¿Qué significa invocar al Señor, a través de la oración, cuando estamos en angustia? Esta pregunta es respondida por las propias oraciones de David. En varias oportunidades aparece -por ejemplo- la expresión «clamar»: «Respóndeme cuando clamo, en mi angustia…clamé», «desde el cabo de la tierra clamaré a ti», «desde la angustia invoqué a JAH». David no hizo otra cosa sino pedir socorro al cielo. Aquí tenemos una de las llaves para ser definitivamente libres de la angustia. No es cuestión de hacer una sencilla oración, debemos clamar y suplicar si es necesario. Para comprender mejor este concepto, debemos detenernos y observar las oraciones del Señor Jesús al Padre, cuando El se encontraba angustiado. Tomaremos como ejemplo Sus oraciones y Su confianza en el Dios Todopoderoso. Puesto que desde una perspectiva bíblica, la expresión «invocar o clamar al Señor» tiene un significado mucho mayor. En Hebreos 5:7, leemos: «Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente». Si tomamos esta afirmación de manera literal, llegamos entonces a la irrefutable conclusión de que el Señor, verdaderamente, gritó, clamó y llegó al llanto de manera tal, que se le podía escuchar. No sabemos cuál era la distancia a la que se encontraban Sus discípulos en Getsemaní, pero con seguridad estaban profundamente dormidos, ya que no escucharon al Maestro. Lo que allí padeció nuestro Señor no podemos explicarlo ni tampoco entenderlo, pero ciertamente fue una situación límite. En Lucas 22:44 está escrito: «Y estando en agonía, oraba más intensamente». Pero si queremos saber con más exactitud el significado de: «… ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas…» a Dios, entonces tendremos que tomarnos el trabajo de estudiar más a fondo dichas oraciones.
Hay algo interesante que llama nuestra atención: Con excepción del texto citado, no se dice en ninguno de los Evangelios que el Señor comenzara a clamar o a gritar en la oración. Solamente Lucas hace alusión a esto utilizando la expresión: «oraba más intensamente». Mateo 26:39, 42 y 44, nos relata la situación de la siguiente manera: «Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú. Otra vez fue, y oró por segunda vez, diciendo: Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad. Y dejándolos, de fue de nuevo, y oró por tercera vez, diciendo las mismas palabras». Y en Marcos 14:35, 36, 39 y 41 dice así: «Yéndose un poco adelante, se postró en tierra, y oró que si fuese posible, pasase de él aquella hora. Y decía: Abba, Padre, todas las cosas son posibles para ti; aparta de mí esta copa; mas no lo que yo quiero, sino lo que tú. Otra vez fue y oró, diciendo las mismas palabras. Vino la tercera vez…» . Aquí vemos con mayor claridad el significado de la oración del Señor, ya que dos puntos llaman nuestra atención. ¿Quieren saber cuáles son? Acompáñennos entonces en el próximo programa, pues allí tendremos la respuesta. ¡Hasta entonces, y qué Dios les bendiga!