos ahora: La diferencia entre Israel y la Iglesia

A esta asamblea universal se la denomina un “misterio” en el Nuevo Testamento. Una vez más, las definiciones son muy importantes. “Misterio” en el Nuevo Testamento no significa lo que entendemos en el lenguaje contemporáneo. Cuando pensamos en un misterio, pensamos en una historia, la cual generalmente implica un asesinato y está entretejida de tal manera que uno no sabe quién es el asesino hasta que se llega al final, y con frecuencia no era quien uno pensaba. Eso sería un “misterio” hoy en día. Pero, poco tiene que ver con el significado de esa palabra en el Nuevo Testamento.

Un misterio, en el Nuevo Testamento, es una verdad que nunca podría conocerse, una verdad que nunca podría develarse por nuestro propio intelecto, sino que es una verdad que le fue manifestada a la Iglesia, por medio de los apóstoles y profetas. La Iglesia es el misterio. Pablo, a menudo, habla de esa misma manera. En otras palabras, Dios tenía un secreto desde la eternidad. Luego de lidiar con Israel, a lo largo del Antiguo Testamento, y también en los evangelios, y luego del rechazo de Cristo en el Calvario, Dios determinó que establecería una nueva sociedad conocida como “la asamblea”, una sociedad con un llamado y un destino celestial. Nunca existió algo semejante en la historia del mundo, y nunca existirá. Hoy en día vivimos en la “era de la Iglesia”, en la cual Israel ha sido dejado a un lado como nación. La Iglesia es ahora el pueblo de Dios. Cuando la Iglesia sea quitada, en el arrebatamiento, Dios reanudará y concluirá su trato con la nación de Israel.

La Iglesia es un misterio. Por lo tanto, no existía en el Antiguo Testamento. No procure mención alguna de la asamblea en el Antiguo Testamento. No está allí.

En Efesios 3:3 al 5, Pablo habla de la Iglesia como un misterio que no existía en el Antiguo Testamento. Y él dice acerca de este misterio:

“… que por revelación me fue declarado el misterio, como antes lo he escrito brevemente, leyendo lo cual podéis entender cuál sea mi conocimiento en el misterio de Cristo, misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu…”

Eso lo dice con total claridad. La verdad de la Iglesia no se hizo conocer a los hijos de los hombres en otras épocas, sino que ha sido revelada ahora, por Su Espíritu, a sus santos apóstoles y profetas. Algunas personas argumentan: “No se dio a conocer en el Antiguo Testamento como se dio a conocer ahora”. Pero, veamos qué dice Colosenses 1:26:

“… el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha sido manifestado a sus santos.”

Esto no respalda el argumento “como se dio a conocer ahora”. Dice clara y llanamente “que no fue revelado”.

Muchas personas piensan que la Iglesia de hoy en día es tan sólo una continuación de Israel.

Incluso utilizan esa palabra: “continuación”. Dicen: “Bueno, Israel existe a lo largo del Antiguo Testamento, y luego repentinamente experimenta una metamorfosis para ser la Iglesia del Nuevo Testamento”.

No. Israel y la Iglesia son dos entidades distintas. Y de esto continuaremos hablando en el próximo programa, porque el tiempo se ha acabado. ¡Hasta entonces y qué Dios les bendiga!

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