Tres consejos para esta Navidad

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Sandra Costabel nos da tres consejos esenciales para esta Navidad. Aprendemos, a partir de tres pasajes sobre la vida de Jesús, qué actitudes debemos tener esta Navidad, así como cuáles evitar. No te pierdas de recibir estos tres consejos y de compartir con nosotras el verdadero significado de la Navidad: Cristo.


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EA X001_2020-2021 – Entre Amigas –
Tres consejos para esta Navidad



Entrevista a Sandra Costabel

Victoria: Qué bueno, amigas, que es estar compartiendo este tiempo con ustedes. Hoy nos acompaña nuevamente Sandra Costabel. Es un gusto, Sandra, tenerte nuevamente con nosotras.

Sandra: ¿Cómo estás, Victoria? Qué lindo que es poder estar nuevamente acá, en Entre Amigas.

Victoria: Si, estas fechas tan especiales que estamos viviendo, para algunos son fechas de recuerdos lindos, y para otros tal vez son fechas de soledad, que quieren que pasen rápido. Pero sin duda que son fechas especiales, y por un motivo. Hoy, Sandra, nos venís a hablar de eso, ¿no?

Sandra: Sí, pensé en traerles una reflexión sobre estas fechas, que si vamos a la Biblia tenemos algunos piques, como decimos en Uruguay, algunos tips o algunos consejos que nos ayudan a pensar en la sabiduría que la Biblia nos alcanza. ¿Te parece compartirlos?

Victoria: ¡Claro que sí!

Sandra: Yo pensé en ir al libro de Lucas, que es uno de los evangelios que relata el nacimiento de Jesús, y en el capítulo 1, versículo 41 al 43 dice lo siguiente: “Cuando Isabel oyó el saludo, el niño saltó de alegría dentro de ella. Elisabet, llena del Espíritu Santo, dijo en voz alta a María: —¡Dios te ha bendecido más que a todas las mujeres! Y también ha bendecido al hijo que tendrás. ¿Por qué has venido a visitarme, tú que eres la madre de mi Señor?” Esto nos plantea un escenario antes del nacimiento de Jesús, que es el de dos primas que se encuentran. Las dos habían sido visitadas por un ángel y a las dos el ángel les dijo tremenda noticia. Imaginate, Victoria, si a vos te aparece un ángel y te dice tremenda noticia. Fue impresionante para Elisabet, que ya estaba entrada en años, ya a esa altura inesperada, embarazada con un hijo que iba a ser tan importante como Juan el Bautista. Y ni que hablar de María, que no estaba desposada todavía y estaba esperando a nada más y nada menos que el salvador, el Mesías esperado por los judíos, que en ese momento se preguntaban si vendría como un rey, pero el ángel se le aparece a una muchacha y le dice esto.

Yo les quería dejar acá una primera enseñanza que tiene que ver con el encuentro de estas dos mujeres parientas, las dos con grandes noticias y que se visitan. Hay algo muy interesante que es que Elisabet ve venir a María, aparte de que el niño se mueve, ella reconoce y valora a María que viene con esa noticia tan importante. Esto no se da muy comúnmente. Si nosotros pensamos en nuestra cotidianeidad nos damos cuenta de que generalmente competimos, tanto las mujeres como los varones, acá estoy hablando de las mujeres porque es un programa para mujeres, pero sabemos que también los varones compiten mucho por la jerarquía, por el poder, por la plata que tienen, por todo. Los seres humanos competimos. Acá tenemos a dos mujeres que podrían haberse puesto a competir, a decir cosas como “bueno, pero a mí me vino a visitar primero el ángel”, o “mi hijo también va a cumplir un rol importante”. Sin embargo, no vemos nada de eso. Vemos dos mujeres que se encuentran y se reconocen la una a la otra como privilegiadas de Dios, se honran la una a la otra y se ayudan. Se visitan y comparten ese momento tan especial.

