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Todos los días se presentan desafíos frente a nuestros ojos, ya sea en nuestra familia, trabajo, amigos. En todas las áreas, en algún momento, tenemos una muralla que derribar. ¿Cómo obtenemos la victoria en cada desafío?¿hay un secreto?… Elizabeth Kaitazoff nos habla de cómo enfrentar cada una de las circunstancias que se nos presentan en nuestra vida cotidiana.


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EA656 – Entre Amigas –
Victoria en la Vida Cotidiana (1ª parte)



Receta: Postre de bananas


Entrevista a Elisabeth Kaitazoff

Natalia: Hoy estamos con una amiga de la casa que es Elizabeth quien ya nos ha a acompañado en otros programas. Elizabeth trabaja con mujeres en distintas aéreas, pastoreando y guiando. Hoy vamos a estar hablando sobre  un tema bien personal. Como habitantes de este mundo tenemos una vida espiritual, y el tema es la calidad ¿Cómo la estamos viviendo?

Elizabeth: Claro, el tema que hoy vamos a compartir es como tener victoria en la vida cotidiana pero como un estilo de vida. Cuando pensamos que hay victorias, es porque también pensamos que hay batallas. El pueblo de Israel era muy consciente de esto, pero hoy en día creo que nos hemos olvidado un poco. Es como si camináramos en un campo minado y aunque no seamos conscientes el mundo espiritual sigue estando, y las batallas también.

Natalia: Creo que nos cuesta identificar de donde vienen los problemas que nos toca enfrentar. A veces pensamos que es por la familia, amigos o el trabajo pero si miramos más a fondo es un tema espiritual.

Elizabeth: Si debemos ir más al fondo de todas esas cosas, porque hay dos mundos espirituales opuestos entre sí. El bien y el mal. La Palabra de Dios nos dice, por ejemplo en Efesios 6 que no tenemos lucha contra sangre y carne. Ósea no es contra personas. Sino que tenemos lucha contra principados, potestades, gobernadores de las tinieblas de este siglo, y contra huestes espirituales de maldad. También nos dice que tenemos armas espirituales poderosas en Dios para destruir fortalezas. Ósea que Dios no solo nos advierte de las luchas sino que también nos da armas para enfrentarlas.

Dios también nos exhorta a que nos vistamos de toda Su armadura. En Efesios 6 también nos dice: Que nos vistamos para poder estar firme contra las asechanzas del Diablo. Que tomemos toda la armadura de Dios para poder resistir en el día malo y habiendo acabado todo estar firmes. Asique tenemos todos los elementos para enfrentarnos a esta batalla. El tema es estar conscientes de la batalla y poder aplicarlo en nuestra vida.

Natalia: ¿Qué principios podemos aplicar en esta batalla?

Elizabeth: Este tema me ha llevado a poder reflexionar y encontré tres principios a considerar para poder tener victoria cada día. Esto lo saque de la armadura que Dios quiere que nos pongamos para resistir. Al principio me costó entender lo que era la armadura de Dios, pero me di cuenta que Dios nos llama a tener un estilo de vida. Y esa armadura es un estilo de vida. Asique si nosotros vivimos bajo ese estilo de vida podemos tener victoria en la vida cotidiana.

Los principio a considerar son: Una vida de santidad, Una vida de oración, y Una vida de creerle a Dios. Estos tres principios están relacionados entre sí.

Natalia: Bien, hoy vamos a ver el primer principio que es una vida de santidad.

Elizabeth: A este principio Dios le da una gran importancia desde el Antiguo Testamento. Si pensamos en el pueblo de Israel en la entrada a la tierra prometida, uno de los requisitos era que se santificaran. Muchas veces Dios les decía: Santifíquense porque mañana Dios va hacer maravillas con ustedes. O cuando tenían que cruzar el rio Jordán también Dios se los pidió. Así ellos conquistaron ciudades tremendas como Jericó, que era una ciudad humanamente imposible de conquistarla. Dicen los historiadores que por encima de sus murallas podrían transitar carros, pero sin embargo todo eso callo porque ellos estaban obedeciendo a Dios y se habían santificado. Pero no paso lo mismo cuando tuvieron que conquistar una pequeña ciudad. Ellos fueron derrotados porque habían cometido pecado y no se habían santificado.  En Josué 7:13 vemos como Dios les dice a Josué: Levántate, santifica al pueblo, y di: Santificaos para mañana; porque Jehová el Dios de Israel dice así: Anatema hay en medio de ti, Israel; no podrás hacer frente a tus enemigos, hasta que hayáis quitado el anatema de en medio de vosotros. Tanto en el Antiguo  como en el Nuevo testamento Dios nos llama a ser santos como El es Santo. En 2° Corintios 7:1 nos dice: Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. Dios nos llama a que nos limpiemos de las cosas que nos contaminan. Y nos muestra dos tipos de contaminaciones, la de carne y la de espíritu. La contaminación de la carne, son  cosas cotidianos como la ira, el enojo, los celos, la envidia, y/o la mentira. Cosas con las que luchamos  a diario. Hoy día el mundo le está poniendo nombre a estas cosas, por ejemplo a los mentirosos les llama Mitómanos o a los ladrones Cleptómanos.

