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Titulo: “Examinándonos a nosotros mismos”
  

Autor: WimMalgo 
Nº: PE1117

¿Por qué Jesús siempre tenía tiempo? ¿Por qué nunca despidió a una persona necesitada? ¡Porque caminaba firme y continuamente con Dios! Por eso Jesús irradiaba una maravillosa tranquilidad. También Enoc debe haber tenido esta tranquilidad, porque caminaba con Dios. ¡Camina con Dios y serás una persona calma y llena de paz!


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“Una vida con Dios” 2/2

Estimado amigo, “¿qué significa caminar con Dios en lo secreto?”

Me imagino a Enoc caminando con Dios, y veo tres cosas que marcan su vida: 

Como primer punto,la comunión santificada que Enoc tenía con Dios

El hablaba con Dios, y Dios hablaba con Enoc. El consultaba todo con Dios. También nosotros, solamente podemos caminar con Dios si tenemos una continua y santificada comunión con El. Solamente así, nuestra vida llega a ser la vida de “un ciudadano celestial”. ¿Llevamos una vida ejemplar? La comunión santificada con el Señor es posible por la lectura de la Biblia y la oración.

2º Enoc anduvo al mismo paso que Dios, en la santificación.

¿Cómo, pues, hay que caminar con el Señor Jesús? Como lo dice 1 Juan 2:6: “El que dice que permanece en él debe andar como él anduvo”, es decir, no demasiado rápido y tampoco demasiado lento. De repente, quizás, Enoc se adelantó corriendo impetuosamente, y entonces notó que el Señor ya no estaba a su lado. Miró hacia atrás y Lo vio a gran distancia detrás de él. ¡Regresa, Enoc! Los creyentes cansados son personas que se han adelantado al Señor, que hicieron sus planes y, de repente, se dieron cuenta de que el Señor, a pesar de sus oraciones, no bendecía sus planes. Hermano, hermana: ¡Dios no quiere que hagas planes, sino que El quiere revelarte Sus planes! ¡Anda al mismo paso que Dios! En cambio, los creyentes que han quedado atrás son los que andan muy lentamente, los que son demasiado perezosos para obedecer. Son los “cristianos bebés”

Ahora veamos querido amigo, la quietud santificada que Enoc tenía en Dios

Su tiempo, que seguramente estaba limitado, descansaba en la eternidad. Pues Enoc aprovechó el tiempo que le fue dado. ¡Caminó con el Dios eterno! Estas personas siempre tienen tiempo y son las más productivas. Pero una persona a la cual, una y otra vez, se le escucha decir: “No tengo tiempo”, en realidad, nunca hace algo completo. Si bien es verdad que trabaja mucho, pronto gasta la fuerza de sus nervios, porque no vive en comunión con Dios, no anda al mismo paso que El. Ningún hombre trabajó más que nuestro Señor Jesucristo durante el breve tiempo de Su ministerio público. Al respecto leemos en Juan 21:25: “Hay también muchas otras cosas que hizo Jesús que, si se escribieran una por una, pienso que no cabrían ni aun en el mundo los libros que se habrían de escribir”. ¿Por qué Jesús siempre tenía tiempo? ¿Por qué nunca despidió a una persona necesitada? ¡Porque caminaba firme y continuamente con Dios! Por eso Jesús irradiaba una maravillosa tranquilidad. También Enoc debe haber tenido esta tranquilidad, porque caminaba con Dios. ¡Camina con Dios y serás una persona calma y llena de paz!

A todas partes Enoc iba con su Dios. Si iba al campo, el Señor estaba con él. Si se encontraba en la casa, Dios estaba con él. Si hacía una visita, el Señor estaba a su lado. El estar siempre conciente de Su presencia, produce una manera de vivir digna y. ¿Te acompaña a todos lados el Señor?

Estimado amigo, por caminar constantemente con Dios, Enoc llegó a conocerle más y más y creció, por eso, en la perseverancia. Lo mismo sucede también en el Nuevo Testamento: Cuanto más constantemente seguimos al Señor Jesús, tanto mejor llegamos a conocerle, y esto nos capacita para caminar con El cada vez con más firmeza. Esto nos es dicho muy claramente en 2 Pedro 1:3: “Su divino poder nos ha concedido todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por medio del conocimiento de aquel que nos llamó por su propia gloria y excelencia.”

En Génesis 5:21-22 leemos: “Cuando Enoc tenía 65 años, engendró a Matusalén. Enoc caminó con Dios 300 años…” Durante todos estos años Enoc nunca vio a Dios, pero se aferraba a El en la fe, como si Lo viera. Por eso les comunicaba a sus prójimos la presencia de Dios. ¡Esto es lo que el mundo necesita hoy! Sin embargo, conozco solamente pocos hijos de Dios que, inmediatamente, nos dan una impresión de la presencia de Dios cuando estamos con ellos. Son transparentes y muestran la santidad, la gloria y el amor de Dios. ¿Eres tú un hijo de Dios así?

Querido amigo, querida amiga veamos ahorael arrebatamiento de Enoc

Cuando llegó el momento determinado por Dios, sucedió algo grandioso, que Hebreos 11:5a describe con las siguientes palabras: “Por la fe Enoc fue trasladado para no ver la muerte y no fue hallado, porque Dios le había trasladado.” Entonces estuvo con el Señor y vio con gozo indecible a Aquél con quien había caminado tanto tiempo en la fe. Las palabras de Dios: “…y no fue hallado”, nos permiten deducir que seguramente buscaron con todo empeño a Enoc, pero fue imposible encontrarlo. Cuando tenga lugar el arrebatamiento de los “Enoc” actuales, de toda la Iglesia de Jesús, entonces los familiares, amigos y conocidos que se habrán quedado atrás, también emprenderán acciones de búsqueda, se darán avisos de desaparecidos por la radio – pero todo esto será un esfuerzo inútil, pues los hijos de Dios arrebatados, entonces, ya estarán todos con el Señor en la gloria.

Preguntémonos finalmente: ¿Cómo fue posible, en realidad, el arrebatamiento de Enoc? Una breve palabra en Génesis 5:22 nos da la respuesta: “Enoc caminó con Dios 300 años…” Durante trescientos años, Enoc permaneció en la santificación, en el amor, en la oración y en el testimonio. Seguramente no siempre anduvo al mismo paso que su Dios. Pero una y otra vez volvió a El con arrepentimiento. Enoc exponía toda su vida constantemente a la luz de Dios y caminaba con El – por eso fue arrebatado. La pregunta que nos queda ¿Caminas tú con Dios?

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