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Titulo: “Temor por Jerusalén” (parte 2)

Autor: Norbert Lieth
  Nº: PE849
Locutor: Gerardo Rodríguez

“Israel”, “Jerusalén”, está en boca de todo el mundo. Sin duda ninguna vivimos en el anochecer de la historia de la salvación.

Es totalmente necesario que estemos velando. Precisamente en nuestros tiempos, Dios quiere iniciar a sus hijos en su plan. Si espiritualmente estamos durmiendo, no formamos parte de la historia de salvación de nuestra época.

Dios utiliza a los herreros para atemorizar y derribar a los cuernos. ¿Cómo lo hizo y cómo lo hará? Los cuatro herreros se enfrentan a los cuatro cuernos.

En la antigüedad, el Señor utilizó cada uno de los imperios mundiales para destruir al imperio mundial anterior.

 


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“Temor por Jerusalén” (parte 2)

Estimado amigo, en el programa pasado hemos visto que los cuatro cuernos – mencionados por el profeta Zacarías – simbolizan la interminable enemistad de las naciones contra Judá, Israel y Jerusalén. En el lenguaje bíblico los cuernos siempre significan poder, son símbolos de fuerza invencible y poder político, pero también representan la enemistad mundial de las naciones contra Israel.

Pero también hemos visto que nada ni nadie, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, ninguna nación, ningún imperio mundial, ningún diablo, podrá impedir el cumplimiento de las promesas de Dios para Su Pueblo. ¡Qué consolador, que esperanza!

Todo este estudio bíblico está basado en la promesa de Zacarías 1:16-17 y 2:1-4. Aquí leemos también acerca de los cuatro herreros.

En la versión Reina Valera la palabra hebrea se traduce como “carpinteros'', pero en la mayoría de las demás versiones se emplea el término “herreros''. En el Salmo 75:11, el Señor dice: “Quebrantaré todo el poderío de los pecadores, pero el poder del justo será exaltado'' (vale decir que la versión en alemán en vez de decir poderíos utiliza la palabra cuernos, nota del traductor). Otras traducciones emplean la palabra “aniquilar'' o “cortar'' en lugar de “quebrantar''. Dios utiliza los herreros para atemorizar y derribar a los cuernos. ¿Cómo lo hizo y cómo sucederá? Los cuatro herreros se enfrentan a los cuatro cuernos. En Isaías 54:16, el Señor dice: “He aquí que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor para destruir.'' En la antigüedad el Señor utilizó cada uno de los imperios mundiales para destruir al imperio mundial anterior. Esto lo hizo por un motivo muy específico: “Y estoy muy airado contra las naciones que están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco, ellos agravaron el mal'' (Zacarías 1:15).

Persia, el primer herrero, destruyó a Babilonia

Dios creó a Ciro, el rey persa, como un herrero que habría de vencer a Babilonia. Aquí se vuelve a constatar la interminable sabiduría de Dios y Su poder, pero también se vuelve a manifestar Su amor hacia Israel: “Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre, aunque no me conociste'' (Isaías 45:1-4). Ciro derrotó a Babilonia y le dio la libertad a Israel de regresar a Jerusalén. Apróximadamente 200 años antes de la aparición de Ciro, Dios ya lo menciona y dice acerca de él: “Es mi pastor, y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás edificada; y al templo: Serás fundado'' (Isaías 44:28). ¡Precisamente eso fue lo que sucedió! El Señor eligió en Ciro un herrero para atemorizar y derrotar al cuerno de Babilonia. En Daniel 5:6 se describe cómo el rey de Babilonia se atemorizó, en gran manera, la noche en la que Persia lo atacó y venció. En el tiempo posterior a Ciro, Persia también experimentó decadencia, y el imperio se volvió contra Israel. Fue entonces que el Señor levantó otro herrero.

