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Un Futuro Seguro

(2ª parte)

Autor: William MacDonald

La palabra discípulo ha sido por demás utilizada, y cada usuario le ha dado el significado de su conveniencia. El autor de este mensaje nos lleva a examinar la descripción de discipulado que presentó Jesús en sus enseñanzas, la cual se halla también en los escritos de los apóstoles, para que aprendamos y descubramos más acerca de este concepto.



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PE1792 – Estudio Bíblico
Un Futuro Seguro (2ª parte)



¡Qué gusto estar nuevamente con ustedes! Decíamos en el programa anterior, que nuestro Señor da seis razones por las cuales no deberíamos preocuparnos por las necesidades futuras, en lo que se refiere a las necesidades de la vida.

En primer lugar, porque eso refleja una mala evaluación de lo que es realmente importante. No deberíamos vivir para comer, beber y vestirnos, como si fueran las cosas que realmente importan en la vida. Dios nos ha colocado aquí con una misión mayor que la de comer, beber, o modelar ropa.

En segundo lugar, si estamos ansiosos sobre las posibles crisis futuras, eso implica que dudamos del cuidado de nuestro Padre a favor nuestro. Jesús nos sugirió que, en este sentido, aprendiéramos una lección de las aves. Él dijo que ellas no siembran ni siegan. Eso no significa que nosotros no deberíamos hacerlo. Ellas no pueden plantar o cosechar, nosotros sí podemos. Pero, ellas procuran su comida diaria, y no se preocupan por el futuro. Los gorriones no padecen úlceras debido a su preocupación, ni tampoco corren hacia los siquiatras por problemas de estrés. Viven un día a la vez, y su futuro está en las manos de su Creador. Ningún nido tiene un granero o un silo junto al mismo. Durante siglos, la población de aves se las ha ingeniado para sobrevivir sin preocuparse por el futuro nebuloso e incierto. ¡Si Dios cuida a Sus aves, cuánto más cuidará de nosotros!

Vemos ahora una tercera razónpor la que se prohíbe que nos preocupemos, y es debido a que es algo fútil. Jesús preguntó,“¿Quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?”En otras palabras: “¿Quién puede crecer dieciocho pulgadas por preocuparse?” O la pregunta del Salvador podría leerse así:“¿Quién de ustedes, por estar ansioso, puede agregar un codo a la duración de su vida?”Aquí la vida se contempla como un viaje que tiene muchos kilómetros, y la pregunta es: “¿Quién puede agregarle dieciocho pulgadas al mismo, por el hecho de preocuparse sobre su futuro?” Es algo fútil intentarlo.

En realidad, la preocupación acorta la vidaen vez de alargarla. Si tan sólo pudiéramos detenernos y pensar, nos daríamos cuenta que es prácticamente imposible proveer seguridad para nuestro futuro. Esto se debe a que no sabemos cuánto viviremos. No sabemos cuánto valdrá el dólar en el futuro. No sabemos qué gastos enfrentaremos. Existen demasiadas incertidumbres, como para planificar para tiempos de necesidad.

En cuarto lugar, el Señor habla de las flores, para mostrarnos que la preocupación sobre la ropa muestra nuestra falta de fe en Dios. Al hablar sobre las flores, el Señor pensaba en las anémonas salvajes, que crecen en abundancia en las colinas de Israel. El Señor diseñó estas flores con un cuidado exquisito. Vertió sobre ellas una belleza inefable. Incluso Salomón no logró vestirse con tanta elegancia. Sin embargo, esas flores, que son como una alfombra en el paisaje colorido de la actualidad, serán cortadas el día de mañana y arrojadas a un horno, de manera que puedan proveer calor para hornear el delgado pan del Medio Oriente. Por eso, si Dios viste con tanta belleza a las flores salvajes, ¿cuánto más no proveerá ropa adecuada para Su pueblo?

John Stott dijo: El preocuparnos por las cosas materiales, de tal forma que distraiga nuestra atención, absorba nuestra energía y nos llene de ansiedad, es incompatible tanto con la fe cristiana como con el sentido común. Además, refleja falta de fe en nuestro Padre celestial y, francamente, es algo tonto.

La quinta razónpor la que no deberíamos tener ansiedad por la comida, la bebida y la ropa, es que son las cosas por las que viven los paganos, y Dios no quiere que seamos como ellos. Los paganos ponen el cuerpo en primer lugar. Viven para agasajarlo. Son, en esencia, mundanos, terrenales y carnales. Al no tener la vida divina, no podemos esperar que vivan más allá del nivel de la carne y la sangre. Pero, los creyentes deberían ser diferentes. Deberían dar lo mejor de sus vidas para aquello que es eterno.

La sexta y última razónpor la que la preocupación es innecesaria, es que:“Su Padre celestial sabe de qué cosas tienen necesidad”.El simple hecho que Él sepa, es la garantía de que está dispuesto y puede cuidar de nosotros. Nuestro futuro no podría estar en mejores manos. Ahora, el Señor Jesús está dispuesto a tener un pacto con todos aquellos que somos sus discípulos. Él sabe que si nosotros tuviéramos que proveer para nuestro futuro, estaríamos demasiado ocupados acumulando riquezas y no tendríamos tiempo para nuestra principal tarea, es decir, para servirle a Él. Daríamos lo mejor de nuestras vidas para almacenar dinero, en vez de vivir con la perspectiva de los valores eternos. De hecho, Él nos dice: “Pongan mis intereses en primer lugar. Trabajen duro para suplir sus necesidades actuales y las necesidades de su familia. Todo lo que sea más que eso, inviértanlo en Mi obra. Y prometo cuidar de su futuro. Si buscan primeramente el reino de Dios y Su justicia, nunca carecerán de lo que necesitan en la vida”.

En resumen, nuestro Señor prohíbe que pasemos nuestras vidas preocupándonos por el futuro, y tratando de almacenar para días de necesidad. Nuestra responsabilidad es vivir para Él hoy, y dejar que el futuro se preocupe por sí mismo.

Si nos enfocamos en la obra del hoy, estaremos lo suficientemente ocupados. Alguien ha dicho que si alguien vive con la perspectiva de los tiempos de necesidad, Dios se asegurará de que le vengan. Y Cameron Thompson dijo: “Dios derrama sus bendiciones más finas sobre aquellos que se preocupan de que nada se les pegue a sus manos. Aquellos que evalúan los tiempos de necesidad por encima de la agonía actual del mundo, no recibirán bendiciones de Dios”.

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