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 Rojos de Vergüenza

Autor: Herman Hartwich

  ¿Sabe usted lo que significa Vergüenza?  No se pierda este programa de Herman Hartwich que habla de  no avergonzarnos del evangelio.  ¿Qué es lo que nos lleva a avergonzarnos?  Escuche este interesante programa.


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PE1852 – Estudio Bíblico – Rojos de vergüenza



  Queridos amigos quiero invitarles a dar lectura en la Epístola a los Romanos 1:14 – 17,  y dice así la escritura: A griegos y a no griegos, a sabios y a no sabios soy deudor. Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma. Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.

Pablo se sentía deudor a todos porque todos necesitan el evangelio. Todos lo necesitan. Podríamos describir a las personas a quienes él se sentía deudor. Muchos cristianos solo quedan con un sentimiento. Y ellos no actúan más allá de ello. Eso es  causa de la vergüenza. El diccionario de la Real academia Española dice de Vergüenza lo siguiente: turbación del ánimo que suele encender el color del rostro ocasionada por una falta cometida o por una acción deshonrosa y humillante propia ó ajena.  A la luz de la definición y en relación con el evangelio,  me pregunto: ¿Por qué me avergüenzo? ¡Por qué te avergüenzas? Por qué se avergüenza la mayoría de los Cristianos cuando se trata de  dar testimonio de nuestro Señor Jesucristo o de su evangelio. ¿Es el evangelio malo o deshonroso? Robos mentiras, hablar mal de alguien, eso sí debe dar vergüenza.

Siempre en alguna manera los creyentes se han avergonzado. En Marcos 8:38, en Lucas 9:26, habla de personas que se avergüenzan de él. Él dice que el que se avergonzare delante de los hombres de él, él se avergonzará adelante del padre. Pero, el que le confiesa delante de los hombres, él le confesará  delante de su padre. Pablo dirigiéndose a Timoteo, le dice: no te avergüences de mi.  No te avergüences del evangelio. Esto es muy importante. Hay muchos cristianos que tienen vergüenza y no andan aprobados delante de Dios.  No están caminando con Dios, como deberían estar caminando.  No están viviendo el momento a momento en la relación con Dios. No debo ser yo, sino que debe ser Cristo manifestado en mi vida.  Pablo en Gálatas 2:20 dice: Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Se avergonzó Cristo de mí, de sufrir allí, públicamente por ti y por mí? ¿Piensas que él viviendo en ti y a través de ti se avergüenza? No. Él quiere manifestar su gloria y su poder en ti y a través de ti. Pablo da la razón, por la cual él no se avergüenza. “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree”. Y él cree que el evangelio es PODER. Yo estoy convencido  del poder del evangelio. Yo estoy convencido por mi propia experiencia,  y por lo que veo en otras personas que los que reciben del evangelio,  y aplican el evangelio a sus propias vidas, es transformada. Pablo tenía una profunda convicción cuando le dice a Timoteo: “Yo se a quién he creído y sé que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.

Hay muchas personas que picotean de iglesia a iglesia, y no tienen profundas convicciones de lo que creen.  No están plenamente convencidos del evangelio de Jesucristo. Busca algo cómodo, algo que no le apriete algo que le calme la conciencia.

  Pablo decía que el evangelio es Poder de Dios. Por la palabra de Dios fue constituido el universo. Es por el evangelio que se salvan las almas.  Tiene poder constructivo y destructivo. Destructivo para poder derribar nuestro “yo”, destruye mis argumentos, destruye mis fuerzas. Destruye mi autosuficiencia.
Necesitamos el poder para destruir nuestra vieja vida. Eso, solamente lo puede hacer el evangelio.
Jesucristo vino a darnos vida abundante, nueva, totalmente. El espíritu Santo lleva a cabo la obra del evangelio. Esto ocurre, porque te convence de tu impotencia.

Tienes que reconocer que  en mis propias fuerzas yo no puedo hacerme cristiano. En mis fuerzas yo no puedo vivir como Cristo quiere. El tú puedes de la religión, del evangelio barato, hace que te convenzas de que tú puedes. Esta filosofía es del marketing. Debes reconocer que no puedes, solo Cristo puede transformar tu vida, y de esta manera, experimentarás una revolución en tu vida.

El espíritu Santo entrará, te sacudirá. Sacará toda la resaca, el corazón de piedra  y pondré un corazón de carne. Yo seré tu Dios, te dice. Es una vida que le va a agradar a Dios y te va a agradar a ti. ¿Qué te impide aceptar a Jesucristo? ¿Qué es lo que te impide hablar de Jesucristo y vivirlo?

Este es el momento de abandonarse en el poder del Espíritu Santo. Que el Señor inunde tu vida. Deseo que tomes una firme determinación de creer en el evangelio de Jesucristo. Que él te bendiga.

 

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