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Autor: William MacDonald

En esta serie hemos hablado de la importancia de tener en cuenta el contexto de los pasajes que leemos en la Biblia. Para eso, revisaremos algunas preguntas que nos ayudan a conseguirlo para poder, a continuación, dar una correcta interpretación que sea de edificación, alimento y provecho para compartir con otros.


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PE2523- Estudio Bíblico
Comience a disfrutar de su Biblia (4ª parte)


 

Pasos para el Estudio Bíblico

Cuando estudiamos la Palabra de Dios debemos aprender a sujetar nuestra imaginación a la observación, pero no así cuando necesitemos usarla para la presentación creativa. Necesitamos entrenar nuestras mentes para ver lo que está allí y no agregar lo que nosotros creemos o que nos han enseñado que está allí.

Aquí hay algunas preguntas que pueden hacerse cuando uno está observando. Ya hemos hablado en programas anteriores de una Primera Pregunta General a plantearse para el estudio y es: ¿Cuál es el “contexto”?

Como ya hemos visto, “¡el texto fuera de contexto es un pretexto!” Por supuesto, no siempre es de esta manera. Muchos versículos de los evangelios nos dan las enseñanzas principales de la Biblia “en pocas palabras”, como Martín Lutero dijo de Juan 3:16, por ejemplo. Sin embargo, como regla, tenemos que diferenciar los libros de la Biblia que estamos estudiando, el orador o escritor, y la audiencia o los receptores de una epístola.

Muchos líderes religiosos usan Juan 3:5 para enseñar que es necesario ser bautizado en agua para ser salvo. El versículo dice así: Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo que el que no nace de agua y del Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Aun así, en contexto, Cristo no pudo haber estado hablando acerca del bautismo cristiano porque Jesús le está hablando a un líder judío antes de que la iglesia cristiana fuese fundada. Y a pesar de que es cierto que los judíos tenían un bautismo prosélito para los que se convertían al judaísmo, Nicodemo no era un convertido sino un judío de nacimiento y además un respetable maestro de Israel.

Otras personas usan las palabras de Jesús en Juan 6 para apoyar la idea de que comemos y bebemos el cuerpo y la sangre de Cristo en la Cena del Señor, pero “oculto” dentro de la sustancia del pan y el vino. ¿A quién estaba diciendo Jesús estas cosas? Estaba en una sinagoga en Capernaúm, se dirigía a judíos, mayormente oponentes, antes de que se hubiese ordenado la Cena del Señor, o cualquier congregación cristiana haya observado esta ordenanza. El versículo 63 también aclara que las palabras no deben ser tomadas físicamente, sino espiritualmente: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”.

Veámos ahora otras preguntas para Hacernos para cualquier investigación.
Las preguntas que hacemos son muy simples y básicas, algunas quizás las hayamos aprendido en la escuela y otras las hayamos olvidado.

PRIMERAMENTE NOS PREGUNTAMOS ¿Quién?
Lea un pasaje. Escoja uno corto al principio. ¿Quién lo escribió? ¿A quién está dirigido? ¿Quién está hablando (si es una cita)? ¿Quién está actuando? ¿A quién se está refiriendo?

LA SIGUIENTE PREGUNTA QUE DEBERÍAMOS HACERNOS CON RESPECTO AL TEXTO ES ¿Qué? o ¿Cuál?
¿Qué esta sucediendo? ¿Qué tipo de escritura es esta? ¿Poesía? ¿Sermón? ¿Historia? ¿Doctrina? ¿Profecía? ¿Cuál es la situación? ¿Cuál es la clave del argumento? ¿Cuál es el tono del escritor? Estas preguntas pueden continuar indefinidamente.

DEBEMOS CUESTIONAR TAMBIÉN Cuándo
¿Cuándo sucedió lo del texto? ¿Fue en la época antes de que Israel fuera fundado? ¿Fue escrito durante la era cristiana? ¿Es una predicción del futuro? ¿Del cielo?

¿Dónde se escribió o sucedió lo que se relata? Es la siguiente interrogante que debemos despejar. ¿Ocurrió en el desierto mientras Israel vagaba? ¿Fue en Jerusalén? ¿En Babilonia? ¿En el reino venidero? El lugar es muy importante en cualquier evento histórico. En una corte, al defendido siempre se le pregunta, “¿Dónde estaba usted la noche que sucedió el crimen?”

ADENTRANDONOS MÁS EN EL CURSO DEL TEXTO PODEMOS PREGUNTARNOS ¿Cómo?
¿Cómo se dio la situación del pasaje? ¿Por amor? ¿A causa de la guerra? ¿La rebelión? ¿Un plan cuidadoso? ¿Intervención divina?

LA ÚLTIMA PREGUNTA DEL ANÁLISIS QUE PROPONEMOS ES ¿Por qué?
Cuando llegamos a la razón, el factor interpretativo tiende a participar más de lo que debería durante la etapa de observación del estudio bíblico. A veces es bastante claro por qué suceden ciertas cosas: Fue predicho por Dios; era la consecuencia natural de algo que sucedió antes.

