La familia, la base de la sociedad

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Escuchamos a la orientadora familiar Yanina Cossime, quien nos cuenta acerca de la importancia de la familia como célula base de la sociedad. Te invitamos a conocer sus consejos prácticos para los padres y reflexionar acerca de la influencia de la familia en el desarrollo de las personas.


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EA 1111 – Entre Amigas –
La familia, la base de la sociedad



Entrevista a Yanina Cossime

Victoria: Bienvenidas, amigas, a un nuevo programa de Entre Amigas. En los próximos minutos vamos a conversando junto a nuestra columnista y orientadora en temas de familia, Yanina Cossime, a quien le damos la bienvenida. Hoy vamos a hablar de la importancia de la familia como base de la sociedad, pero antes te saludo, Yanina, ¿cómo estás?

Yanina: ¡Hola! Muchas gracias por la invitación, como siempre.

Victoria: Vamos a estar hablando de la importancia que tiene el hogar a la hora de permitirnos adquirir determinadas competencias personales y laborales, así que te vamos a pedir, Yanina, que nos expliques un poco más sobre el rol de la familia, qué tipo de herramientas ofrece la familia a quienes la integran y otros elementos que también vos mencionas a la hora de hablar de la familia como un elemento importante para el desarrollo.

Yanina: Nosotros siempre hablamos de que la familia es la célula básica de la sociedad. Es algo que parece un dicho super trillado, pero a veces se va desdibujando su importancia. No solo tiene importancia a la hora del cuidado de los niños, del cuidado de las personas enfermas o de las personas mayores, sino que además de todo eso, forja la personalidad de los niños, contiene a las personas adultas en su afectividad, y todo eso tiene que ver con algo que en otras latitudes sí se tiene en cuenta, que es que la familia es la formadora del capital humano, de las personas. No solamente en la cantidad de personas para el mercado laboral y para el consumo, sino de las personas como trabajadoras, como fuentes de trabajo humano, y depende de la calidad de la educación y de la orientación que se tenga en la familia, es el recurso humano que va a estar disponible para las empresas y para el estado como fuerza laboral. Eso muchas veces se pierde de vista. Por eso es muy importante la familia en ese sentido, como forjadora de seres humanos para la vida social, pero también como recursos humanos a la hora del trabajo.

Victoria: Muy bien, vos lo planteás ahora como una aclaración de cómo debería ver la sociedad a la familia, pero también creo que la propia de la familia debería darse cuenta de que es responsable de crear esa capacidad y competencia, tanto en lo personal como en lo laboral. ¿De qué manera la familia transmite esos conceptos y esas enseñanzas?

Yanina: Hay capacidades técnicas que uno las aprende en la escuela, en la facultad, en un oficio. Pero hay otras capacidades, que se las llama las capacidades o habilidades blandas, que tienen que ver con la socialización, la comunicación, la empatía, que son necesarias para la vida en comunidad, la convivencia y el trabajo. Eso se aprende en la familia. Por ejemplo, una virtud que es la laboriosidad, las ganas de trabajar, o si no hay ganas de trabajar el esfuerzo del trabajo, porque se considera el esfuerzo como bueno por los resultados que se tienen. Eso se aprende en la familia desde muy temprana edad, por ejemplo, con el tema de colaborar en casa.

Hay mamás o papás que no dejan que sus chicos trabajen en casa porque es más rápido cuando lo hace uno mismo. Eso parece una pavada, pero es muy importante que los chicos colaboren en las tareas del hogar. No que trabajen en el sentido de que ellos se hagan cargo o que sean responsables desde muy temprana edad, pero que sí, a medida que vayan creciendo, se vayan involucrando en las tareas del hogar. Eso hace, primero, que los chicos aprendan a trabajar en equipo, habilidad fundamental para la vida social y para la vida en trabajo. Que cada uno se haga cargo de una tarea, y la suma de todas las tareas va a favorecer al gran equipo que es la familia, porque si no toda la responsabilidad cae sobre una persona, que se desgasta. Eso se aprende en la casa. El trabajo en equipo, el responsabilizarse por una tarea, la empatía. Son habilidades blandas que se aprenden en el hogar.

