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Título: Un espiritual pronóstico del tiempo (parte 2)

Autor: Norbert Lieth PE1414

Los informativistas muy pocas veces tienen buenas noticias. Generalmente informan acerca de una tragedia tras otra. Y, al final, todavía, llega el meteorólogo y anuncia baja presión atmosférica y tormentas. No nos gusta escucharlo, pero lamentablemente es una realidad. Lo mismo pasa con el “informativo” de Judas


Descargarlo para tener o compartir con otros: pe1414.mp3



Hola amigos, comenzamos con un resumen breve del programa anterior: Judas dice: „Estos son manchas en vuestros ágapes, que comiendo impúdicamente con vosotros se apacientan a sí mismos; nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos; árboles otoñales, sin fruto,…” Las manchas y otros defectos por el estilo, son desagradables y pueden ser vergonzosos. Y también hay manchas vergonzosas entre los cristianos. Esta misma expresión la usa Pedro en su segunda carta: „Estos son inmundicias y manchas…“ Se refiere a doctrinas no bíblicas o a personas no guiadas por el Espíritu Santo, que se infiltran sigilosamente en las iglesias y las contaminan. Judas nos exhorta, en el vers. 3, a no ceder a estas influencias, sino a luchar por la fe. La palabra „mancha“ también describe a las personas que se mueven entre el pueblo de Dios, pero en realidad no pertenecen a él. Deuteronomio 32:5 dice: „Dios de verdad, y sin ninguna iniquidad en él… La corrupción no es suya; de sus hijos es la mancha, generación torcida y perversa“. Las manchas simbolizan el pecado. Pero ¡qué maravilloso es que si vamos a Jesucristo con nuestra ropa manchada, Él nos limpia de toda injusticia y nos da una vestimenta nueva, eterna y pura.

Vimos también la expresión: „Nubes sin agua“.

En el Oriente, las nubes anuncian la lluvia refrescante. Estas nubes, son una imagen de las personas que no traen el Evangelio refrescante a los demás. Aunque anuncien bendiciones espirituales, sanidades, bienestar y libertad – como las nubes anuncian la lluvia –en realidad, solamente dejan sequedad y vacío. ¿No es exactamente lo que pasa en nuestra época? ¡Cuánto bien nos hace escuchar las palabras del Señor de Jn. 7:38, que son tan diferentes: „El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva“!

Bien, continuamos hoy con las siguientes expresiones que aparecen en el verso 12 de Judas, y analizamos ahora las palabras: „llevadas de acá para allá por los vientos“.

Los vientos, muchas veces, son símbolo de los espíritus, tanto en el sentido positivo como en el negativo. La palabra hebrea „ruaj“ significa „soplo, aliento“ y se usa en lugar de „Espíritu Santo“. Por eso, leemos en Jn. 3:8 que Jesús le dice a Nicodemo: “El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu“.

Es el Espíritu Santo quien un día restablecerá espiritualmente a Israel. Así lo dice Ez. 37:9, 10 y 14: „Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu, ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíritu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército grande en extremo… Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y lo hice, dice Jehová“.

Dios usa, incluso, como vientos a Sus ángeles, esto se menciona en He. 1:7: „Ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus (o: vientos), y a sus ministros llama de fuego“. O podemos leer también en Zacarías 6:5, que dice: „Y el ángel me respondió y me dijo: Estos son los cuatro vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante del Señor de toda la tierra.“

Pero también las falsas doctrinas, influenciadas por los demonios, son llamadas „viento de doctrina“. Veamos lo que dice Ef. 4:14: „… para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error“. Y algo parecido leemos en 1 Timoteo 4:1: „Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios.“ Estas personas son „llevadas de acá para allá por los vientos“ (como lo menciona Judas 12), quiere decir que no avanzan en línea recta. Mientras el Espíritu Santo guía a Su Iglesia en cierta dirección – hacia el encuentro con el Señor – los que se han apartado y los que no creen en Jesucristo, son llevados de acá para allá por el „diábolos“, lo que significa: „el que entrevera“.  Se encuentran a merced del viento: En un momento los lleva para la derecha, en otro momento para la izquierda. Son inconstantes, cambiantes y siempre inseguros. Pensemos, por ejemplo, en el „boom“ esotérico, en el movimiento de la Nueva Era, o en las religiones orientales, a las cuales se abren cada vez más las occidentales. Además, los falsos cultos como los Testigos de Jehová (que niegan la divinidad de Jesús), los mormones etc., tienen éxito, y también el Islam. Sin embargo, lo que ellos propagan son „doctrinas de demonios“.

