Ministerio Lucas – Salud mental

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La licenciada Graciela Ribas nos cuenta sobre Ministerio Lucas, un ministerio destinado a fomentar la salud mental. Nos cuenta sobre las puertas que Dios ha abierto en diferentes lugares, y cómo ha crecido el ministerio alcanzando así a más personas para Cristo. Te invitamos a aprender más de la importancia de cuidar nuestra salud mental y espiritual en el día a día, y conocer de este ministerio que está siendo de bendición para tantas personas.


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EA773 – Entre Amigas –
Ministerio Lucas – Salud mental



Entrevista a Graciela Ribas

Victoria: Bienvenidas a Entre Amigas, ha llegado el momento de la entrevista. Hoy nos encontramos con la licenciada Graciela Ribas que va a estar contándonos acerca de un trabajo diferente y muy importante que se está realizando, no solamente en iglesias, sino que en la sociedad. Vamos a estar hablando de salud mental y de lo que es el ministerio Lucas. Graciela, muchas gracias por compartir con nosotras.

Graciela: No, gracias a ustedes por invitarme y darme la oportunidad de poder hablar de este trabajo que ha tenido un gran impacto en nuestra población. Porque en realidad de lo que se trata es de llevar salud mental a las personas, a las familias, y también a los grupos. Nuestra idea es poder ayudar en la orientación y en el apoyo psicológico de los distintos conflictos de las personas. Sabemos que hoy por hoy vivimos en un mundo muy complicado, atravesado por violencia, por consumos problemáticos, y que las personas realmente necesitan una orientación, porque es en la mente, en nuestra alma donde se asientan nuestros pensamientos y nuestros sentimientos, y a veces solos no podemos salir adelante, sino que necesitamos una ayuda extra. La idea es poder ayudar a las personas a tener una salud integral. Somos más que un cuerpo, por lo tanto debemos estar atentos también a las necesidades de nuestra psiquis.

Victoria: Te quiero hacer rápidamente dos preguntas: Primero ¿Cómo surgió y cuándo? Y segundo, ¿por qué el nombre Ministerio Lucas?

Graciela: Bueno, Ministerio Lucas es por el apóstol Lucas, que era médico. Nosotros hacemos mucho hincapié en la salud, queremos vidas saludables, queremos hábitos saludables para las personas, porque creemos que de eso se trata, en parte, el tener éxito en la vida. Surgió como un proyecto que viene realmente del corazón de Dios, porque era algo que en algún momento en nuestra iglesia local se había comenzado y se había dejado. Nuestra primera intención fue abrir la iglesia a la comunidad, al barrio. Que fuera una iglesia de puertas abiertas donde los cristianos pudiéramos hablar, levantar la voz, tener nuestras intervenciones y oportunidades para formar parte del colectivo comunitario. Sobre todo de las redes de salud, los institutos de enseñanza, poder realmente tener una voz y un voto en los diferentes temas que hacen a la comunidad. Entonces la forma de poder salir fue crear este ministerio para crear programas de salud que llevan no solamente a la salud mental, sino también a la sanidad espiritual.

Victoria: Tu no estás trabajando sola, ¿no? Estás trabajando en un equipo. ¿En qué áreas trabajan? ¿Cuáles son las tareas de cada uno?

Graciela: Sí, realmente es un ministerio que está formado por varias personas, donde la mayoría hacen un trabajo de consejería espiritual. Trabajamos a partir de la Biblia, de las enseñanzas que Jesús nos ha dejado para tener una vida realmente en paz y en armonía con él. Ellos hacen una consejería espiritual, una sanidad espiritual y luego yo hago la consulta psicológica como corresponde, con test, con orientación vocacional, de acuerdo con el motivo de consulta que la persona trae. Tratamos todo tipo de consulta, y hacemos una intercesión, o sea, oramos por el estado de salud de esa persona o por el motivo que esa persona trajo ese día. Trabajamos con todo tipo de población, con niños, con jóvenes, con adultos, y hemos trabajado también con adultos mayores.

Victoria: El equipo de trabajo, en su mayoría son mujeres, ¿verdad?

