El Objetivo de la Palabra Profética (2ª parte)

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Autor: Mark Hitchcock

La Palabra Profética a la que debemos estar mas atentos tiene que ver con la Venida de Cristo. Si la espera de este acontecimiento influenciara nuestra vida como debiera, es muy seguro que nuestras vidas serían totalmente diferentes.


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PE2713- Estudio Bíblico
El Objetivo de la Palabra Profética (2ª parte)



Déjese tranquilizar por la venida de Cristo: nuestro mundo parece estar en muchas áreas fuera de control. El miedo y la ansiedad con respecto al futuro aumenta. La gente busca maneras de lidiar con esto. En la noche anterior a su muerte en la cruz, Jesús dijo estas palabras a sus seguidores más cercanos, las encontramos en Juan 14:1-3 válidas también para nosotros en la actualidad: “¡No se turbe vuestro corazón! Creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis”.

Qué desafío representa esto en nuestro mundo actual. Jesús dice: “¡No se turbe vuestro corazón!”, es decir, que en medio de tiempos difíciles es posible mantener la calma y la serenidad, porque sabemos hacia dónde se dirige todo y que en cualquier momento él podría volver para llevarnos a su hogar.

Déjese guiar por la venida de Cristo: luego de un extenso párrafo en, 1 Corintios 15:58, donde describe el pronto arrebatamiento de los creyentes, el apóstol Pablo termina con la siguiente exhortación: “Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano”. Saber que Jesús puede volver en cualquier momento es una potente motivación y un fuerte estímulo para servirle de forma sacrificial. Sabemos que lo que hacemos para él no es en vano, pues de seguro vendrá por nosotros.

Deje que su vida esté determinada por la esperanza de la venida de Cristo. Congréguese en una iglesia donde se predique el evangelio y se enseñe la Biblia. Las Escrituras dicen que todo creyente tiene por lo menos un don espiritual, es decir, que está capacitado por Dios para poder servir con eficacia y de una manera determinada a otros Algunos de los pasajes que puede leer son: Romanos 12:6-8; 1 Corintios 12:8-10, 28-29; y Efesios 4:11-12. Lea estos pasajes en su Biblia y pídale al Señor que le muestre una manera efectiva de servir. Escuche lo que otros tienen para decirle y confirme en qué es especialmente bueno.

Jesús viene otra vez. Su sacrifico y servicio no será en vano. “Crezca en la obra del Señor siempre”. Él lo vale. Déjese purificar por la venida de Cristo: el Juez Robert Bork dijo que nuestra sociedad actual “tiende a ir en dirección a Gomorra”. Eso se ve por todas partes. Los valores morales disminuyen, y la decadencia, incluso, la absoluta depravación, parece ser más aceptada y bienvenida. Por donde miremos, parece que nuestra sociedad se vuelve cada vez más vulgar y pervertida. De manera lamentable, existen incluso discrepancias entre los cristianos profesos por sus creencias y su práctica de vida. La inmoralidad nos rodea por todas partes.

Ninguno de nosotros es perfecto en sus esfuerzos, no importa cuánto nos esmeremos. Todos fracasamos más de lo que nos gusta admitir. Nuestra falta de fidelidad es vergonzosa. Pero a pesar de nuestra debilidad, nuestro objetivo es agradar al Señor en lo que hacemos, decimos y pensamos. La esperanza de la venida de Cristo es un estímulo fuerte, pero a menudo lo descuidamos como la razón para vivir en pureza. Quizá se sorprenda al ver la estrecha relación que existe en el Nuevo Testamento entre la profecía y la vida práctica. Aquí hay cuatro textos que enfatizan el poder purificador de la profecía. Por favor, léalos con atención:

Tito 2:12-14 dice: “Y nos enseña que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, mientras aguardamos la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo. Él se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda maldad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”. 1 Juan. 3:2-3 dice: “Queridos hermanos, ahora somos hijos de Dios, pero todavía no se ha manifestado lo que habremos de ser. Sabemos, sin embargo, que cuando Cristo venga seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Todo el que tiene esta esperanza en Cristo se purifica a sí mismo, así como él es puro.”

2 Pedro 3:11-14 dice: “Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándonos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! Pero nosotros esperamos, según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia. Por eso, amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprochables, en paz”.

Romanos. 13:11-14: “Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño, porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. La noche está avanzada y se acerca el día. Desechemos, pues, las obras de las tinieblas y vistámonos las armas de la luz. Andemos como de día, honestamente; no en glotonerías y borracheras, no en lujurias y libertinaje, no en contiendas y envidia. Al contrario, vestíos del Señor Jesucristo y no satisfagáis los deseos de la carne”.

Estos versículos describen la sorprendente y estrecha relación que existe entre la esperanza de la venida del Señor y una vida santa. Eso significa que cada creyente que se levante por la mañana pensando que el Señor podría venir hoy, se esforzará por agradar al Señor. Esta es una receta cien por ciento segura. Pero lo contrario también es cierto. Si no vivimos en la expectativa de su venida, somos mucho más vulnerables a la tentación y al pecado.

Charles Haddon Spurgeon, el famoso pastor británico, llamó a la espera por la venida de Cristo una fuerza impulsora, él dijo: “A veces me siento culpable por no esperar a mi Maestro a pesar de saber que mis perros en este momento están sentados delante de mi puerta esperándome, mucho antes de que yo llegue a casa, ellos están allí y levantan la voz con alegría al escuchar el primer ruido de las ruedas del carruaje, ¡porque su maestro llega a casa! ¡Oh, si amáramos a nuestro Señor tanto como los perros aman a sus amos, cuánto nos esforzaríamos por captar el primero sonido de su venida, y a esperar y esperar, y nunca estar felices hasta que finalmente lo veamos! Perdone si le comparo con mis perros, pero cuando usted haya llegado a la condición celestial, encontraré una imagen diferente para explicar lo que quiero decir.

Spurgeon nos asigna el lugar que nos corresponde, pero también nos alienta en este apasionado llamamiento: “¡Oh, amados, tratemos de levantarnos cada mañana como si esa fuera la mañana en que Cristo viene otra vez! Y al irnos a la cama por la noche, que podamos hacerlo con este pensamiento: ‘Quizá me despierte el sonido de la trompeta de plata que anuncia su venida. Antes de que se levante el sol posiblemente yo me despierte sobresaltado de mis sueños por el grito más importante de todos: ¡El Señor ha venido! ¡El Señor ha venido!’ ¡Qué estimulantes son estos pensamientos para nosotros! Permite que te guíen durante toda tu vida; actúa como si Jesús regresara durante la actividad que practicas justo ahora, y si estás haciendo algo de lo cual no quieres ser sorprendido por la venida del Señor, entonces deja de hacerlo.”

Jesús regresará, solo el momento es incierto. Viva en la espera de su venida. David Jeremiah, en su excelente libro ¿Es este el fin?, trasmite este desafío desde la generación pasada hasta la presente: Escuché que se decía que los cristianos del primer siglo que viajaban de ciudad en ciudad, paraban en cada cruce de camino y miraban en todas las direcciones, siempre a la espera de ver a Cristo regresar. Los siglos posteriores parecen haber opacado esta espera inmediata. Pero es un error. Siempre tenemos que estar conscientes de que el arrebatamiento puede ocurrir en cualquier momento.

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