Natalia: Claro, creo que Dios hace referencia a la actitud que tengo frente a ese pecado. Si yo lo justifico o si lo quiero enfrentar. Si me resigno a ¡Yo soy así! O si de verdad trato y busca la forma de cambiarlo. Perfectos no somos, Dios nos conoce mejor que nadie.

Elizabeth: Así es, el versículo nos dice puesto que tenemos tales promesas. Y esto es porque en los versículos anteriores viene hablando que Dios se quiere habitar y mover dentro de  nosotros. Y Dios hoy se mueve en nuestras vidas interiormente. Por eso cada uno debe realizar este auto examen e identificar qué cosas debe limpiar de su vida para poder tener victoria en la vida cotidiana. Cuando uno es sincero delante de Dios, El nos comienza a mostrar cosas que muchas veces no nos hemos dado cuenta. Como decía el Salmista: muéstrame aun aquellas cosas que me son ocultas. De esa forma obtenemos victorias y no abrimos puertas al enemigo. Pero también tenemos otra contaminación que es la de Espíritu.

Está relacionado a contaminaciones religiosas como idolatría y/o sacrificios. Yo pensaba en determinadas religiones Orientales ¿Qué hay detrás de ellas? Por eso debemos abrir los ojos y renunciar a determinadas prácticas si queremos limpiarnos espiritualmente. Hay filosofías que son contaminantes para el espíritu, en Levítico 19:31 Dios dice: No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Hoy en día sabemos que ir a adivinos no es algo que a Dios le agrade, pero a veces practicamos ciertas filosofías Orientales que nos están contaminando. Somos llamados a santificarnos y a limpiarnos, nuestra santificación se va perfeccionando en el temor de Dios. Esa es nuestra medida, es un proceso donde Dios nos va mostrando las cosas que debemos ir dejando, las cosas que nos hacen mal y nos perjudican. La limpieza viene a través de la confesión a Dios y si es necesario también a hermanos.

Hay un ejemplo en el nuevo testamento de Pedro, cuando Jesús lava los pies a los discípulos. Jesús se acerca a Pedro y el no le deja. Pero Jesús le dice: Si no te lavare no tendrás parte conmigo. Asique Pedro le dice que le lavare todo el cuerpo, pero Jesús le contesta: El que está limpio no necesita volverse a lavar. Hablando de la salvación. Pero si necesitan limpiarse de las cosas que nos contaminan. Esto nos habla de comunión e intimidad  con Dios. Ósea que si Dios no nos limpia, y no entiendo la necesitada de santificarme me pierdo parte de esa comunión con Dios que es tan linda y que nos ayuda a tener victorias en el diario vivir.

Natalia: La clave también está en el único que puede limpiar. Solo Jesús nos puede limpiar. Cuando hablabas de la contaminación espiritual  yo pensaba que hoy en día hay tantas cosas. Hasta hay gente que habla con verdadera sabiduría, que parece muy cierto lo que dicen, pero al mirarlo a la luz de la Biblia nos damos cuenta que está mal. Por eso siempre debemos recurrir a la palabra de Dios.

Elizabeth: Claro que si, y también debemos tener en cuenta la confesión. Que es solo a Jesús. Porque la sangre de Jesús nos limpia de todo pecado. En ella hay poder y autoridad. Dios es un Dios de oportunidades, si volvemos al ejemplo de hoy cuando el pueblo de Israel es derrotado. Dios no les dice ¡Ahora ya esta! ¡Perdieron! Sino que les da una nueva oportunidad y les pide que se santifiquen para volver a empezar y hacer las cosas bien.  El limpiarse no es con agua, ni con una nueva forma de pensar, sino que es con Su Palabra. La palabra nos limpia, y la sangre de Jesús nos perdona de todo pecado.

Natalia: Dios es un Dios de certezas y no de dudas. El que siembre la duda es el enemigoAsique cuando Dios nos dice vas a ser limpio es así. Cuando uno busca de corazón a Dios el nos da su limpieza.

Elizabeth: Si, esto lo vamos a desarrollar en el tercer punto. Pero pensemos que esto es parte de la armadura de Dios porque nos estamos vistiendo de la verdad, la justicia, y la paz cuando obedecemos a Dios y vivimos una vida de santidad.

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