Graciela: Sí. En su mayoría son mujeres, pero tenemos dos jóvenes que ayudan mucho en la parte de multimedia para preparar los materiales para los talleres, y también está mi esposo que nos acompaña y que hace de chofer para trasladarnos de un lugar a otro. Nuestras expectativas es que ingresen más personas a ayudarnos. Necesitamos ayuda porque Dios va abriendo puertas cada vez más importantes y significativas, y se multiplican las oportunidades, por lo que necesitamos muchas más personas que colaboren. Incluso dos personas del equipo han hecho cursos de agentes comunitarios, o sea, se han preparado y diplomado en temas que hoy se hablan en el mundo como drogas, violencia, diversidad sexual, una cantidad de cosas que les permite tener una mirada más enriquecida. Si bien sabemos que Dios es nuestro sanador, y que es el principio y el final de cada cosa, también sabemos que Dios ha puesto estas herramientas para que sean de bendición, siempre y cuando estén dentro de su propósito. Entonces la idea es prepararnos, por más de que Él nos prepara, nos capacita, nos perfecciona, nosotros estamos tratando de poner lo mejor. El personal es un equipo muy comprometido con la tarea, realmente amamos lo que hacemos y tratamos de, dentro de lo posible, perfeccionarnos.

Victoria: Y además tienen una muy grande cantidad de trabajo, me contabas que en un año han logrado alcanzar muchísimas más personas de lo que esperaban.

Graciela: Sí, la verdad es que sí. Hemos alcanzado y superado las expectativas que teníamos para este ministerio. Nosotros queremos servir al Señor y servirle con excelencia, estamos comprometidos totalmente, no dejamos nada por fuera, a todo le decimos que sí, porque realmente queremos llegar a las personas.

Nuestra primera intención fue trabajar con la gente del barrio, ayudándolos a aclarar sus mentes y a establecer proyectos de vida. Luego nos dimos cuenta de que las personas llegaban de todos los barrios de Montevideo, no solamente de nuestras iglesias, y llegamos a tener más de 500 personas. Entonces vimos realmente la necesidad de abrir un brazo nuevo en el ministerio, que fueron los trabajos grupales dentro de la comunidad. Por eso hemos recibido la invitación de trabajar en escuelas secundarias, en cooperativas de viviendas, en grupos de mujeres, en oratorios, en diferentes grupos informales de jóvenes, con chicos con problemas de adicción y en casas de rehabilitación, hemos trabajado en muchos lugares y nos vimos sorprendidas y desbordadas por la gran necesidad que hay en el mundo de llevar las enseñanzas y los valores cristianos. Realmente pudimos ver la paz que eso trae y el cambio que se ve en las personas, en la alegría con la que nos esperan, en cómo nos reciben, sin siquiera preguntarnos qué vamos a decir, o qué vamos a hacer. Hay una confianza, Dios ha abierto esa puerta y nos ha dado la plena victoria porque ni siquiera están encima de nosotros ni nada por el estilo, sino que muchas veces nos dejan solos, nos invitan a seguir yendo, e incluso quieren que hagamos trabajos seriados. Lo importante es que hemos podido amalgamar, cada vez que vamos, un lenguaje nuevo. Si bien vamos de Dios, no vamos con la Biblia en la mano sino que llevamos un versículo con palabras que puedan entender, con un lenguaje adecuado, no repetimos frases ni bendiciones, sino que damos la misma idea con otras palabras, adaptamos el lenguaje y nos adaptamos a las necesidades de la gente. Nosotros no vamos con un mensaje impuesto, sino que tratamos de, a partir de las necesidades de la persona, ver cómo podemos ayudarla desde nuestra mirada. Intentamos que nuestra mirada sea complementaria a la de quienes nos están esperando, y así hacer un enfoque más integral de los temas con los que tratamos.

Victoria: Qué importante que es que una persona se de cuenta de que necesita ayuda psicológica. Tantas veces hablamos de que si nos lastimamos, todo el mundo nos dice que vayamos al doctor. Pero, los uruguayos, y quizás en otros lugares también, cuando vemos algo que está mal nos cuesta detectarlo y nos cuesta pedir ayuda. Qué parte tan importante esta, ¿no?