Grecia, el segundo herrero, derrotó a Persia

Alejandro Magno es mencionado especialmente en Daniel 7:6 y 8:5. En los capítulos 2, 7 y 8, el profeta Daniel describe su imperio como el que preside al imperio persa. Se dice de Alejandro Magno que trató con amabilidad a los judíos, pero tras su temprana muerte el imperio se dividió y se opuso a Israel. Esto aconteció especialmente bajo el mando del rey sirio Antíoco Epífanes, mencionado en el capítulo 8 de Daniel. De manera que Dios volvió a levantar otro herrero que derrotó al cuerno de Grecia, dejándolo así sin poder.

Roma, el tercer herrero, derrotó a Grecia

Tanto en Daniel capítulos 2, 7 y 8 como en Apocalipsis se hace mención de Roma. Fue el mayor imperio y el que permaneció por más tiempo. Cuando Jesús nació, los romanos gobernaban en Israel. En el año 70 D.C. destruyeron Jerusalén. Su primer gobernador, y probablemente el mayor estratega, fue Julio César. En tiempos posteriores Roma sucumbió, pero no por causa de un herrero que asumiera luego el gobierno mundial, tal como fue el caso de los imperios que le precedieron. Roma cayó por la decadencia interior, se degeneró, perdió guerras, se dividió y finalmente sucumbió. ¿Por qué no experimentó el mismo destino que sus antecesores? Porque la Biblia nos explica (vea por ejemplo Apocalipsis 17:8,11) que Roma no sucumbió para siempre, sino que su hora aún llegará. En los tiempos finales, Roma volverá a tener un tiempo de florecimiento, volverá a experimentar un nuevo auge y se convertirá en el último imperio anticristiano mundial con diez cuernos. Engendrará al anticristo político. En este último imperio mundial se unificarán todos los imperios anteriores (Apocalipsis 13:1-2), y todas las naciones de los cuatro vientos de la tierra se levantarán contra Israel para destruirla. Pero, este imperio será aniquilado con el regreso de Jesús (Apocalipsis 17:14).

El cuarto herrero es Jesús

Jesús mismo será quien aniquile al imperio del anticristo. En Daniel 2:44 leemos acerca de él y su futuro: “Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre''. Queda de manifiesto que el Señor Jesús es semejante a un herrero, pues en Su futuro reino hará que todas las naciones conviertan sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces (Isaías 2:4). Pero, a Su pueblo lo guiará hacia un lugar muy especial.

Cuatro cuernos de gracia

En Éxodo 27:1-2 leemos: “Harás también un altar de madera de acacia… Y harás cuernos en sus cuatro esquinas; los cuernos serán parte del mismo; y lo cubrirás de bronce.'' Este era el holocausto por el perdón que indicaba hacia el Gólgota, donde Jesús también murió por Su pueblo. Los cuatro cuernos del altar simbolizan la supremacía del poder de Dios por encima de todos los imperios mundiales. El poder del perdón es mayor que el poder del pecado, y alcanza más allá de los cuatro puntos cardinales.

Según Éxodo 30:10, una vez por año, en estos cuatro cuernos del altar, Aarón debía llevar a cabo la expiación de los pecados de todo el pueblo de Israel con la sangre del cordero expiatorio: “Y sobre sus cuernos hará Aarón expiación una vez en el año con la sangre del sacrificio por el pecado para expiación; una vez en el año hará expiación sobre él por vuestras generaciones; será muy santo a Jehová.'' El gran día de la expiación de Israel ya está cerca. Entonces podrá tomar los cuatro cuernos de gracia y perdón y observar al sacrificio (Zacarías 12:10). En Éxodo 29:37 leemos: “… cualquiera cosa que tocare el altar, será santificada.'' El pueblo recibirá perdón y santificación. Esto ocurrirá en un sólo día: “…

y quitaré el pecado de la tierra en un día'' (Zacarías 3:9). En Zacarías 14:20 dice: “En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caballos: SANTIDAD A Jehová; y las ollas de la casa de Jehová serán como los tazones del altar.” El Señor va a alcanzar Su meta, tanto con Israel como con Su Iglesia. ¡Las puertas del hades no prevalecerán contra Israel ni tampoco contra la Iglesia de Jesucristo, pues los señores de este mundo van, pero Jesucristo viene!

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