Ahora tomemos Gálatas 1 y contestemos estas preguntas:
¿Quién? Fue escrito por Pablo a los creyentes llamados Gálatas.
¿Qué? El apóstol estaba molesto porque estas personas estaban escuchando un evangelio falso. Su tono se percibe enojado.
¿Cuándo? Fue en los primeros días de la iglesia. Pablo les había predicado el evangelio previamente a ellos.
¿Dónde? Si se observa en un mapa en las últimas páginas de la Biblia o en un atlas bíblico, verá que Galacia se ubicaba en Asia Menor. No hay indicios del lugar en el que Pablo se encontraba al momento de escribir la carta.
¿Cómo? Llegaron al apóstol ciertos reportes acerca de la inconstancia de los Gálatas. Él se asombró de su inestabilidad.
¿Por qué? Fue para combatir el error y defender su autoridad como apóstol y el evangelio que predicaba.

El paso siguiente a la Observación es la interpretación.

El primer paso consistía en observar lo que el pasaje dice, el segundo tiene que ver con lo que significa. A veces el texto es tan claro y simple que usted no tendrá que esforzarse por encontrar su significado; esto si usted mantiene el texto y no lo usa para probar alguna idea propia, énfasis privado, o, en el último de los casos, una herejía.

Comencemos con un versículo que casi todo el cristianismo está de acuerdo en su significado. En 1 Pedro 5:7 el apóstol nos dice que echemos “toda nuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.” El significado es claro en este verso: Tenemos que depositar todas nuestras preocupaciones en Dios porque Él cuida de nosotros. Quizá queramos revisar otras traducciones.

La palabra “cuidado” proviene de un verbo griego que significa mostrar interés o preocupación por la persona u objeto que uno cuida. Por consiguiente, Pedro hace una distinción entre el cuidado ansioso y el cuidado afectivo.

Ciertos detalles enriquecen nuestra interpretación, pero el significado es perfectamente claro y se expresa de manera hermosa en la versión Reina Valera, debido a la elección de las palabras en la era de la Reforma. En el caso de los versículos más difíciles, especialmente los controversiales, se debe poner mucho cuidado al intentar descubrir el verdadero significado. Por ejemplo, ocurre con la gente que no cree en la salvación por gracia a través de la fe, que cuando se les presenta una enseñanza bíblica clara dicen, “Ah, esa es su interpretación.” Generalmente dicen que hay ciertos estatutos religiosos o tradiciones, como enseñar la salvación en parte por obras, que dejan a un lado o descartan los muchos textos que enseñan que la salvación es “por gracia por medio de la fe”, como lo hace Efesios 2:8.

Muchas diferencias entre cristianos no tienen que ver con pasajes ambiguos que varios grupos interpretan de manera diferente. La mayoría de las veces es un tema de a cuánta tradición eclesiástica se adhiere una denominación. Por ejemplo, en la era de la Reforma, Martín Lutero sintió que estaba bien mantener las cosas que no eran específicamente prohibidas por la Biblia, como los hábitos, las velas, etc. Juan Calvino, por otra parte, quiso quitar prácticamente todo lo que no se encontraba en la Biblia. Las iglesias libres, que nunca se volvieron iglesias estatales en ningún país, fueron las más radicales de todas. Creemos que fueron sabios al no permitir cosas tales como el bautismo de niños, las iglesias estatales, y otras más. Las iglesias Bautistas, Metodistas, Bíblicas, y aquellas conocidas como los Hermanos Libres, tienen su descendencia espiritual en esta última categoría.

Interpretemos un pasaje difícil y controversial para ilustrar cuán complicada puede volverse esta etapa del estudio bíblico. Pedro les dijo en Hechos 2:38: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo«.

Observemos, primero, a quién está dirigiendo Pedro estas palabras. Fue a los hombres de Judea, los hombres de Israel. Él no se estaba refiriendo a cristianos, sino a judíos inconversos. La primera palabra que les dirige es “Arrepentíos”. ¿De qué deben arrepentirse? En un sentido general, deben arrepentirse de todos sus pecados, pero Pedro tenía un pecado particular en mente: Haber crucificado al Señor de la gloria. Esto es aclarado en los versículos 23 y 36 que señalan: «A este, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándolo. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios lo ha hecho Señor y Cristo«.

Luego del arrepentimiento, ¿qué más debían hacer los que estaban escuchando a Pedro? Ser bautizados en el nombre de Jesucristo. Esto significa que deben ser bautizados con un bautismo cristiano. Al hacer esto, se estarían identificando públicamente con el Señor Jesucristo, y disociándose de la nación que le crucificó. Se dice que este bautismo es para “la remisión de los pecados”. Sólo a los judíos se les indicaba ser bautizados para ser perdonados por sus pecados. Como ya hemos visto, en este pasaje sus pecados se asocian particularmente a cómo ellos trataron al Mesías. Al pasar por las aguas del bautismo, se salvaban de “esta perversa generación” como señala el verso 40.

El bautismo en agua no salvaba sus almas, sino que los salvaba de la culpa por la sangre de Cristo. Sus almas eran salvas mediante el arrepentimiento y la fe en el Señor. Ese es el testimonio general de las Escrituras. El bautismo en agua los sacaba de suelo judío para ubicarlos en suelo cristiano.

Existe otra interpretación válida para la expresión “para remisión de pecados». Puede querer decir “por la remisión de pecados”. Por el arrepentimiento, se sobreentiende la fe, ellos recibieron la remisión de los pecados. Por causa de esto, se les pedía que fueran bautizados. El bautismo era entonces una señal externa de lo que estaba sucediendo en el interior.

Recibiréis el don del Espíritu Santo”. Tan pronto como estos judíos se arrepentían y creían, ellos se convertían. Tan pronto como proclamaban fidelidad al Mesías de manera pública a través del bautismo, recibían el Espíritu Santo.


Si desea puede adquirir el libro sobre el que está basada esta serie de programas.


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