Y tiene que ver, también, en forma indirecta, en el desarrollo de la autoestima de los chicos y de sentirse capaces frente a los desafíos que les presente el mundo. Eso también es responsabilidad de los papás. No se genera solamente con decirle cuánto los queremos, cuán lindos son y que son el propósito de nuestro esfuerzo, sino que ellos necesitan aprender a saberse y sentirse capaces para enfrentar los desafíos. Por eso es muy importante que desde temprana edad puedan asignárseles tareas. Lo importante es que esas tareas sean conforme a sus capacidades y a su edad, y al mismo tiempo que siempre sean desafiantes y no excesivas. Porque si no, se frustran de más. En el enseñar hay tres pasos: enseñar lo que uno quiere que se haga, o sea, mostrarlo, después acompañarlo una y otra vez, o sea, hacerlo juntos y con alegría, y, por último, después de que aprendió a hacerlo, exigir el control de que se haya hecho. Pero eso irá sucediendo conforme a la edad del niño. Al principio lo bueno es felicitar el esfuerzo.

Victoria: Y todo eso se traslada, ¿no? Todas esas herramientas que le transmitió el hogar luego pueden ser reforzadas en otros ambientes como la escuela, el liceo, un club, la iglesia, donde sea. Pensando también en cuando los padres envían a sus hijos a un campamento o a algún lugar lejos de casa, que se pueden desempeñar mejor en las situaciones que enfrenten también, ¿no?

Yanina: Claro, porque sirve para todo, porque el chico se siente capaz como consecuencia de haberlo aprendido en casa. Y lo que decías de la escuela, la iglesia, el club, la primera socializadora es la familia, es la casa. Es la primera que enseña a socializar, el tema del trato, el tema del orden, todo eso se aprende en casa. Después cuando va a la escuela, que debería ser la segunda socializadora, ahí es cuando surgen muchos problemas. Cuando chicos que no están socializados debidamente en sus hogares van a la escuela y son chicos que no se les puede regañar, no saben cumplir con instrucciones, no saben mantener el orden, y todas esas cosas lo que hacen en realidad es perjudicar al niño.

Porque los mismos niños van a dejar de lado al compañero que pega y no sabe compartir, no sabe ubicarse, al que molesta. Ese niño no se adapta, porque no está socializado, y se termina perjudicando. Entonces, por no esforzarnos en esa socialización primaria que se debe hacer en la familia, lo que hacemos es perjudicar a nuestros hijos. A veces los padres no somos conscientes de eso. La socialización que hagamos en el hogar va a tener un impacto en la socialización que tengan en otros lados después. Si no aprendemos esas habilidades en nuestra casa las podemos aprender después, pero va a ser mucho más “doloroso” para el niño y para toda la familia, porque va a tener dificultades. Está bueno que los papás empecemos a tomar consciencia de la importancia de la familia y de ocuparnos de la familia en este sentido. Es muy importante en lo personal pero también para la sociedad.

Victoria: Yanina, el objetivo, como decías, es generar niños con autoestima fuerte, saludable, y que eso después se traslade a su vida futura, porque de eso se trata, ¿no? Preparar al niño para el siguiente nivel de vida a medida que va creciendo, un niño que se tendrá que enfrentar a un mundo de trabajo que le va a mostrar diferentes retos y ahí, de acuerdo a lo que ha aprendido podrá, o no, resolver esas situaciones que se dan. No solo en cuanto al trabajo concreto en sí, sino todo lo que hay alrededor. Porque como decías vos, trabajamos con más personas, socializamos con otros, y en eso tenemos que saber también relacionarnos y cómo llevar nuestras tareas a cabo.