Yo quería invitarlas en este primer consejo a pensar en cómo nosotros a veces, aun en el ámbito cristiano, competimos unos con otros, ¿no? Y ahí aparecen mujeres en la iglesia con diferentes posiciones, las que creen que son mas distinguidas, o que son esposas del pastor, o que son pastoras, o hablando de varones también, los que son más importantes, con un cargo jerárquico mayor, gente que quiere ser la más grande. En lugar de competir, yo les invitaría a que en esta navidad podamos estar cada vez más llenos del espíritu, porque lo que nos dice ahí en Lucas es que Elisabet estaba llena del Espíritu Santo, y el Espíritu va en contra de todo eso. El Espíritu de Dios no nos alienta a ser tan egoístas y competitivos, sino que nos alienta a ser sencillos y amables. Así que la primera lección para esta reflexión es que la Navidad nos invite a dejar la competencia de lado, a aflojar el estrés por competir tanto, y que nos invite a la amabilidad y que nos invite a ser sencillos delante de Dios, a valorar al otro como mejor que yo, y también valorar lo que Dios me ha dado, pero no en competencia.

Victoria: El poder llegar a estas fechas de final de año, no como queriendo llegar antes que el otro, sino poder llegar con el otro.

Sandra: Exacto.

Victoria: Qué importante que es esto. ¿Qué otro consejo tenemos en estos tiempos?

Sandra: Bueno, si querés nos metemos en el nacimiento mismo.

Victoria: Buenísimo.

Sandra: Porque eso es lo que deberíamos recordar en esta Navidad, y tratar de pensar en este segundo consejo, que es que el protagonista de la Navidad es un niño. Por supuesto, pensamos en Jesús, el enviado de Dios, pero no sé si siempre nos ponemos a pensar en las características de los niños. Hablábamos en otro programa contigo acerca de lo que ha implicado para mí ser abuela, y una cosa que a mí me da, más allá de que yo ya haya criado a dos hijos, es la responsabilidad y a veces el cuidado para que no se lastime. Cuando vamos a cruzar la calle agarrarle fuerte la mano, cuando recién nació y lo tenía que sostener, que no se cayera, esas cosas que, aunque uno tenga experiencia quiere cuidar. ¿Por qué? Porque los niños son indefensos, porque los niños son muy dependientes de los adultos, y si los adultos no somos cuidadosos ellos peligran su vida, si no los atendemos, si no los cuidamos. Es interesante que Jesús vino como un niño indefenso. Y tenemos que buscar qué es lo que Dios nos quiere comunicar con esto, porque no era necesario que viniera como un niño, podría haber venido como adulto, a salvarnos y listo. Sin embargo, Dios prefiere que venga como un niño indefenso. Y los adultos pasan a un segundo plazo, son los adoradores, los que lo cuidan, pero el protagonista en el pesebre siempre es el niño. El protagonista es un niño indefenso. Es interesante que la salvación no viene ni por una estrategia militar pensada por adultos, ni por una persona super inteligente e iluminada que vino a plantear cómo nos teníamos que salvar, sino que la salvación viene por un niño que llega a este mundo indefenso.

Eso nos tiene que hacer pensar en otros indefensos, en otros débiles. Y pensaba en quiénes son los indefensos y los débiles de nuestra sociedad hoy. Los enfermos, los niños y las niñas, las personas con discapacidad, los migrantes, los indocumentados, los indígenas. Tenemos que pensar en qué tienen ellos para enseñarnos a nosotros. Porque en esta lógica de que el niño es quien nos vino a traer salvación y no nosotros salvación al niño, también tendríamos que pensar: éstos débiles de la sociedad de hoy, ¿qué tienen para aportarnos? Y no pensar que somos nosotros los sabiondos que venimos a ayudarlos, o pensar “pobrecito este pobre, le voy a dar algo de lo que me sobra”. Sino tratar de aprender, que esta Navidad nos lleve a reflexionar acerca del niño que fue Jesús y cómo ese niño nos acercó la salvación. De la misma manera, de una manera práctica, miremos a nuestro alrededor a ver cuáles son los frágiles que Dios nos muestra y qué tienen para enseñarnos. Muchas veces he escuchado a hermanos o hermanas que dicen “fui a dar y terminé recibiendo”. Es un ejercicio de esto, de reconocer que aprendemos más de lo que damos. Hay una frase que me gusta mucho y dice “entre pañales y olor a establo, reposa la esperanza del mundo”. Es fuertísima es frase, ¿no?

Para ir terminando, quería contar dos datos más. Uno es una frase de un teólogo llamado Pedro Casaldáliga, y dice: “Hay que nacer de nuevo, desnudos como el niño, descalzos de codicia, del miedo y de poder, sobre la piedra roja. Hay que nacer de nuevo, abiertos al misterio, ungidos de esperanza”. Y bueno, el mundo les da un tratamiento distinto a los niños. De hecho, hay un 65% de niños, niñas y adolescentes que viven en situación de calle en Latinoamérica, explotados sexualmente, por ejemplo. Que los cristianos podamos reconocer en este mensaje de la Biblia que en los niños y en los desprotegidos está la clave del evangelio.