Graciela: Sí, y sobre todo el tema de la salud mental, a pesar de que los tiempos han evolucionado, de que hemos ido cambiando y que todo se ha ido naturalizando, la salud mental también. O sea, las personas han podido entender que la salud mental es un proceso que se va haciendo día a día a partir de nuestras decisiones, de nuestras actitudes, que va cambiando todos los días, y que no necesariamente es tener una enfermedad mental o la ausencia de la salud mental, sino que, por el contrario, la vamos construyendo a partir de nuestras amistades, de nuestro tiempo libre, de nuestras actividades, de nuestros pensamientos. La gente hoy por hoy consulta porque se mudó de un barrio, porque no se adaptó a la escuela, y no porque está delirando o porque siente voces que le hablan. Por eso es importante llevar la salud mental en el día a día. Sobre todo, dentro de las iglesias. Hay que darle un lugar importante a la salud mental, yo me he encontrado con una barrera en esta área, de que si bien Dios es omnipotente, es todopoderoso, Él también ha creado estas herramientas para ayudarnos.

Me viene a la mente el ejemplo de una compañera de clase que me decía: Yo tengo anorexia, vivo internada, tengo grandes problemas, quiero ir a atenderme al Ministerio Lucas pero mi papá no me autoriza porque dice que yo tengo que orar y clamar a Dios. Dice que estoy endemoniada y que de esa forma voy a poder salir adelante. Y ella no ha podido ir a consulta, y cada día está más deteriorada mentalmente, porque lo mental a veces es una barrera para acceder a lo espiritual. Cuando esa barrera se rompe, cuando esa muralla cae, lo espiritual se trabaja más. Yo creo que Dios quiere trabajar en eso, en mover todos esos bloqueos emocionales para que se pueda plantar realmente la semilla, porque si no, no podemos acceder a las personas.

Victoria: Preparar la tierra para que sea buena tierra.

Graciela: Exactamente.

Victoria: Graciela, ¿qué es lo que se viene de aquí en más? ¿Qué proyectos tienen por delante?

Graciela: Bueno, realmente Dios está con nosotros. Como dice en Apocalipsis 3:8, “(…) He aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar (…)” Nosotros tenemos ese versículo en la espalda de nuestras remeras, porque sabemos que Dios está abriendo puertas de bendición, hacia la violencia, hacia el consumo, y hacia la reflexión. Tenemos muchísimos proyectos por delante. Queremos continuar con los trabajos que ya venimos haciendo porque nos gustaría poder evaluar, poder ver cuáles son los indicadores que se mueven a nivel de nuestra población, y a partir de eso proyectar nuevas intervenciones puntuales en las diferentes áreas. A mi especialmente me gustaría poder abrir otras puertas. Yo pienso que primero arrancamos por lo personal, luego por lo familiar, luego por lo grupal, ahora estamos en lo comunitario, y a mi me gustaría llegar al lugar de trabajo. Yo creo que el trabajo es parte de la salud mental, porque el trabajo dignifica a la persona. Pero para que eso suceda tiene que ser un lugar agradable, sin conflictos, sin roces interpersonales, estar satisfecho, poder volver con alegría, dar la milla extra en ese trabajo, y Dios ha puesto en mi corazón poder llegar a esos lugares. De repente hay un costurero donde está doña María con cuatro o cinco vecinas trabajando que se conocen, que se quieren, pero que tienen determinados conflictos o planteos que solas no los pueden resolver. A mí me gustaría ofrecer este ministerio para poder ir allí y ofrecer un tipo de abordaje con dinámicas grupales, con juegos, con teatro, con música para poder aceitar el camino y que se vea realmente la gloria de Dios en ese lugar. Que nada entorpezca su amor y su transformación en la vida de esas personas. Hay muchas veces que las personas no tienen posibilidades porque no pueden acceder a ellas, pero este ministerio está abierto a la posibilidad de que lo puedan hacer, porque Dios es bueno, es fiel, y es poderoso.

A toda mujer que nos está escuchando, le quiero decir que se den ese minuto para escuchar la Palabra de Dios, para escuchar ese mensaje, porque cuando lo escuchamos y sentimos que viene de Él, la victoria está segura. De su mano, la victoria está segura. Y que las mujeres sí podemos hacer cosas, y sí, las mujeres podemos ser canales de bendición y podemos hacer muchas cosas y dar lo mejor de nosotras mismas cuando nuestra vida es puesta al servicio de Dios. Así que animo a todas las mujeres que nos están escuchando a que acepten nuestra propuesta, estamos a las órdenes por cualquier consulta.

Victoria: Muchísimas gracias, Graciela. Seguramente vamos a estar compartiendo algunas otras entrevistas en Entre Amigas. Las animo a que con lo que tengan, puedan servir a Dios. Él puede abrir las puertas. ¡Hasta la próxima!

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