Yanina: Y la autoestima no solamente sirve para enfrentar las tareas del trabajo, sino que es un factor protector frente, por ejemplo, cualquier situación de violencia. La autoestima es valorarse a uno mismo, entonces si a mi hijo estoy todo el tiempo gritándole, diciéndole que es un inútil, o con las miradas, las expresiones lo hacemos sentir menos, después no nos sorprendamos cuando en la escuela permita que otros chicos u otro adulto lo trate de esa manera, y más adelante en el trabajo también. O el chico que no sabe, ante el miedo de hacer una tarea nueva, como no fue educado en su casa para poder separar que sus logros personales no tienen que ver con su valor como persona, le da tanto miedo fracasar, porque entiende que si fracasa vale menos, que no se anima a asumir el reto, o lo vive con tanta ansiedad y con tanta angustia que se le terminan generando trastornos de ansiedad, de angustia, y todo lo que tienen muchos chicos hoy en día. Entonces es tremenda la importancia de enseñarles a sentirse capaces, de saber que somos todos diferentes y que tienen capacidades conforme a su edad y sus habilidades naturales para hacer algunas cosas, que para algunas más y para otras menos, pero que no tiene nada que ver con su valor personal.

Por otro lado, el tema de la comunicación y de la asertividad, esto de decir lo que quiero y lo que pienso, respetando al otro, pero manteniéndome firme en mi posición. En el trabajo en equipo sirve un montón también, porque marca el límite de que mi compañero no me explote y me haga hacer todo el trabajo a mí porque no quiere hacer nada, o a veces decidir hacer el trabajo yo por decisión personal y no porque no me quede otro. Todo eso es muy importante y se aprende en casa, o debería aprenderse en casa.

Victoria: ¿Y qué pasa cuando esas herramientas no estuvieron tan reforzadas, o nos damos cuenta de que no hemos aprendido esas cosas? ¿Hay una forma de compensar todo eso siendo adultos?

Yanina: Uno puede aprender. Yo he aprendido muchas cosas de grande. Debemos tener cuenta de que los seres humanos nos autodeterminamos, en cada decisión nos vamos moldeando a nosotros mismos. Quien yo quiero ser lo voy eligiendo en cada decisión para adelante. Quien soy hoy en día es resultado de mis decisiones pasadas y de mi entorno. Hay cosas que obviamente no las puedo elegir, como el entorno y mi genética. Pero qué hacer con eso, sí. Hay una frase que dice que somos hijos de nuestro pasado, pero padres de nuestro futuro. Entonces, si yo me doy cuenta de que no tengo algunas habilidades, por ejemplo, no puedo manejar correctamente mi frustración, uno puede corregir y trabajarlo. A veces es necesaria la ayuda de un profesional, a veces no, tal vez amigos y gente al nuestro alrededor nos pueden ayudar, pero el tema está en ponerse uno mismo el objetivo de cambiar eso y de hacerse responsable, no tercerizar la frustración, el enojo, lo que sea en otros.

No es que me hiciste enojar, yo me enojé. Vos podés haber hecho algo que provocó mi enojo, pero cómo yo me enojo es mi responsabilidad. Eso se puede trabajar, y el mejor amigo para lograr esos cambios es nuestra casa y nuestra familia. Los que somos papás muchas veces tomamos el reto de cambiar conductas para que nuestros hijos no pasen por lo mismo. Entonces si yo no sé manejar la frustración, o tengo un problema con mi autoestima y entiendo que se lo puedo transmitir a mi hijo a través del ejemplo o a través de como vivo, entonces me propongo a mí misma cambiar esa conducta en mí para darle herramientas a mi hijo para que él lo pueda enfrentar de una mejor manera. Pero sí se puede, porque el ser humano se autodetermina. Somos completamente libres para autodeterminar quiénes queremos ser.

Victoria: Muchas gracias, Yanina por compartir con nosotros este tiempo, y gracias, amigas, por acompañarnos una vez más en un programa de Entre Amigas. ¡Las esperamos la semana que viene!

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