Cada secta, religión o teología que niega que el Señor Jesús ha venido en carne, está inspirada por un espíritu anticristiano, demoníaco. 1 Juan 2:18 dice: „Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.“ Y 2 Juan 7: „Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo“.

Sin embargo, por otro lado la Biblia dice en Ro. 8:14: „Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios“. Ahora bien, ¿qué viento nos empuja? ¿Es el viento de la duda o el viento del Espíritu Santo? Santiago 1:6 nos exhorta con las siguientes palabras: „Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra“. Solamente la fe en la Palabra de Dios nos hace constantes; solamente a través de la lectura bíblica y la oración de fe obtenemos sabiduría, seguridad, constancia y calma.

El reformador suizo Zwingli (que vivió entre 1484 y 1531), escribió al respecto:

„La Palabra de Dios es segura, no puede contener errores. Es clara y no nos deja vagar en las tinieblas; se abre a sí misma y alumbra el alma humana con toda la luz de la salvación y de la gracia. Alienta al alma a confiar en Dios, la humilla, para que renuncie a confiar en sí misma y se vuelva a afirmar en Dios. El alma vive en Dios, por eso lucha. El consuelo humano la deja en su desesperación. Solamente descansa en Dios.“

El gadareno endemoniado no encontraba descanso. Ni siquiera lo podían dominar cuando estaba encadenado, así lo leemos en Mr. 5:4 y 5: „… y nadie le podía dominar. Y siempre, de día y de noche, andaba dando voces en los montes y en los sepulcros, e hiriéndose con piedras“. Se comprobó que había en él toda una legión (una unidad militar de por lo menos 3.000 soldados) de demonios, como lo dice el versículo 9. Pero Jesús dijo solamente una palabra, y los demonios salieron. Los versos 14 y 15 nos cuentan que, poco después, aconteció algo maravilloso: „… salieron a ver qué era aquello que había sucedido. Vienen a Jesús, y ven al que había sido atormentado del demonio, y que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio cabal; y tuvieron miedo“.

La música nos ha transportado ahora, amigos, a una nueva expresión que vamos a analizar: „Árboles otoñales, sin fruto“.

Esto nos describe la esterilidad espiritual. Cuando Jesús vino por primera vez a esta tierra, Israel era como una higuera estéril (de esto nos habla Mateo 21:18 al 20). De la misma manera, en el tiempo final habrá un cristianismo mayormente estéril. Les recomiendo que lean al repecto la carta de Jesucristo a la iglesia de Laodicea, en Apocalipsis 3:14 al 22. Además, el Señor dijo en Lucas 6:43 y 45: „No es buen árbol el que da malos frutos, ni árbol malo el que da buen fruto. Porque cada árbol se conoce por su fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimian uvas. El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo…“. También el capítulo 6 de Hebreos es revelador: Habla de personas que fueron iluminadas, que gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo. Pero no se habla aquí de cristianos nacidos de nuevo, sino de simpatizantes, que participaron un tiempo y luego se apartaron. Son personas que llevaron como fruto „espinos y abrojos“, porque no recibieron la bendición, la lluvia divina, como dice en los versículos 7 y 8: „Porque la tierra que bebe la lluvia que muchas veces cae sobre ella, y produce hierba provechosa a aquellos por los cuales es labrada, recibe bendición de Dios; pero la que produce espinos y abrojos es reprobada, está próxima a ser maldecida, y su fin es el ser quemada.“

Estamos en el „otoño“ – sí, al final del otoño – de la historia de la humanidad. Estamos en el final de los tiempos, en el cual muchas tendencias estériles se introducen insidiosamente en la Iglesia.

Les invito amigos a no perder el próximo programa, en el cual seguiremos analizando este „pronóstico de los últimos tiempos“ que nos ofrece Judas en su carta. Hasta entonces, y qué Dios les bendiga.

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