Testimonio | Darío Fraccarolli (3ª parte)

Testimonio | Darío Fraccarolli (2ª parte)
30 abril, 2013
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Testimonio
Darío Fraccarolli
(3ª parte)

Dios transformó la vida de Darío, y no solo eso hizo maravillas en su esposa y en sus hijos! A medida que va pasando la vida, se da cuenta de todas las bondades de Dios para con él.


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TA 175 – Temas Actuales – Testimonio | Darío Fraccarolli (3ª parte)



Martín: Amigos de Llamada de medianoche, nos encontramos en esta oportunidad con nuestro invitado Darío Fracarolli. Él es de Argentina,radicado en Uruguay por este tiempo,  él tiene toda una historia de vida, con lo que tiene que ver con sus decisión es desde la niñez,  el pasar con la Educación con lo que tiene que ver con el trabajo. Ya hablamos del tema del Servicio militar que se dio en la Argentina, y, su erradicación posterior en Uruguay, la formación de su familia y tantas cosas que tienen que ver con  su actividad económica. Cosas que le fueron permitiendo conocer de a poco a Dios.  Cuando empiezan los problemas económicos, muchas personas  que tienen  alguna enfermedad y empiezan alevantar los ojos al cielo,  en su búsqueda de Dios.

Darío, en su último programa nos contaba  que en esa búsqueda encontró gente y esa búsqueda llegó.  Un día él aceptó a Cristo como salvador. Luego, viene otra parte que es la de enfrentar a una esposa, como es que nos contaba  que ella no quería saber nada con Dios. Ahí empezó  otra de las etapas de su vida.

 Darío: En abril de 2001 es cuando yo conozco a Cristo.  Y mi esposa de manera desafiante me dice:“¿Qué? ¿Vas a ser pastor?” y para mí, en ese momento todo se fue por el caño.  Pensé: ahora los problemas van a seguir.  Me interesó ir a las reuniones de oración. Y, en una oportunidad, en una reunión casera,  conocí al pastor encargado de la Iglesia allí en Paysandú, y  el Jueves, en un lugar más abierto, más casero, le dije:  Yo tengo un problema: Mi Señora. De esta manera la conté,  el problema que yo había causado, le conté claramente mi problema,  y le conté que mi Señora no quería saber nada de Dios.

Él me citó una promesa que está en el libro de Hechos que dice que tú y tu casa, si aceptas a Cristo, serán salvos. Él me incita a orar.  Entonces cuando él me dijo que orara, le dije que yo sabía el Padre Nuestro, y demás pero que en realidad yo no sabía orar. Y él me dijo: así como ahora estás hablando conmigo, así, tenés que hablar con Dios.Explícale, dice, cuéntale y ábrele tu corazón. Así fue cómo le empecé a contara Dios, sin recibir automáticamente la respuesta. Pasaron un par de domingos,  y en un momento yo me estaba vistiendo y mi esposa me dice: “y acá todo sigue igual. Tú sigues con tu vida…” yo en ese tiempo fumaba, aunque de a poco, estaba tratando de sacarme de encima algunos pecados… Sé que el Señor me ha transformado grandemente, pero en aquel entonces,  yo tenía algunas cosas para cambiar. Y en ese momento mi esposa me había sacado en cara que fumaba y me sentí muy mal. Me encerré a llorar en el baño y le pedí a Dios que me diera una palabra. Estaba arrodillado a Dios queme diera  una palabra.  Sentí tranquilidad.  Me levanté, me lavé la cara, terminé de vestirme y mi esposa estaba como cuando la había dejado antes de entrar al baño!  Y antes de irme le dije: “Sígueme”y ella le dijo a los chicos: “Vamos con papá”. Nos subimos todos a la camioneta y nos fuimos todos a la reunión. Esa noche en la reunión, el pastor había sentido en su corazón  pasar la película“Dejados Atrás” y luego, sin que yo supiera nada le dio a mi esposa un libro llamado ”Textos de Oro” y bueno, cuando llegamos a nuestra casa no se habló del tema.  Fueron pasando los días de las emana,  yo tenía pequeños trabajos particulares en los que trabajaba solo; y, el día jueves llegué y me dijo: “yo quedé pensando en la película.  Sé que si algo pasara, tú te vas a ir a un lugar, y yo no” y de abajo de la almohada sacó un librito que le había dado el pastor. Y ella estuvo comparando los versículos de la Biblia con los de la Biblia. Y ella dijo que había una oración atrás de ese pequeño libro y que ella la hizo.  Me dijo que donde yo estuviera, ella también quería estar.  Dios no solamente me salvó a mí, sino que también salvó a mi esposa.  Y, luego,posteriormente, salvó a mi familia.

El 11 de Noviembre del año 2001 nos bautizamos Cristina, mi hija Andrea  mi cuñada y yo. Nos bautizamos por la Iglesia evangélica,  dando el paso de fe de identificarnos con Cristo durante el bautismo.  Yo antes estaba arruinado, mi esposa no creía y a mi hija, yo mismo la había obligado a tomar la comunión por la iglesia católica. Cuando miramos para atrás solamente podemos decir: ¡cuánto Dios puede transformar! Tengo 3 hijos varones, uno de ellos se bautizó y los otros dos están en los caminos del Señor.

Si bien la situación económica no había cambiado, las cosas, al conocer a Dios, ya se ven de otra manera ¿no? Por ejemplo cuando mi hija tenía 14 años, yo no sabía como iba a hacer para su cumpleaños de 15. Pero, Dios tenía algo preparado.  Y sabíamos, que Dios, no nos iba a desamparar.  Cuando llegó la fecha del cumpleaños de 15 de mi hija, las cosas aparecieron.  En ese año pudimos hacer todo,  y tuvimos un cumpleaños precioso.  A raíz de eso, descubro un problema de salud  del cual padezco hoy el cual me gustaría compartir con ustedes próximamente.

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