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La Revelación del Hijo de Dios 
(1ª parte)

Autor: Norbert Lieth

Es maravilloso cuando Dios,el Padre, atrae a un ser humano hacia Su Hijo Jesucristo. Los judíos en suconversión reconocerán en Jesús, no solamente al Mesías, el salvador anunciado,el crucificado, sino también al  Hijo deDios y al Hijo del hombre.


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PE1818 – Estudio Bíblico
La revelación del Hijo deDios (1ª parte)



Estimados amigos oyentes, los judíos en suconversión reconocerán en Jesús, no solamente al Mesías, el salvador anunciado,el crucificado, sino también al  Hijo deDios y al Hijo del hombre. En Jesús, encontrarán a quien es en verdad Dios, yen verdad ser humano.

En Zacarías 12:10 al 14, Dios, el Señor,dice:“Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores deJerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quientraspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por élcomo quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá gran llanto enJerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el valle de Meguido. Y latierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David porsí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y susmujeres por sí; los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujerespor sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí; todos losotros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.”Es maravilloso cuando Dios, el Padre, atraea un ser humano hacia Su Hijo Jesucristo; cuando le abre los ojos a alguien, yesa persona recibe la gracia a raíz de un arrepentimiento profundo. Un jovenque había crecido en un hogar cristiano, me contó lo siguiente: “Antes pensabaque debía leer la Biblia porque era mi responsabilidad. Pensaba que si no lohacía, Dios me castigaría.

Pero, nunca quise convertirme realmente. Nopodía y no quería soltar el mundo, y llevaba una vida bastante desordenada. Undía, me encontraba en un culto y, repentinamente, fui tocado en lo más profundode mi ser. Vi mi vida perdida, a tal punto que tuve que llorar. Esa experienciallevó a un arrepentimiento profundo en mi interior y me convertí. De repente,todo fue diferente. Más adelante, noté que ya no hacía algunas cosas que anteseran totalmente normales para mí. Hoy, Jesucristo es lo más importante y lo másgrande para mí.”

¿Qué sucedió con este joven? El EspírituSanto tomó su vida y lo guió a Jesús; le abrió los ojos y lo sacó de laceguera.

Algo similar le ocurrirá un día a todo elpueblo de Israel. Al ser despertado por el Espíritu Santo, será sacado de suceguera, y conocerá a Jesús como el Hijo de Dios, siendo llevado alarrepentimiento. Eso será la conversión nacional del pueblo judío (mencionadaen 2 Co. 3:16). La forma en que Dios lo hará está descrita en los cincoversículos citados al comienzo, de una forma que impresiona. Los mismos son unafuerte prueba de que Dios no se ha rendido con Su pueblo.

Veamos cómo se producirá: El gran cambio.El gran cambio ocurrirá en medio de la mayor aflicción del pueblo judío. Todaslas naciones irán en contra de Israel y combatirán contra él. En Zacarías 12:9dice:“Y en aquel día yo procuraré destruir a todas las naciones quevinieren contra Jerusalén”. El poder del Señor se hará evidente en Suira frente a los ejércitos que se levanten contra Israel. Pero, el poder de lagracia de Dios demostrará ser para la salvación de los judíos. Por otra parte,no será el problema externo el que lleve a Israel al cambio interno, no será laaflicción de la gran tribulación, ni el ataque de sus enemigos, sino la accióndel Espíritu Santo. Así leemos en el vers. 10:“Y derramaré sobre lacasa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y deoración”. Si Dios no hiciera esto, Israel nunca encontraría el caminode regreso a su Señor. Pero, Dios lo hará porque Él lo ha prometido, y alhacerlo mirará a Su Hijo. Israel debe conocer al Hijo de Dios, y esto solamentepuede ser posible a través del Espíritu de Dios.

Cuando Jesús tomó la Santa Cena con Susdiscípulos, introdujo un nuevo pacto, el nuevo pacto en Su sangre (del cualleemos en Mt. 26:28; Mr. 14:24; Lc. 22:20; y 1 Co. 11:25). Ese pacto se basa enla obra redentora de Jesucristo, pero su efecto se da a través del Espíritu deDios. El pueblo judío es guiado hacia este nuevo pacto, que ya ha sidoanunciado a través de los profetas. Dejemos hablar a algunos versículos bíblicosal respecto:Ez. 11:19 y 20:“Y lesdaré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré elcorazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón decarne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y loscumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a ellos por Dios”.Ro. 11:26 y 27:“Y luegotodo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion elLibertador, que apartará de Jacob la impiedad. Y este será mi pacto conellos, cuando yo quite sus pecados”.Ez. 37:26:“Y haré conellos pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y losmultiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siempre”.Y, por último, He. 8:8 al 11: “Porquereprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en queestableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto; nocomo el pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano parasacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mipacto, y yo me desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, estees el pacto que haré con la casa de Israel. Después de aquellos días, diceel Señor: Pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazónlas escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí porpueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano,diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menorhasta el mayor de ellos”.

En el pacto a través de Moisés, que se basaen la ley del Sinaí, Dios dice en Ex. 19:5: “Si vosotros…, seréis”. En el nuevopacto, sin embargo, en He. 8:10 y 12, dice: “Haré”. Bajo el pacto de Moisés, laobediencia provenía del temor, pero bajo el nuevo pacto, la obediencia vienedel Espíritu, que da un corazón dispuesto. Este pacto operará en Israel unarrepentimiento  profundo y la graciacorrespondiente. La gracia del Espíritu Santo lo llevará hacia el Salvadorcrucificado, como dice Zac. 12:10: “Y mirarán a mí, a quien traspasaron”.

El pueblo judío no es llevado a lasalvación sin tomar en cuenta la cruz, sino siendo llevado directamente haciala misma. El pueblo que durante siglos no le ha prestado atención, que en laslecturas en la sinagoga siempre se salteaba Isaías 53, es llevado al Gólgota,ya que allí fue alcanzada la salvación para ellos. Aquí queda claro aquello queMoisés ya señaló proféticamente en el desierto, al levantar una serpiente debronce. Los israelitas habían pecado gravemente, su alma se llenó deimpaciencia, hablaron en contra de Dios, murmuraron y despreciaron la comidaque el Señor les daba. A causa de eso, el Señor envió serpientes venenosas quemordían a la gente, de modo que muchos morían. En ese momento, los israelitasreconocieron la fatalidad y la consecuencia de su pecado y clamaron: “Hemospecado.” Moisés oró por ellos a Dios, y éste le hizo levantar una serpiente debronce. Toda persona picada y envenenada por una serpiente, podía ahora mirar ala serpiente de bronce levantada por Moisés y ser salva. Así leemos en Nm.21:9: “Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; ycuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, yvivía”.

La Biblia nos da claramente, aquí, unaprofecía acerca de la primera venida de Jesús, y de la actitud que el pueblo deIsrael tendría hacia la misma.

 

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