Victoria: Es lo que decía Jesús también, que cuando se haga bien para con alguno de los pequeñitos o cuando se visite a alguien que está en vulnerabilidad, se lo hace al mismo Jesús.

Sandra: Es que Dios se revela en ellos. Así que dejemos de buscar a Dios en las imágenes, en las estatuas, y busquemos a un Dios que se revela en los más frágiles como se reveló en un niño que llegó para salvarnos.

Victoria: Bien, ese es el segundo consejo, entonces, para estas fechas especiales. ¿Con cuál seguimos, Sandra?

Sandra: Bueno, vamos a seguir con un versículo en Lucas 1:77-79 que dice: “Le dirás a su pueblo que ya tiene salvación, pues Dios perdona sus pecados. Dios nos ama tanto, que desde el cielo nos envió un Salvador, como si fuera el sol de un nuevo día. Él salvará a los que viven en peligro de muerte. Será como una luz que alumbra en la oscuridad, y guiará nuestros pasos por el camino de la paz”. Qué lindo que es poder escuchar que hay esperanza en un mundo que está desesperanzado, y que a pesar de todos esos problemas que agobian el mundo, la Biblia nos cuenta que ha llegado la luz y la salvación a nuestra vida. Jesús es esperanza, Jesús es redención, Jesús es salvación, y Jesús, como nos dice acá, es luz. Así que me gustaría dejarles como tercer consejo a las amigas y a todos los oyentes, que la Navidad es una fiesta de esperanza. Por más que la gente a veces la vida como una fiesta que es un bajón, que no quiere vivirla, que le trae encuentros familiares que prefiere no tener, la Navidad es una fiesta de esperanza porque nos habla de Jesús. La Navidad nos habla de un Jesús que es la luz en la oscuridad, también en esa oscuridad de los problemas familiares. Es el Jesús que puede orientarnos como un faro orienta en el medio de una tormenta. Yo no soy navegante pero los que lo son y han pasado por alguna tormenta saben lo importante que es ver un faro y saber a dónde ir. Me ha tocado estar caminando en un lugar de oscuridad completa y no saber qué pisaba, ¡qué importante que es tener una luz en esos casos! Esa es la función que Jesús ha venido a traer al mundo. Él no ha venido a traer tradiciones religiosas.

Quizás no importa tanto si tenés árbol o no tenés, si tenés sidra o no, si tenés regalos o no, todas esas cosas que hemos armado los seres humanos y que a algunos les gusta mucho, a otros más o menos. El significado real de la Navidad no está ahí. El significado de la venida de Jesús tampoco es aplicar un código moral como una cosa para enjuiciarnos a todos. El significado de Jesús es que vino a ofrecernos luz para vivir diferente en este mundo caótico. Vivimos en un mundo oscuro, en medio de tinieblas, y todos los que hemos estado en oscuridad completa sabemos lo importante que es encontrar una luz que nos oriente. Esa es la salvación, él nos viene a ofrecer una manera diferente de vivir, que es sirviéndolo a él, que es siguiendo sus pasos, nos ofrece esa esperanza. Hay un conocido sacerdote que ya falleció y tenía una frase que a mí me gusta mucho. Dice así: “En esta noche la luz que fulgura en Belén es el signo de nuestra esperanza. La Navidad es un mensaje de optimismo que yo quisiera clavar muy adentro del corazón de cada cristiano para que esta noche marque el principio de un reino de Dios que se espera con seguridad”. Y esa creo que es la esperanza que Jesús nos vino a traer. Que cada uno de nosotros podamos prendernos fuerte de ese significado y dejar todas las demás cosas accesorias en segundo plano.

Victoria: Lo que si lo soplamos volaría, dejarlo.

Sandra: Exacto. Que nos quedemos con el verdadero significado, que nos aferremos a esa luz y a esa esperanza, ese es mi deseo para esta Navidad para todas nuestras amigas y nuestros amigos que nos escuchan.

Victoria: Muy bien entonces, feliz Navidad, Sandra, muchas gracias por acompañarnos.

Sandra: Muchas gracias, feliz Navidad para ustedes también.

Victoria: Amigas, la semana que viene volveremos con más Entre Amigas. ¡Feliz Navidad para todas!

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