¿Habrá un templo de verdad en el reino de paz?

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Maqueta del templo de Hans Krosch. Representa a Jerusalén en el año 66 D.C.

Ezequiel 40-48

A veces encontramos la respuesta por medio de conclusiones lógicas. En Zacarías 14:4 leemos de la llegada de un gran rey celestial: “Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio.” A continuación dice en el versículo 8: “Acontecerá también en aquel día, que saldrán de Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.”

Cuando Jesús regrese a esta tierra habrá grandes cambios – aun en lo que respecta a la superficie terrestre. Los versículos citados nos revelan que una gran fuente de agua viva se abrirá en Jerusalén, y que una parte fluirá hacia el Mar Mediterráneo y una parte hacia el Mar Muerto. El profeta Ezequiel, quien también menciona muchos detalles apocalípticos, nos muestra exactamente dónde se encontrará esa fuente: “Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar” (Ez. 47:1).

¿De dónde viene el agua? Sale de debajo del templo. Y esa agua fluye, en parte, al Mar Muerto: “Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim será su tendedero de redes; y por sus especies serán los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande” (Ez. 47:8-10).

No había, y no hay, pescador alguno en En-Gedi, porque el agua del Mar Muerto tiene una concentración tan alta de sal y minerales, que no puede sobrevivir en él ninguna planta acuática ni ningún pez. La Biblia dice que el agua del Mar Muerto será transformada a través de aguas que llegarán desde Jerusalén, que incluso habrá muchos peces en En-Gedi. El Mar Muerto es real, y sus aguas hostiles a la vida también. Del mismo modo, entonces, es verdad el monte del Señor con el templo, porque de allí saldrán las aguas que devolverán la vida al Mar Muerto.

Reinhold Federolf

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